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jueves, 15 de enero de 2009

El servicio de Correos y los Tranvías

Fotografía tomada en Septiembre de 1915, sobre los peligros de los niños. Fuente: BNE.

A partir del 15 de Enero de 1.914 todos los tranvías de Madrid, excepto los “Canarios” y las “Jardineras” llevarían un buzón en cada plataforma junto a una de las puertas de acceso. La correspondencia que en ellos depositaba el público, sería después retirada en lugares fijos como la Puerta del Sol para llevarla a las oficinas de Correos.

D. Tomás Dasi en la “Revista Filatélica” publicó un artículo sobre los fechadores postales o “matasellos” correspondientes a los tranvías urbanos de España. En lo que se refiere a los de Madrid recogió varios modelos diferentes hasta el año 1.935, y a la vista de ellos, parece ser que las cartas depositadas en estos buzones eran llevadas, bien a la Administración Central de Correos [1], o bien a las estafetas de las estaciones del Norte y de Atocha.

Cartero retirando la correspondencia de un tranvía. Año 1930. Fuente: BNE.


En los años “treinta” surgieron dificultades entre la Administración de Correos y la S.M.T. al no ponerse de acuerdo sobre quién habría de hacerse cargo de la reparación de los buzones, que, al parecer, se deterioraban bastante. Las conversaciones no debieron llegar a buen puerto ya que todos los tranvías nuevos puestos en servicio a partir de 1.932 no llevaban buzones, así como tampoco los reformados desde esa fecha al serles suprimidos.

Aunque el tiempo fuera malo el cartero siempre retiraba la correspondencia. Fondo S.Yubero - Comunidad de Madrid.


Todo hace suponer que el servicio fue suprimido en 1.936 al poco de comenzar la Guerra Civil, aunque el Sr. Dasi encontró un sello suelto de la serie 1.940-1.945, lo que indica, sin duda, que aún continuó durante algún tiempo después del conflicto bélico mientras circularan coches de las series “Westinghouse” y “Charleroi” sin reformar. Lo que es absolutamente cierto, es que todos los coches de plataformas cerradas, “Unificados” y “P.C.C.” nunca llevaron buzones, como tampoco los “Westinghouse” y “Charleroi” reformados aunque conservaran las plataformas abiertas.

Como en Madrid, en Barcelona también se pusieron buzones en los tranvías, en esta foto junto al número. Fuente: http://www.bcn.es/

Por otra parte, los repartidores de correos, los “carteros”, podían viajar gratuitamente, como las autoridades, en las plataformas delanteras de los tranvías. Era curioso ver como en Cibeles salían de Correos cargados con sus enormes carteras y se subían en marcha en los tranvías, cosa que ahora parece impensable.

Carteros subidos a un tranvía. Fuente: Nodo año 1944.

oOoOo


Es un extracto de un trabajo que sobre el tema realizó D. Carlos López Bustos (q.e.p.d.).

Autor: José Manuel Seseña Molina
En el blog historias matritenses colaboran también Ricardo Márquez y Angel
[1] Actual sede del Ayuntamiento de Madrid en la Plaza de la Cibeles.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Buzones de Correos

Como continuación del trabajo anterior sobre Correos, hoy hablaremos de los buzones, esos objetos tan cotidianos y urbanos, que tanto gustan a los niños.

El título de ser el buzón de Correos más antiguo de España lo tiene una casa particular de Mayorga (Valladolid), en el que esta cincelada la siguiente leyenda: Coreo Ano de MDCCXCIII, es decir Correo año 1793.

En el año 1762 aparece por primera vez una referencia a los buzones en los Anales de las Ordenanzas de Correos de España, y así en el artículo 51 se dice: “agujero o reja, en todas las Hijuelas o Veredas, por donde se echen las cartas, sin que se pueda recibir en mano”. El motivo al que obedecía la creación de los buzones eran dos fundamentales: que la gente confiara del sitio donde depositaba la carta, sabiendo que era un lugar seguro, y el no tener que esperar a que llegará la persona que recogía la correspondencia. Pensemos que en aquel entonces muy poca gente escribía y quienes lo hacían eran por motivos de gran importancia.

A razón de un incendio que hubo en una Administración de Alicante en el año 1813, se ordeno la colocación de campanas metálicas, donde iban a parar las cartas introducidas, y revestir la misma con ladrillos.

Alrededor de 1850 se instala buzones en las diversas puertas de entrada a Madrid, como: Alcalá, Atocha, Toledo, San Vicente, .... y también se ponen cajas-buzones en los estancos “por ofrecer mayores garantías”. La retirada de correspondencia se hacía dos veces al día.

Buzón de París que la prensa proponia poner igual en España. El Museo Universal. 1852.

En la prensa de la época de Madrid aparecen muchas referencia a los buzones, llamados columna buzón o peralte buzón. La mayoría de noticias eran quejas, ya que no todos los estancos disponían de buzón ni de sellos, con lo que se daba el caso que había que ir a un estanco a buscar sellos y andar tanto hasta el buzón, que en ocasiones era mejor llevar la carta en mano, esto solo se refería al correo de Madrid, denominado en entonces “correo interior”.

Diferentes tipos de buzón utilizados por Correos. Foto: San Sebastián.
Es en 1916 cuando entra en funcionamiento el famoso Palacio de Comunicaciones de Madrid, sito en la Pl. de la Cibeles, diseñado por los arquitectos Palacios y Otamendi. Fue conocida por los madrileños como “Nuestra Señora de las Comunicaciones”, y hoy en día es la sede del Ayuntamiento de Madrid.

Cibeles, de 1920 al 2004.
 Se pusieron en funcionamiento los sistemas más avanzados para su época, una torre para la telegrafía sin hilos, tubos de aire comprimido para el movimiento de cartas, muelles de carga, puertas especializadas según el tipo de correspondencia.....

En esta foto de 1920 se puede ver la antena para telegrafía sin hilos.
Pero sin duda lo que más recordamos los madrileños son los buzones numerados según destino del soportal del paseo del Prado del Palacio de Comunicaciones.

Buzones de Cibeles, de 1933 al 2008.


Composición fotogrática. Diciembre de 2009. Foto: http://www.flickr.com/photos/madridlaciudad/ . Álbum de Flickr.
Nuestro agradecimiento por la cesión.


Para la construcción de los buzones se ha utilizado los más diversos materiales, formas y decoración, pero sin lugar duda los más famosos son las de cabeza de león de bronce, incrustadas en las paredes de las Sucursales.



Hoy en día en España se encuentran operativos 37.490 buzones de Correos, siendo los más modernos los de fibra de vidrio.

En el Museo Postal y Telegráfico, se pueden admirar todo un muestrario antiguo, fabricados en madera, hierro o mármol.

Hasta aquí esta segunda entrega, finalizaremos la serie de Correos con un último artículo en unos días, sobre la relación de Correos y los tranvías.

Autor: Ricardo.
En este blog colaboran Ángel Caldito y José Manuel Seseña.

Fuentes: www.correos.es y www.bne.es

lunes, 3 de noviembre de 2008

Carteros de Correos

Trataremos en este artículo como se realizaba el reparto de la correspondencia por parte
de los carteros. La vida pasa a nuestro alrededor, y cosas tan habituales como los buzones que todos tenemos en nuestra casa fueron todo un invento, cosas tan sencillas que ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.

Los buzones que tenemos en nuestras casas fueron un invento del correo suizo, como tantas otras relacionados con el correo.

Desde que el correo se inventó, el cartero utilizaba una corneta o cornamusa, en términos más exactos, para anunciar su entrada en las poblaciones, ser reconocido, protegido y obtener la inmunidad. De ahí la utilización de la corneta en muchos países europeos como distintivo de correos.

Emblema de correos en España. La cornamusa está debajo de la corona.
También se puede aplicar la función de correo al pregonero, que utilizaba la trompetilla para llamar la atención de los vecinos. Tengamos en cuentas que entonces la gran mayoría de la población no sabía leer.

Los carteros hacían el reparto del correo en Madrid y otras ciudades de España tocando un silbato. Seguidamente el cartero, cuando se trataba de edificios de varias plantas, gritaba los pisos para los que tenia correspondencia, ocasionando muchas veces la duda entre los vecinos, sus preguntas y la respuesta del cartero.

Cartero silbando.

Por su parte los vecinos debían de estar atentos para oír el pitido del cartero, y los más alejados del portal tenían que dejar las puertas abiertas aun en invierno. Cada vecino bajaba a coger sus cartas, y a aquel que no estuviera o no bajara , se le dejaba las cartas en el portal o portería, si la tenía.

Era todo un acontecimiento la llegada de cartas: el vecino sabía si fulanito había recibido carta, o si la carta era dejada en el portal cualquiera podía ver los remitentes, y siempre la bajada para recoger las cartas era una buena ocasión para comentar las noticias diarias.

Había otras casas en las que el portero se encargaba de recoger la correspondencia y en otros casos el cartero subía las escaleras para entregar la correspondencia en la puerta de la vivienda. Se destacaba con un logro muy positivo por parte de la Administración de Correos que en algunos edificios les permitían utilizar el ascensor.

Cartero subiendo las escaleras.

En un artículo publicado en la prensa en Agosto de 1933, se planteaba el tiempo que suponía todo esto a los carteros, por lo que correos se planteó el facilitarles el trabajo (a su vez el tener un ahorro al hacer falta menos carteros, aun reconociendo que se trataba de un servicio social que se debía de dar a pesar de ser deficitario).

El cuerpo de carteros es calificado en este artículo como el escalón más bajo de los funcionarios de la administración, debido a que su trabajo es muy duro y su salario bajo. Para aliviar su trabajo se propuso la utilización de los buzones, o cajetines, para depositar allí las cartas de los vecinos .

Foto detalle de los casilleros – Publicado en Agosto 1933.

El artículo, entre otras cosas, decía así:

Consiste en un casillero con un número de casillas igual al de viviendas que haya en cada casa en que se instala: cada casilla tiene una portezuela con buzón e indicación del piso a que corresponde, que sólo puede abrir el vecino a quien se la haya asignado. Las cerraduras de estas portezuelas son sistema “Yale”, combinadas con llave maestra; es decir, que el cartero poseedor de estas llave podrá abrir cualquier apartado.

Con el fin de que al hacer la distribución de cartas en los diferentes departamentos no se ofrezcan dudas al cartero respecto al destino de las mismas, llevarán las portezuelas en cara interior una tarjeta de celuloide blanco, donde el vecino escribirá los apellidos de las personas que habiten en el piso correspondiente.


La explicación es mucho más amplia, pero es reseñable el detalle con el que describen los buzones. También contemplaban la opción de tener dos tamaños mas grandes por si alguien recibía más correo, y una opción para depositar el correo que quisieran enviar los vecinos y se lo llevará el cartero (véase detalle en la foto anterior).

Como ocurre con muchas otras cosas, hasta los años 60 el cartero siguió llamando con el pito y voceando los nombre de los vecinos.

Continuará las historias de nuestro querido Correos ......

Autor: Ricardo
En este blog colaboran Ángel Caldito y José Manuel Seseña.
Fuentes:
www.bne.es