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lunes, 4 de julio de 2016

Plaza de Santa Ana

Plaza de Santa Ana, hacía 1926. Memoria de Madrid.

La plaza de Santa Ana se gestó durante el reinado de José Bonaparte, apodado por el pueblo madrileño como "el Rey Plazuelas". En 1810 se procedió al derribó del "Convento de las Carmelitas Descalzas de Santa Ana", de ahí su nombre.

La manzana donde estaba el Convento de las Descalzas Carmelitas de Santa Ana remarcado de verde. Plano de Teixira, año 1656.

El convento ocupaba casi toda la manzana 215 del barrio de la Cruz. Las calles que limitaban la manzana eran: al sur, la calle del Prado; al oeste, la calle de Gorguera; al norte, la calle de la Lechuga; y al este, la calle del Príncipe. Precisamente los edificios de viviendas que estaban en esta última calle no se pudieron derribar por lo que quedó aproximadamente un 25% de la antigua manzana en píe.

Guía plano de 1800. con la manzana 215 de la Plaza de Santa Ana. Obsérvese que la cantidad de números de portales que tenía la calle del Príncipe (a la derecha de la manzana). Archivo Regional Comunidad de Madrid.

La plaza de Santa Ana fue inaugurada en marzo de 1812, siendo la primera plaza pública con zona verde con la que contó Madrid capital. Inmediatamente se instalaron los primeros establecimientos: una nevería, la prendería de "Doña Margarita" -objetos procedentes de subastas-, una barbería, un prestigioso almacén de papel. También aparecieron los primeros cafés, como uno que en 1818 servía "la acreditada leche de oveja". En 1820 abrió sus puertas una de las primeras academia de lenguas extrajeras de Madrid, donde impartían: francés, ingles y alemán, y que permaneció abierta muchos años.

Boceto previo de la Fuente de Carlos V y el furor. BNE.

La aprobación definitiva del proyecto firmada por el arquitecto municipal Silvestre Pérez.

La estatua de Carlos V y el furor. Museo del Prado.

Recorte de prensa de "El Zurriago". Año 1822. 

La primera fuente que presidió la plaza fue la estatua del "Carlos V con el furor", estando en el centro de lo que debía de ser la plaza en el futuro. Fue instalada en 1812, cuando se inauguró la plaza. Recibía el agua del Viaje de la Castellana. Curiosamente en el año 1822 la prensa se empezó a hacer eco de unos rumores, según los cuales la estatua representaba el dominio y aplastamiento del emperador Carlos V de los pueblos castellanos (representado por el furor), e instaban a que fuese derribada. Ante el temor que la estatua fuese rota por los madrileños, el Ayuntamiento decidió retirarla en 1825 (1). La estatua está actualmente en la galería de esculturas del Museo del Prado.


La fuente de la plaza de Santa Ana con el Obelisco y las perchas movibles de los aguadores.

Foto de Begué, año 1864. Memoria de Madrid.

Hacía 1825 se instaló un obelisco -aguja según Madoz-, sobre la fuente en lugar que ocupaba antes la estatua de Carlos V. En cada una de las caras del obelisco estaban engarzadas en latón el escudo de la Villa y una estrella de 6 puntas. Esta fuente era de aguadores -los de la fuente de Antón Martín fueron trasladados a la fuente de la Plaza de Santa Ana cuando la primera fue declarada de ornamento-. Contaba con 4 perchas movibles para el llenado de las cubas (2).

En este plano de 1849 vemos la disposición de la plaza antes de demoler los edificios de la calle del Príncipe. La fuente del Obelisco ocupaba ya el centro teórico de la manzana. Francisco Coello y Pascual Madoz, Archivo Regional Comunidad de Madrid.

En octubre de 1850 se pusieron en marcha las permutas de los últimos edificios de la calle del Príncipe que taponaban la expansión de la plaza en su parte este. Desde su concepción se contemplaba la demolición de estos edificios para que el frontispicio del Teatro Español presidiera la plaza.

El Teatro Español se puede considerar el lugar más importante del teatro madrileño ya que desde 1579, cuando era conocido como el "El Corral del Príncipe", se representan allí funciones teatrales. A lo largo de su historia ha sufrido varios incendios y otras tantas remodelaciones, siendo la más importante la de 1840 que nos dejo la configuración actual que ha llegado hasta nuestros días.

En septiembre de 1860 se cambió el nombre oficial de la plaza, pasando a llamarse Plaza del Príncipe Alfonso.

Cuando se planteaba la ampliación de la plaza en 1861, se propuso muy seriamente hacer una galería acristalada para pájaros, llamado "Mercado de pájaros y flores". Era tradicional la venta y exhibición de pájaros exóticos en la Plaza de Santa Ana. Dibujo: Banda. Revista Nuevo Mundo. Año 1900.

Analizando los planos anteriores a la demolición de los edificios de la calle del Príncipe, se observa que el trazado de los jardines estaba hecho desde sus inicios contando con la demolición de los edificios de la calle del Príncipe. Debido a los problemas para llegar a un acuerdo con los propietarios -que duró más de 18 años-, los derribos no finalizaron hasta principios de 1868, empezando de inmediato el ajardinado y siendo inaugurada la nueva plaza en diciembre del mismo año.

La distribución definitiva de la plaza la podemos ver en el plano de Ibáñez Ibero. En el centro, donde antes estaba la fuente del Obelisco se dejó un gran círculo para poner una nueva estatua, mientras que en el círculo de la derecha se colocó la fuente del Cisne. Año 1872. ARCM.

La fuente del Cisne. Fototeca del Patrimonio Histórico.

La fuente del Cisne en donde estaba antes. Al fondo se ve el Obelisco de la Castellana. Foto: Begué. 1864. Memoria de Madrid.

Con la ampliación de la plaza se instaló la fuente del Cisne que estaba anteriormente en el paseo de la Castellana y fue famosa por dar el nombre al paseo del Cisne (actual Eduardo Dato). Tan solo se dejó el cisne de la fuente que estaba en la Castellana, desechándose su columna y piloncillo superior. Reemplazó a la fuente del Obelisco, pero ya no era de aguadores. simplemente de ornamento,  y se trasladó del centro de la plaza a la parte este, frente al Teatro Español. El vecindario lamentó que el agua siguiera siendo de los viajes en lugar del Canal de Isabel II. Además la prensa se ensañó con la nueva fuente, llamando al cisne "gallina emplomada", a pesar que la estatua tenía una larga historia pues antes de estar en la Castellana había presidido uno de los patios del Convento de San Felipe el Real, en la calle Mayor junto a la Puerta del Sol.

Unos meses antes de la nueva inauguración de la ampliación, en octubre de 1868, se cambió el nombre de la plaza, siendo la Plaza de Topete o del General Topete, en honor del "Brigadier Topete" que tuvo una capital importancia en la revolución de ese mismo año. A primeros de 1875 se volvió a llamar Plaza del Príncipe Alfonso.

Postal de la estatua de Calderón de la Barca. Hacia 1900.

Magnífica foto con la fuente del Cisne en primer término y la estatua de Calderón de la Barca al fondo. Año 1900. Foto: Colección Salvador Alcázar.

Después de muchas deliberaciones se decidió poner en el centro de la plaza la estatua de Calderón de la Barca, insigne escritor de muchas obras que se representaron en el Teatro Español, al que parece vigilar desde la altura de su pedestal la escultura de Calderón. El monumento fue puesto en el lugar que ocupó la fuente de Carlos V y la del Obelisco el día 3 de diciembre de 1879, y su inauguración oficial fue el 2 de enero de 1880.

Detalle del plano de 1906 en el que se aprecia en el centro de la plaza el pedestal cuadrado de la estatua de Calderón Cisneros. ARCM.

Año 1922. Foto: Alfonso (AGA). Colección Anmogon.

La estatua de Calderón de la Barca. Al fondo el Hotel Reina Victoria, construido en 1919, y que fue famoso por dar hospedaje a los toreros que venían a torear en la Plaza de las Ventas.
Fototeca del Patrimonio Histórico.

Plaza de Santa Ana, tras la reforma de 1925. Foto: Díaz Casariego. Revista Nuevo Mundo.

Una de las muchas reformas que se han hecho en el Teatro Español. Años veinte del siglo XX. Foto: Alfonso (AGA). Colección Anmogon.

En 1925 fue la primera plaza urbanizada de Madrid en exclusiva para peatones. La reforma corrió a cargo del Jardinero Mayor de la Villa, don Cecilio Rodríguez. Además de añadir numerosos trozos de jardín, árboles nuevos con protección, y sanear los más viejos; mandó construir muchos bancos de obra recubiertos de azulejos, a decir de la gente no muy cómodos pero que encajaban perfectamente con el resto de la plaza. La reforma se tuvo que hacer en invierno para evitar la protesta de las cervecerías y cafés que ponían sus terrazas y veladores en la plaza, pero una vez finalizada supuso la desaparición durante al menos 20 años de las terrazas, siendo todo su espacio un lugar ajardinado con bancos para el esparcimiento de los vecinos.

Detalle de los bancos de azulejos. en el margén inferior izquierdo se ven las rejas que rodeaban casi toda la plaza. Foto: Palomo. Revista: Estampa. Año 1931.

La fachada del Teatro Español, hacía 1930. Foto Loty. Fototeca del Patrimonio Histórico.





Magnífico reportaje fotográfico publicado en la revista Crónica. Junio de 1934. Fotos: Videa.

En la segunda República el Ayuntamiento de Madrid comunicó el cambio oficial del nombre de la plaza en abril de 1933, asignándole su primera denominación "Plaza de Santa Ana". A pesar de tanto cambio de nombre el pueblo madrileño, siempre soberano, la llamó desde sus inicios Plaza de Santa Ana, sin más.

El esbozo del proyecto de Herrero Palacios. Año 1944.

Entre abril de 1944 y marzo de 1945 se llevó acabo una nueva reforma. Aunque se dijo que se iban a respetar los árboles fueron quitados bastantes, el más importante uno de los dos cedro que por lo visto había sido afectado por un rayo. La reforma se hizo de acuerdo a los planos de Herrero Palacios y replanteó con un gran pasillo central y otros dos más pequeños laterales a lo largo de la plaza. A lo ancho se hizo un pasillo en el centro con dos fuentes circulares en cada entrada de la plaza, a la altura de la estatua de Calderón que siguió en el mismo lugar pero cuyo pedestal fue rebajado en altura. Se instaló una cerca de herrería artística en todo su perímetro de la plaza y unas pequeñas columnas coronadas con unas jarrones. La obra costó entorno a un millón de pesetas y fue inaugurada con motivo de la conmemoración de la victoria de del ejercito de Franco (3).

Aspecto de la plaza tras la reforma de 1944. Como se ve quitaron muchos y  se replantaron nuevos y se creó un ancho pasillo central enlosado. Fototeca del Patrimonio Histórico.

Bonita estampa de la plaza nevada. Fondo Santos Yubero. ARCM.

Otra de las reformas fueron los bancos de granito que se pusieron alrededor de la plaza. La fuente del Cisne se quitó y se pusieron dos pequeñas fuentes. Año 1953. Foto: Heydecker.

Saltando a la comba. Año 1955. Foto: Catalá Roca.

Los azulejos del Tablao Villa Rosa. Año 1967. Foto: Peter Witte (Ayuntamiento de Madrid).

Panorámica de la plaza de Santa Ana poco antes de la reforma de 1967. Foto del libro de Margarita Jiménez "Madrid, en sus parques, plazas y jardines".

Desde primeros de los años sesenta las terrazas de los bares fueron tomando la plaza. Incomprensiblemente las barandillas y las pilastras de granito que las sujetaban y rodeaban la plaza fueron desapareciendo. Muchos vecinos se quejaron pues se perdía una zona verde de juego para los niños y reposo para los mayores, pero fue en vano.

En 1967 comenzaron las obras del aparcamiento subterráneo de la plaza (4), con lo que se levantó por completo todo el terreno. A pesar que el Ayuntamiento insistió en que se salvaría el último cedro que quedaba, al cabo de los dos meses desde el inicio de las obras el árbol se seco. Nadie se puso de acuerdo si los dos cedros que se perdieron en las reformas de 1944 y 1967 eran del convento o plantaron cuando se hizo la plaza en tiempos de José Bonaparte.

En julio de 1968 se terminó el aparcamiento subterráneo de la plaza, dando una nueva distribución donde el cemento ocupaba mucho más espacio, y la estatua de Calderón fue desplazada a la parte oeste de la plaza. Todos los árboles fueron de nueva plantación, perdiendo estos el protagonismo que antes tenían.

Postal de la plaza de Santa Ana con la entrada al aparcamiento en primer término. Hacía 1968.

La Plaza de Santa Ana es considera como el primer lugar donde se reunían los seguidores del movimiento hippie en Madrid.

En el año 2001 se remodeló el aparcamiento subterráneo -cambiando sus accesos- y se quitaron casi todos los jardines, dando preferencia a un gran pasillo central que recorre longitudinalmente la plaza y va a dar al Teatro Español, se supone que para ensalzarlo todavía más.


No debemos de olvidar los establecimientos que han estado en la plaza y que son, sin lugar a dudas, los que han contribuido a crear uno de los espacios más cosmopolitas del centro de Madrid, donde los peatones prevalecen sobre los vehículos. Citaremos como ejemplo una pequeña muestra: Cervecería Alemana, Academia Afuera, Pastelería la Suiza -que estaba en la plaza desde 1879-, Almacenes Simeón, Hotel Reina Victoria -cuya construcción comenzó en 1919-, Tablao Villa Rosa -a decir de muchos el mejor de Madrid-, Bar Hawaiano, Librería Bailiy-Bailliére,....... Una de las características de los bares eran los bonitos azulejos que decoraban sus fachadas y paredes. Fue a mediados del siglo XIX el lugar ideal para irse a tomar unas raciones, y tanto era así que Mesonero Romanos la calificaba como "el cementerio de las gambas" por la cantidad de raciones de estas que se servían en las terrazas de la Plaza de Santa.

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Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora José Manuel Seseña

Notas:
1.- No era un tema para tomárselo a broma. Recordaremos que la estatua de la fuente de Santo Domingo fue decapitada en 1863. El motivo fue que en aquellos días había graves revueltas en la que era la colonia española de Santo Domingo y algún exaltado la tomó con la estatua.
2.- Citaremos como curiosidad que en Mataró la plaza de Santa Ana también tenía un obelisco muy parecido, y además al lado estaba la plaza del Ángel.
3.- Nuestro más sincero agradecimiento a Juana Zaragoza que gracias a una foto nos hizo revisar y volver a investigar la reforma de 1944.
4.- Durante 1967 a 1969 el Ayuntamiento emprendió la construcción de aparcamientos subterráneos en plazas emblemáticas de Madrid, como la plaza Mayor o la del Marqués de Salamanca.

Foto: Todocolección

viernes, 20 de septiembre de 2013

La Plaza Mayor de Madrid y los tranvías

La Plaza Mayor madrileña es un lugar que ha tenido mucha solera tranviaria y curiosamente durante muchos años su circulación se realizaba al contrario que los demás vehículos. Tiene forma de paralelogramo rectángulo siendo los lados de orientación septentrional y meridional mas largos que los de orientación oriente y poniente.

Vista de la Plaza Mayor desde el arco de la calle de Gerona, sin veladores. De izquierda a derecha arcos de Ciudad Rodrigo, Siete de Julio y Felipe III. Foto años 70 Memoria de Madrid

Antaño fue lugar de celebración de mercados y corridas de toros pero también de autos de fe y ejecuciones públicas que, en base al emplazamiento del cadalso en la plaza, el público asistente a tan desagradable acto sabía de antemano la forma en que iba a ser ejecutado el reo o los reos. En la actualidad se desarrollan a lo largo del año muchas actividades lúdicas, de las que solo vamos a mencionar a título de ejemplo, los mercadillos de los domingos de numismática y filatelia y los puestos navideños en diciembre y enero de cada año.

Plano de conjunto con las calles y puntos tranviarios: verde calle Toledo, morado calle Ciudad Rodrigo, negro calle Siete de Julio, rojo calle Felipe III, azul calle Gerona, naranja Casa de Panadería, amarillo Casa de Carnicería

De todos los arcos y arquillos para acceder a la Plaza Mayor, han tenido circulación tranviaria los siguientes, enumerados siguiendo el recorrido de las manecillas del reloj: Toledo, Ciudad Rodrigo, 7 de Julio, Felipe III y Gerona; todos de una vía a excepción del de Toledo que, por sus características, da lugar al presente trabajo.

Tranvía de Leganés, circula por la Plaza Mayor nada mas salir del arco de la calle de Toledo

El 10 de Junio de 1877 empieza la actividad tranviaria de la Plaza Mayor al inaugurarse el primer tramo de la línea de Leganés, sección Plaza Mayor-Puente de Toledo (Glorieta de Pirámides), perteneciente a la Compañía General Española de Tranvías CGET, puesto en servicio con cierto retraso sobre lo previsto por la empresa pues se quería hacerlo coincidir con las fiestas de San Isidro. La vía que se instala en la Plaza Mayor está situada junto al bordillo del jardín central al que rodea completamente a excepción del tramo frontal del arco de la calle de Toledo, que también lo tendrá cuando mas adelante se duplique desde la salida del arco de la calle de Toledo hasta poco antes de la plaza de Segovia Nueva, medida que permite, si se considera necesario, el poder invertir la posición del tranvía cambiando el mayoral de lugar de conducción.

Tranvía de Leganés yendo por la calle de Toledo hacia la Plaza Mayor. Véase que está esperando el encuarte para reforzarlo en la subida del repecho que hay a partir de la calle Lechuga.

La circulación de los tranvías en los tramos en los que se irá estableciendo la doble vía en la calle de Toledo se realizará por la izquierda, mientras que en la Plaza Mayor será en el sentido contrario de las agujas del reloj, debido a que en el arco de la calle de Toledo, donde está la entrada y la salida de la misma, las dos vías se instalarán de forma cruzada para dar mayor amplitud a la curva dando origen a la alteración.

Lugar de la calle Toledo, muy próximo al anterior, pero ya con tramos de doble vía

La Plaza Mayor pasa a ser punto intermedio del paso de tranvías a partir del 19 de Abril de 1891, al entrar en servicio la prolongación hasta la Puerta del Sol. El nuevo trazado se realiza a través de las calles Felipe III, dirección Plaza Mayor-calle Mayor, y Siete de Julio, dirección calle Mayor-Plaza Mayor, enlazando en la calle Mayor con las vías del Tranvía de Madrid que tienen el sentido circulatorio por la izquierda, agujas orientadas únicamente hacia la Puerta del Sol. La situación del tránsito tranviario es, por tanto: calle Toledo por la izquierda, Plaza Mayor por la derecha, calle Mayor por la izquierda.

Extraordinaria animación comercial a finales del siglo XIX en los puestos callejeros de la Plaza Mayor

El 15 de Enero de 1903 desaparece la tracción de sangre de la Plaza Mayor al entrar en servicio el primer tramo electrificado de la línea de Leganés entre la calle Mayor y el Puente de Toledo.

El 22 de Octubre 1905 se numeran los tranvías de Madrid, asignando a los que prestan servicio en la línea de Leganés los siguientes números:
-23 Puerta del Sol-Fuentecilla (algunos continúan a Puente de Toledo y otros a Mataderos)
-24 Puerta del Sol-Carabancheles (unos llegan a Carabanchel Alto y otros se quedan en Carabanchel Bajo)
-25 Puerta del Sol-Leganés

Un tranvía de la línea 23, circulación contraria a las agujas del reloj, entra en la calle Felipe III camino de la Puerta del Sol un día próximo a Nochebuena
 
El 4 de Octubre de 1913 la Plaza Mayor vuelve a ser cabecera tranviaria al entrar en servicio una nueva línea por la calle de Segovia a la que se la asigna el número 35, los cuales circulan por la plaza en sentido contrario a las manillas del reloj mientras que el tráfico rodado que es por la izquierda, lo hace al revés. La parada de inicio se hace junto a la casa de Panadería.

El 6 de Julio de 1914, a fin de liberar de servicios el congestionado apartadero de Gobernación de la Puerta del Sol, las líneas 24 y 25 trasladan la cabecera a la Puerta del Sol, tal y como lo viene haciendo la línea 35.

Un tranvía, circulación contraria a las agujas del reloj, situado delante de la Casa de Panadería

El 1 de Marzo de 1916 entran en servicio los llamados “Enlaces de la Plaza Mayor” que consisten en la instalación de vías por las calles de Gerona y Ciudad Rodrigo para circulación tranviaria en ambos sentidos, creando una línea nueva al efecto. Como medida complementaria se establece sentido único en la calle Imperial que queda Plaza de la Provincia-Calle de Toledo mientras que el inverso se desvía a través de la Plaza Mayor parando delante de la Casa de Carnicería.

Dos tranvías, circulación agujas del reloj, junto a la Casa de Panadería

El 10 de Abril de 1924 cambia el sentido circulatorio en Madrid, pasando a ser por la derecha. En la Plaza Mayor los tranvías siguen estando al contrario pero ahora lo hacen como las manillas del reloj. Las calles de sentido único quedan:
-Felipe III sentido Mayor-Plaza Mayor
-Siete de Julio sentido Plaza Mayor-Mayor
-Imperial sentido calle Toledo-Plaza de la Provincia. El inverso ahora pasa por la Plaza Mayor manteniendo la parada en la Casa de Carnicería.

Arco de la calle de Toledo con vías en cruzamiento

La circulación tranviaria en la Plaza Mayor a contramano del tráfico rodado, era cada día mas problemática a medida que este último iba aumentando. Para resolver este problema, en 1935 se modificaron las vías del acceso por el arco de Toledo sustituyendo el cruzamiento por un solapamiento, medida que permitió que los tranvías fueran por la derecha al unísono de coches y carros, recorriendo la plaza al contrario de las manillas del reloj de forma definitiva, sin mas alteraciones.

Arco de la calle de Toledo con vías solapadas

La reforma de 1935 tuvo como medidas complementarias las siguientes:
-Instalación de una segunda vía delante de la Casa de Panadería para separar los servicios, quedando esta nueva para los de la calle de Segovia y la existente para los de la calle de Toledo. En una de estas vías estaba apartado el tranvía que originó en 1952 el accidente del Puente de Toledo.
-Felipe III cambia a sentido Plaza Mayor-Mayor modificando en Mayor la aguja de enlace pero manteniendo la orientación Puerta del Sol.
-Siete de Julio cambia a sentido Mayor-Plaza Mayor modificando en Mayor la aguja de enlace pero manteniendo la orientación Puerta del Sol.
-Imperial mantiene el sentido calle Toledo-Plaza de la Provincia, pero el inverso que sigue pasando por la Plaza Mayor, lo hace ahora por delante de la Casa de Carnicería.

Un año después de esta importante modificación de las vías, estalla la Guerra Civil y se reduce considerablemente la circulación de líneas de tranvías por la Plaza Mayor y su entorno. En la calle de Toledo solo se puede llegar hasta la Fuentecilla.

Plaza Mayor con dos vías delante de la Casa de Panadería. Foto de finales de la década de los años cuarenta.

Entre 1947 y 1948 empieza el comienzo del fin de los tranvías en la Plaza Mayor, pues en este periodo quedan abandonados todos los trazados a excepción del que pasa por el arco de Toledo que se mantendrá hasta el final. Así pues, desaparecen los de Ciudad Rodrigo, Siete de Julio, Felipe III y Gerona.

Ambiente tranviario en la Plaza Mayor. Los de la derechas son para los Carabancheles, el del centro, la C, comparte vía con los de Alto de Extremadura y el de la izquierda. sale por Ciudad Rodrigo 

El 1 de Febrero de 1951 se crea la línea C Circunvalación, estableciendo la cabecera en la Plaza Mayor, pero el 21 de Septiembre de 1953 se traslada a la Plaza de la Cebada debido a que el material es sustituido por PCC’s, tranvías que no pueden acceder a la Plaza Mayor al no permitirlo el solapamiento instalado en 1935.

Los tranvías de la Plaza Mayor poco antes del adiós

El 16 de Agosto de 1956 los tranvías desaparecen de la Plaza Mayor, trasladando la cabecera a la Plaza de la Cebada los de las líneas 31, 32 y 50, y a la calle de Toledo esquina a Lechuga el de la línea 36.

Lo último de lo último tranviario en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Un tranvía de la línea 36 acaba de llegar del Alto de Extremadura a la calle de Toledo esquina a Lechuga y el cobrador procede a dar la vuelta al trole para hacer un nuevo viaje

El nuevo final de la línea 36, el último entorno tranviario de la Plaza Mayor, tuvo una duración de poco mas de un año.
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Bibliografía
Archivo de D. Carlos López Bustos

P.D.
Hemos omitido deliberadamente fechas y detalles de líneas, algunas incluso de duración efímera, para no abrumar a nuestros lectores con tantos datos.

Autor: José Manuel Seseña
En el blog Historias Matritenses colabora participa Ricardo Márquez