viernes, 30 de noviembre de 2012

Manuel Urech – Madrid a pie de calle


La primera fachada del estadio Santiago Bernabéu (en aquella época Chamartín), en su ubicación actual  -el anterior campo estaba en el mismo lugar pero en oblicuo-. La foto posiblemente sea del año de su inauguración: 1947, pues como vemos el paseo de la Castellana todavía era montones de arena sin alisar.


Ha salido a la venta el libro “Madrid a pie de calle”, que recoge unas 200 fotografías de nuestra ciudad, casi todas inéditas.

Miguel Angel Urech ha digitalizado estas imágenes extraídas del archivo fotográfico de su padre, que está integrado por más de 100.000 negativos. Ha sido un trabajo ímprobo pues algunos negativos estaban en muy malas condiciones, a lo que hay que añadir que la inmensa mayoría estaban sin localizar y sin fechar.

Hacía 1950. Los tranvías luchando entre un tráfico galopante. Obsérvese el sidecar intentando adelantar por la izquierda el tranvía junto a la Cibeles, aunque el trolebús ha tomado la delantera a su derecha, como un presagio de lo que había de suceder.

Manuel Urech fue uno de los más grandes fotógrafos de Madrid del siglo XX. Trabajó durante treinta años en el Diario Madrid, a la vez que colaboraba ocasionalmente con el diario ABC y la revista Semana, acabando su vida laboral en la Agencia EFE.

El libro nos muestra fotografías tomadas mayormente entre 1945 y 1955. Para hacernos una idea de este fondo fotográfico: la obra solo representa el 0,2% del archivo de Urech.

Calle de Alcalá, acera de los pares, en el cruce con la calle Sevilla, sentido Puerta del Sol. El edificio del Banco Español de Crédito aguantando el chaparrón.

La editorial La Librería, junto a su filial Temporae, han confeccionado un libro realmente elegante y en el que destaca la calidad de impresión y resolución de las imágenes.


También ha colaborado la Fundación Diario Madrid, aportando muchos recuerdos del quehacer diario de Manuel Urech en el periódico.

La presentación del fue en la Fundación Diario Madrid, el pasado día 27 de noviembre de 2012.

Muchos de nuestros lectores recordarán que en el libro “Madrid al paso”, editado por la Fundación Diario Madrid, ya aparecían muchas fotografías de Urech.

Aspecto de la magnífica sala de actos en la sede de la Fundación Diario Madrid, el día de su presentación.

En definitiva, se trata de un tesoro para los amantes del Madrid antiguo, sacado del olvido, limpiado de polvo, y que nos deleitará mostrándonos un Madrid ya desaparecido.
-.-.-

Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora: José Manuel Seseña

martes, 27 de noviembre de 2012

El sol de Argel – Novela con escenario madrileño


El próximo día 30 de noviembre de 2012, se presentará la novela de la joven escritora Esther Ginés, “El sol de Argel”, en la Casa del Libro de la calle Fuencarral. El escenario es nuestra ciudad, convirtiéndose casi en un personaje más. Esther nos ha concedido la siguiente entrevista:


Naciste en Ciudad Real, ¿llevas muchos años viviendo en Madrid?
- Llevo en Madrid 12 años, desde el año 2000. Y creo que aquí me quedaré (al menos a corto-medio plazo).

¿Te consideras madrileña de adopción?
- Me siento un poco como Alejandro Sanz, "con el corazón partío": soy manchega pero de madre madrileña, y muchas de las cosas más importantes de mi vida me han pasado aquí...
Creo que al final te acabas sintiendo muy vinculado a la ciudad en la que vives. El tiempo crea lazos muy poderosos, y es lo que me ha pasado con Madrid.

Das una especial trascendencia a Chamberí y al barrio de Malasaña. ¿Sale algo de la Movida Madrileña en tu libro?
- La movida no sale en mi libro, pero sí en uno de mis novelas favoritas, y que sin duda recomiendo: La reina de las nieves, de Carmen Martín Gaite. En ella esa época está muy bien descrita.

¿En que otros lugares de la capital transcurre la historia?
 - El libro arranca en El café comercial. También menciono otras calles importantes como la calle Almagro, el parque Eva Perón, el que está en Francisco Silvela, un poco antes de Manuel Becerra. Pero, sobre todo, se centra en el antiguo Instituto Homeopático y Hospital de San José, un edificio fascinante cerca de la Glorieta de Quevedo…podría decirse que esa es la localización que tiene más peso.

Un tranvía disco 15 en la glorieta de Quevedo. Destaca el edifico blanco del Hospital Homeopático  . Fuente: tranvía.org.es


¿En que años transcurre la historia?
- La novela está ambientada en los años 2001-2002. No he sido fiel a la historia del Instituto Homeopático, quiero dejar claro que lo he llevado al terreno de la ficción, pero sí he jugado mucho con ciertos datos de su historia, y con el elemento de las obras, que efectivamente se llevaron a cabo. La descripción del Instituto es un poco más decadente y romántica: le he dado más peso al jardín principal; añadí más vegetación, un seto más tupido y un pequeño estanque. La historia tiene lugar en el momento en que se anuncian las obras para remodelar el edificio.

Intuimos que aparecen muchos jardines y parques. ¿Hay alguna relación especial entre los personajes y los parques?. ¿O quizás con alguno de los elementos?
- Siempre me han gustado mucho los parques y los jardines antiguos. Durante años, el Retiro ha sido uno de mis sitios favoritos de la ciudad. Creo que los madrileños podéis y podemos (me incluyo aquí), estar orgullosos de los rincones verdes de la ciudad: el maravilloso parque de El Capricho, los jardines de Sabatini o el Real Jardín Botánico, por citar solo algunos. Cuando llega la primavera, no se me ocurre mejor plan que disfrutar de estos sitios. Y sí, en la novela el tema del jardín me permite añadir cierto misterio a la investigación que Martín lleva a cabo para entender las razones que llevaron a su hermano gemelo a suicidarse. Cuando todo apunta a ese lugar como una de las piezas claves de la búsqueda, Martín se encuentra con un seto que le dificulta la visión de lo que parece un jardín agreste en medio de la ciudad. Un sitio medio derruido, con un aire decadente y por el que se pasean los gatos…


Por lo que nos dices los personajes de tu novela tienen que pensar mucho, moverse por varios lugares de Madrid,... ¿Cómo lo hacen: en transporte público, a píe, en coche,..?
- En metro y también a pie. Creo que son las dos mejores maneras de moverse por Madrid. A pie, por supuesto, si tienes tiempo. Y para conocer la ciudad, por supuesto. Y el metro ya sabemos todos que es imprescindible. Creo, ahora que lo pienso, que he obligado a andar mucho a mis personajes, al menos a Martín…

Entendemos que el título de la novela: “El sol de Argel”, es un homenaje a Albert Camus por la ligazón que tuvo durante su vida con aquel país. Pero la palabra “sol”, ¿representa el punto obsesivo en nuestros pensamientos?, ¿tiene que ver con el cálido sol de los parques madrileños?
- Hay un juego muy importante con la novela El extranjero. El título es una referencia y un pequeño homenaje a un libro cuya lectura me marcó hace años. Y como bien dices, Camus estuvo muy vinculado a Argel. No quiero desvelar mucho, pero el juego con la palabra sol hace referencia a un momento muy importante de la novela de Camus, un momento que se desarrolla bajo el sol abrasador de Argel.

El sol, en las dos historias, en la de Camus y un poco en la mía, lo veo casi como un elemento cegador que puede condicionar tus pensamientos, tu manera de ver las cosas…El título se presta a la interpretación del lector y eso me gusta especialmente.

Fuente: www.hospitalhomeopatico.es

Además del Hospital Homeopático, ¿sale algún otro lugar histórico de Chamberí?, como la plaza del Dos de Mayo, la puerta de Bilbao, la estación del Metro abandonada de Chamberí, el Parque Móvil, ......
- La novela arranca en la Glorieta de Bilbao, en el Café Comercial. Otro de esos sitios míticos de la ciudad…Menciono la zona de Alonso Martínez, ya que Martín vive en la calle Almagro. La historia pasa por Santa Engracia, una calle bien larga que Martín recorrerá más de una vez hasta llegar a la calle Eloy Gonzalo, que es donde está el Instituto Homeopático. Parte de un capítulo se desarrollaba en la plaza del Dos de Mayo, pero al final lo eliminé…

Leyendo el resumen de tu novela, vemos que aparece mencionada en dos ocasiones “profundidad”. Ciñéndonos a la temática principal de nuestro blog, que es Madrid, ¿no tienes la impresión que las ciudades crecen como las mareas y a semejanzas de estas deja un profundo fondo que es su pasado?
- Es una reflexión muy bonita y acertada. Madrid crece muchísimo. Las ciudades están siempre en constante evolución, y nosotros con ellas. Nueva York, por ejemplo, es uno de los casos más evidentes de esa evolución.

Puede que en el día a día no nos demos cuenta, pero cuando tienes gente cercana –como es mi caso– que te cuenta cómo era la vida en los años 60 y 70, compruebas que parecen ciudades diferentes. El recuerdo que tienen mis padres de ese Madrid, de su Madrid, no tiene nada que ver con el recuerdo que yo tengo de cuando llegué aquí. Mi madre vivió en un barrio de Embajadores totalmente diferente al que yo conocí, por ejemplo. Por eso creo que tiene tanta importancia que investiguemos, al menos un poco, la historia de nuestras ciudades. Ser consciente de los cambios en los distintos barrios, en los edificios emblemáticos, en la gente que los ha ido habitando a lo largo de las décadas, es la clave para no olvidar jamás el pasado de esa ciudad.
-.-.-

Estamos seguro que “El sol de Argel” será un éxito. Como nos pasa a todos los que admiramos Madrid, cuantas veces no nos habremos preguntado qué recuerdo guardarán los viejos lugares de nuestra ciudad.... ¡ay si las paredes hablaran!


La novela ya ha llegado a librerías del barrio como Cervantes y Compañía (Malasaña), Casa del Libro; y a otras como Tipos Infames (Tribunal), La buena vida (Ópera) o La librería (calle Mayor),... donde podéis adquirirla.

Páginas de Esther Ginés:
http://undiaenmacondo.blogspot.com.es/
https://www.facebook.com/elsoldeargel

Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora: José Manuel Seseña

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La Plaza de Legazpi y la construcción del metro


Vamos a recordar las vicisitudes que la plaza de Legazpi y su entorno tuvieron que soportar durante la construcción del tramo de la L3 Delicias-Legazpi.

Matadero por el lado del Paseo de la Chopera en 1916, cuando todavía se encuentra en proceso constructivo de nuevas naves. Foto Memoria de Madrid 1916

Mercado de Frutas y Verduras y primeras industrias del barrio de los Metales a principios de la década de los años 40.

La plaza de Legazpi era y es un importante lugar de tráfico automovilístico con el Paseo de las Delicias como el eje vertebrador de la zona, entonces con tránsito en ambos sentidos y circulación tranviaria con las vías situadas en su centro. Era además, la mejor opción para entrar o salir de Madrid hacia la carretera de Andalucía a través del puente de la Princesa. En la época que tratamos, con menos opciones de viales para canalizar los desvíos, existían tres puntos a destacar por ser origen o destino de los transportes de mercancías: el Matadero, el Mercado de Frutas y Verduras, y las industrias radicadas en el barrio de los Metales (calles de Bronce, Plomo, etc.) (1), que además tenían acceso ferroviario a través de ramales secundarios que enlazaban con el ramal madre Madrid-Delicias a Madrid-Mercados.

Al otro lado de la barrera natural que representa el río Manzanares, está en paralelo la calle de Antonio López que era entonces la N-IV Madrid-Andalucía. Los puentes para cruzarlo eran el puente de Toledo, estrecho, y el puente de la Princesa, mas ancho, no existiendo aún el puente de Praga.

Actual Glorieta de Cádiz. A la izquierda un tranvía de la línea 37 procedente de Marcelo Usera y a la derecha uno de la línea 32 que se encamina hacía Antonio López. Obsérvese la actitud vigilante del cobrador de este último.

En los años cuarenta se produce un fuerte crecimiento demográfico en la zona de Antonio López y Marcelo Usera, apareciendo numerosas infraviviendas de obreros, algunas levantadas en sitios tan céntricos actualmente como en las inmediaciones de Guillermo de Osma y se restablece el servicio tranviario por la primera de dichas calles el 1 de Febrero de 1946, en suspenso desde la Guerra Civil, asignando el número 66 a la nueva línea. Es evidente que se hacía necesario potenciar el transporte subterráneo para complementarlo con el de superficie, representado por las tres líneas de tranvías cuyos números mas adelante se indican, acercándolo a Legazpi y desde aquí el recorrido a casa quedaba bastante reducido (2).

Así el 26 de Abril de 1946 una Orden Ministerial otorga la concesión del tramo de la L3 Embajadores-Legazpi a la Compañía Metropolitano de Madrid. Será lo último que esta empresa construya por su cuenta, inaugurándose primeramente Embajadores-Delicias pues Delicias-Legazpi presenta mas dificultades.

El 6 de diciembre de 1948 se establece la línea de autobuses 6 Antón Martín-Plaza de Legazpi, con una dotación de inicial de seis vehículos. El recorrido es por la calle de Atocha y los paseos de Santa María de la Cabeza y de la Chopera. En febrero de 1949, una vez acabadas obras de pavimentación en la calle de Atocha, relacionadas con la supresión de varias vías de tranvías por la zona, es prolongada desde la plaza de Antón de Martín hasta la plaza de Benavente haciendo el recorrido inverso a través de Concepción Jerónima, Conde de Romanones, plaza de Tirso de Molina y Magdalena, es decir, el mismo que muy poco después van a realizar los tranvías al eliminarles masivamente del centro de Madrid.

Un tranvía de la línea 37 llegando al cruce del Paseo de las Delicias con Alejandro Vallant con las vías instaladas en la acera. Al fondo se vislumbra un PCC de la línea 4, a punto de llegar a la zona provisional.

Cruce de tranvías 4 y 37 en el mismo lugar de la anterior. Viajar en tranvía suponía un ejercicio físico peligroso sobre todo si se iba por el lado de la entrevía.

El 17 de Diciembre de 1949 las obras de construcción del metro a la plaza de Legazpi obligan a modificar los itinerarios habituales de las tres líneas de tranvías que pasan por aquí, que son:
- 4 Ventas-Legazpi
- 32 Plaza Mayor-Legazpi (antigua línea 66, renumerada poco después como 32)
- 37 Atocha-Usera

La circulación de vehículos y tranvías queda suprimida totalmente en el Paseo de las Delicias entre la Glorieta de la Beata María Ana de Jesús y la plaza de Legazpi, desviándose la circulación de vehículos a través de Guillermo de Osma y Paseo de la Chopera.

En cuando a los tranvías las cosas quedan así:
- Las vías en el Paseo de las Delicias entre Alejandro Vallant y la Glorieta de la Beata María Ana de Jesús son desplazadas, quedando en la entrevía el bordillo pues la de sentido Atocha se coloca sobre la acera de los impares.
- Entre la Glorieta de la Beata María Ana de Jesús y Legazpi se instalan vías provisionales por la calle Embajadores, entrando en la plaza por Bolivar y saliendo por Manuel Aleixandre.
- La modificación para la línea 32 consiste en trasladar el punto de la maniobra de inversión pues deja de hacerlo en el final del Paseo de las Delicias.
- Se producen numerosos cambios en las vías instaladas en la plaza de Legazpi cuyo detalle excede del objetivo del tema.

Un PCC de la línea 4 en la parada provisional del final de Legazpi. Al fondo el desaparecido cine Legazpi, que fue reemplazado un nuevo inmuebles en cuyos bajos abrió una oficina el extinto Banco Central

Otra vista de un PCC de la línea 4 preparándose para salir por Manuel Aleixandre. Al fondo la chimenea del Matadero, actualmente preservada.

El 1 de Marzo de 1951 se inaugura el tramo Delicias-Legazpi sin estaciones intermedias, con una longitud de eje a eje de ambas de 743 m., comenzando el servicio al público al día siguiente en el horario habitual del resto de la red. La estación de Legazpi tiene dos vestíbulos, uno en cada extremo del andén, ambos con una sola boca en el lado de los pares del Paseo de las Delicias, llamados por proximidad: Glorieta Beata María Ana de Jesús y Plaza de Legazpi.

Acceso de la plaza de Legazpi  poco antes de su inauguración. Foto Santos Yubero.

Acceso de la glorieta de la Beata María Ana de Jesús después de su inauguración. Obsérvese que el Paseo de las Delicias está en obras y los viajeros tienen que dar un rodeo para acceder a la estación.

La necesidad de iniciar el funcionamiento cuanto antes, hace que las instalaciones de la estación no estén completas y solo se presta servicio por un andén debido a que se inaugura sin el saco de maniobras habitual en todos los finales de línea, ya que la cercanía al río Manzanares está causando grandes problemas de filtraciones de agua. Ello hace que, a pesar de la inauguración del metro, la circulación tranviaria todavía tenga que seguir siendo por la calle de Embajadores.

Acto de bendición de las instalaciones de la estación de Legazpi, realizado en el andén de llegada, el único que presta servicio al público. Foto Colección César Mohedas.

Autoridades asistentes a la inauguración saliendo por el acceso Plaza de Legazpi. De siempre la llegada del metro a un barrio ha producido gran satisfacción entre los vecinos.

El 29 de Mayo de 1952 se produce el accidente tranviario del Puente de Toledo y dentro de las diversas alteraciones en los itinerarios tranviarios afectados, durante un breve periodo de tiempo, los tranvías de la línea 34 a los Carabancheles tienen que utilizar el Paseo de las Delicias y las vías provisionales instaladas.

Caos de pavimentación en la plaza de Legazpi, con las vías cortadas del tranvía. Foto tomada el 27-01-1953, casi dos años después de la inauguración del metro. Foto Santos Yubero.

Otra imagen de la misma fecha con mas detalle, véanse los cables cortados del tendido aéreo. Un autobús Guy de la línea 6 dando la vuelta para dirigirse al Paseo de la Chopera. Foto Santos Yubero.

El 23 de Febrero de 1954 todo vuelve a la normalidad al comenzar a circular los tranvías por el eje del Paseo de las Delicias en los tramos afectados por las obras del metro, eliminándose las instalaciones provisionales a que hubo lugar. Por otro lado el saco de maniobras de la estación de Legazpi ya estaba funcionando con normalidad (3).

Un tranvía de la serie quinientos en circulación de Prácticas entra en el Plaza de Legazpi por el Paseo de las Delicias, una vez restablecida la circulación en la zona.

Epílogo
La gran penuria de material de autobuses de la E.M.T. se dejó sentir con especial significación en los primeros años cincuenta, pues varias de las líneas que se habían creado pasaron a ser explotadas por empresas privadas, siendo muy probablemente a pesar de su costo, el motivo por el que se prefirió establecer variante tranviaria por Embajadores, manteniendo los tranvías en lugar de sustituirlos por autobuses como habría ocurrido de haber sucedido años después.

La historia se volvería a repetir de forma parecida muchos años después, pero eso “es otra historia”.
-.-.-

Bibliografía
Gran parte de los datos aquí expuestos están sacados del archivo de D. Carlos López Bustos.

Agradecimientos
A nuestro amigo y habitual colaborador César Mohedas, por la cesión de foto de su colección y búsqueda de otras. Y también a Manuel Cayola por la labor de hallar alguna de estas fotos en los diversos archivos existentes.

Autor José Manuel Seseña
En el blog Historias Matritenses colabora Ricardo Márquez.


Notas:
(1) Las instalaciones de Matadero y Mercado ya no cumplen esa función, y el barrio ha dejado de ser industrial para transformarse en residencial.
(2) Hoy todo lo que no sea tener una boca de metro o una parada de autobús muy cerca de casa se considera “lejos”, pero en aquella época se hacían grandes desplazamientos a pie hasta un medio de transporte, evitando los transbordos para ahorrarse un billete.
El Abono de Transportes nos ha hecho muy sedentarios pues tomamos el autobús para una sola parada.
(3) El saco de maniobras, que tantos problemas dio al construirlo, ha desaparecido al no haber sido aprovechado en la prolongación de la L3 a Villaverde Alto, pues la continuidad de la línea tiene otra orientación.
Las características propias de estos tramos de túnel hacen que tengan que estar necesariamente en horizontal, lo que hubiera obligado a modificarlo a pendiente de haberse llevado a cabo el proyecto de prolongación a Usera para ganar profundidad y pasar bajo el río Manzanares, ampliación realizada después a través de L6. Para realizar la prolongación Embajadores-Delicias, el saco de Embajadores precisó modificar la rasante haciendo rebaje.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La empresa familiar Matute Hermanos y el cine


Local en la calle de Caballero de Gracia números 19 y 21, la foto debe corresponder al año 1900 más o menos.

La fundación de la empresa data de 1º de Julio de 1879, por D. J. Gómez y D. L. Matute, en la calle de Caballero de Gracia números 19 y 21 (en la misma acera del actual Real Oratorio de Caballero de Gracia), con la denominación de GOMEZ Y MATUTE.

Cuando se iniciaron las obras de la Gran Vía, esa casa fue derribada, pasando la empresa familiar a la calle del Barquillo número 6, y con la denominación de S. MATUTE, al separarse del negocio el Sr. Gómez.

A partir de 1911, y en el nuevo local de la calle del Barquillo, D. S. Matute, sobrino carnal de D. L. Matute, con el nombre comercial de S. MATUTE.

Posteriormente  y en el mismo lugar, volvió a cambiar de nombre y se denominó MATUTE HERMANOS, S.L. al asociarse varios hermanos en la empresa familiar.

D. S. Matute y su hermano D. M. Matute, con el nombre de MATUTE HERMANOS S.R.C.

Local de la calle del Barquillo, foto fechada en 1933.                                    

A partir de 1985 , fecha de fallecimiento de D. M. Matute -su hermano ya había fallecido unos años antes-, pasó a denominarse MATUTE HERMANOS S.L. y sus socios eran los seis hijos de D. M. Matute, pero sólo como socios activos trabajaron tres en la empresa familiar.

Foto de 1982

El taller de montaje y ensamblaje de piezas de aparatos de iluminación se encontraba en la calle de Fuencarral número 16 duplicado, el año 1940, ya que anteriormente a esa fecha se montaban en la "trastienda" pues era un local bastante grande. Al quedar libre el piso primero de dicha calle de Fuencarral (la finca era de la familia), y por ser un piso muy grande, se aprovechó como taller. En los últimos años de la empresa Matute Hermanos S. L. se volvió de nuevo a la “trastienda”, al venderse la finca entera de la calle de Fuencarral. Todo el trabajo de fundición en bronce, se realizaba con modelos propios, en la calle de Alonso Cano, donde se encontraba una fundición que realizaba dichos trabajos, así como para otros.

Foto actual. (Panoramio@Manosbrujas-Google).

Actualmente en la calle del Barquillo, entrando por calle de Alcalá y nada más pasar el Instituto Cervantes (Barquillo 2 y 4, edificio de arquitecto Antonio Palacios, que antes era el Banco Central), se puede ver perfectamente la portada de la antigua tienda, magníficamente restaurada y hoy adquirida y ocupada por las oficinas de ARQUIA, CAJA DE ARQUITECTOS.

La empresa fue fundada en 1879 y desaparecería en el 2002 por falta de continuidad familiar.

La escenografía y ambientación en el cine español.
Es la creación con objetos de uso cotidiano, tales como muebles y otros  elementos, de la atmósfera requerida para las escenas en los lugares de rodaje.

Trabajos realizados para la película 55 días en Pekín, por Matute Hermanos.
Se adjuntan cuatro bocetos del archivo MATUTE HERMANOS S.L de "dibujos de taller". Los cristales de las lámparas y apliques de los bocetos números 1, 3 y 4; iban decorados a mano con colores muy intensos: "Decorado Sévres Rojo", sobre fondo blanco, como se puede apreciar al ver la película; y el nº 2, llevaba la tulipa de cristal en color verde inglés.

Boceto nº 1 corresponde a la lámpara de billar.

Boceto nº 2 corresponde al velón de bronce fundido de la mesa del despacho de la embajada inglesa de la película.

Fotograma de la película, en la que se puede ver el velón de bronce fundido.

Boceto nº 3 corresponde a las lámparas-quinqué del bar.

Boceto nº 4 corresponde a los aplique-quinqué a juego de las lámparas anteriores.

Foto del velón de bronce fundido.

Se hicieron los aparatos de iluminación artísticos para la película "55 DIAS EN PEKIN", lámparas-quinqué en bronce fundido para el salón, con sus apliques de pared a juego, la lámpara quinqué para la mesa de billar y arañas de cristal para el salón de baile que encargó la productora Samuel Bronston. Esta película se rodó en los estudios Chamartín y en Las Rozas-Las Matas, entre otros sitios.

En cuanto a otras colaboraciones para el cine, se hicieron algunos encargos de los decoradores (Rafael Palmero, Pirro, Gerardo Rueda y otros más) o que se compraban directamente en el comercio de la calle del Barquillo, pero sin saber para qué película se trataba.
-.-.-

Autor: Ángel Caldito.

Mi agradecimiento a D. Fernando Matute, por la información y documentación aportada para el artículo.

En este artículo han colaborado: Ricardo Márquez  y José Manuel Seseña.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El cine Ciudad Lineal


Una imagen tomada desde el propio edificio del cine Ciudad Lineal donde se ve el cruce de  las calles Arturo Soria (tranvía) con la carretera de Hortaleza, actual López de Hoyos, (autobús).

En el año 1959 la Ciudad Lineal aún era un tremendo barrizal donde tan solo algunos tramos de su calzada habían sido asfaltados o adoquinados. El cruce de la antigua Carretera de Hortaleza con la Calle de Arturo Soria era uno de esos puntos donde el transito era mayor, sobre todo por las gentes de los barrios de Hortaleza y Canillas. Allí, donde el límite de los taxis cambiaban de zona y en un lugar de creciente remodelación, se construyó un nuevo cine que llevaría anexo una sala de fiestas, el Cine y Club Ciudad Lineal.

Nuevamente aparece en nuestro camino la familia Reyzábal, en este caso el cinematógrafo será propiedad de Milagros, una de las hijas de don Julián Reyzábal (abuelo), uno de los clanes con más locales de espectáculos en la capital y que vivirán de este negocio generación tras generación.
El proyecto fue llevado a cabo por el afamado arquitecto vasco José Luis Sanz de Magallón que tomará mucho más renombre al cabo de los años cuando se dedica no solo al mundo de la arquitectura, sino también al de la pintura, siendo premiado por ello en varias ocasiones, y que trabajó con la familia Reyzábal en varias ocasiones.

En unos terrenos hasta el momento despoblados pertenecientes a la manzana 79 de la obsoleta Ciudad Lineal y colindando con un antiguo hotelillo conocido como Villa Sol, se levantó este nuevo inmueble de cuatro alturas destinados a viviendas con fachadas a tres calles, López de Hoyos 305, Arturo Soria 195 y Vicente Muzas 12.

Una imagen de los años 60 donde se ve el emplazamiento del inmueble.

Detrás del bar Jacinto, al otro lado de López de Hoyos y a la izquierda del solar que se ve, se levantaba el Cine Ciudad Lineal, en la parada 10 del tranvía.

Había muchísimo desnivel entre la calle de Vicente Muzas y la de López de Hoyos, unos 3,50 metros aproximadamente, lo que facilitó la construcción de la sala de fiestas.

El edificio de viviendas era realmente casi todo fachada, ya que la gran parte del solar estaba invadido por el patio de butacas del cine. Bajo las viviendas y ocupando la curva que ofrecía la esquina evitando de esta forma ser tan precipitada, se dio entrada al local de espectáculos cinematográficos, dejando el acceso a la sala de fiestas en la calle de López de Hoyos, justamente debajo del patio de butacas.

Alzado continuado a las calles de López de Hoyos c/v a Arturo Soria.

El edificio se construyó con estructura de hormigón armado salvo la cubierta del patio de butacas para la cual se utilizó una estructura de cerchas de hierro y planchas de “Uralita”. En sus fachadas eran de ladrillo visto solo adornado por paños de “Gresite” gris bajo los huecos de ventanas. Sobre la entrada del cine se colocaron dos marquesinas de hormigón armado con cierto aire racionalista y que enmarcaban el espacio destinado a las carteleras.  Debido al desnivel existente en la calle, la entrada estaba precedida de varios escalones tras los cuales y atravesando las grandes puertas de cristal encontrábamos el vestíbulo. Este era muy alto, adornado con sencillez; toda la entrada era una gran escalinata en curva que desembarcaba en un espacio de encuentro con las escaleras que accedían directamente al entresuelo y que el arquitecto había colocado estratégicamente para realizar un desalojo muy rápido y ordenado.

Inédita imagen de la entrada al cine Ciudad Lineal en su primera época poco después de su inauguración.

En esta planta estaban los aseos de señoras, dejando los de caballeros en el sótano junto a la caldera de calefacción y el clima artificial de refrigeración. El resto de la planta baja estaba ocupada por un largo corredor que iba ascendiendo para conseguir alcanzar la entrada a las localidades más alejadas de la pantalla y que desembocaba en otra escalinata de acceso al entresuelo, y en una puerta de salida en caso de emergencia a la calle posterior. Se accedía al interior del patio de butacas por medio de tres grandes huecos de dos hojas, cada uno se habían situado lateralmente. En la parte posterior junto a la última fila, una cuarta puerta daba salida directa a la calle posterior de Vicente Muzas.

Anteproyecto de la planta baja del cine Ciudad Lineal, sobre él se realizaron  algunas pequeñas modificaciones.

El pasillo que estaba junto al vestíbulo de entrada y que iba dando entrada a las diferentes localidades. Al fondo la puerta de acceso a las escaleras del entresuelo.

El arquitecto puso especial cuidado en la distribución de las escaleras de acceso al piso alto, creando varios grupos de peldaños separados por vestíbulos, lo cual confería una subida menos pronunciada y más agradable para el público.

El patio de butacas, que tenía un pronunciado desnivel hacia la pantalla, estaba recorrido por un gran pasillo central y otros dos laterales. Las paredes tenían un alto friso de dos metros de madera, dejando el resto de los paramentos verticales entelados. Rompían la amplitud de estos altísimos paños los plafones de iluminación que reforzados por las lámparas ocultas tras las molduras de escayola en el techo del entresuelo y principal inundaban de luz la sala. Los suelos estaban cubiertos de “sintasol” grisáceo y sobre él 741 butacas que componían el aforo del patio, estas eran muy cómodas, construidas con tubo metálico y asiento abatible. Los techos tenían grandes molduras escalonadas que escondían la iluminación y las salidas de ventilación, confiriendo al local una decoración muy moderna.

Un aspecto del conjunto del patio y entresuelo del moderno cine Ciudad Lineal.

El patio de butacas se estrechaba hacia la pantalla, teniendo en su fondo 20,50 metros y en la parte opuesta, a la de la pantalla 16,20 centrando todas las miradas de los espectadores a ésta. La pantalla se elevaba aproximadamente un metro sobre el suelo y ocupaba de lado a lado del local marginándose lateralmente únicamente por los cortinajes y, superior e inferiormente, por tableros retroiluminados que embellecían e iluminaban el escenario.

La pantalla vista desde las últimas localidades del patio.

Anteproyecto de la planta primera del local, obsérvese su funcional esquema.

El acceso a la planta superior se realizaba como hemos indicado antes por dos tiros de escalera, uno situado a la entrada de la sala junto a la puerta principal y otro al fondo del gran pasillo distribuidor junto a la calle posterior. Ambos desembocaban en un amplio vestíbulo desde donde se accedía al entresuelo. En esta planta además había aseos para caballeros y señoras, y una amplia barra de bar que se había instalado en uno de los rincones del vestíbulo quedando enfrentada a uno de los dos huecos con escaleras que daban acceso a las restantes 453 localidades conformando un total de 1.194 butacas. La decoración era idéntica a la del patio, frisos de madera y paredes enteladas. Al fondo, y tras la última fila, había varias ventanas de ventilación directas a la calle de Vicente Muzas, mientras que la cabina volaba sobre éstas un piso más arriba.

Un aspecto del amplio entresuelo, sobre las últimas filas la cabina de proyección.

Sin duda alguna era un excelente local de proyecciones, muy confortable, seguro y moderno, contaba con todos los sistemas de extinción en caso de incendio, extintores y bocas de riego, iluminación en escaleras y unos accesos inmejorables.

Junto a los aseos masculinos de la primera planta había una puerta por la que se accedía a una escalera de servicio que subía dos plantas hasta llegar a la moderna cabina de proyección. En este piso se encontraba el cuarto del proyeccionista, un aseo, un pequeño despacho y la cabina de proyección donde se habían instalado dos modernos proyectores marca Wextrex de 35 mm.


Un aspecto del entresuelo completo. Obsérvense algunos detalles como la escalera que accedía a la cabina tras las últimas filas, o el gigantesco espacio triangular desocupado tras la pantalla.

Alzado posterior a la calle de Vicente Muzas, tres de las puertas eran de desalojo del cine, la cuarta era de la sala de fiestas.

El cine se inauguró en 1961 como sala de primer reestreno con llenos en todas las sesiones. La zona era ideal para la instalación de un cinematógrafo por dos fundamentales razones: la creciente población en la zona y falta de este tipo de equipamientos en las cercanías.

Funcionó continuadamente durante muchísimo tiempo. En él además se dieron mítines políticos en los años 70. Sufrió algunas pequeñas reformas pero conservó su aspecto inicial hasta el final de sus días. Cerró en el año 1994 con la película Aladín en cartel. Es en este momento fue cuando sufrió una importantísima reforma para trasformar el antiguo entresuelo en dos salas, dejando espacio en la planta calle para otro negocio. Su fachada fue desfigurada cediéndose casi en su totalidad al local comercial que ocuparía la planta baja, y construyendo una entrada para las salas de cine junto al espacio que anteriormente había ocupado la taquilla.


Dos aspectos de la fachada del inmueble en los primeros años 2000.

La reforma duró algunos meses y consistió en crear un acceso a partir de la antigua escalinata de entrada al piso superior. Desde el ya modernizado vestíbulo de entresuelo se accedía por medio de las antiguas entradas a las localidades dando acceso a dos salas independientes, una de ellas con una extraña fisonomía ya que tenía un pilar que hacia disminuir sustancialmente el número de localidades. Conformaban un total de 343 modernas butacas las dos salas. El cine se inauguró en 1994 y funcionó con una selecta programación de estreno. La vida de los cines Ciudad Lineal fue efímera, funcionaron escasamente 12 años; en marzo de 2006 fueron clausurados y desde entonces no se ha realizado ningún tipo de reforma en el local. Su fachada fue tapiada para evitar daños y tan solo queda como vestigio del pasado sus taquillas y sus carteleras que hoy solo exhiben polvo. Su futuro es incierto, ya que ocupan las plantas altas del cubículo que se construyó anexo al edificio principal, con lo cual es complicado darle otro uso. Tal vez haya una próxima resurrección.

Aspecto actual de la triste fachada de los clausurados cines Ciudad Lineal.

Recuerdos del cine Ciudad Lineal
“El cine Ciudad Lineal era el cine de mi barrio, es más, diría que el cine de mi vida pues su inauguración coincidió casi con mi nacimiento. Como a todos nos pasa, hay ciertos lugares que están ligados a nuestro desarrollo como personas y por eso los tenemos un especial cariño.

Yo iba al cine los martes que era cuando libraba mi padre. Me iban a buscar a la puerta del colegio; era el único día, el resto bajaba con mi hermano o volvía solo, y después entrábamos al cine. Esto sería sobre el año 1968 ó 69.

Era de sesión doble continua. Tengo el recuerdo que en los primeros años subíamos al entresuelo, imagino que por ser más barato. Mi madre me traía el bocadillo y una botella de plástico blanca con agua y cierre como el de las gaseosas. En ocasiones me compraban palomitas que las vendían en bolsas de plástico (no se hacían en el momento como ahora). Siempre me quedaba con ganas de una especie de Toblerone, que eran unos chocolates rectangulares rellenos con mermeladas de frutas. Venían como 6 porciones que podías partir y comer de forma individual. Los envoltorios eran  fotos de paisajes alpinos ciertamente bonitos (creo que nada tenían que ver con Suiza, el chocolate digo).

La parada 10 con sus kioscos vista desde Arturo Soria. El cine Ciudad Lineal quedaba a la derecha. Óleo de Rosim 

El bar estaba en la planta alta y sobre la barra, a mano derecha, tenían una especie de jaula donde tenían las palomitas y las patatas fritas.

Los asientos eran de skay rojo. Tenían un tacto rugoso que hacía el propio plástico. Eran irrompibles, duraron años (todos que yo recuerde), muy duros e incómodos, pero lo peor era en verano pues daban mucho calor.

El cine y su entorno era uno de los puntos de atención para todos los chavales del barrio. La cartelera ocupa toda la fachada del cine y se colocaba sobre la marquesina. En la calle López de Hoyos ponían los grandes lienzos para la semana siguiente, y desde la esquina hasta las taquillas, en el lado de Arturo Soria, los de las películas que estaban echando, de tal forma que corrían de izquierda a derecha las pinturas todos los lunes.

El otro punto donde nos parábamos todos los lunes era en las fotografías que ponían de la película. Se trataba de un marco dorado muy grande que estaba embutido en la pared del cine, en la fachada de López de Hoyos. Ponían 15 fotografías de las películas, las 3 primeras de arriba era de la película “B”, y las otras doce de la película principal. El fondo era un terciopelo granate y la verdad que quedaba muy aparente.

Además en la plazoleta se instaló el primer kiosco moderno de periódicos del barrio, y en la esquina de Vicente Muzas había una gran tienda que era juguetería, tienda de deportes y armería; vamos, todo lo que nos encandilaba.

Hacía 1975, con ocasión de la película Terremoto y otras similares, el cine fue dotado con el sistema de sonido sensoround, aunque tengo que confesar que había salas con mucho mejor sonido en Madrid. También en esta reforma fueron quitadas un par de filas que estaban demasiado cerca de la pantalla.
Fue en está época cuando el cine fue calificado de “riguroso re-estreno”.

La primera película que recuerdo es "Sor Yeyé", sobre el año 1968. Lo vi con mi madre, mi hermana y alguna amiga suya. Era un sábado y nos sentamos en el patio de butacas, como en la fila 6, demasiado delante, y recuerdo que lloré pues me asustaba de la cantidad de gente que había (estaba acostumbrado a los martes que casi estaba vacío el cine).

Con mi hermano vi "El regreso al planeta de los simios", después al salir mi hermano me explicó el final de la película y cuanto de cierto puede haber en la ciencia ficción. Desde entonces he utilizado la ciencia para entender este mundo.

Allí vi el primer desnudo, todavía en tiempos de Franco, en la película Marco Antonio y Cleopatra, con Elizabeth Taylor y Richard Burton. Fue uno de esos martes con mi padres, y estoy seguro que miraban de reojo mi asombro al ver un trasero de perfil. Hoy pasaría desapercibido a cualquier niño.

Una tarde de primavera subimos muy pronto al cine Ciudad Lineal, mis amigos Mariano y José, con tan mala suerte que empezó un tormenta con rayos y centellas típica de las tardes madrileñas. Finalmente nos tuvimos que refugiar en una cabina que había en el otro lado de la acera de López de Hoyos. Después vimos "La isla misteriosa y el Capitán Nemo" (1973), con Omar Sharif como protagonista; y una extraña película: "Democracia", un musical que se aventuraba en los tiempos venideros.

Otras veces, nos reuníamos todos los amigos para comentar en secreto y con emoción que nuestros padres habían dicho que en no sé qué película de Janes Bone salía en los créditos una mujer desnuda.

Había una particularidad de esta cadena de cines. Entre el cine Ciudad Lineal y el cine San Blas se intercalaban las películas, de tal forma que una semana estaban en el primero y a la siguiente en el segundo. Cuando no nos dejaban pasar a ver las "calificadas para 18” en el Ciudad Lineal, junto a mi amigo cogíamos el autobús 70 y nos íbamos al San Blas a probar suerte, casi siempre lográbamos pasar.

También recuerdo que fuimos a ver "El exorcista". El lleno fue total. Lo malo es que a la mañana siguiente tuvimos que madrugar mucho para irnos de caza con los padres de Mariano y José, y todos teníamos unas ojeras impresionantes de haber dormido poco por la dichosa película.

Posteriormente, cobijado por mi hermana y mi cuñado, íbamos al último pase a ver películas para mayores, como “La jauría humana” de Marlon Brando.

La última película que vi fue "La historia interminable", todavía siendo una sola sala a la antigua usanza. Cuando hicieron multicines me negué a ir, no quería romper mis recuerdos, y además que consideraba que había “minicines” mejores.

En definitiva, el cine Ciudad Lineal era la estrella más grande del universo de mi barrio, y junto a mi familia y amigos, influyó en mi para ser lo que hoy en día soy.

Mil gracias a todos."

Sala de fiestas
Paralelamente a la apertura del cine, y como era habitual en los locales propiedad de la familia Reyzábal, nace en los sótanos del inmueble una sala de fiestas conocida como el Club Ciudad Lineal. Al local se tenía acceso a través de un gran hueco de dos puertas con fachada a la calle de López de Hoyos y que quedaba justamente bajo el escenario del cine. Desde este vestíbulo, donde además se encontraban las taquillas, descendían dos escalinatas, una a cada lado, destinadas a entrada y salida de público.

Planta alta del Club Ciudad Lineal según el proyecto original.

En la planta alta de la sala, que correspondía al primer sótano, se había realizado un gran hueco al piso inferior desde donde se podía contemplar la pista de baile y el escenario. Alrededor de este hueco, y de forma ordenada, quedaba suficiente espacio para establecer sillas y mesas dando servicio de bar a esta planta una gran barra situada en la parte izquierda con acceso a un almacén. La parte derecha del local estaba ocupada por guardarropía dejando además espacio para los accesos a la planta inferior. A través de tres escaleras se accedía a la planta de segundo sótano, una de estas además comunicaba directamente con una salida de emergencia posterior a la calle de Vicente Muzas.

Segundo sótano o planta baja de la sala de fiestas.

En la planta de segundo sótano se encontraba la pista de baile a la cual se podía acceder a través de varias escalinatas ya que se encontraba un poco más profunda que el resto de la sala. Todo el perímetro de ésta estaba rodeado de una moderna barandilla metálica con tableros de madera, idéntica a la del balcón del primer piso. Al fondo se encontraba el escenario elevado del resto desde donde a través de una pequeña portezuela se accedía a los camerinos construidos tras éste. Frente al escenario, en el otro extremo de la sala, estaban los servicios para caballeros y señoras. El resto del espacio se hallaba ocupado por sillas y mesas al igual que la planta alta.

Sección longitudinal de las salas de cine y espectáculos Ciudad Lineal.

El Club Ciudad Lineal, al igual que el resto de los locales de la cadena, contaba cada noche con música en directo, actuando normalmente dos orquestas que amenizaban las tardes y noches del local.

Publicidad de las salas Reyzábal

“Los Atómicos” en el Club Ciudad Lineal.

La decoración era muy básica pero de calidad, suelos de “Terrazo”, escaleras de piedra artificial, barandillas de hierro con tablero de aglomerado, paredes pintadas, enteladas o con friso, y columnas decoradas con “Gresite” en tonos grises. Todo muy funcional y evitando en mayor manera la utilización de materiales combustibles.

La sala funcionó simultáneamente al cine, haciendo parones para reformarse y adaptarse a los nuevos tiempos; originalmente fue el Club Ciudad Lineal, después se reformó y comenzó a tomar más aspecto de discoteca modificando su decoración y haciendo cada vez más oscuro el espacio. Se llamó City en los años 80; y más tarde, ya en los 90, comenzó su andadura más polémica y fructuosa con el nombre de “Die Maüer”, “el muro” en alemán en honor a la caída de éste, inaugurándose en 1992 con el local completamente remozado. Era muy característico y peculiar en esta sala el aseo, ya que contaba con una zona mixta, donde se establecieron unas mesas de agua dejando los retretes por separado.

Una imagen de la entrada al local en la calle López de Hoyos.

Durante este periodo y en el trascurso de los años posteriores, fundamentalmente en 1994, se realizaron varios desalojos y clausuras del local por superar su aforo, cuando en su interior se encontraban cerca de 1500 personas siendo la capacidad de éste de 478. A mediados de 1994 la sala cierra por reforma, y es entonces cuando se realizan las obras de acondicionamiento del cine, y la apertura en la planta baja de la tienda restaurante Vip´s.

La sala de fiestas reabre a finales del año 94 con idéntica fisonomía pero habiendo modificado algunos detalles en prevención de siniestros, además de añadir unos aseos en la planta superior.


En 1995 se llamó Virtual Sound y después The Wall, continuando su trayectoria algunos años más hasta que las quejas de los vecinos por los continuos ruidos y trifulcas que ocasionaba acabó con la discoteca.


Dos aspectos de la entrada a la discoteca Virtual Sound en los años 90.



Dibujos de ambos lados de la pista de baile en el periodo que se llamó Virtual Sound.


Después de algunos meses cerrado se hace una radical reforma en la que se divide en dos plantas completamente independientes. Se convirtió en un restaurante de comida española del grupo Vip´s, “La Ñ” pero no funcionó, y poco después se trasformó en un nuevo restaurante, en este caso italiano, “Pizza Nostra” borrando para siempre cualquier rastro del Club Ciudad Lineal.

El inmueble a finales de los años 90 ya reconvertido en el restaurante “La Ñ”, “Vip´s” y los multicines Ciudad Lineal.
 

Lo que fue la entrada a la sala de fiestas hoy convertido en un restaurante italiano y la entrada a la tienda Vip´s antiguo acceso al cine Ciudad Lineal.

Vista aérea del inmueble en la actualidad donde se aprecia el amplio tejado de lo que fue el patio de butacas del Cine Ciudad Lineal.
-.-.-

Autores: David Sánchez y Ricardo Márquez (parte Recuerdos).

En este blog también colabora: José Manuel Seseña.


Nota:
Este artículo se trata de una realización conjunta y se publica a la vez en Historias Matritenses, Historias Cinematográficas, Un paseo por la Ciudad Lineal y ¿Dónde están los cines de Madrid?.