El mes de Agosto es el mes taurino por excelencia. Se dice que quien no torea en estas fechas, y muy especialmente en el 15 de Agosto, ya se puede ir dedicando a otros menesteres porque en los toros lo tiene “crudo”.
Cartel de los encierros de San Sebastián de los Reyes. Año 2010.
Pero no es de esto de que queremos comentar, sino de las fiestas populares de los numerosos pueblos de la geografía española, y de la Comunidad de Madrid en particular, en la que los toros forman algo tradicional que además va en aumento en número de poblaciones que acogen este tipo de celebración siendo los encierros lo menos estresante para los animales porque solamente van corriendo aunque sea por ciudad en lugar de por el campo donde ha sido su hábitat (1).
Los encierros se han popularizado mundialmente gracias a Ernest Hemingway que inmortalizó con su pluma los de Pamplona. Pero además hay otros también muy antiguos como son Cuéllar en Segovia, Ciudad Rodrigo en Salamanca (2) y San Sebastián de los Reyes en Madrid, que han dado paso a los demás, algunos con poca antigüedad a sus espaldas pero “como en el pueblo de al lado los hacen, pues nosotros también”.
El origen de los encierros era llevar a los toros a las plazas de toros mediante vaqueros a caballo pues no había otro medio. El traslado atravesaba la calle principal de villas y aldeas al ser lugar de paso obligado de la cañada, adelantándose un caballista para advertir a la población de que cerraran puertas y ventanas porque acto seguido pasaría la manada a galope, detenida brevemente a la entrada para poder precaver a los vecinos. Ello derivó mas tarde en la participación a pie de algunos lugareños.
En Madrid existió en el arroyo Abroñigal, en las proximidades de O´Donnell una finca descansadero adonde llegaban los toros a lidiar en la Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá. Tras el tiempo de estancia convenido, el traslado hasta el destino definitivo se realizaba a primera hora de la mañana.
En la actualidad se celebran encierros en muchas poblaciones de nuestra comunidad además del mas famoso de todos de San Sebastián de los Reyes, como son Arganda, Ciempozuelos, Leganés, Pinto, Móstoles, Fuenlabrada, etc. En muchos de ellos son los mismos toros a lidiar por la tarde, pero en otros, mas prudentes, son con vaquillas para reducir la peligrosidad (3).
Las plazas de toros, destino final de los encierros, han evolucionado también pues antaño eran de carros que ponían uno a continuación de otro en la plaza principal de los pueblos. Después, a medida que las posibilidades económicas municipales lo permitieron fueron alquilándose plazas de toros portátiles, llegando alguno a adquirirlas ante la imposibilidad de afrontar la construcción de una en piedra o ladrillo, que solo estaba al alcance de unos pocos ayuntamientos. Sin embargo, hay un nuevo tipo de plaza de toros con gran sabor taurino a semejanza de las antiguas de carros, que son las de talanqueras bajo los tendidos, también montadas en las plazas mayores, en forma cuadrada o redonda según los casos, preferidas por los mozos para las capeas pues pueden acceder al ruedo desde cualquier punto y no desde un burladero como en las demás, pero tienen el inconveniente de que están llenas de aficionados y en caso de necesidad no hay hueco libre para protegerse de la embestida.
Las reglas que todo corredor ha de cumplir son muy similares en todos los lugares, y son:
- Estar en perfectas condiciones físicas y mentales.
- Llevar ropa y calzado cómodo.
- No llevar mochilas ni bultos que dificulten la propia integridad física o de los demás.
- No correr en sentido contrario.
- No hacer fotos dentro del recorrido de los toros.
- No citar a los toros.
- Correr a partir de la edad mínima establecida.
La organización de un encierro lleva aparejado mucho trabajo para una actividad que como mucho solo dura cinco minutos, aparte de numerosos trámites administrativos tales como permisos, seguros, etc. En primer lugar es necesario un correcto y seguro montaje de las estructuras de la manga por la que van a correr los toros que además permitan al concluir la carrera diaria el poderlas cruzar peatones y vehículos en las bocacalles mas importantes del trazado, estableciendo una doble empalizada en donde la anchura de la calle es suficiente a fin de crear un pasillo de seguridad aunque no se instala en todos los lugares donde se celebra este tipo de festejo popular. Después es preciso contar con las fuerzas de seguridad distribuidas convenientemente para controlar el recorrido, un equipo médico apostado en lugar estratégico donde pueda desarrollar su labor con fácil evacuación de la ambulancia por las calles de la población, y finalmente un grupo numeroso de voluntarios perfectamente organizados cuidando de que los corredores cumplan las normas de obligado cumplimiento, especialmente las relativas a evitar que participen niños o embriagados.
El recorrido, inferior a un kilómetro, se inicia en unos corrales donde por la noche los toros han sido desencajonados desde el camión en el que han venido y finaliza en la plaza de toros. La hora de comienzo del encierro es a las ocho de la mañana y el aviso del inicio es mediante un cohete, abriendo en ese momento el portón del corral saliendo inmediatamente los toros junto con los cabestros que tienen la misión de acompañarles como conocedores del camino a seguir, y tras la manada un grupo de pastores provistos de un cayado para caso de defensa con la función de azuzar al grupo de animales evitando que se vuelvan para atrás y resolver las situaciones en que algún morlaco se queda rezagado. Los corredores no hacen el recorrido completo porque es imposible mantener el ritmo y cada uno se fija un tramo acorde a sus posibilidades, que suele ser el mismo siempre. Muchos de ellos son expertos en encierros participando en muchos de los que se celebran en nuestra Comunidad y en otros puntos de España, y por tanto suelen llevar un periódico enrollado en la mano que agitan en los momentos mas problemáticos para distraer la atención del toro y evitan ir por parte exterior de las curvas pues la inercia de la velocidad hace que toda la manada se desplace hacía ese lado. Otro punto conflictivo además de las curvas es la embocadura de la entrada a la plaza de toros ya que es mas angosta que la manga y facilita la creación de tapones de corredores en cuanto que alguno resbale y caiga teniendo que pasar los animales por encima de ellos, situaciones que han sido visionadas muchas veces en las retransmisiones televisivas.
Durante el encierro tienen que estar cerradas las puertas y ventanas de aquellos lugares donde no hay empalizada, pues ha habido casos en los que por no estar bien atrancadas ha entrado el toro hasta la cocina y nunca mejor dicho, llegando incluso a subir al primer piso. Las rejas de las ventanas sirven a los corredores de improvisados salvavidas en momentos de apuro.
El mejor lugar para ver el encierro es el balcón de las plantas superiores pues es el mas seguro y el que tiene mayor visión, no obstante hay algunos que fuerzan la razón pues en lugar de estar tras la empalizada prefieren ver mas de cerca a los animales sentados en su borde superior en una posición que precisa algo de equilibrio, y no advierten que es un lugar peligroso de observación pues al mas mínimo derrote que haya contra ella caen al suelo pudiendo quedar a los pies del animal y lo que viene después es fácil de imaginar.
En la plaza de toros hay numerosos aficionados en el ruedo esperando la llegada y ver como entran hacia los corrales. Con frecuencia hay algún toro rezagado que ha perdido la estela de los cabestros y que con el barullo de personas le cuesta encontrar la puerta de toriles, existiendo para eso los llamados dobladores que le citan con un capote siempre a una mano indicándole el camino a seguir.
Termina el encierro una vez que ha entrado el último toro parándose en ese momento el cronómetro que ha sido puesto en marcha al sonar el cohete anunciador de la salida. Después en ciertos lugares se sueltan vaquillas para los aficionados e incluso alguna muy pequeña especial para las féminas. Para los niños también alguna actividad pues también hay pueblos en los que un par de mozos, disfrazados de vaquillas, van recorriendo el ruedo haciendo disfrutar a los pequeños creándoles afición.
Acabado el encierro y las actividades taurinas posteriores, es el momento de hacer balance viendo el número de heridos y su estado, afortunadamente muchas veces lo son por caídas y resbalones que por cogidas.
Finalmente una consecuencia colateral del encierro es que el público ha visto “el género”, como así se dice en ciertos lugares, y se anima a adquirir las entradas para la corrida de por la tarde (4).
-.-.-
Epílogo
Expertos corredores han creado escuelas de aprendizaje anunciadas en páginas web en la que se dan lecciones teóricas sobre lo se debe y no lo que no se debe hacer en los encierros, que tienen bastante aceptación por extranjeros.
Autor: José Manuel Seseña
En este blog colaboran: Ángel Caldito y Ricardo Márquez
Notas:
(1) Hay formas muy diversas de celebraciones populares con toros además de los encierros. Las mas “normales” son las capeas que se celebran en las plazas de los pueblos en los que es corriente que haya en el centro una farola o un pilón, pero otras son fuertemente contestadas como son las de toros de fuego, alanceados, dardeados o hacer que se den un chapuzón en el mar.
(2) En Ciudad Rodrigo existen, además de los encierros, los desencierros que consisten en devolver a los toros al campo a través de caballistas, resultando extremadamente peligrosos porque ya saben “latín”. Hay un dicho taurino que lo resume todo “Un torero necesita toda la vida para aprender, y un toro solo diez minutos”.
(3) En el año 2.009 en algún ayuntamiento, acuciado por la crisis, redujo el presupuesto de fiestas patronales suprimiendo los encierros, lo que produjo indignación entre muchos de sus vecinos. Otros, los menos, en cambio lo celebraron porque así había ausencia de percances y por otras causas ya conocidas.
Para este año de 2.010 se espera una acusada disminución del número de festejos por la situación económica.
(4) Este es el motivo por el cual hay desencajonamientos públicos gratuitos en muchas plazas de toros de localidades donde no hay encierros
Perdona que te comente esto aqui. historias matrienses se ha incluido en el mayor directorio que hay hasta ahora de webs y blogs de Madrid. Si no deseas estar o si quieres y conoces alguna página madrileña intereseante puedes colaborar aqui.
ResponderEliminarhttp://nosolometro.blogspot.com/2010/08/blogs-y-webs-de-madrid-cada-vez-mas.html
gracias y un saludo
Gracias Dani por acordarte de nosotros.
ResponderEliminarSaludos.
No voy a entrar a discutir sobre si los encierros de Ciudad Rodrigo son o no son, los más antiguos de España, cuestión sobre la que podría decir algo. Lo que si voy a contar es que en el siglo pasado, hace ya algunas décadas, cuando algún toro en el encierro te daba algún golpe, los amigos te llevaban al Sanatorio. Bueno, pues hasta aquí todo normal y lógico, ¿donde te iban a llevar?
ResponderEliminarLo curioso es que El Sanatorio, no es una clínica o un hospital, como muchos podíais pensar. El Sanatorio es un bar-restaurante que está situado en plena Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo. Todas sus paredes están llenas de fotos de los pasados encierros, y las hay verdaderamente antiguas y con solera.
Pues allí es donde te llevaban los compañeros de la peña o de la quinta, y allí te reanimaban con alguna copita de licor. Por supuesto, me refiero a los trances en los que el asta del toro, no entraba en la carne de los corredores y no había sangre, es decir, a los corredores lesionados por caídas, golpes, esguinces, etc. Y para los que visitéis Ciudad Rodrigo, deciros que allí sigue El Sanatorio, esperando vuestra visita.
Hola Migueli:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y aunque Ciudad Rodrigo, la antigua Miróbriga que da nombre gentilicio de mirobrigenses a sus habitantes, no forma parte del ámbito geográfico del blog Historias Matritenses, es una población que merece ser visitada por muchas cosas monumentales (catedral, palacios, castillo, muralla, puente, etc.), también por el bolsín taurino y para los que nos gusta comer, es una delicia tomar un plato de huevos fritos con farinato.
Un cordial saludo
José Manuel