jueves, 23 de enero de 2014

Recuperar lo "casi" perdido

Anteriormente a este artículo hemos hecho otros recordando juegos que han pasado al olvido, si no definitivamente si en gran parte. En algunas ocasiones viene dado por la falta de lugares donde poder practicarlos, otras veces por la falta de tiempo, pero en general por esta sociedad  modernista que ha cambiado el ocio por la obligación.

Sin querer poner fechas, solamente digamos “antes“, y por referirnos a las personas que mas practicaban los juegos a los que nos vamos a referir, era usual que los festivos se emplearan para relacionarse con la vecindad, cambiar impresiones sobre el barrio, tomar un vino o una cerveza, y aprovechar para echar una partida en el bar, bien fuera al tute, a la brisca, al mus, al dominó, a los dados, fuera a lo que fuera, lo principal era ese acercamiento.

Esta vez pretendemos recordar esos juegos – deportes, que aunque algunos los practicábamos como diversión, no por eso dejaban de estar federados, me refiero a los populares: Rana y Tanga o Chito.

Estos dos juegos, a los que nos vamos a referir, al estar federados tienen como es lógico su reglamentación, y sus normas de juego, alguno de ellos, tienen incluso varias modalidades de juego, describirlos al dedillo supondría emplear nombres técnicos que se nos escapan a los que no estamos duchos en la materia, y para ello habría que recurrir a Internet. Nuestra intención no es contar la técnica ni la reglamentación del juego, sino el juego tal como lo recordamos, es decir, lo que mantenemos en la memoria.

Foto: Wikipedia

La “rana”
La “rana” es un juego muy popular, raro era el bar que no tuviera rana, sobre todo los que tenían jardín, aunque en alguna ocasión se sacaba a la calle a jugar. Es un juego que no tiene dificultades para practicarlo, únicamente se necesita destreza y puntería. Los participantes pueden ser los que se quiera, las partidas solían ser individuales, aunque también se puede jugar por parejas.  Para el juego se emplean diez discos redondos de hierro, de tamaño de 4 cm de diámetro aproximadamente llamados changarros o petacos.

Foto: Bricolandia.es.

La rana es una especie de mesa con patas, y un cajón con apartados en la parte inferior, donde quedaban depositados los changarros, y en los que ponía el valor de los mismos. Podía ser de madera o de hierro, tenía que tener la misma medida de largo que de ancho, es decir cuadrada, estaba cerrada por tres laterales menos por el frente. Consta de una rana en el centro de la mesa, con figura sentada y la boca abierta, igualmente en el centro pero por delante un molino, dos puentes a ambos lados del molino, y cinco agujeros, dos por delante y tres por detrás de la rana, en total nueve agujeros, algunos con obstáculos, como es el caso de los puentes, teniendo cada figura una puntuación distinta. Existe otro tipo de mesa, que en la parte del fondo tiene tres ranuras perpendiculares de distintas medidas de ancho, y cuyo valor de puntuación es también distinto, y por detrás un tipo de cajoncito donde quedaban depositados los changarros.

El juego consiste en: Se traza una raya horizontal, normalmente con tiza en el suelo, a una distancia aproximada de la mesa de cuatro metros, desde donde se lanzan los changarros, el que en su turno de tirada pisara la raya, los tantos que se lograran no se contabilizaban, igualmente no se contabilizaban los tantos de los changarros que se quedaran en la boca de la rana, molino, puente o ranura sin entrar, hasta que empujado por otro changarro lanzado posteriormente lo introdujera en el agujero, siempre que le quedaran changarros en la misma tirada por lanzar.

Foto: Album de Flickr de Karolo Suárez

El orden de tirada era de uno detrás de otro, y cada jugador lanzaba diez changarros por tirada. Cuando la partida era por parejas, tiraban ambos compañeros seguidos, las partidas solían ser de diez tiradas, o bien acordar un número determinado de puntos. Había dos formas de lanzar el changarro, una abierto de piernas, y la mano que lanzaba bailando entre ellas, otra en ángulo, es decir, la pierna izquierda por delante de la derecha unos 50 cm.


El valor de las figuras eran los siguientes.

Rana………. 50 puntos.
Molino……... 25 puntos.
Puente…….. 10 puntos.
Agujero..……. 5 puntos.

Si la mesa disponía de ranuras.

Ranura inferior………. 20 puntos.
Ranura medio……….. 15 puntos.
Ranura superior……... 10 puntos.


La "tanga" o "chito"
Hay multitud de nombres para este juego o deporte, cada comunidad tiene el suyo, pero concretamente en Madrid era conocido por el “chito”, lo mismo sucede con los discos que se lanzan, pero los que yo he oído de siempre han sido, los petacos o tejo. Si en el juego de la rana decíamos que se precisaba de destreza y puntería, aquí era imprescindible, no solo la puntería, sino la habilidad y la fuerza.

La calle Tribulete también tenía que ver con este juego.

Es un juego o deporte sencillo, vamos a conocer las piezas que se empleaban en este juego.

Tanga o Chito – Petaco o Tejo – Chapa.

¿Qué es la tanga o chito?: Es la pieza a derribar, era un cilindro de madera, de entre 15 – 20 cm, de longitud, y de entre 3 – 4 de diámetro.
¿Qué es el petaco o tejo?: Es la pieza que se lanza, era un disco de hierro, de unos 8 – 10 cm de diámetro.

¿Qué es la chapa?: Es la pieza que se coloca encima de la tanga o chito, tiene una circunferencia de aproximadamente 3 cm.

Foto: Museodeljuego.com

Para practicar este juego se necesitaba de un espacio bastante amplio, que fuese de tierra, para facilitar el deslizamiento del tejo, y que estuviera lo mas plano posible, es decir, que el terreno estuviese en buenas condiciones. La longitud del terreno de juego era de aproximadamente 15 - 20 - metros, y la anchura de unos 3 - 4 metros. Los participantes podían ser tantos como se acordara, pero lo ideal era de unas tres o cuatro parejas, pues este juego se jugaba en parejas.

El juego se desarrollaba de la siguiente manera: En primer lugar se colocaba el chito en posición, para ello se clavaba en el suelo un clavo de cabeza ancha, y el chito se colocaba encima del clavo, la chapa se colocaba encima del chito, posteriormente se marcaba la distancia de lanzamiento, mediante una raya horizontal en el suelo, y se acordaba el turno de tirada.

Foto: Gabriel Jesús Moreno

Los jugadores podían lanzar el tejo, parados o en movimiento, pero la modalidad que escogieran la tenían que mantener toda la partida, la posición de parados no hace falta describirla, en movimiento era coger carrerilla y al llegar a la raya lanzar el tejo, el jugador que pisaba la raya era nulo el tiro. El tejo se podía lanzar para que pique, o para que deslice, el chito y la chapa han de ser derribados, y alejarlos lo más posible para que el tejo, quede más lejos de la chapa, que la chapa del chito.

El juego era normalmente a 15 tiradas, y cada jugador tira dos veces el tejo cada vez que le corresponda, los puntos que correspondían por cada acierto no los recuerdo, pero si los aciertos, aunque quizá me olvide de alguno.

Derribar el chito.
Que se derribe el chito, salga despedido, y vuelva a quedar de pié.
Cuando la chapa esté mas cerca del tejo que del chito.
Cuando la chapa esté mas lejos del tejo que del chito.
Cuando la chapa queda a la misma distancia del tejo y del chito.
Cuando derribes el chito, y la chapa salga despedida fuera del terreno de juego.
Que se derribe la chapa, y el chito quede en pié.

Foto: Album de Flickr de Gema Fuente

También había lo que se llamaba “cama”: La cama es cuando el tejo queda a menos distancia de la chapa, que la chapa del chito, cuando esto se producía, hay que volver a colocar el chito en su lugar, y la chapa encima.

El juego finalizaba cuando se agotaban las tiradas por todos los participantes, y como es lógico, ganaba la pareja que más puntos acumulara
-.-.-

Autor: Pedro Gómez

En este blog colaboran también: José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

4 comentarios:

  1. Hola Pedro:
    Muy buena la evocación de estos juegos populares de antaño. Hoy los juegos tienen que ser comecocos electrónicos y principalmente de forma individualizada o separados en la distancia, es decir, no buscan la relación social de las personas.
    Recuerdo el juego de la rana en algunos merenderos y en tabernas en casas de planta baja con patio trasero donde había veladores para tomar refrescos o un aperitivo a la sombra de una parra. Me viene a la memoria en zonas de Vallecas, Bombilla, Carabanchel y la Casa de Campo, pero de seguro que había en todos los barrios madrileños.
    Un abrazo.
    José Manuel

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  2. Que tal José Manuel.

    Pues seguro que había como dices en todos los barrios, por lo menos en los que yo he frecuentado, yo mismo he practivado el juego de la rana, nos juntabamos los amigos los domingos por la mañana en el bar Santana, y hechábamos mas de una partida, y el juego del Chito raro era en la época de buen tiempo, que no jugaban los mayores, recuerdo que en mi barrio se jugaba en la calle Celeste, entre el alfar y el descampado, (para quien conozca el barrio).

    En fin José Manuel, que seguiremos diciendo eso de "que tiempos aquellos".

    Un abrazo.
    Pedro.

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  3. En un bar en la calle de los Misterios, cerca de la farmacia y la iglesia, tenían una rana. Me fascinaba cada vez que pasábamos y veía "mayores" jugando.

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  4. Mi padre y los vecinos del barrio (Madrid - Puente de Segovia) llamaban "changarros" a las tres ranuras de la pared vertical que está detrás de la rana, no a los discos de hierro, que a ésos los llamaban "tejos". Gracias por recordarnos aquellas mañanas de domingo en el bar CASA MARCELINO, donde,en el patio con dos árboles, nuestros padres y vecinos se jugaban a la rana el vermut y el aperitivo (un mejillón de lata pinchado con un trozo de pepinillo en vinagre, o una anchoa). Yo nací en 1961 y hasta los años 70 era frecuente ver la rana en muchos bares y patios traseros. Hoy es, como dicen los jovencitos, algo "vintage". En la novela de Sánchez Ferlosio, "El Jarama" se describe una emocionante partida de rana en un merendero de Coslada, junto al Jarama.

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