Corría la primera mitad del siglo XIV, cuando el Rey de Castilla Alfonso XI(
1), mandó escribir el libro de La Montería. En el capítulo XV, del tercer libro, leemos lo siguiente:
Lo que vendría a decir en castellano actual: "La Dehesilla, que está entre Alcobiella y el río de Beacos es un buen monte de jabalí (puerco), en Otoño (tiempo de uvas).... "
Grabado utilizado en el Libro de la Montería, del Rey de Castilla Alfonso XI.
Esta referencia sobre cacería es la primera que se conoce en las proximidades de Madrid. Pero se preguntarán por qué hablamos de Beacos en un escrito sobre Peñagrande. Pues Beacos es a Peñagrande, lo que Peñagrande a Beacos, así en los escritos antiguos no hay diferencia entre uno y otro y aparecen indistintamente. De hecho hasta 1936, figuraba siempre señalado en los mapas el lugar como Beacos.
Pero esta no es la única referencia antigua que encontramos a Beacos, en el año 1553 se dictó la siguiente orden (
2):
Perteneciente a Fuencarral era un lugar marcado por los arroyos, dando su vertiente al río Manzanares. Los nombres de los arroyos son de los más diversos según los documentos y años consultados, como: arroyo de la Veguilla, arroyo de los Pinos, y el del Obispo que se unía al de Peñagrande, que a su vez desemboca en el de Beacos y junto al de la Rejilla formaban la llamada Fuente de la Reina. Pero sin lugar a dudas lo más importante era el camino del Río (conocida durante años como carretera de la Playa y actual avenida del Cardenal de Herrera Oria). Fue, junto a la tapia del monte de El Pardo, una frontera artificial a donde llegaba la capital y paralelo a su trazado se desarrollaría el barrio; pero no adelantemos acontecimientos.

La primera referencia a Peñagrande la encontramos en Diario Madrid, en Marzo de 1801, cuando se saca a pública subasta parte de la herencia del marqués de Selva Real. En mayo de 1807, se publicó una relación de tierras de Fuencarral puestas a la venta a voluntad de su dueño, entre las que se cita: "
valdezarza, valle de acederas, veguilla, cuevas de valceconejos, fuente morena, cruz verde, huerta de la peña grande (de 5 fanegas), .... " (SIC)
El monte fue reemplazado por la agricultura de secano: vides, trigos y otros cereales; así como árboles frutales: almendros e higueras. Uno de los grandes terratenientes fue la Compañía de Jesús que tuvo una gran explotación agraria en el actual barrio del Pilar hasta su venta en principios de los cincuenta del siglo XX; y don Cesar Cuadrado cuya herencia fue sacada a subasta por el Estado por no tener herederos en 1913, siendo los terrenos contiguos al arroyo de Peñagrande.
La deforestación alrededor de la urbe fue muy común debido a varios hechos: la necesidad de madera, convertir los bosques en terrenos cultivables, y los viajes del agua que desecaban los arroyos y humedales.
Precisamente en 1852 se planteó el hacer llegar a la capital las aguas de Peñagrande, a pesar que estaba muy cerca el viaje del agua de Retamar, que según algunos autores consultados ya tomaba las aguas del arroyo de Peñagrande. Era un proyecto independiente al del Canal de Isabel II, que en aquellos momentos se estaba construyendo, y su ventaja era la rapidez en la ejecución de las obras (el Canal de Isabel II no se inauguró hasta 1858). Por otra parte, el viaje de agua de Amaniel, proveniente de Fuencarral, ya tomaba muchas aguas de la parte más alta de esta vertiente del río Manzanares.
En este plano vemos el Camino del Río, actual avenida de Herrera Oria, el arroyo de la Veguilla, por cuyo cauce pasa ahora la avenida de la Ilustración, y casa de Beacos donde está Peñagrande.
El paisaje que nos encontrábamos a finales del siglo XIX eran lomas, cruzadas por numerosos caminos que hacían referencia a los diversos caserones -grandes casas de labor- que salpicaban el paisaje: Casa Barrendero, Casa de Isidro, Casa de Ribero, Casa del Cura,....
Es en septiembre de 1914 cuando nace la colonia de Peñagrande, propiamente dicha. Seguidamente transcribimos integra la noticia sobre su fundación:
“
Colonia El Porvenir - Fuente la Mina
La necesidad de buscar sitios que por sus grandes condiciones higiénicas sirvan para tonificarse y vivir con una amplia libertad y completo desahogo, obligan a crear estas grandes colonias.
Como es natural, las miradas se dirigen hacia la sierra, que atrae con sus encantos y bellezas, y así se comprende fácilmente que toda la zona Norte de Madrid prospere en la forma verdaderamente asombrosa que lo está haciendo.
La Junta de gobierno de esta Asociación, siguiendo las acertadísimas iniciativas y disposiciones de sus ilustres presidentes D. Francisco García Molinas y D. Luis Blanco Soria, se proponen la creación de una verdadera colonia, que sea verdadero modelo entre las de su clase por sus reformas higiénicas y por la situación topográfica de la misma, que es de lo más sano, hermoso y pintoresco que tiene Madrid.
Esta se encuentra situada a un kilómetro de la Dehesa de la Villa (Asilo de la Paloma) y entre las tapias del Pardo.
La superficie total es de ochocientos millones de pies cuadrados, repartidos en una distancia de dos kilómetros.
En la actualidad la Asociación de propietarios se ocupa preferentemente de la explanación de espaciosas calles, instalación de teléfonos en las fincas ya terminadas, traída de luz eléctrica, distribución general del agua de Lozoya y aprovechamiento a su vez de los infinitos manantiales que surgen por todas partes, y restauración de la histórica Fuente de la Mina, edificada en época de Isabel II, circundándola una hermosa plaza, con la denominación de Plaza de Carlos Prast.
Asimismo se están ultimando los trabajos de perfil y parcelario con sus correspondientes planos de la futura avenida-carretera, que enlazando en la de la Coruña, en el Asilo de la Paloma, siga en línea recta hasta enlazar con la calle de Francisco García Molinas, una de las principales calles de la colonia.
Más de doscientas cincuenta personas de todas las clases sociales han adquirido ya grandes parcelas de terreno, con el fin de construir hotelitos, no dudando que en plazo muy corto la colonia “El Porvenir” tendrá tanta importancia como la Ciudad Lineal.
En uno de los sitios mejores, más céntricos y pintores de la colonia, se construirán 3 pabellones con la denominación: el 1º, Grupo escolar; el 2º, Salón de recreos y Casino de la colonia; y el 3º, Domicilio social y Cooperativa.
Así, pues, la Junta de gobierno suplica el concurso decidido del señor ministro de Fomento, del Ayuntamiento, Diputación provincial y diputados a Cortes por Madrid, para que obra tan grande y necesaria a Madrid tenga el desarrollo que merece, pues así lo reconoció el señor alcalde, don Carlos Prast, en una visita que tuvo a bien girar recientemente (ofreciéndonos su apoyo incondicionalmente y el concurso del Ayuntamiento para todo aquello que signifique interés público).
La Junta de gobierno de la expresada colonia “El Porvenir” ha quedado constituida en la siguiente forma:
Presidencia de honor, D. Francisco García Molina, senador del reino; presidencia efectiva, D. Luis Blanco Soria, concejal y director de “España Nueva”; vicepresidente primero, D. Hipólito Guin, doctor en Medicina; vicepresidente segundo, D. Juan Planas y Camps, industrial; tesorero, don Joaquín Lorenzo, propietario; contador, D. Miguel Aracil, propietario; secretario general, D. Mariano García Gómez, empleado; primer vicesecretario, D. Ramón Pulido, periodista y propietario, ....”
Hagamos un pequeño análisis de este acta. En primer lugar el nombre El Porvenir tiene que ver con el carácter liberal y republicano de los presidentes: Francisco García Molinas y Luis Blanco Soria. García Molinas fue el primer presidente de la Federación Española de Fútbol, y curiosamente fue diputado por Puerto Rico, al igual que Arturo Soria. De hecho fue invitado a varios actos en la Ciudad Lineal. Luis Blanco Soria era un conocido republicano y buen periodista. En febrero de 1915 ambos abandonaron el cargo con el agradecimiento de la colonia.
Pero el dato más importante lo encontramos entre bambalinas, pues los verdaderos propietarios eran Joaquín Lorenzo y Miguel Aracil, como veremos posteriormente.
Apuntar que este nombre de la colonia “El Porvenir”, no tiene que ver con la colonia que se encontraba al noreste de Peñagrande, aunque posiblemente fuera algo residual o sencillamente tomaron el nombre.
Desde 1915 casi todos los impulsos se centraron en hacer la carretera hasta el Asilo de la Paloma. Las fiestas se celebraban el 15 de Agosto, con procesión incluida, al menos desde 1919 de la que tenemos constancia. Es precisamente en este año cuando se añade Peñagrande a la colonia “El Porvenir”.
En 1921 se celebró la Junta General de los propietarios que formaban la Asociación para el Fomento de Peñagrande, tratándose el tema de la ampliación de la línea del tranvía de la CMU, hasta el barrio, aunque solo fue apoyado por 50 vecinos.
En enero de 1923 la Asociación para el Fomento de Peñagrande consigue la contribución de casi todos los vecinos, a razón de 3 céntimos por cada pie cuadrado, con el fin de: “
invertir su importe en la construcción de una Escuela, Cuartel de la Guardia Civil, prolongación del tranvía, abastecimiento de agua y otras obras necesarias”.
En 1924 dieron comienzo las obras para erigir el primer templo en Peñagrande, siendo su principal benefactora la marquesa de Villamagna. Se trataba de la Capilla Escuela de Peñagrande, la actual parroquia de San Rafael Arcángel, en la calle Isla de Saipán. Todavía hoy podemos apreciar alguno de los detalles de su construcción original.
Esta capilla escuela fue inaugurada el día 12 de julio de 1925 por la reina Victoria Eugenia. La iniciativa corrió a cargo de don Enrique López, esposo de doña Camila Leiva, marquesa de Villamagna, que viendo la falta de colegios decidió poner el proyecto en marcha. Por su parte Joaquín Lorenzo cedió 30.000 pies de terreno para su construcción. Se cifraba en unos 250 niños los que eran atendidos en este centro.
Otro colegio de Peñagrande estaba en la Quinta Angelita, propiedad de don Luis Altozano. La directora de las Escuelas Nuevas, que así se llamaba, era doña Amalia Domínguez, y a decir de los vecinos hacían una gran labor pedagógica.
En 1928 se firmó el acuerdo con la CMU (propietaria del tranvía Cuatro Caminos-Dehesa de la Villa), para empezar las obras de la prolongación de la línea hasta Peñagrande. Los vecinos contribuyeron a su construcción aportando 200.000 pesetas desde 1928, y dos parcelas en Monte Carmelo y el propio barrio de Peñagrande (
3). Este hecho fue ensalzado por muchos como un ejemplo a seguir para atraer el progreso a los barrios periféricos.
En enero de 1931 el Alcalde de Madrid instó a la CMU (propietaria del tranvía Cuatro Caminos-Dehesa de la Villa), para que comenzarán de inmediato las obras. Por fin el primer
tranvía llegó a Peñagrande el día 5 de agosto de 1932, a las 6,30 horas de la mañana, y así terminaban las negociaciones empezadas en Abril de 1921.
Única foto conocida de la llegada del primer tranvía a Peñagrande.
En 1935 la iglesia autorizaba a bautizar a los niños en los cercanos barrios de Tetuán y Cuatro Caminos, pero las partidas sacramentales debían hacerse en el pueblo de Fuencarral. No obstante la mayoría de los habitantes de las colonias de Peñagrande y Valdeconejos, provenían o trabajaban en Tetuán o Cuatro Caminos.
En el plano de 1937 aparece por primera vez el tranvía de Peñagrande, pero no así el barrio que sigue apareciendo como Beacos.
Como decíamos anteriormente, don Joaquín Lorenzo Garduño y don Miguel Aracil Gonzálvez crearon la Sociedad “Asociación para el Fomento de Peñagrande”, que empezó a parcelar el barrio. Posteriormente Miguel Aracil abandonó la Sociedad quedando al frente de ella Joaquín Lorenzo, pasando después a su nieto Joaquín Pol. Como curiosidad citar que todavía en 1989 seguía haciéndose requerimiento a estos señores para escriturar terrenos del barrio.
La colonia de Peñagrande se desarrolló en torno a la calle Joaquín Lorenzo, paralela a la avenida del Cardenal Herrera Oria, trazando su entramado entre ésta y el arroyo de la Veguilla. Los antiguos caminos fueron convertidos en calles. Lo más asombroso es que sin ninguna ayuda de los ayuntamientos (primero el de Fuencarral y después el de Madrid), los vecinos hicieron un urbanismo muy aceptable. Para que nos hagamos una idea, la urbanización salvaba un desnivel de unos 55 metros entre la carretera de la Playa y el arroyo de la Veguilla.
Después de la Guerra Civil se instalaron importantes centros cívicos estatales, como la vieja maternidad, el colegio de Nuestra Señora de la Almudena (actual instituto de educación secundaria Isaac Newton).
Hacía 1950, en dirección a Fuente de la Reina, se levantaron las viviendas de la Fundación Francisco Franco, junto al arroyo del Fresno.
Tres fotos cenitales que nos dan una idea del crecimiento del barrio desde 1946 a 2008.
En 1951, al poco de unirse a Madrid capital tras la absorción de los pueblos limítrofes, Peñagrande contaba con unos 3.000 habitantes, siendo los principales núcleos de población: la colonia de Peñagrande, la colonia El Porvenir y Valdeconejos, al otro lado del arroyo Canalejas.
El chabolismo era muy disperso pues se extendía allá y aquí, incluso con edificaciones aisladas en medio del monte, muy al contrario de lo que ocurría en otros barrios de la capital donde el hacinamiento era agobiante.
Comparativa de la ocupación del suelo sobre el callejero actual. Fuente: CAM.
En 1949 se creó la empresa Marcudos, S.L.; con la asociación de Margarita González Lacoma y Pilar Cudos Velasco. Desde 1947 ambas compraron terrenos en la zona el actual barrio de Lacoma con el objeto de levantar pisos para ser puestos en alquiler o para su venta, bajo el auspicio de la Ley de Viviendas Bonificables.
Posteriormente, en 1955, Margarita y Pilar (junto con algunos pequeños socios) fundan una nueva sociedad: Cudosmar, S.A., con el mismo objetivo que la anterior pero centrada en la creación de la Colonia del Pino (al oeste de Lacoma), cuyo proyecto contemplaba la construcción de 2.000 viviendas. Sin embargo solo se llevo acabo parcialmente el plan ya que muchos terrenos no fueron vendidos y quedaron bastantes solares entre los bloques, resultando una trama viaria y urbanística muy precaria.
El trazado de la línea de Peñagrande a su paso por los terrenos de Saconia. Fuente: Juanjo –Urbanity-.
Analizando los datos de 1970 podemos hacernos una idea muy aproximada de lo que era entonces la zona. Sobre unas 1.000 edificaciones, la mitad eran casas unifamiliares. El número de viviendas era de unas 3.300, y el de habitantes 15.000; lo que daba un densidad de población de las más bajas de los barrios de la capital.
El 27 de febrero de 1970 la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Madrid propuso asignar el nombre de avenida del Cardenal Herrera Oria a la carretera de la Playa. Tres años después empezaron las obras del desdoble de la vía, eje fundamental de comunicación en el tráfico este-oeste al norte de la capital en aquel momento.
Noticia sobre la inauguración del colegio Apolo XI.
A principios de 1978 el barrio de Peñagrande se ve amenazado por la especulación, cuando en "aras de la modernidad" seis inmobiliarias se hacen poco a poco con el 64% del terreno, incluidas algunas calles. El sistema empleado era la junta de compensación, usando la formula de volúmenes a cuenta que iba en detrimento de los vecinos. Las viviendas afectadas eran unas 220, siendo en alquiler un 35% aproximadamente.
Calle Islas Bahamas esquina a calle de Ángel Domínguez. Año 1978
Calle de Alicia Baena. Año 1979.
En agosto de 1982, siendo alcalde de Madrid don Enrique Tierno Galván, se entregaron 44 viviendas en la denominada "unidad urbanística número 1 de Peñagrande”, correspondiendo todas ellas a los realojados de la colonia El Porvenir, según el acuerdo que se tomó en la Junta de Compensación.
La construcción del centro comercial de La Vaguada, el trazado de la avenida de la Ilustración y definitivo cierre de la M-30 sobre el arroyo de la Veguilla -inaugurada el 14 de abril de 1992-, dio un desahogo a la avenida del Cardenal Herrera Oria, pero también supuso extender el tablero de ajedrez de las edificaciones hacía la frontera virtual de Herrera Oria. Una pequeña parte de la colonia primigenia de Peñagrande se vio afectada por estas obras.
La inauguración del tramo de la M-40 en el monte de El Pardo (diciembre de 1996), junto a la prolongación de la línea número 7 del Metro (marzo de 1999), significaron la extensión definitiva de la gran urbe, y aquella carretera del Río dejó de ser la frontera norte de la ciudad, y el carácter bucólico de los campos aledaños se van diluyendo poco a poco en la tela de araña de Madrid.
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Otros artículos del barrio:
Peñagrande – Lacoma – El barrio
Peñagrande – Lacoma – Álbum de fotos
Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora: José Manuel Seseña
Notas:
1 - Alfonso XI, Rey de Castilla; años 1311-1350.
2 - Tratado de las siembras y plantíos de árboles, y de su cultivo - De Duhamel du Monceau.
3 – Por parte de la Asociación de Fomento de Peñagrande firmaron: Francisco Javier Fernández Vial, Joaquín Lorenzo Garduño, Leopoldo Gómez Rodríguez y José Martínez Barciela.
Bibliografía:
Hemeroteca BNE
Hemeroteca ABC
Coleccionable de Madrid - Espasa Calpe
Prensa histórica MCU
Nomenclátor CAM