miércoles, 15 de marzo de 2017

Recordando la Mili (y II)

Al finalizar la primera de estas dos entregas en que hemos dividido esta evocación nos habíamos quedado a las puertas de la Jura de Bandera

Vista general de una Jura de Bandera. Foto El Periódico de Extremadura 

Solemne acto de la Jura de Bandera. Foto Ministerio de Defensa

La Jura de Bandera era el fin del periodo de instrucción con lo que se habían superado esas frases que nos ponían en prevención, sobre todo en los días previos, “como no te portes bien, arresto y repites campamento”, “como no aprendas bien la instrucción, repites campamento”... y otras por el estilo para fomentar la motivación. Llegado el día tan esperado todo estaba engalanado y venían multitud de familiares llegados de los lugares de origen de los nuevos soldados para presenciar el acto pues para muchos padres, sobre todo para las madres, sus hijos ya eran hombres.

Ceremonia habitual en los relevos de la guardia que es el mas conocido servicio de armas. Foto Ministerio de Defensa

El cuartel era el lugar donde se incorporaban tras unos días de permiso después de la  jura de bandera, y aquí la cosa era otro cantar. Además de volver a soportar las bromas y novatadas de los veteranos aparecen los enchufes, los hay que no aparecían nunca por el cuartel, los hay con mas periodos de vacaciones que otros, los hay que consiguen estar rebajados sin hacer ningún tipo de servicio (1), mientras que hay quienes salen de una guardia y están inmediatamente de imaginaria de otra. Los servicios se compraban y se vendían aunque estaba terminantemente prohibido, y de ello se aprovechaban los que eran de fuera pues sacaban unas perrillas para que les saliera gratis el viaje de permiso. La incorporación de vacaciones siempre llevaba aparejado para el que no estuviera rebajado, el “obsequio” de una guardia de armas. El 18 de julio las guardias se hacían con traje de gala (traje de paseo y guantes) la cual era bastante incómoda por el calor.
Antaño en el cuartel había escuela donde los que no sabían ni leer ni escribir aprendían las primeras letras, pues aunque nos parezca mentira había analfabetos e incluso los que hablaban con dificultad el castellano por vivir en medios rurales muy apartados.

Homenaje a la Bandera en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid. La bandera mide 300 m² y pesa 35 Kg. Foto lainformación.com

25 banderas mas representativas de la historia militar española que están expuestas en el Instituto de Historia y Cultura Militar, en Madrid. Foto ABC 

La vida diaria en el cuartel cuando no se tenía servicio era instrucción a primera hora, a continuación teórica y después ir al lugar de destino que podía ser en oficinas, almacenes, talleres, banda, etc., marchando a casa con pase antes de comer los que vivían en Madrid, mientras que los que eran de fuera tenían a media tarde tiempo de paseo. La actividad semanal concluía los sábados con el Homenaje a la Bandera y a los Caídos.

Actividades cuarteleras esporádicas eran cuando se iba a maniobras y a marchas, que a veces eran nocturnas,

Maniobras. Foto El País

o la preparación del Desfile Militar con intensas jornadas de instrucción.

Los Boinas Verdes en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas 

Los Cazadores de Montaña en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas

La Legión en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas

La Marina en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas

La Aviación en el desfile del Día de las Fuerzas Armadas. Foto Ministerio de Defensa
oOoOo

Aunque la estancia en el CIR como recluta y en el cuartel como soldado era muy diferente, sin embargo había en ambos algunas características comunes:

Uno de los varios pabellones en el CIR nº 2 Alcalá de Henares para desayuno, comida y cena

Una eran los servicios mecánicos, llamados así por no ser de armas, y de ellos vamos a hablar solamente de los de cocina, pues los platos de la comida se lavan al acabar para que estén listos para la cena con la que casi se empalma sin tiempo apenas para descansar, pero los de la cena que serán utilizados en la comida del día siguiente pues cuanto antes termines antes te acuestas y a buen entendedor pocas palabras bastan…

Petate

Otra característica era la taquilla que cada soldado debe tener pero también se compran y se venden según qué compañía y cuartel, habiendo quien poseía tres y otros con el petate al pie de la cama al no poder tener ninguna (2).

Otras eran las imaginarias por la noche. La primera era objeto de chufla por parte de los que tenían que dormir, diciendo, además, a voces frases soeces, irreproducibles aquí, motivo que muchas veces el que estaba haciendo este servicio terminara arrestado por no mantener el orden y el silencio y después callar y no denunciar a los que alteraban el orden para no quedar como chivato. La peor era la tercera porque se cortaba el sueño a media noche sin posibilidad de recuperarlo en la cuarta pero era la mas segura para no ser arrestado pues todos dormían.

Tres cuartos

Otras eran el pase de revista para salir de pase pernocta o de paseo. Cada oficial de guardia tenía sus preferencias de control, unos el corte de pelo trasero, otros el brillo de las botas, otros el abrochado de los corchetes, otros no permitían salir con la visera partida (capada era la denominación cuartelera) y había que cambiarla con alguno que se quedara en el cuartel y la tuviera perfecta…. El tres cuartos era obligatorio ir con él para salir del cuartel durante el periodo marcado como invierno.

La tan ansiada cartilla militar ya en nuestro poder. El escudo de la portada es el que tenían entonces

Licenciarse era el máximo deseo de la mayoría de la tropa. Había quienes contaban los días que quedaban tachándolos del calendario para darse una auto-satisfacción, pues, además, era para algunos el inicio del periodo final de noviazgo y al evocar ambas fechas, reconocen que la mas ansiada fue la de la conclusión del servicio militar (3).

Gorras al aire. Una escena tradicional que está presente cuando se licencia la tropa o cuando se superan con éxito cursos de capacitación o ascenso militar. Foto Diario de León

Tras el último “rompan filas” ordenado a los licenciados, venían seguidamente sus gritos de alegría acompañados con lanzamientos al aire de las gorras, tras lo cual, aquellos que durante el periodo militar habían conseguido a duras penas evitar el que les quebrasen la visera, aprovechaban muchos de ellos para hacerlo personalmente y entregarla partida.

Visita obligada al Rastro para evitar problemas al entregar la ropa. Las cucharas, tenedores o cuchillos se reponían detrayéndolos del menaje doméstico de casa. Foto ABC

Por supuesto que al entregar el uniforme debía de acompañarse de todo lo que facilitaban al entrar, pero a veces faltaban cosas, unas veces por haber sido descuidados en la conservación dejándolas olvidadas en algún momento y en otras por haber sido “cambiadas de mano”, con lo cual para poderse licenciar tenía que estar completa la relación de inventario y a tal fin había dos opciones, los mas atrevidos intentaban hacer lo mismo que les habían hecho a ellos pero lo mas prudentes iban al Rastro madrileño a comprar lo que les faltaba (4).

Finalizamos con una serie de frases que tienen relación con el Servicio Militar recordando algunas de cierta gracia y excluyendo deliberadamente aquellas de marcado carácter soez:
EN EL EJÉRCITO NADIE ROBA NADA. Simplemente desaparece.
EN EL EJÉRCITO VOLUNTARIO NI PARA COMER. Cuando se pedían voluntarios siempre era para trabajar mas.
EN EL EJÉRCITO TE VISTEN A MEDIDA. A medida …que pasas te van dando ropa que te tienes que encargar de cambiarla con un compañero si te queda larga o corta.
SI TE MANDAN QUE BUSQUES A JOSE EN EL CUARTEL, tienes la obligación de saber a que José se están refiriendo.
CUANDO VAYAS A LA MILI, TE HARÁS UN HOMBRE. Frase sin pies ni cabeza, dicha por personas que no han hecho el Servicio Militar, normalmente pronunciada por las madres. Al Ejército se va a aprender a ser soldado, y del empeño que cada uno ponga en ello se conseguirá o no se conseguirá.
¿ALGUIEN SABE IDIOMAS? Pregunta que se hacía a los que iban por primera vez a la granja de porcino.
UN BISA CABREADO ES PEOR QUE UN ELEFANTE HERIDO. El tiempo de estancia en el cuartel daba cierta categoría por aquello de que en el Ejército la antigüedad es un grado. Después de jurar bandera, los soldados se llamaban entre ellos: 1-Reclutas, durante los tres primeros meses; 2-Padres, entre tres y seis meses; 3-Abuelos, entre seis y nueve meses, 4-Bisabuelos, a partir de los nueve meses que eran los primeros a licenciarse.
YO ESTOY HACIENDO LA MILI DE INGENIERO. Chavales que estaban cumpliendo el periodo de filas en el Arma de Ingenieros (5).

Portada de la Constitución Española de 1978. Foto Mudiario

Epílogo
La Defensa Nacional está recogida en el artículo 30 de la Constitución Española que en su punto 1 dice “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España” por lo tanto no se puede suprimir el Servicio Militar pero si suspender, que, aunque en la práctica es lo mismo, es importante detallar este matiz muy desconocido para el grueso de la población.
Por tanto el Servicio Militar está suspendido por el Real Decreto 247/2001 de 9 de Marzo, que transcribimos íntegramente a continuación:

Gobierno de España. Ministerio de Defensa.

Introducción 1
La disposición adicional decimotercera de la Ley 17/1999 de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, determina que a partir del 31 de diciembre del año 2002 queda suspendida la prestación del servicio militar, regulada en la Ley Orgánica 13/1191, de 20 de diciembre, del Servicio Militar.
La disposición transitoria decimoctava de la mencionada Ley 17/1999 establece en sus tres primeros apartados distintas fechas determinantes del período transitorio del servicio y en su apartado 4, autoriza al Gobierno para modificar tales fechas y acortar así el período transitorio, todo ello en función del proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas.
Dado el nivel alcanzado en el proceso de profesionalización y las previsiones que sobre el mismo existen, es oportuno en este momento proceder a la suspensión del servicio militar obligatorio.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 9 de marzo de 2001,
DISPONGO:
Artículo 1
Se adelanta al 31 de diciembre de 2001 la fecha de la suspensión de la prestación del servicio militar.
Artículo 2
Los españoles que en dicha fecha se encuentren prestando el servicio militar o lo tengan pendiente y estén clasificados como aptos, con aplazamiento de incorporación o pendientes de clasificación, pasarán a la reserva del servicio militar.
Disposición derogatoria única
Quedan derogadas todas las disposiciones de igual o inferior rango que se opongan a lo dispuesto en el presente Real Decreto.
Disposición final única
El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado». (6).

Monumento al soldado español de reemplazo, representados marina, tierra y aire. Plaza del Mar, Alicante. Foto milienmelilla.forogratis.es


Verano de 1958. Segundo año de las Milicias Universitarias en en el Campamento de los Castillejos, en la sierra de Prades, Tarragona, a 1200 m. de altura. Aire puro ( en 20 kms. a la redonda, ni una casa), vida ruda, a menudo agotadora, y sobre todo, sumamente sana. El que está de pie en el muro es Donato, catalán de pura cepa, pero abierto a todo; inteligente, buen atleta y estudiante de arquitectura. A sus pies, Celaya, vasco, estudiante de medicina y con un cuerpo ya algo decadente; además, del Opus Dei. Detrás de él, Domenech, arquitectura, poco simpático. En primer plano, con el fusil en alto, un servidor, cuando estudiaba comercio. Y el que está apoyándose en mí estudiaba medicina. Todos eran de mi tienda.

Entre breñas y jarales encuéntrase este grupo de chicos y bestias, todos bien avenidos, pertenecientes al campamento “Los Castillejos”. El grupo lo componen dos mulos –o mulas, que no me fijé bien—y tres “Cadetes”: Ernesto, Donato y Celaya. Aunque generosamente les he permitido que se acercaran a mi mulo, en realidad yo era el  “mulero” oficial, el encargado de conducirlo con mano segura por aquellos peñascales, por lo que mis compañeros me envidiaban. Para tener contenta a mi mulita, que de una coz te podía matar, cada vez que íbamos al “tiro” le llevaba  medio chusco, que de mi mano al instante se comía, y así me permanecía fiel. 
Lo de ser “mulero” tenía la ventaja de que una vez llegados al “campo de tiro”  (hace falta mucha imaginación para denominar así al paisaje de la foto), la tropa, encaramada a una cumbre y cuerpo en tierra, se ponía a disparar contra las figuras montadas en la montaña vecina con un armamento que ya estaba anticuado cuando Franco entró en Madrid. Yo, sin embargo, así como los otros “conductores”, me tumbaba a la bartola a leer un libro que generalmente llevaba conmigo. En este caso particular recuerdo el título: La Agonía del Cristianismo, de Unamuno, y lo recuerdo porque Celaya me lo reprochó con la pregunta: “¿Pero cómo puedes leer éso??” Claro; es que él era del Opus Dei, y yo, un librepensador amante de su paisano Unamuno, ambos de Bilbao. Saludos

Campamento de la Granja en el verano de 1961. Paco es el primero de la fecha de la fila superior. Foto: Francisco F. Aguado.

P.D.
La intención de este tema ha sido dar una imagen amable del Servicio Militar con un pequeño toque personal de algunas experiencias vividas de carácter general, sin entrar en cuestiones particulares ni referencias a la evolución histórica de la milicia. Habrá quienes lo hayan realizado con gusto, otros de conformidad con lo que representa pero descontentos con el entorno que lo rodeaba, y finalmente aquellos que lo hicieron por “imperativo legal”.
El tema tratado no es extrapolable a la actualidad ya que ahora es una profesión y un solo Ministerio, el de Defensa, que agrupa a los tres ejércitos cuando antes eran tres, uno por cada uno de ellos: Ministerio del Ejército, Ministerio de Marina y Ministerio del Aire.

-.-.-

Autor José Manuel Seseña Molina

En el blog Historias Matritenses, participa y colabora Ricardo Márquez.

Notas:
(1) El enchufismo y la recomendación estaba a la orden del día aunque no se puede generalizar sobre el colectivo militar, no obstante, había algún que otro mando que habiéndose enterado de quienes tenían oficio de pintor, albañil, fontanero, etc. contactaba con esos soldados para... . bueno, el resto, como el valor, se le supone. Estas situaciones han sido caldo de cultivo para la desafección de la juventud hacia el Servicio Militar y lo que representa.
Un buen enchufe era ser cabo furriel, siempre un recomendado pues estaba rebajado de servicio, aunque el Código de Justicia Militar era taxativo en su articulado “El cabo furriel puede hacer servicios”. Este soldado no hacía servicios pero se los ponía a los demás, y tenía que soportar las presiones de aquellos que le decían “no me pongas este día”, “ponme tal cual o tal otro”, “no me pongas tantas guardias”, etc.
(2) No es de recibo que un capitán de la compañía haya de sortear petates hasta llegar a su oficina por falta de taquillas a sabiendas de que hay mas que soldados en plantilla, pero bueno, eso son cosas de “la mili”...
(3) Para algunos, aún deseando casarse, la fecha de su vida que mas han ansiado que llegara fue la de la licencia militar, mucho mas que la de la boda, en base a comentarios recogidos a compañeros de fatigas muy cercanos.
(4) De siempre hubo tiendas de ropa militar usada en el Rastro, unas veces es de suponer que procederían de las empresas textiles que las fabricaban, pero otras... probablemente algunos soldados se sacaran algunas perrillas con la reventa con lo conseguido a 5,90, es decir, con cinco dedos a noventa por hora...
(5) Quienes así lo decían al llegar a su pueblo, era en la mayor parte de los casos, muchachos con escaso nivel de estudios y presumir ante las chicas. Muchos, para dar envidia a otros que todavía tenían que incorporarse a filas, paseaban con el uniforme militar del arma en la que estaban destinados pues les daba mas categoría ante los compañeros de correrías mas jóvenes.
(6) Publicado en el BOE del 10 de Marzo de 2001.