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martes, 27 de octubre de 2015

Los viejos cementerios de Madrid

Sacramental de San Martín. Entre 1917 y 1919. Foto: Otto Wunderlich. Fototeca del Patrimonio Histórico.

Desde los primeros tiempos de la cristiandad era costumbre el dar sepultura a los finados en las iglesias o en los cementerios anexos a las mismas. Así en las regiones pirenaicas o alpinas de Francia es fácil observar iglesias con sus pequeños cementerios alrededor. También en España las iglesias eran las encargadas de hacerse cargo de los cadáveres.

Tuvimos ocasión de consultar los libros parroquiales de la iglesia del pueblo de Canillas, de principios del siglo XVII, y tanto el de bautismo como el de difuntos ofrecen una información imprescindible para el estudio histórico del lugar, siendo los verdaderos "registros civiles" y mostrando la relación que tenían los vecinos de Canillas con otros pueblos teniendo en cuenta los matrimonios que se celebraban.

En el libro de difuntos se confirma que existían siete tipos de enterramientos -el séptimo era el más costoso-; según la limosna aportada así se tenía derecho al lugar de enterramiento y a un número determinado de funerales. Además algunos de los registros en el libro hacían las veces de verdaderos testamento.

Por ejemplo encontramos apuntes como los siguientes:

"+1612. Muere María de Juana Serrana, mujer de Juan Martín. Entierro en la iglesia de San Juan en 3º grado de la iglesia junto a la pila de agua bendita.
+1613. Niña de Juan del Moral, enterrada en 2º grado de la iglesia alantrado (a la entrada) de capilla del bautismo.
+1613. Juana Garcia, mujer de Juan Martín, deja en su testamento 2 reales para canonización de San Isidro.
+29-10-1708. Agueda Ruiz casada con Juan Aguado. De aprox 36 años. Enterrada en grado 4º
+13-02-1729. Pheliciana Serrano mujer de Antonio Hurtado, No hizo testamento, hizose ymbentario de sus vienes propios por Manuel Serrano, Alcalde ordinario de la villa por Anse Bernardo Garcia, Escribano de su Magestad...... baluados 492 reales a su manis?? .. "a lo corresponsive alquino pago el entierro, y rompimiento de la Sepultura que se abrio en el 7º grado por lo que deve a fábrica, 700 maravedis, + 45 misas." SIC

Además son numerosos los registros de entierro de los "pobres de solemnidad". Para estos menesteres la iglesia de San Juan Bautista de Canillas contaba con un cementerio pegado al templo y una cripta debajo del altar. En Madrid capital las sepulturas se hacían dentro de las propias iglesias, a excepción de un par de parroquias, entre las que destaca la de San Sebastián, entre la calle Huertas y Atocha que tenía un pequeño cementerio a su espalda, en la calle Huerta, que hoy todavía sigue siendo solar y llama la atención por encontrarse tan en el centro de Madrid.

Así las cosas sucedió el incendio de la iglesia de Santa Cruz en 1763, la vieja atalaya de Madrid, quedando al descubierto muchos de los cadáveres en ella albergados y desprendiendo un nauseabundo olor. Además varías epidemias asolaron España, una especialmente virulenta arrasó la "Villa de Pasage" en el año 1781.

En 1783 la Real Academia de La Historia remitió un informe al Consejo del Estado relativa "al lugar de las sepulturas", elaborado a partir de tres informes independientes hechos desde el año 1777. Desde esta última fecha se habían puesto a prueba varios cementerios fuera de las villas, siendo el primero el de El Pardo (Madrid),  el segundo el de San Ildefonso (Segovia), y el tercero el de Los Yébenes (Toledo) -este último en plena epidemia de fiebres tercianas-. En vista de todo ello el día 3 de abril de 1787, bajo la regencia de Carlos III, se dictó la pragmática para poner los cementerios fuera de las urbes. Era importante intentar minimizar el riesgo de contagios en un clima tan cálido como el nuestro, por lo que como medida de urgencia se proponía establecer los cementerios fuera de los pueblos, aconsejando ubicarlos junto a las ermitas siempre que estuvieran en las afueras pues así se podía dar la despedida cristiana a los difuntos.

Por desgracia, como nos pasa en tantas otras cosas, la dilación en aplicar la normativa hizo que pasaran los años sin que se pusiera en práctica. No será hasta el 7 de marzo de 1809, cuando se publica en el Diario de Madrid (el equivalente al Boletín Oficial del Estado), la siguiente orden:

" DON JOSEF NAPOLEÓN POR LA GRACIA DE DIOS Y POR LA CONSTITUCION
del estado, REÍ de las Españas y de las Indias.
«Considerando muí conforme á las reglas de una buena policía cortar de raíz todas las causas que pueden influir en la putrefacción del aire, y dañar á la salud pública, en cuya conservación debe esmerarse tanto la solicitud y zelo del gobierno; y observando que, principalmente en las actuales circunstancias, nada se opone mas á lograr tan saludable objeto como permitir la práctica de enterrar los cadáveres en las iglesias, abuso contrario á la sana razon, á la política, al respeto debido á los templos, y á los preceptos de la disciplina eclesiástica de los mejores tiempos: hemos decretado y decretamos lo siguiente:......." (SIC)

En la ley se desarrollaba la construcción de cuatro cementerios para Madrid, incluido el General del Norte que todavía estaba en construcción según la Real Cédula del 26 de abril de 1804, en: "á mano izquierda del camino de Extremadura, otro en la primera altura á la mano izquierda del camino viejo de Leganés, y el tercero en la primera altura del camino de Alcalá, pasada la tapia del Buen Retiro" (SIC). Así mismo se decía que: "No habrá persona, por privilegiada que sea, que se exima de conformarse con las disposiciones de este nuestro decreto." (SIC). También se enumeraban los servicios con los que debían de contar los cementerios, entre los que estaba un capellán para los responsos.

En octubre de 1813 el Alcalde de Madrid -marqués de Iturvieta-, decretó la Ordenanza sobre la prohibición del traslado público de cadáveres entre las casas mortuorias y las parroquias y exposición en las mismas, mandando el traslado directo de la casa mortuoria al cementerio, incluso el transporte urgente cuando fuera mandado por un médico de acuerdo a las normas de la Junta de Sanidad para evitar problemas de salud pública. También en este mismo mes se hizo obligatorio para todos los pueblos de la provincia de Madrid el tener cementerios fuera de las poblaciones y la normativa del traslado de los difuntos, aunque en mayo de 1820 tuvo que volver a ser recordado su obligado cumplimiento en el Diario de Madrid pues la mayoría de los ayuntamientos hacían caso omiso.

Tras todos estos antecedentes, pasamos a enumerar los cementerios que se construyeron en Madrid de acuerdo a las ordenanzas:

Cementerio General del Norte
También conocido por el de la Puerta de Fuencarral o Puerta de Bilbao. Se abrió en 1809, según el diseño de Juan de Villanueva. Estaba en la actual calle Arapiles, junto a la Glorieta de Quevedo, donde después se instalaron las cocheras de Magallanes.

Planos del Cementerio General del Norte de Juan de Villanueva. Fuente: Juanjo - Urbanity.

La leyenda cuenta que la primera persona enterrada fue la condesa de Jaruco, bella mujer cubana que tenía mucho trato con el rey José Bonaparte. Se dijo que por la noche, el mismo día de ser enterrada, alguien -posiblemente un ser alado- exhumó el cadáver y la enterraron en el jardín de su casa de la calle de la Luna.

Patio de los pobres del Cementerio General del Norte. Año 1874. La Ilustración Española Americana.

Fue clausurado en 1884.

Cementerio General del Sur 
Fue bendecido el día 29 abril 1810, abarcando ese día las siguientes parroquias: San Sebastián, Santa Cruz, San Justo, San Millán, San Andrés, San Lorenzo y San Pedro. Estaba en la calle de la Verdad, detrás de la Sacramental de San Lorenzo y San José.

Esta toma aérea es de donde estaba el Cementerio General del Sur, que se corresponde con los dos grandes rectángulos del centro. Justo detrás de ellos se ve la Sacramental de San Lorenzo. Colección Anmogon. Ejercito del Aire.

El único elemento destacable era la cruz que estaba anteriormente en la plaza del Ángel, concebida por Ventura Rodríguez.

Fue clausurado en 1884, aunque hasta julio de 1935 recibía los restos de los otros cementerios según se iban demoliendo.

Por su parte las diversas parroquias de la Villa se agruparon en Archicofradías y Sacramentales para hacer sus propios campos santos. Los feligreses aportaban un dinero para la construcción y el mantenimiento de los cementerios, llenándose rápidamente los cupos disponibles. A todas luces era insuficiente la capacidad inicial, lo que llevó a la ampliación de todos las sacramentales. Las cementerios fundados por este método fueron:

Sacramental de San Isidro 
Primer cementerio Sacramental, inaugurado en 1811. Está junto a la Ermita de San Isidro. En un principio pertenecía a la Archicofradía del Santísimo Sacramento, Purísima Concepción y San Isidro, dependiendo de él las iglesias San Pedro y San Andrés (que tenían sus patios correspondientes dentro del cementerio) (1).

Patio de San Andrés, Sacramental de San Isidro. Año 1911. La Ilustración Española Americana.

Vista aérea de las sacramentales del otro lado del Manzanares. San Isidro con su forma de medio circulo y más cercano la Sacramental de San Justo. Año 1925. Foto Alfonso (AGA).

Sacramental de San Isidro. Foto COAM.

Ya en 1761 aparece la ermita con un pequeño recinto vallado a su espalda, lo que nos hace pensar que posiblemente existiera algún enterramiento en el lugar. En sus primeros años no era calificado como Sacramental en la prensa. Hasta 1860 se fue ampliando alcanzando entonces su dimensión actual. La ermita era el lugar ideal para dar la última despedida a los finados, lo que sin duda contribuyó a su crecimiento y a que se ubicaran más cementerios en los alrededores.

Sacramental de San Sebastián
Fue inaugurada en 29 de junio de 1821. Estaba en la calle Méndez Álvaro, junto a la Sacramental de San Nicolás, a la altura de la calle Canarias.

Sacramental de San Sebastián. Año 1911. La Ilustración Española Americana.

Según se dice tuvo el primer panteón/mausoleo de los cementerios de Madrid, perteneciente a la familia Fagoaga.

Sacramental de San Sebastián, junto a la de San Nicolás. Colección Anmagon. Fondo Santos Yubero (ARCM).

En agosto de 1884 se decretó su clausura, aunque realmente la última persona enterrada fue el general Serrano a finales de 1885. El Gobierno tuvo que dar una autorización especial para que el cementerio admitiera al general y así poder depositar su cadáver en el panteón familiar.

Panteón de la familia Gassó en la Sacramental de San Lorenzo, según diseño de Emilio Rodríguez Ayuso. Foto: Juanjo - Urbanity.

Detalle (sentimos la mala calidad), del ataúd encontrado abierto. Foto: Diaz Casariego, Heraldo de Madrid.

En 1935 se ordenó su derribo urgente para la ampliación de la calle Canarias. La nota tétrica es que
durante el vaciado fue encontrado en uno de los nichos un ataúd con la tapa levantada y las manos de la finada fuertemente aferradas a los bordes de la caja, lo que indicaba que la pobre señora fue enterrada en vida en 1864.

Sacramental de San Nicolás
Su nombre completo era: San Nicolás de Bari, San Salvador y Hospital de la Pasión. Fue inaugurado el 24 de Octubre de 1824. Estaba en la calle Méndez Álvaro, a la altura de la calle Canarias,  junto a la Sacramental de San Sebastián. En 1839 se hizo una reforma y ampliación muy importante siendo dirigida por el arquitecto José Alejandro y Álvarez.


Sacramental de San Nicolás, al fondo la de San Sebastián. Año 1911. La Ilustración Española Americana. 

Albergó los restos de Calderón de la Barca, que fueron depositados el día 18 abril 1841, con motivo de la inauguración del viaducto de la calle Segovia.

Sacramental de San Sebastián, junto a la de San Nicolás. Colección Anmagon. Fondo Santos Yubero (ARCM).

Contaba con un patio dedicado a escritores y artistas donde reposaban los restos de Espronceda, Larra, Bretón de los Herreros,... y el llamado Patio de la Libertad con personajes tan ilustres como: Argüelles, Olózaga, Calatrava, Mendizábal, etc.

Dejaron de dar sepultura en 1884, y fue derribado en 1912.

Sacramental de San Luis
Su nombre completo era Sacramental de San Luis y San Ginés. Se abrió en 1831, aunque tomó su verdadera relevancia tras la ampliación de 1846 cuando fue dotado de una capilla y nuevos edificios accesorios de acuerdo con los planos de Narciso Pascual y Colomer. Estaba en la calle Fernández de los Ríos, teniendo su entrada desde Bravo Murillo, y se adentraba hacia la calle Escosura. Pegado a él estaba hacia el norte el cementerio Patriarcal.

Vista de la Sacramental de San Luis. Universidad Politécnica de Madrid - Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Plano catastral de la situación de la Sacramental de San Luis, a la izquierda de la G. Pegado a la Sacramental, arriba, el cementerio Patriarcal. Debajo en el centro, marcado con el 13, el Cementerio General del Norte. Universidad Politécnica de Madrid - Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Fue clausurado en 1884.

Sacramental de San Martín
Pertenecía a la Archicofradía de San Martín, San Ildefonso y San Marcos. Abrió en 1848. Estaba en la calle Vallehermoso con la avenida Filipinas, donde estuvo después el estadio Vallehermoso y actualmente el complejo de GolfCanal.

Pórtico de entrada a la Sacramental de San Martín. Año 1911. La Ilustración Española Americana.

Panteón de los señores de Azas, en la Sacramental de San Nicolás. Obra de Domingo de Inza. Julio 1874. Grabado de Rico. La Ilustración Española Americana. 

Sacramental de San Martín, en primer término el tercer depósito de agua del Canal de Isabel II. Entre 1917 y 1919. Foto: Otto Wunderlich. Fototeca del Patrimonio Histórico (MCU).






Diversas fotos del interior de la Sacramental de San Martín. Fotos: Juanjo - Urbanity.

Restos de la Sacramental de San Martín, casi acabada su demolición. Foto: Juanjo - Urbanity.

Fue clausurado en 1884, y el Ayuntamiento mandó su derribo en 1912, aunque en 1922 todavía seguía una parte en píe debido a un contencioso pues parece que fueron vendidos los terrenos al poco de ser clausurado y no estaba claro si era una propiedad particular o municipal. Hacía 1933 el Ayuntamiento tenía previsto hacer en el lugar un parque público.

Sacramental de San Justo 
Su nombre completo era Sacramental de San Justo, Santa Cruz y San Millán, aunque también era conocido por "San Justo y Pastor" e incluso hay algún documento donde también figura el nombre de San Miguel. Abrió sus puertas en 1849. Está en el que llamaban cerro de las Animas, entre la actual Vía Carpetana y el paseo de la Ermita del Santo, junto a la Sacramental de San Isidro.

Sacramental de San Justo. Foto COAM.

Al cerrar los cementerios del ensanche se construyó en uno de sus patios el panteón de los hombres ilustres, siendo depositados los restos de: Larra, Espronceda, Rosales,...

Sacramental de Santa María 
Originalmente llamado Sacramental de Santa Maria y del Hospital General. Está en la calle Comuneros de Castilla, en el lugar que ocupó la ermita de San Dámaso. Se inauguró a finales de 1849.

Vista de la fachada del Cementerio Sacramental de Santa María desde el Puente de Toledo. Año 1886. Foto: Laurent (BNE). Nuestro agradecimiento a Ramón Oria por su aviso de esta foto.

Sacramental de Santa María. Foto COAM.

Cementerio Patriarcal
Pertenecía a la Hermandad de Palacio y Santísimo Cristo de la Obediencia del Buen Suceso. Estaba en el llamado Campo de Guardias, en la calle Donoso Cortes esquina a Escosura, junto a la Sacramental de San Luis.

Monumento sepulcral costeado por suscripción nacional erigido en la memoria de Manuel José Quintana en el Cementerio Patriarcal. Diciembre de 1876. La Ilustración Española Americana.

Cementerio Patriarcal, 22 de junio de 1877. Deposito de los restos de Manuel José Quintana. La Ilustración Española Americana. Dibujo: Comba.

Estado del Cementerio Patriarcal en el año 1922. Foto del libro "Chamberí y sus barrios".

Fue clausurado en 1884.

Sacramental de San Lorenzo
Su nombre completo es Sacramental de San Lorenzo y San José. Fue bendecido el día 31 de julio de 1852. Está en la calle de La Verdad, y junto a él estaba el Cementerio General del Sur.

Sacramental de San Lorenzo. Foto COAM.

Con todos los cementerios anteriores en funcionamiento en enero de 1857 una comisión de Beneficencia y Sanidad del Ayuntamiento de Madrid realizó un informe en el que se hacía un análisis profundo de la situación. Lo primero que criticaba era el estado calamitoso de los cementerios generales del Norte y del Sur, calificándolos de simples osarios. Los dos cementerios tenían nichos en las paredes de cada patio, sepulturas privadas en galerías, sepulturas comunes y fosas comunes.

Debido al escaso número de nichos estos eran vaciados a los cuatro años estando todavía los cadáveres en descomposición. Además la mala calidad de las tapias que tenían grietas o poros dejaba escapar malos olores. Si a los cuatro años no se renovaban los derechos los restos eran arrojados a las fosas comunes.

En sepulturas comunes se enterraban entre 3 y 5 ataúdes. Los que estaban más arriba se descomponían sin ningún problema en cuatro años quedando los esqueletos, pero los de más abajo nunca.

Por último, los enterrados en fosas comunes -normalmente desnudos y con una pequeña separación de tierra entre los cadáveres-, permanecían en la mayoría de los casos hasta 20 años sin descomponerse, si a ello agregamos que la capa superior que los cubría tendía a agrietarse por los vapores, entenderemos el espectáculo dantesco e insalubre que ofrecían estas fosas.

Además los dos cementerios generales no tenían casi vegetación (el del Norte ninguna) que ayudara a mitigar los malos olores.

Las sacramentales tenían únicamente enterramientos individuales en nichos y sepulturas, lo que explica las ampliaciones de casi todos ellos por la necesidad de espacio para nuevos finados. Sin embargo muchas de las sacramentales se encontraban rodeadas de viviendas, en pleno ensanche de Madrid.

El informe proponía la creación de dos grandes cementerios, con todos los servicios, capilla, depósito de cadáveres, instalaciones de mantenimiento, etc. Estas mega-necrópolis debían de estar situadas al Norte o al Este, para evitar que los vientos predominantes llevarán las miasmas hacía Madrid, y en un lugar elevado y a ser posible separados por un río.

Además aconsejaba el tipo de urbanización interior, arbolado, característica de los nichos, tiempo y tipos de enterramiento,..... prácticamente como las necrópolis que tenemos hoy en día.

Mediante la Real Orden del 9 de agosto de 1884, que por desgracia tuvo que ser publicada por una epidemia de cólera que arrasaba España, se mandó cerrar de forma urgente y tajante todos los cementerios que estaban en la zona del Ensanche, a saber: San Martín, San Luis, San Sebastián, San Nicolás y Patriarcal, además de los dos cementerios generales; prohibiéndose los enterramientos en todos ellos desde el día 1 de septiembre de 1884. Fue entonces cuando pasó a tomar el relevo el cementerio del Este, o de la Almudena.

Cementerio de la Almudena. Año 1925. Foto: Alfonso (Aga).
-.-.-

Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colabora: José Manuel Seseña.

Nota:
1 - Las sacramentales que tenían varios nombres se las conocía por cualquiera de los que hemos mencionado, incluso por el de sus patios. Hemos optado por encabezar cada una de ellas por el más utilizado.

martes, 7 de febrero de 2012

La Cornisa – Madrid desde la ribera del Manzanares

Os proponemos hacer un recorrido visual a lo largo del tiempo de nuestra ciudad vista desde el otro lado del Manzanares. Esto nos permitirá ver la evolución de la fachada oeste de la Villa, que ha sido sin duda la más retratada en toda su historia.

 Año: 1562-3 Vista general de Madrid,  por Antón van der Wyngaerde.

Se aprecia en primer plano las riberas del Manzanares cruzado por los antecesores del Puente de Segovia (en primer término), y el Puente de Toledo (más al sur, derecha), que se construirán en forma monumental años más tarde. El edificio más destacado, al norte (izquierda), es el Alcázar, que forma parte del circuito amurallado y que sufrirá varios incendios hasta el fatídico de 1734 que lo destruirá casi completamente, siendo sustituido por el actual Palacio Real. Entre el caserío se destacan las torres de las iglesias (de izquierda a derecha: San Gil, San Juan, Santiago, San Salvador, San Miguel de los Octoes, San Nicolás, Santa María, San Justo, San Pedro, la Capilla del Obispo, San Andrés y, extramuros, San Francisco), que no muestran aún el perfil de cúpulas y chapiteles que las caracterizará en los siglos siguientes. Aparece, fuera de las murallas y sobre el río, una instalación artesanal dedicada al tratamiento de pieles: las Tenerías del Pozacho." (Fuente: Madrid por Wikipedia)

Otra versión del mismo grabado que el anterior con más color y detalle.

Año 1668. Dibujos del viaje por Europa de Cosme III de Médicis, en 1668 y 1669. Códice o manuscrito conservado en Florencia.  Fuente: Ayuntamiento de Madrid. Libro: Madrid Antiguo, editado en 1926.

Año 1753. Óleo del Puente de Segovia, de Antonio Joly. Imagen idílica de un gran río Manzanares. Vemos por primera vez el Palacio Real, la Puerta de San Vicente a la izquierda, y siguiendo el Puente de Segovia la puerta con su mismo nombre y la Puerta de la Vega a su izquierda. En la parte central, pegada a la orilla, destaca la Ermita de la Virgen del Puerto, construida en 1718 según diseño de Pedro de Ribera.

Año 1760. Bajo el título: “Vista general de la ciudad de Madrid, capital del reino de España”,  encontramos este grabado editado por Laurie Whittle. Sobresalen el Puente de Segovia y las embarcaciones que navegan por “el gran río”. Todavía vemos el antiguo Alcázar. La datación del dibujo está hecha por la Biblioteca Nacional de Francia, que difiere del que posee Memoria de Madrid que es de 1794, aún así debe de existir varios años de diferencia entre que se dibujó y se imprimió. Fuente: Memoria de Madrid.

Año 1762. Como vemos es el mismo grabado que el anterior, pero publicado por Henry Overton;  lo que demuestra la reutilización de las planchas por distintas imprentas, incluso existe otro con ligeras variaciones del año 1782, atribuido a John Cary. Casi podemos jugar a descubrir las diferencias entre uno y otro. Fuente : Institut Cartogràfic de Catalunya.

Año 1788. No podía faltar a la cita el famoso cuadro de Goya: La pradera de San Isidro. Destaca uno de los edificios protagonistas de la Cornisa: la Basílica de San Francisco el Grande, recién concluida por aquel entonces. Ideada por Francisco Cabezas, posee la que es considerada la tercera cúpula más grande de los templos cristianos. Llama la atención la anchura del río Manzanares.

Año 1778-1788. Vista de Madrid con la relación de los principales sitios. Creemos que el autor es  Juan Fernando Palomino, o alguien de su misma escuela, debido a la gran similitud de otras vistas de ciudad españolas de la misma época. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Año 1798-1804. Grabado francés que nos ofrece la lista de cada uno de los edificios más significativos, quizás la imagen más real con un gran ángulo sobre el horizonte.

Año 1815. Grabado de Smith Craig, impreso en Liverpool por Nuttal Fisher & Cia, bajo el título: “Vista de Madrid desde la carretera de Toledo”. De nuevo aparece el antiguo Alcázar, lo que nos hace suponer que pudiera estar basado en alguna  estampa anterior. Fuente : Institut Cartogràfic de Catalunya.

Año 1844. Vista de la ermita de San Isidro el día del Santo Patrón. Dibujo litografiado por Nicolas Chapuy.

Año 1857. Vista de Madrid desde la Ermita de San Isidro. Esta es la fotografía más antigua que hemos encontrado. En el centro de la imagen se ve la Puerta de Toledo, llamando la atención la falta de edificios entre la misma y el Manzanares. Foto de Nicolás (álbum Flickr).

Año 1860. Madrid visto desde el paseo de Extremadura. Famosísima foto de Charles Clifford. Como curiosidad mencionaremos que la mancha negra que se ve a la derecha es un fallo del cliché. Esta misma mancha fue reproducida exactamente en el grabado que publicó La Ilustración Española Americana unos años más tarde. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Año 1862. El Puente de Segovia. Fotografía de Muriel. Añadimos íntegramente la descripción de la foto que hace Nicolás en su álbum de Flickr: “De izquierda a derecha, a continuación de Palacio, la Armería Real, el espacio de la plaza de la Armería cerrado por la Casa de Pajes, el campanario de San Nicolás, más elevado, el de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena, inmediatamente debajo, se ve la Cuesta de la Vega. Otra vez en el plano superior, la cúpula de la iglesia del Sacramento, las torres de San Miguel y detrás la cúpula de San Isidro. En primer plano de la foto, la caseta de consumos, cuya finalidad era cobrar las tasas y aranceles sobre los productos que entraban en la ciudad.

Año 1870. Otra foto de un clásico: Jean Laurent. Impresionante vista panorámica tomada desde la pradera de San Isidro.

Hacía el año 1900. Bonita postal coloreada. Vemos por primera vez las chimeneas de la fábrica de electricidad (1). Fuente: Memoria de Madrid.


Año 1906. Dos perspectivas de la ribera el día de San Isidro. Aunque en la segunda no vemos la Cornisa, la toma está hecha en dirección sur, vemos el Manzanares sin canalizar y las vestimentas típicas del pueblo. Hay que destacar también el gentío que viene atravesando el Puente de Toledo y serpentea por la orilla del río.

Año 1910. Poco que añadir a esta foto salvo su gran nitidez. La casa que vemos en primer término (abajo a la izquierda), y el ángulo de la foto sobre la Cornisa, recuerda la escena de la película “Domingo de Carnaval”, de Edgar Neville.

Año 1915. Composición panorámica sobre dos tomas de Moreno. Fuente: Memoria de Madrid.

Año 1915. Otra foto de Moreno, imaginamos que de la misma serie que la anterior por su similitud. La gran nitidez nos permite distinguir perfectamente una de las torres más fácilmente identificable, tanto por su altura como por su planta cuadrada, la de la nueva Parroquia de Santa Cruz (la antigua fue derribada en 1869). Fuente: Fototeca del Patrimonio Histórico. Fondo Moreno.

Año: 1920. Vista general de Madrid con la pradera de San Isidro en primer término.  Se nota ya despoblados los márgenes del cauce de árboles dedido a las obras de canalización. Foto de Alfonso, AGA.


 Año 1924. Verbena celebrada en la pradera de San Isidro el día del patrón de Madrid, 15 de Mayo.
 

Año 1925. Las dos vistas precedentes están tomadas desde la Ermita del Santo. Vemos el Manzanares canalizado (las obras se extendieron desde 1914 hasta 1925). Esta sería la primera gran transformación de la ribera, las posteriores fueron en 1974 para la construcción de la M-30 y la más reciente para el soterramiento de la misma.

Año 1926. Gran desplegable de Hauser y Menet, con las obras de canalización recién acabadas. Fuente: Memoria de Madrid.

Hacía 1930. Perspectiva de la Pradera de San Isidro.

Año 1935 aproximado. Foto Mambrú. Desde este mismo lugar existen numerosas instantáneas de la Cornisa, además de ser un lugar de rodaje para numerosas películas. Fuente: Memoria de Madrid.


Año: 1950. Pradera de San Isidro. Podemos ver la silueta del Edificio España, detrás del Palacio Real, que fue finalizado en 1953 y es otro de los baluartes del cielo madrileño con sus veinticinco plantas.

Año 2011. Pradera de San Isidro, 15 de Mayo. Rasgando el cielo de Madrid aparece la Torre de Madrid, incluso en alta calidad (que no es el caso), llegamos a ver las torres de la Castellana.

Año 2011. Metiendo mucho zoom intentamos ver San Francisco el Grande, pero entre los pinos y los edificios es ya difícilmente visible la vieja Cornisa.

Nota:

(1) Esta postal tomada desde el Seminario en dirección contraria a todas las demás nos sirve para analizar la fábrica de electricidad, que ya estaba en construcción en el año 1890. Pertenecía a la Compañía General Madrileña de Electricidad, y ocupa la manzana delimitada por las calles ronda de Segovia, Morena Nieto, Mazarredo y Manzanares. En esta postal de Hauser y Menet podemos ver las mismas chimeneas, una más alta que la otra, que en la foto de Moreno de 1915.

Fotografía de Férriz, fechada hacia 1929, que nos muestra las nuevas chimeneas ya iguales según nos comentaba Miguel Hervas y no de ladrillo, lo que nos indica que debió de ser en ese año cuando fueron cambiadas. Fuente: Memoria de Madrid.

Estas dos fotos, junto con la autoría de Moreno, nos ha permitido datar correctamente la segunda foto de Moreno de 1915, que en alguna publicación la fechaban en 1875. Muchas gracias a Maz y Miguel Hervás por su ayuda.
-.-.-

Autor: Ricardo Márquez
En este artículo ha colaborado: José Manuel Seseña.

Fuentes:
AGA
BNE
Memoria de Madrid
Urbanity
Institut Cartogràfic de Catalunya.