jueves, 6 de noviembre de 2008

Pipero / Pipera – Oficios perdidos

Los puestos de pipas y caramelos han sido una imagen tradicional en las calles de Madrid, hoy desaparecidos porque para “ganarse de la vida” en la actualidad se precisa un mayor espacio para vender muchas mas cosas y tener un abundante muestrario en las alacenas. Hoy se han transformado en tiendas de “chuches” o en kioscos que comparten esta actividad con la venta de helados en la época de verano.

Pipera en el barrio de Embajadores. Año: 1930.

 
Los piperos desarrollaban su trabajo a la intemperie, soportando frío y lluvia en invierno y calor en verano, protegiéndose de estas inclemencias con plásticos y paraguas o sombrillas.
 
El puesto constaba de una pequeña banasta de cestería apoyada en un pequeño taburete y la persona que estaba al frente se sentaba bien en el escalón de algún portal o bien en una silla de tijera.

Los artículos que se vendían eran generalmente a granel para lo cual disponían de un vaso o recipiente para establecer la medida solicitada en base a la cantidad que el comprador quería adquirir.


Los productos a la venta eran como norma general:
- Pipas.
- Caramelos, envueltos y sin envolver. Entre los envueltos eran muy habituales los de la marca “Saci”, de menta, de fresa y de cola.
- Torraos.
- Paloluz.
- Regaliz.
- Pastillas Juanola
- Pastillas de leche de burra.
- Chicles. Una marca muy conocida era Bazooka.
- Pan de higo.
- Cigarros sueltos.
- Piedras de mechero.
- Tabaco suelto.
- Papel de fumar.
- Pequeños cachivaches de plástico para jugar.
Etc.

Algunos piperos/as tenían un botijo con anís al lado para aliviar la sed de los mayores. Aquellos puestos que disponían de algo mas espacio también tenían venta de cromos.


Los piperos de antaño, casi siempre piperas, han desaparecido pues el beneficio de “una perrilla mas” no da con tan escaso bagaje para soportar los gastos que actualmente se les exigiría para su actividad: impuestos por utilización de la vía pública, autónomos, etc; además hoy por razones de seguridad e higiene no está permitida la venta a granel de este tipo.


oOoOo

En recuerdo de la pipera, persona mayor muy menudita, que en los años cincuenta hiciera frío o calor estaba con su puesto sentada en la calle de Toledo 90 y me obsequiaba con un caramelito cada vez que me veía aunque no la comprara siempre.


En la actualidad. Fuente: http://www.ojodigital.com/
Autor: José Manuel Seseña Molina.
En este blog colaboran Ángel Caldito y Ricardo Márquez.
Fuente fotos productos: http://www.eselx.com/


14 comentarios:

  1. Recuerdo al pipero de la Iglesia de San Juan Bautista.¿Emeterio?.No recuerdo su nombre. Pero recuerdo comprar por una peseta pastillas de leche de burra y gominolas, que te servía en unos cucuruchos de papel de periódico hechos por él.
    Todos los Domingos después de la misa mi padre me compraba chuches allí.En aquel su cuchitril tan pequeño.Estoy viendo el ventanucopintado de verde por el que nos servía.

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  2. hola blanca, el pipero de la iglesia de san juan era el señor alfonso.recuerdo que me mandaba algunas veces a su casa en las casitas para mandarle algun recado a su mujer. siempre me daba algunas chuches de agradecimiento por el subsodicho mandado. saludos ricardo, hacia mucho que no entraba por aqui. antonio marcos

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  3. Hola Blanca y Antonio Marcos. Efectivamente, aquel kiosquillo metido en la pared, entre la entrada al colegio y la iglesia, es de los sitios que todos recordamos. El Sr. Alfonso creo que era familia, o tenía que ver, con el colaborador del blog Pedro Gómez. A ver si él nos cuenta algo más. Todavía creo oler a tabaco mezclado con humedad, era el aroma de aquel sitio.
    Saludos.

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  4. Blanca confundes al señor Emeterio que se ponía en el kiosko del padre de Manolo y su mujer en el San Juan y que vivían en la Quinta con el de la iglesia que fue posterior en el tiempo.

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  5. Vale.Anonimo. Los ocho años que me llevas de diferencia te hacen estar más despierto en estos temas y tener más información que la mía.
    Pipero en el San Juan....... Me quiere recordar mucho....Y sobre todo Muchas Gracias Anonimo por ayudarnos en estas cosas tan bonitasd que mi amigo Ricardo ha elaborado. No te creí capaz de entrar por aquí....Hoy he descubierto que eres uno más de nosotros y eso me alaga.

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  6. Los caramelos saci tenian en el interior del envoltorio una letra, (correspondia con SACI, COLA, JIJONA) si se juntaba una de esas palabras ganabas un premio de 1, 5 o 25 pesetas (creo que era asi).
    El problema es que las letras S, L y N (casi) nunca salian en los caramelos, solo una vez vi una S.

    Otra cosa que se vendian eran algarrobas..

    saludos

    César

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  7. Hola Chegar:
    Gracias por tu comentario.
    Efectivamente, la retención de letras en este caso, o la de determinados cromos en las colecciones de fútbol, vida y color, etc., era la artimaña que utilizaban todas las empresas para que la chavalería siguiera comprando, pues sino se les acababa el negocio.
    Un cordial saludo.
    José Manuel

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  8. Buenos días. Tras preguntar a mi madre, no he conseguido una contestación. ¿Cuánto podría costar un cucurucho de pipas en 1965?
    Atentamente.
    Mercedes.

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  9. Hola Mercedes:
    Gracias por tu comentario. Posiblemente fuera una peseta. Me baso en ese chascarrilo de una conversación: "Deme una eeeeeee de pipas" y el otro responde "Una peseta de qué?.
    Un saludo.
    José Manuel

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  10. Buenos días. Muchas gracias por la respuesta. Mercedes.

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  11. En La Solana hubo varios en los años 60, todos hombres. Su puesto era un carrito de dis ruedas muy bien adornado y con toda clase de productos que comprábamos para entrar al cine, o pasear; media tarde comiendo pipas, qué arte teníamos pelandolas con los dientes y escupiendo las cáscaras... adonde cayeran. Y luego un bazofia, que nos duraba varios días. Todo era tan sencillo, barato, hermoso...

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  12. Anónimo dijo...
    Hola Anónimo o Anónima. Efectivamente había en muchos pueblos de España puestos de pipas también regentados por hombres.
    Un cordial saludo.

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  13. Yo, junto con mis hermanos, comprabamos muchas veces pipas y caramelos SACI en el puestecillo de la Sra. Vicenta, en la calle de Ibiza. También le comprabamos sobres de cromos de futbolistas. La Sra. Vicenta llegó a ser tan famosa cómo el gran Pirulo del Retiro. También había un pipero, muy viejecito ya en los años 50 en el bulevar de la calle Sainz de Baranda que medía la venta de pipas con un cubilete de madera de los que se usaban para jugar al parchís.

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  14. Mi nombre es José Orero

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