Es de destacar la inquietud que tuvo siempre por el deporte Don Arturo Soria, y su empresa Compañía Madrileña de Urbanización, que fue la promotora y constructora de la Ciudad Lineal. Su lema de propaganda era: higiene y salud, tanto es así que antes de tener el velódromo se venía celebrando desde finales del siglo XIX todos los años la Fiesta del Arbol, en la que además de plantar árboles hacían diversos concursos deportivos (La Fiesta del Arbol será motivo de un nuevo artículo).
Foto de 1909 correspondiente a la Fiesta del Arbol, a la competición de lanzamiento de jabalina, en aquel entonces decian tiro de barra. Aunque no estaba construido el velódromo se puede apreciar que ya celebraban las competiciones en donde se haría el velódromo.
En Junio de 1910 se inauguró el velódromo. En una noticia de prensa se menciona:
Nada más generoso, y altruista que la construcción y mantenimiento de un parque de deportes: cuanto esfuerzo, cuantas energias no han sido necesarias para coronar esta obra humanitaria en un Pais donde el hablar de deportes, hace asomar una sonrisa desdeñosa, conmiserativa, en los labios de nuestros gobernantes; de esos gobernantes que ignoran que la educación física es la más grande, la más amplia escuela de moral de un pueblo.
Estaba unido con la capital con el tranvía eléctrico, desde Ventas, Cuatro Caminos y Chamartín . Fue considerado como unos de los mejores de Europa de su época, bajo la dirección de D. Ricardo Ruiz Ferry. Se construyó con arreglo a los planos del de Genas, en Lyon, habiendo proyectado y construidos los peraltes la propia compañía de D. Arturo Soria. Comprendía: una pista peraltada para bicicletas y motocicletas, de 6,5 metros de ancha; un campo central con pista para atletismo de 5 metros de ancho y un campo de fútbol de 90 metros de largo por 50 de ancho.
La línea exterior de la pista se hallaba cerrada por una baranda maciza de ladrillos en los peraltes y sus entradas y salidas, cuya prolongación en las rectas era de madera enrejada. Una línea de butacas completaba al exterior esta línea. Tras la recta de butacas de la línea de contrameta se alzaban cinco gradas amplias y tras las butacas de la línea de meta se construyeron unos palcos. Tenia 15 cabinas vestuarios, 12 individuales, una colectiva y una de hidroterapia para los corredores, y un garaje para bicicletas y motos del público.
En la línea de meta la barandilla era abatible, para permitir la entrada de los corredores, directamente desde la calle.
El velódromo estaba situado al pie y lindando con la fábrica de electricidad, y tenía la opción de celebrar competiciones nocturnas, incluso tenían proyectado la celebración de una carrera de 24 horas.
A raíz de esta construcción la Escuela Española de Educación Física tuvo su sede social en el Velódromo, lo que indica la implicación de la Ciudad Lineal con el deporte en general. En él se celebraron varios campeonatos de España de ciclismo.
En Julio de 1922, aparece la siguiente nota en prensa:
En breve comenzarán las obras de arreglo del nuevo campo que el Real Madrid va a arrendar en la Ciudad Lineal, o sea el del antiguo velódromo, ocupado hasta ha poco por la Sociedad de Cultura de la Ciudad Lineal y en donde se jugaron algunos partidos del Campeonato de segunda categoría de la temporada última.
La inauguración se hizo el 29/Abr/1923. El arquitecto fue D. José María Catell, quién transformó el antiguo velódromo. El campo de juego tenía unas dimensiones de 108 por 63 metros, lo que ocasionó la desaparición de la pista de atletismo, y fue el primer campo de futbol de hierba en España.
Al partido acudieron 14.000 espectadores y el Real Madrid se enfrentó al Real Unión de Irún, y ganó 2-0. Asistió el Infante Don Juan con sus hermanos. El presidente del Real Madrid era D. Pedro Parages y jugaba en el equipo D. Santiago Bernabeu, que fue el mejor jugador en el campo según la prensa.
Los espectadores presenciaban el encuentro sentados en amplias gradas, y se podían seguir celebrando carreras de motos y bicicletas. Se trasladó la tribuna de preferencia que el Club tenía en el campo de la calle Narváez y se construyeron tribunas para autoridades, con tres filas de asiento y dos posteriores para espectadores, prensa y algunos palcos, y una entrada general de 20 filas de asientos. Tenía una tapia central de ladrillo, con amplias entradas, una de seis y cuatro de cuatro metros de ancho. Se habilitó una gran caseta, con tres habitaciones para equipos y árbitro, con sus respectivas instalaciones e independientes de duchas, lavabos, etc.
Aseguraba la rápida y fácil comunicación con el centro de Madrid, un doble servicio especial de tranvías, partiendo de la Cibeles y Cuatro Caminos, y otro, también especial, de autobuses, llegando todos hasta la misma puerta del campo. El tiempo se estimaba en media hora, pero parece que los precios de los tranvías de la Ciudad Lineal eran muy elevados, y la concesión a los autobuses tuvo bastantes problemas para pactar el servicio.
Se acordó con la Compañía Madrileña de Urbanización (constructora de la Ciudad Lineal), la compra de la propiedad con 100.000 pesetas en metálico y 500.000 pesetas en valores de dicha compañía, aunque no he podido confirmar si esto se llevó a cabo.
El Real Madrid jugó en la Ciudad Lineal hasta 1924, año en que se trasladó a jugar al campo actual de Chamartín.
Una noticia de la prensa, en Marzo de 1928, decía así:
El viejo velódromo cortesano de la Ciudad Lineal fue un día centro de atracción de los aficionados al ciclo, y allí hemos presenciado numerosas hazañas de todos los corredores nacionales y de buen golpe de extranjeros.
Cuando cedió al fútbol su pista, la cinta de cemento sufrió terriblemente y pese a los arreglos posteriores y a los intentos de restauración ciclera, las jornadas modestas que siguieron fueron más bien la agonía del velódromo, al que el público negaba, por otra parte su apoyo tanto por la distancia como por la falta de rápidos medios de comunicación.
Está claro que el declive como velódromo se inició con la subida de espectadores al fútbol, y tanto es así que en 1931, los empleados de la Compañía de Seguros Plus Ultra, en esos momentos unos ochocientos socios entre empleados y familiares, se haría con el control del campo de futbol. Aproximadamente estuvo jugando en este campo hasta 1973, año en que desapareció el club de fútbol Plus Ultra, y pasaría a llamarse Castilla y a jugar en la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Diversas imágenes del estadio cuando jugaba el Plus Ultra. Imágenes de http://www.futbolistajaro.es/
Seguidamente 6 fotogramas de la película El Fenómeno, del año 1956, protagonizada por Fernando Fernán Gomez. Podemos ver los vestuarios, con el Conservatorio Profesional de Música (Arturo Soria, 120) detrás (primer fotograma), las gradas, la iglesia de San Juan Bautista, así como diversos chalet aledaños al estadio del Plus Ultra. Incluso se llega a intuir el peralte del velódromo.
Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y José Manuel Seseña.
Seguidamente 6 fotogramas de la película El Fenómeno, del año 1956, protagonizada por Fernando Fernán Gomez. Podemos ver los vestuarios, con la casa de don Arturo Soria detrás, las gradas, la iglesia de San Juan Bautista, así como diversos chalet aledaños al estadio del Plus Ultra. Incluso se llega a intuir el peralte del velódromo.
ResponderEliminar¿Cual es la casa de D. Arturo Soria?. ¿En qué fotograma aparece?.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Hola anónimo. Es en el primer fotograma, pero hemos cometido un error, no es la Villa Rubi la casa de don Arturo Soria, es el El Conservatorio Profesional de Música Arturo Soria, centro público perteneciente a la Comunidad de Madrid, sitiuado en el número 140 de Arturo Soria. Disculpas por el desliz.
ResponderEliminar¿No habrá alguien que tenga alguna foto del estadio del Plus Ultra ya remodelado?
ResponderEliminarSe llamaba Estadio Antonio Borrachero.