Las oficinas y "una maquinilla" en los cocherones. Hacía 1907. Foto: Archivo de don Carlos López Bustos.
Antes de volver a iniciar nuestro recorrido por las paradas de la Ciudad Lineal, vamos a dedicar este artículo a recordar lo que fueron las Oficinas, junto con el primer edificio de la Ciudad Lineal; es decir, el frontal de la calle Arturo Soria entre las calles Protasio Gómez y Arzobispo Cos.
Este lugar fue elegido por varias razones: la proximidad del barrio de la Concepción (actualmente lo que conocemos por Pueblo Nuevo), su proximidad a la carretera de Aragón, pero sobre todo como base para poder llevar hasta la Ciudad Lineal el tranvía desde Las Ventas, elemento fundamental para que el sueño de don Arturo Soria se pudiera cumplir.
Las Oficinas fueron el reflejo fiel de los cambios vertiginosos en la tecnología que utilizaron los tranvías al principio del siglo XX, el edificio se fue adaptando a los distintos tipos de tracción, y este mismo progreso fue el que le llevó en sus últimos años, al no poder crecer más, a utilizarlo para otros menesteres.
El primer edificio de la Ciudad Lineal, el hotel de la Compañía Madrileña de Urbanización. Año 1898. Fuente: Exposición Arturo Soria y la Compañía Madrileña de Urbanización, Área de Cultura distrito Ciudad Lineal, Ayuntamiento de Madrid.
A las 7 de la tarde del día 16 de Julio de 1894 se colocó la primera piedra del llamado "Hotel de la Compañía", según plano del arquitecto Belarás, quedando en el acto inauguradas las obras de la Ciudad Lineal. Los terrenos pertenecían a la marquesa viuda de la Torrecilla y asistieron entre otros: El Arzobispo de Madrid-Alcalá, José María Justo de Cos; el Gobernador Civil, Duque de Tamames; los alcaldes de Canillejas y Canillas, y todo el Consejo de Administración de la CMU. Al término de la ceremonia el general Topete ofreció un "lunch" a todos los invitados en su finca del barrio de la Concepción.
Primera piedra de la Ciudad Lineal.
Debajo de la primera piedra se colocó una caja de plomo (cápsula del tiempo), con una copia del acta de inauguración, impresos y monedas (1).
A finales de este mismo año se propuso utilizar el Hotel de la Compañía como almacén para la Cooperativa de Consumos de la Ciudad Lineal (2), y se pidió la ampliación de la edificación para que hiciera las veces de Casino.
Pero el impulso a esta manzana vino de la mano del tranvía a Las Ventas, cuando se dio el visto bueno a la construcción de los cocherones y cuadras para dicha línea junto al Hotel de la Cía. Las obras duraron desde enero a noviembre de 1898. Mientras la CMU decidió trasladar las oficinas a su estación de tranvías de Tetuán, línea que había comprado como primer paso para la unión de la Ciudad Lineal por la parte de Chamartín y Fuencarral.
Aspecto del Hotel de la Cía. Como vemos a la izquierda fueron situadas las cuadras para la caballería y los cocherones para los tranvías. Destaca en letras blancas el nombre de la CMU. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
El día 17 de mayo de 1899, con motivo de los primeros viajes en pruebas a Las Ventas, tuvo lugar la inauguración oficial de los cocherones y de la estación que se instaló en el mismo complejo.
Vemos de diferencia con relación a la foto anterior que se está construyendo una nueva valla bicolor. Estas cercas fueron una de las principales características de la Ciudad Lineal, y en su construcción puso un gran empeño la CMU. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
En este lugar fueron probadas por primera vez las farolas de acetileno bajo patente de la CMU en julio de 1902.
De nuevo se iniciaron las obras de un anexo para las locomotoras de vapor más a la izquierda de las caballerizas y los cocherones, en agosto de 1903. Tenía una capacidad para 9 locomotoras (con 20 metros de vía interior), contando con taller y foso. Se hizo una nueva entrada por la calle Protasio Gómez utilizando las vías desechadas de la línea de Fuencarral. Las obras se dieron por concluidas en marzo de 1903.
Comparativa del trazado de vías entre 1899 y 1904. Autor: José Manuel Seseña.
Las nuevas cocheras para las locomotoras de vapor. Obsérvense las antiguas a su derecha. Año 1904. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
Entrada por la calle Protasio Gómez. Año 1915. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
En diciembre de 1905 se instaló en la estación un termómetro de mercurio que tenía una altura de 1,25 metros, despertando la admiración de todos los viajeros que incluso podían ver la temperatura sin necesidad de bajarse del tranvía.
De nuevo se acometió una ampliación a finales de junio de 1906, consistente en la construcción de las Oficinas –primera vez que se denominan así- y un nuevo ala para llevar la imprenta de la Ciudad Lineal, que en esos momentos estaban junto a la estación de Tetuán. Fueron inauguradas las nuevas instalaciones el día 18 de noviembre de 1907. A partir de entonces a la parada se la pasó a conocer por “Las Oficinas”, manteniéndose esa denominación hasta los últimos días del tranvía, aunque no de forma oficial.
Plano de la fachada de la calle Arturo Soria. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
Plano de la fachada de la calle Protasio Gómez. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
También tomaron una especial relevancia los talleres de las Oficinas, probando allí todas las nuevas tecnologías en lo referente a tranvías: se montaban los tranvías eléctricos, se experimentaban los frenos, las señales, las nuevas carrocerías,... todo ello a cargo del Luis Soria y Hernández (3). Además servía de almacén para la Cooperativa de Consumos y se sometían a comprobación los nuevos productos antes de ponerlos a la venta, como: estufas, calderas de calefacción de baja presión, pinturas plásticas anticorrosivas, todo tipo de bombillas,... o inventos tan curiosos como un inodoro que funcionaba con arena en lugar de con agua.
En mayo de 1911, a las espaldas de los almacenes de la CMU, en la calle Arzobispo Cos, se comenzó a construir una nueva nave de forma alargada para albergar la máquina elevadora de agua del río Jarama. Las pruebas de la máquina elevadora se llevó a cabo en la primavera de 1913, siendo todo un éxito. Mientras los cocherones se dejan únicamente para la limpieza de los tranvías eléctricos, tomando el relevo del mantenimiento y del montaje las nuevas cocheras de Tetuán. Simultáneamente se iniciaron nuevas obras para levantar un piso más en Las Oficinas en septiembre de 1912.
Vista principal de las nuevas oficinas. Marzo 1913. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
Hacía 1913. Foto cedida por: David Miguel Sánchez Fernández.
Foto actual de la nave de la máquina elevadora de agua.
En agosto de 1913 se acometieron las reformas de los cocherones para ampliar la imprenta de la Ciudad Lineal, y en octubre se cogen las aguas al tercer piso de las Oficinas. A su vez, como si de una carrera se tratara, se comenzó a levantar un piso más encima de los cocherones a la izquierda la crujía; y se modernizaron todas las instalaciones del edificio, obras que se prolongaron hasta agosto de 1914.
Disposición de las vías. Autor: José Manuel Seseña.
Sin embargo el día 22 de agosto de 1914 la CMU se declaró en suspensión de pagos. Todas las obras se paralizaron de inmediato, a excepción del Colegio de Huérfanos de la Armada, la mayor de las obras de un edificio emprendidas por la CMU. Mucho se ha escrito sobre los motivos que la causaron, mucho se ha callado, aludiendo la gran mayoría de las teorías al estallido de la Primera Guerra Mundial, pero admitiendo que algo tuvo que ver, lo principal fue el préstamo que solicitó y al que tuvo que hacer frente la CMU para la traída de las aguas del río Jarama y, aún estando las obras acabadas, nunca se llegó a obtener la licencia para su explotación por parte de la Cuenca Hidrográfica del Tajo. Además las compras de terrenos para la ampliación hasta Vallecas por un extremo, y por el otro hasta Fuencarral, así como la explanación de los terrenos ocasionó un importantísimo desembolso de fondos.
La CMU entró en un letargo, siendo muy pocas las obras de edificaciones nuevas y la mayoría de hoteles lujo. Se hicieron infinidad de permutas de terrenos para la cancelación de las deudas, y se vendieron los negocios más lucrativos, como el de la electricidad. Nunca la compañía volvió a sus niveles anteriores a la suspensión de pagos, tomando el testigo como gestor de la Ciudad Lineal una Sociedad creada al efecto por los antiguos consejeros, y después la Junta Vecinal a finales de los años veinte, pero simplemente para mantenimiento, nada de nuevas construcciones.
Pero volvamos a nuestras protagonistas, las Oficinas. En enero de 1922 el doctor Cirajas, uno de los más entusiastas con el proyecto de la Ciudad Lineal, abrió un dispensario de la Cruz Roja en las Oficinas, y un año después, en julio de 1923, se reanudaron las obras en las mismas que se habían interrumpido en 1914.
Plano parcelario de la CMU. Año 1925. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
La imprenta en las Oficinas. Año 1925. Fuente: Revista de la Ciudad Lineal.
En julio de 1929 se declaro un incendio en las Oficinas. Se quemaron varias revistas y libros, poca cosa para lo que podía haber sido según la CMU.
La calle Arturo Soria en el cruce con la calle Alcalá. A la izquierda sobresale el edificio de las Oficinas, con su tercer piso. En la acera de enfrente la iglesia de la Concepción, todavía sin el campanario, y en la calle Protasio Gómez la nave alargada de la elevadora de aguas. Año aproximado: 1929.
Pero como a perro flaco todo son pulgas, en octubre de 1929 la CMU recibe la mala noticia de que las aguas provenientes del Jarama no eran potables, con lo que no se podían mezclar con las de su red de abastecimientos que las tomaban del Canal de Isabel II, desde el Canalillo.
En septiembre de 1933 se instaló en las Oficinas el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Goya. Creemos que ocupaba los primeros cocheros y los jardines del primer Hotel de la CMU. Aunque no lo podemos confirmar al 100%, sospechamos que el Instituto Goya fue la continuación de la labor emprendida por la Sociedad de Cultura de la Ciudad Lineal. Nos basamos para afirmar esto en que el doctor Nicolás Martín Cirajas fue nombrado profesor de educación física del instituto en diciembre de 1933. El doctor Cirajas, un entusiasta de la Ciudad Lineal, fue el director de las escuelas de la Ciudad Lineal que dependían de la Sociedad de Cultura desde 1916. Además, en la publicidad del instituto Goya se utilizan los mismos argumentos que utilizaba la CMU: aire limpio, clases soleadas, buena ventilación... La CMU ofrecía gratis sus tranvías a los alumnos del instituto. Las ultimas noticias que encontramos del instituto Goya son de marzo de 1936.
Colegio Cervantes, al fondo donde actualmente se encuentra el patio de la Autoescuela Balmaseda. Como vemos en la foto posteriormente se continuó en el lugar con la labor docente como Colegio-Academia Cervantes. Finales de los años cuarenta. Fuente: Ventas Ciudad Lineal en el Recuerdo.
Durante la Guerra Civil estuvo en las Oficinas la Jefatura de Transportes Militares por Carretera. Por allí debían de pasar todos los vehículos de Madrid para retirar "las hojas declaratorias", sin las cuales no podían circular durante la contienda. El Velódromo de la Ciudad Lineal fue utilizado como aparcamiento improvisado para los vehículos que eran incautados.
Al finalizar la Guerra Civil cambiaron las tornas y durante unos años se convirtió en cuartel de la Legión, y al poco tiempo fue reconvertido en el Hogar del Auxilio Social Juan de Austria, destinado a adultos que provenían, en su gran mayoría, de los Hogares Infantiles del Auxilio Social y que no tenían familia o medios para vivir. Allí eran alojados en sus primeros años de trabajo o de estudios en centros superiores, siendo atendidos por cuidadores y un capellán.
Candil que se utilizaron en la década de los años 40 del siglo pasado cuando los apagones de luz fueron tan frecuentes. Es un mamotreto metálico de 0,55 m. de alto, tan sencillo como un cuenco que se llenaba de aceite y un pitorro en el centro con una mecha. Una vez que ésta quedaba impregnada, se prendía quedando iluminada la estancia (comedor, pasillos, etc). Texto y foto: Francisco Fernández.
En 1961, todavía siendo del Auxilio Social, se hizo una gran reforma y adecuación de las Oficinas.A mediados de los años ochenta fue demolido el primer Hotel de la CMU, el lugar es sumamente jugoso para las inmobiliarias.
Estado en el que se encontraba el primer Hotel de la CMU, pocos días antes de que fuera derribado. Foto cedida por: David Miguel Sánchez Fernández.
Tras llegar la Democracia las Oficinas pasaron a ser tuteladas por la Comunidad de Madrid, instalándose en ellas el Centro Ocupacional Juan de Austria, que todavía sigue su actividad hoy en día.
Las Oficinas en su estado actual como Centro Ocupacional. Fuente: Comunidad de Madrid.
Detalle de la fachada de las Oficinas que dan a la calle Arturo Soria. Foto: Paco Fernández.
Para acabar la historia con buen sabor de boca vamos a relatar la recuperación de la primera piedra de la Ciudad Lineal. En 1954 don Rafael Munguira compró el número 10 de la calle Arturo Soria, donde estaba antes el colegio Cervantes y mucho antes los primeros cocherones y cuadras. Al construir su nueva casa encontró la primera piedra y la dejó sobre un pedestal en un rincón del jardín de la finca, manteniendo el hallazgo en secreto. Allí estuvo hasta septiembre de 1996, cuando decidió legarla a la Junta de Distrito de la Ciudad Lineal con motivo de mudarse de vivienda. El Ayuntamiento la colocó un año después en un monumento urbano que consiste en un muro con la primera piedra incrustada y una placa que recuerda el motivo. Está ubicado al principio de la calle Arturo Soria en la parte central de la calzada.
Que pena que no aparezcan alguna de las cápsulas del tiempo que la CMU enterró a lo largo de su historia, sería todo un acontecimiento.
-.-.-
Dedicado a: Francisco Fernández que me hizo ver la importancia de las Oficinas.
Agradecimientos: A David Sánchez y Paco Fernández por la cesión de fotos.
Autor: Ricardo Márquez
En este artículo ha colaborado: José Manuel Seseña
Notas:
1- Que tengamos noticias se colocaron 2 cápsulas del tiempo más por parte de la CMU: una en el inicio de obras del primer colegio y otra en la plaza de toros. Algunas veces no dijeron que las enterraban, puede que para que nadie las buscará.
2- La Cooperativa de Consumos tuvo varias creaciones a lo largo de los años por parte de la CMU y particulares: varios almacenes, tiendas, carromatos,... pero nunca llegó a funcionar realmente bien ninguno de los intentos.
3- En muchas ocasiones fue el propio Luis Soria y Hernández el encargado de probar por primera vez las nuevas unidades de los tranvías.