tag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post3246908273867685632..comments2024-03-22T17:57:14.167+01:00Comments on Historias matritenses: Plaza de Oriente ... ¡arre!, ¡arre borriquito!Ricardo Márquezhttp://www.blogger.com/profile/12093879378151748927noreply@blogger.comBlogger12125tag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-69470808469009279362019-10-28T13:05:04.739+01:002019-10-28T13:05:04.739+01:00Hola Anónimo o Anónima puesto que no te has identi...Hola Anónimo o Anónima puesto que no te has identificado.<br />Muchas gracias por tu comentario. El barquillero era un personaje mas que había en la Plaza de Oriente, actividad castiza que yo apenas disfruté por los mismos motivos que comentas. Afortunadamente hoy nuestros pequeños tienen muchas mas posibilidades de conseguir chucherías que nosotros a su edad.<br />Un saludo afectuoso.<br />José ManuelJosé Manuelnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-32414237215095427512019-10-28T11:39:09.583+01:002019-10-28T11:39:09.583+01:00Naci en el 51 y recuerdo haber montado muchas vece...Naci en el 51 y recuerdo haber montado muchas veces incluso en el burrito.<br />La economia no debia ser muy boyante porque no recuerdo lo del barquilleroAnonymoushttps://www.blogger.com/profile/04221595531044853873noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-91686326775094959022013-04-05T19:33:46.130+02:002013-04-05T19:33:46.130+02:00Muchísimas gracias Gloria por tu comentario.
Me h...Muchísimas gracias Gloria por tu comentario. <br />Me hace mucha ilusión que comenten lectores que hayan sido viajeros del carromato.<br />Un afectuoso saludo.<br />José ManuelJose Manuelhttps://www.blogger.com/profile/04083497721724448531noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-63395748830422898712013-04-05T09:39:45.867+02:002013-04-05T09:39:45.867+02:00 Perdón un saludo y gracias de nuevo.G.M.P. Perdón un saludo y gracias de nuevo.G.M.P.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-61844912767154220112013-04-05T09:36:01.603+02:002013-04-05T09:36:01.603+02:00 Gracias José Manuel por despertar tantos recuerdo... Gracias José Manuel por despertar tantos recuerdos,el sitio más caro en el viaje era el burro, para mi era una tonteria subir en el carro después de subir en las vagonetas de LASICAL,pero los niños lo pasaban muy bien.<br />Un salido de G.M.P.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-24550027348176092212013-04-04T10:23:55.523+02:002013-04-04T10:23:55.523+02:00Muchas gracias Juan Antonio Díaz por tan excelente...Muchas gracias Juan Antonio Díaz por tan excelente comentario en el que incluyes la opinión de algunas plumss insignes.<br />Abundando en ello, lo que a mi me impresionó de niño fue el enorme edificio del Teatro Real, sin uso y tapiado dando lugar a que me hiciera cuarenta mil composiones de lugar. En fin, afortunadamente hoy es lo que no que tuvo nunca que dejar de ser, aunque haya costado mucho dinero ponerlo apto para su actividad, menos mal que en ese momento no había crisis...<br />Un afectuoso saludo.<br />José ManuelJose Manuelhttps://www.blogger.com/profile/04083497721724448531noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-6698208157536935702013-04-04T10:01:42.061+02:002013-04-04T10:01:42.061+02:00Hermoso artículo sobre una de las plazas más emble...Hermoso artículo sobre una de las plazas más emblemáticas de Madrid. Sí, señor. «Guapo» -como dice nuestro amigo Pedro-, y muy bien rematado por la ilustre y elegante narración de Ernesto Fernández.<br />Una plaza que inspiró al viejo poeta Hartzenbusch aquellos versos: «Niños que de siete a once, / tarde y noche, alegremente / jugáis en torno a la fuente / del gran caballo de bronce / que hay en la Plaza de Oriente...» y que a mí me sirvió para declararme «oficialmente» a la primera chica de mi vida. Fue en el jardín del Cabo Noval, el jardín «de los niños tristones, altivos e incongruentes», según Ramón Gómez de la Serna, donde a la edad de 15 años recibí el sí de mi primera novia.<br />Como colofón a mi entrada, quisiera insertar estas bellas líneas de un escritor llamado Simón Otaola, Otaola a secas, un desconocido escritor vasco-madrileño fallecido en el exilio mexicano, que en su libro de memorias titulado «Tiempo de recordar», escribía lo siguiente:<br /> «Para algunos cronistas este barrio de Palacio era triste, muy sombrío y melancólico. A mí me pareció, me sigue pareciendo, un barrio alegre y luminoso. La Plaza de Oriente era muy bella entonces. Para los entendidos tenía un gran defecto: su amplitud. Le faltaba más intimidad, estar cerrada como un salón, es decir, como la Plaza Mayor. La Plaza de Oriente estaba poco ceñida al frente de Palacio. Con la reforma moderna se cambió la glorieta central por un parterre bajo para intentar ceñirse más al escantillón de Palacio. Es posible que ahora haya ganado en propiedad desde el punto de vista arquitectónico, pero -¡ay!- se perdió para siempre la romántica girola que amaba tanto el corazón del niño sin saberlo, aquel jardín, madre mía, guardando entre verjas la dulce tentación de sus frutales, la historia alborotada de la niñez».<br />(Otaola, Tiempo de recordar, Editorial Grijalbo, S.A. México, D.F., 1978) <br />Saludos cordiales.Juan Antonio Díaznoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-8742660117424717182013-04-04T07:57:48.423+02:002013-04-04T07:57:48.423+02:00Hola Ernesto Fernández:
Muchas gracias por hacerno...Hola Ernesto Fernández:<br />Muchas gracias por hacernos partícipes de recuerdos de tu niñez.<br />Me ha venido a la memoria las miradas curiosas que echábamos los niños a la novedad de los asadores de pollos.<br />Si la memoria no me falla, la pajarería que citas estaba en la Cuesta de Santo Domingo, muy próxima a la calle de Fomento.<br />Un cordial saludo.<br />José ManuelJose Manuelhttps://www.blogger.com/profile/04083497721724448531noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-20316508177126861872013-04-04T01:25:01.710+02:002013-04-04T01:25:01.710+02:00(Jornada segunda)
Después de comer, íbamos andando...(Jornada segunda)<br />Después de comer, íbamos andando hasta los Jardines Sabatini, a los que nosotros denominábamos "los Jardines de Palacio",incapaces como éramos, por lo visto, de aprender los nombres, ni tampoco nos interesaban demasiado. En esos jardines jugábamos emocionantes partidos de tenis con una pelota de papel.<br />Cuando al mediodía veníamos del Instituto, pasábamos por la plaza de Santo Domingo, donde en una pollería, los pollitos se asaban de calor en el escaparate, y un macaco, obsceno y masturbador, daba el espectáculo ante la turba estudiantil, con el consiguiente cachondeo. De allí bajábamos la cuesta, desembocando finalmente en la Plaza de Oriente, entre una hilera de reyes de piedra, mudos y desconocidos, cuyos nombres no aprenderíamos nunca (al contrario que las golondrinas del poeta A. Bécquer). <br />Los chavales modernos, es que se lo saben todo, al contrario que mi generación, a la que de manera instintiva les atraía más la ignorancia en general. Por eso no es de extrañar que Madrid nos entrara más por los poros que no por la letra.<br />Y así, cuando con paso cansino volvíamos al Instituto, inconscientemente contemplábamos con deleite esos miradores de cristal, a la izquierda del Teatro, que eran emblema de la mejor clase media española, sobrios y elegantes, y sin el delirio estridente ni la fatuidad de las clases más pudientes.<br /><br />El cerril de Franco prefirió erigir la monstruosidad de la Cruz del Valle de los Caidos, en lugar de habilitar como Dios manda el Teatro Real, que a mí, más me hubiera gustado que se hubiera llamado Teatro de la República.<br /><br />Uno de los jardines laterales estaba reservado para las mamás con sus niños pequeños, y un día que me metí en ese edén, extraviado, o quizá atraido por una de esas hembras en flor, no hice más que entrar cuando se plantó delante de mí el guarda, sin espada de fuego en la mano, pero con cara de haber dejado hacía poco el arado en el pueblo, obligándome a abandonar ese florido paraiso. Schade!<br /><br />Todavía no hacía su ronda el carrito con su burro, y las niñas montadas en el pollino tampoco lucían esos abrigos de pieles. Pero aun sin burrito ni barquillero ni carrito de los helados, la Plaza de Oriente la guardo en el recuerdo como lo que fue siempre: Un lugar majestuoso, reposado y elegante, al alcance de todo el mundo, de Madrid y de los de fuera.<br />Saludos. Ernesto Fernándezhttps://www.blogger.com/profile/14992452933773363563noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-24436498220200836362013-04-04T00:05:51.226+02:002013-04-04T00:05:51.226+02:00Como mi comentario era demasiado largo, el cerebro...Como mi comentario era demasiado largo, el cerebro electrónico que tiene el mando en internet me lo ha masacrado apenas terminado, no quedándome más remedio que volver a las andadas, escribiéndolo por segunda vez, pero ahora en dos jornadas.<br />La primera vez que tuve contacto con la Plaza de Oriente fue en diciembre de 1946, al tomar parte en una de aquellas manifestaciones multitudinarias que organizaba Franco para protestar contra el éxodo voluntario de los embajadores extranjeros que estaban en desacuerdo con su régimen, que eran casi todos. A los niños del Hogar Alto de los Leones nos llevaron allí como siempre, uniformados y además con capote, pues hacía un frio que pelaba. Nos colocaron casi junto al Teatro, ya que la plaza estaba abarrotada, por lo que no pude ver nada. Por eso he escrito al pie de una foto que recuerda aquel evento: "El único recuerdo que guardo de aquel día es que hacía mucho frío a pesar de que lucía el sol, y el de un guardia poniendo una multa a una anciana por vender pipas sin permiso de la autoridad".<br />A partir de 1947 estuve yendo diariamente a esa bonita plaza, donde los alumnos que íbamos al Instituto C. Cisneros hacíamos tiempo antes de entrar al comedor de la Calle Carlos III. Así que pasábamos el rato jugando al pie de esa estatua ecuestre de Carlos III, seguramente la más lograda en toda España, por lo que tiene de soltura y ligereza, a pesar de la enorme masa que se alza con fuerza y gracia sobre los cuartos traseros.<br />Allí jugábamos a "tula" (tú la llevas) y juegos análogos, subiéndonos a los estupendos bancos de piedra al pie del monumento. Con lo que nunca llegamos a jugar fue con ese agua que se ve en una de las fotos, porque allí no corría nunca, a pesar de los esfuerzos de Paco el Rana (el de los pantanos), por lo que sufrimos unas sequías que recordaban a los castigos bíblicos. Sin embargo, para los barrenderos sí que alcanzaba, por lo que todos los días regaban el asfalto, siendo lo que más me gustaba el ver pasar algún auto por debajo del chorro de la manguera. Los barrenderos eran casi todos chicos jóvenes, vestidos con un uniforme de pana, gorra echada hacia atrás y botas katiuskas, lo que les daba un aspecto simpático. De todos modos, no sé si pasaba un coche cada hora o cada día, lo que nos permitía jugar tranquilamente al futbol --a la pelota--, en medio de la calzada, donde antes habíamos improvisado las porterías con las chaquetas amontonadas, formando los "palos". Si por casualidad divisábamos a un "guri", salíamos corriendo. (Fin de la primera jornada).Ernesto Fernándezhttps://www.blogger.com/profile/14992452933773363563noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-53467868929517053142013-04-02T20:44:54.643+02:002013-04-02T20:44:54.643+02:00Muchas gracias Pedro por tu entrada.
En este artíc...Muchas gracias Pedro por tu entrada.<br />En este artículo he rememorado mi niñez pues he tenido la suerte de montar varias veces en el carromato, pues vivía en La Fuentecilla y muchas veces después de salir del colegio mi madre me llevaba a la Plaza de la Armería, que, distraídamente merendaba mientras jugaba ya que era muy malo comiendo. En cambio yo era de los niños "sin barquillo" pues la cosa no estaba para dispendios y rara vez tenía ese "extraordinario".<br />Lo que comentas de la calle Requena, es, muy posiblemente, posterior a la fecha de este artículo del carromato. Respecto a lo que va encima en la parte delantera, es probable que fuera una especie de linterna, pero no lo recuerdo.<br />Un cordial saludo.<br />José ManuelJose Manuelhttps://www.blogger.com/profile/04083497721724448531noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7682636992223745603.post-87280751381292867082013-04-02T20:14:29.075+02:002013-04-02T20:14:29.075+02:00Hola José Manuel.
Muy guapo el artículo, sobre to...Hola José Manuel.<br /><br />Muy guapo el artículo, sobre todo si lo vemos vajo la pespectiva de un niño, yo no he tenido (o no me acuerdo) la suerte de montar en ese carro, sabes que en esa época no se desplazaba uno como ahora, y desde mi barrio el ir a la Plaza de Oriente era casi un viaje, los acontecimientos a los que te solían llevar los padres eran, el desfile militar y a la cabalgata de los Reyes Magos, lo demas era superfluo.<br /><br />Sabes, me ha llamado la atención esa especie de "sirena" en la parte superior central del carro, sabes que significaba, otra cosa es el cartel del lateral del carro, parece que pone, "recreo infantil" tu que crees.<br /><br />Sabes por que había siempre autobuses aparcados en la c/ Requena, porque había una tienda de suvenir, ahora no recuerdo el nombre, pero fué muy famosa, yo llevé a turistas a comprar, recuerdo que daban comisión.<br /><br />En fín José Manuel, que gracias por recordarnos estos episodios de nuestra niñez.<br /><br />Un saludo.<br /><br />Pedro.Pedro Gómeznoreply@blogger.com