En el urbanismo de Madrid -a veces tan cambiante, a veces tan adormecido-, surge la necesidad de unir la capital de norte a sur, al este y oeste de la Puerta del Sol. Es en la ley del 15 de Marzo de 1879, cuando se planteó una primera vía al este de la Puerta del Sol con la prolongación y ampliación de la calle Sevilla, que quedó inconclusa y no dejo de ser una "ese", que no resolvió los futuros problemas de tráfico.
En lo que respecta a la vía oeste hay que remontarse al año 1736 cuando se proyecta la unión del Palacio Real y la Basílica de San Francisco el Grande. Proyectos existieron muchos, como el del rey José I (Bonaparte), pero ninguno llegó a buen fin.
Con la inauguración del viaducto en 1874 se salvó el gran obstáculo que significaba el desnivel de la calle Segovia. Don Alberto Aguilera se preocupó a principios del siglo XX en varías ocasiones de este eje para unir el Paseo de Rosales -en el reciente barrio de Argüelles de aquel entonces-, con San Francisco el Grande, empezándose a plantear las nuevas teorías urbanísticas de calles amplias y rectas para descongestionar un tráfico que se preveía creciente.
Es en 1932 cuando se presentó el proyecto de don Secundino Zuazo para el eje de unión norte-sur, de Cuatro Caminos a la Puerta de Toledo, siguiendo el trayecto: Bravo Murillo, San Bernardo, calle de los Reyes, Plaza de España, calle Bailén (en este trayecto se requería el ensanche de algunas calles); y para el tramo final se proponía la demolición de parte del barrio de San Francisco el Grande, ya que las casas existentes eran consideradas infraviviendas datadas en los siglos XVII y XVIII, y según los estudios realizados, saldría más caro su arreglo que el derribo.
El proyecto de Zuazo fue ligeramente modificado por los arquitectos de la Oficina Municipal de Urbanismo. Las fincas afectadas eran 103, siendo las calles que atravesaba la nueva arteria: del Rosario, San Bernabé, La Paloma, de la Solana, del Águila, de la Ventosa, Calatrava, Toledo y Ronda de Segovia.
En total se veían afectados 113.170 metros cuadrados, 1.811 viviendas y 10.866 habitantes. Los edificios más importantes, y que se encontraban en el nacimiento de la nueva Gran Vía, eran el Cuartel del Rosario y el cuartel de San Francisco. En ellos estaba la Prisión Militar y la zona de reclutamiento. Fueron utilizados como albergues para pobres durante 1934. Según algunos autores este complejo fue hecho por Sabatini, pero no hemos podido confirmar el dato.
Con el inicio de la Guerra Civil se paralizaron todos los trabajos.
No sería hasta noviembre de 1947 cuando se intentan retomar las obras, pero en el primer concurso la licitación quedó desierta. En Enero de 1949 se declararon las obras como urgentes y se expropiaron varias fincas.
La reforma recibe el empujón definitivo en Diciembre de 1957 con el Plan Quinquenal del Ayuntamiento de Madrid, en cuyo presupuesto, y dentro del sector Central, estaba en primer lugar la Gran Vía de San Francisco-Puerta de Toledo.
Habría que esperar al 4 de Junio de 1958 para que se hiciera una nueva inauguración oficial de las obras. El ministro de la Vivienda, José Luis de Arrese, golpeó con una piqueta la casa número 3 de la calle del Rosario, con la asistencia, entre otros, del entonces alcalde de Madrid, conde de Mayalde.
La longitud total de la nueva avenida sería de 475 metros de longitud, con una anchura de 25 metros. Había 30 fincas afectadas directamente por el trazado, estando ya 18 desalojadas o que eran solares.
En el acto de inauguración se anunció el propósito del municipio de poner el nombre de Avenida de los Reyes Católicos a la nueva calle (el nombre fue adoptado en el acuerdo municipal del día 11 del mismo mes). Añadir como dato anecdótico que el mismo día se recibió al Real Madrid tras ganar la tercera copa de Europa de fútbol, y pasó la comitiva funeraria con los restos mortales de Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobía Camprubí, por lo que desde algún sector se pidió que asignaran el nombre de la nueva gran vía al insigne poeta.
La expropiación más problemática fue la de los inquilinas del conocido como caserón de La Solana, que se demoró hasta mediados de 1959.
En Septiembre de 1966 cambiaron de nuevo el nombre al actual, Gran Vía de San Francisco.
La zona quedó en un semi-abandono, con solares a diestra y siniestra vallados con altas tapias de ladrillo visto, sin ningún tipo de mantenimiento.
José Manuel Seseña, vecino de la Fuentecilla cuando era niño, nos recuerda esos años así:
"La idea era que desde San Francisco se viera la Puerta de Toledo y viceversa, pero un error de altura de la rasante, generó una "joroba" que impedía ver los monumentos extremos. Durante bastante tiempo se habló de suprimirla, y hay un ABC que cifra en noventa millones de pesetas el costo de eliminar la "joroba" (terminología usada).
Debido a eso no se construyeron edificios pues serían un obstáculo para la nueva rasante. Al final, como siempre ocurre en estos casos, el costo económico hizo desistir, y hoy ya no hay solares vallados. También se habló de que estorbaba el parque de bomberos de la Puerta de Toledo y que desaparecería, al final se dejó tal cual pero la acera en ese punto es algo mas estrecha que en el resto de la Gran Vía.
Asimismo se construyó un paso inferior en el cruce de la calle del Águila con dos bocas de acceso, una a cada lado, de similar anchura y forma a las del Ferrocarril Suburbano, inaugurado unos años antes. El paso inferior nunca estuvo en servicio y permanecieron tapiadas sus bocas al final de las escaleras, hasta que se decidió taparlas del todo, formando parte de la acera. La única utilidad que tuvo este paso inferior fue en la inauguración cuando se instalaron paneles que se mostraron a Franco.
Por otro lado, haciendo el último derribo, se le quiso dar espectacularidad y unas excavadoras desde varios puntos tiraron de unos cables derribando con prontitud el inmueble. Al acto acudió el alcalde Conde de Mayalde."
Según Alfonso Güemes Cobos, arquitecto responsable en aquel entonces de la Gerencia de Urbanismos del Ayuntamiento de Madrid: "... el plan previsto tiene como una de sus finalidades principales la máxima revalorización del templo. Las futuras construcciones serán escalonadas, de manera que nada se levante sobre el nivel de la zona verde que rodeará a San Francisco el Grande, desde la que se gozará de una perfecta panorámica sobre la Sierra del Guadarrama." Revista Villa de Madrid, número 47, 1975.
Curiosamente hoy sigue la polémica sobre el Parque de la Cornisa y la medianería de la basílica sin restaurar. Otro dato que llama la atención es que siempre fueron elegidas para los actos de inauguración fechas señaladas para los regímenes gobernantes, como si el urbanismo de la ciudad fuera acompasado con la historia.
Ahora, vistas de las vicisitudes, se puede comprender mejor el calificativo que hemos empleado para título “La olvidada”, pues pasó sin pena ni gloria su cincuenta aniversario (a diferencia del de la Gran Vía), la reforma duró decenios y hoy en día prosigue la polémica sobre la zona.
En este artículo ha colaborado: José Manuel Seseña.
Fuentes:
Hemeroteca BNE
Hemeroteca ABC
Memoria de Madrid
Revista Villa de Madrid
Hemeroteca La Vanguardia
Biblioteca Joaquín Leguina
Urbanity
Enhorabuena a Ricardo Márquez y José Manuel Seseña por el recorrido histórico al que nos han invitado. Mi madre vivió muy cerquita de allí (C/ San Isidro) Cuando yo era pequeño, iba a vacunarme al también muy próximo Laboratorio Municipal y me he pateado todas esas calles infinidad de veces. Gracias por hacernos sentir "tan viejos". Un saludo
ResponderEliminarEncantado de conocerte Nacho. En este caso el tener más edad es un grado más de saber, con el que podemos narrar a otras personas nuestras vivencias. Precisamente en Urbanity comentamos una foto de los años treinta del Laboratorio Municipal, y costó encontrar su ubicación, cosa que para ti hubiera estado "chupao".
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Nacho Díaz-Delgado:
ResponderEliminarHe montado en la noria de niños que ponían al comienzo de lo que luego sería la Gran Vía de San Francisco, después cambiada de sitio por el inicio de las obras.
He visto toda la obra, siendo un espectáculo para los vecinos la excavadora, algo grande para aquellos tiempos pero hoy sería demasiado pequeña.
He sido vacunado en el Laboratorio Municipal de Bailén. Bajaba muchas tardes a todo correr por la acera de la calle de San Isidro cuando venía con mi madre de pasar la tarde en la plaza de la Armería, y un día salía de un portal muy despistada una niña de mi edad, y nos dimos un trastazo cayendo los dos al medio de la calle.
En fin, son muchos los recuerdos de mi niñez.
Un cordial saludo.
José Manuel
Sólo con el ánimo de precisar la información. La primera imagen es de una postal editada por la fototipia Laurent a principios de siglo. Laurent murió en 1886, y muchas postales se hicieron posterioremente con clichés de Laurent, o sea que la imagen debe ser anterior a esa fecha, aunque se editase en 1900.
ResponderEliminarUn saludo
A. Bonet [MCyP] www.mcyp.es
Muchas gracias Alvaro por el apunte, contra más datos aportemos mejor.
ResponderEliminarUn saludo
el laboratorio municipal de la calle Bailen,si no me falla la memoria,estaba en el nº31.
ResponderEliminarMuy bueno el reportaje un saludo para todos de G.M.P.
Gracias Gloria, es una suerte contar con sus recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por este precioso e impecable reportaje de parte de la Asociación Amigos de la Cornisa-Las Vistillas. Ha sido interesantísimo leerlo: es curioso que en 1975 que eran épocas de desarrollismo urbano sin demasiada sensibilidad por la conservación del patrimonio histórico-artístico se defendiera ya el entorno del monumento como un valor añadido que daba esplendor a la Basílica de San Francisco, y sin embargo ahora no sea así por parte del Ayuntamiento de Madrid. Personalmente me hubiera gustado más que se hubiera llamado Gran Vía de Juan Ramón Jiménez porque se ubica en un ámbito con tanto encanto que te invita a soñar la ciudad.
ResponderEliminarAsimismo sería importante mencionar el despropósito urbanísitco que ha tenido lugar en los Jardines de El Hospital de la VOT que dan a la Gran Vía de San Francisco. En sus muros cuelgan toda suerte de vallas publicitarias y entre las calles Ventosa y San Bernabé se han cargado la zona ajardinada al construir un garaje con 90 plazas y un tanatorio con chimeneas de evacuación. Todo ello incurriendo en la ilegalidad dada la catalogación BIC de este entorno de monumento. Para más información y recogida de firmas:http://www.peticionpublica.es/?pi=P2011N17983
Un saludo afectuoso,
María Ruiz de Gauna
María, nos alegramos que el artículo sirva para ensalzar la zona. Llama mucho la atención que Zuazo ya plasmará en su plan la conservación de la cornisa, y como muy bien apuntas, que en el plan del 75 incidieran tanto en las alturas de los edificios, cosa que hoy parecen haber olvidado. En la revista Villa de Madrid viene el plano del proyecto del 75, pero es imposible verlo con nitidez, sería formidable poderlo añadir a esta entrada.
ResponderEliminarCordialmente
Les invito a visitar mi entrada:
ResponderEliminarhttp://pedernalmurallamadridaustrias.blogspot.com.es/2014/01/cerca-de-felipe-iv-fulano-y-mengano.html
en la que me refiero a este blog y su valiosa información.
Espero que sea de su agrado
Saludos, Rafael
Magnífica entrada don Rafael, esa película la he visto unas cuantas veces por tener unas imágenes ya perdidas de Madrid, y el ir y venir de los personajes es como si lo hicieramos nosotros. Por cierto, el viaducto también tiene multitud de tomas en varias películas que merece la pena. ver. Un saludo.
ResponderEliminarME GUSTARIA SABER ALGO MAS SOBRE LA CASA DE LA SOLANA PUES TENGO UN VIEJO RECUERDO DE UNA GRAN CORRALA CON PISITOS DE 20 METROS Y WC Y AGUA DE CONSUMO EN UN PASILLO DE CORREDOR DE USO COMUN
ResponderEliminarEl celebre caserón de la solana estaba entre las calles Solana, Águila y Ventosa, en él vivía yo, en la calle Águila 41 y efectivamente los inquilinos se opusieron al derribo, recuerdo nosotros agarrados a la ventana que daba a la calle Ventosa y los albañiles y policía por fuera tirando de ella. La gente pagaba de alquiler de 10 a 50 puestas y te enviaban a San Cristóbal de los Ángeles, en el km 10 de la carretera Andalucía pagando 500 pesetas al mes.
EliminarNo hay duda que las viviendas eran mucho mejores, pero vivías en el centro de Madrid y más barato
gracias por tu informacion pero yo creia que el caseron estaba en el numero 40/42 de la calle del Aguila limitando con el campillo de Gilimon
Eliminarcreí que el caserón estaba en los números pares 40*42
EliminarHola anónim@. Pues sentimos no poderte ayudar. Además de lo que muy bien apuntas, si que fue el edificio que más se resistió a ser demolido. Según todas las crónicas las condiciones de vida allí no debían de ser las más adecuadas, seguro que ya sabiendo que lo iban a tirar no tuvo el mínimo mantenimiento.
ResponderEliminarUn saludo
Dos nuevas fotos añadidas.
ResponderEliminarA estas alturas descubro esta publicación. Dos cosas me llevan a este comentario: una, la vanidad; la otra, aclarar un dato. La primera es que yo participo en la película en cuestión. Iba con mi padre y mi hermano paseando por la calle de Bailén y nos paramos a ver porque estaban rodando una película. En esto, se acercó un señor a mi padre pidiéndole que le prestara al muchacho (yo) para salir corriendo en un momento del rodaje. En la escena que se desarrolla en donde ahora está la entrada a Palacio salen unos críos corriendo. Uno de ellos soy yo. Y puestos a recordar, en aquel momento yo debía tener seis años, luego 1956.
ResponderEliminarPues nos alegramos Jesús que el artículo te haya valido para recordar lo de la película.
ResponderEliminarUn saludo.
Nueva foto añadida.
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