viernes, 19 de noviembre de 2010

La Quinta de la Paloma, el barrio – Tercera parte.

Este artículo ha llegado a su límite de comentarios. Por favor, para añadir nuevos ir al primer artículo.

Presentamos este trabajo como una recopilación de todos los comentarios que han tenido los otros artículos de La Quinta. Pedimos desde ya disculpas por sí no hemos citado algún comentario o alguna autoría. Son 56 páginas las que hemos tenido que resumir. Esperamos que sea un buen reflejo de lo que era La Quinta de la Paloma.

-.-.-
La Bandera el dueño era Demetrio y su hermano Eustaquio y Marcelo. Era taberna, tienda de comestibles y pista de baile (de verano), y al igual que Sotero hacía esquinazo.
Tenia un patio donde se jugaba a la rana, a los dados, a las cartas y al dominó, estos eran los juegos preferidos de aquellos tiempos. En el patio, alguna vez se celebró algún bautizo y puede que alguna comunión pero las bodas normalmente no.

Sí recuerdo que cuando las chicas acudíamos a por la gaseosa o el vino, lo pedíamos por la puerta que daba a la tienda en vez de entrar en la taberna, evitábamos los comentarios de los que allí estaban. (Gloria)
A los que no podían pagar cuando llegaron en masa los emigrantes, andaluces y extremeños, los apuntaban en un libro con las tapas de color verde.

Se ve el juego de la rana. Están: Jaime, Domingo Paco, Viverti, Cholo, Luis, el Marqués,...

La panadería era de la señora Rafa y el señor Manolo.

La carbonería del señor Ino.

La tasca de Benito, que también vendían comestibles, y se jugaba a la rana.

Sotero, Entre los años 1949 a 1958 se celebraban bodas, bautizos y también las comuniones de los vecinos de la Quinta, así como de los barrios limítrofes como “la Prospe”. También iban a comer muchos obreros de Lasical.


El edificio tenia dos plantas, la taberna abajo y la vivienda arriba. Pegado tenía un jardín rodeado de una valla y era dónde se hacia el baile, casi siempre con orquesta y cantantes de carne y hueso. Cerezo Rosa Manzano Blanco era la canción que más se pedía con diferencia; aunque también tangos, chachachás, pasodobles, boleros, valses y una melodía que era endiablada el pericón, un baile muy difícil.

Casa Sotero, Foto cedida por la familia Mesa Diaz

Dos fotos más de Casa Sotero. Que decir de los carteles que tenían, Foto cedida por la familia Mesa Diaz.


Foto del bisabuelo de Almudena Mesa, con delantal Sotero y su esposa Marcela. Foto: Familia Mesa Diaz.

Lecherías:
- La del Negro, también conocida por la del gitano.
- La de los Tres Ochos, era del señor Paco y de su mujer la señora Leo.
- La del Largo (anteriormente de los Mellizos) que estaba junto al arroyo Abroñigal.

La carnicería de Gregorio.

La frutería de Carmen, junto a la panadería. Estaba construida con cajones.

La pescadera era la señora Aquilina que traía el pescado en una carretilla y ponía el puesto frente a la tienda de Benito en una caseta de madera.

La mercería señora Rosario.

El colegio de los Patos. Estaba en la calle de los Estanques, hacia Lasical. La profesora se llamaba doña Teresa. El colegio era una nave que estaba divida en dos partes, uno para los chicos y el otro para las chicas y solo se abría cuando venían una vez o dos al año unas señoritas que daban conferencias para los papás. (Paquita)

Al fondo podemos ver el cartel de Saconia, la inmobiliaria del Parque de San Juan Bautista.

Colegio de los Patos. Curso 1961-62. De izda a decha. de pie, arriba;
Alfonso Cañamaes, Emilio Aguilera, Severiano, Carlos Martinez hijo de D. Jose, X, Jose Luis hijo D. Jose, Goyo Bermejo, X, Jose España, Enrique Dominguez, X , Carlos Diez, Luis Maestro, X, X, Jesus Gunzalez (Chuchi), X, y Laureano Soto, abajo izda. dcha. agachados arriba, Angel Luis Bermejo, Cristobal Magaña, X, abajo X, X, Indalecio Sanchez, Francisco Gordillo, D. Jose Martinez profesor, Paulino Sanchez, Juan Dominguez, Nicolas Sanchez, Manolin , Jose soto, X, X," Comentario: Goyo Bermejo.
Si reconocéis a alguno de la foto, por favor, ponerlo en comentarios. Foto de de Carlos Diez Vallejo vivio en Estrecho de Bonifacio, 14.

La Casa Alta. Estaba en la calle José Romay.

Las Cuevas. Había unas cuevas justo en el actual campo de fútbol García de la Mata. Alguna tenía hasta cuatro habitaciones. Otras eran de solo una habitación. Estaban habitadas por gente muy pobre.

Entre ellos había un señor gitano que ejercía de sereno, por cierto muy buena persona, pasaba los domingos por las casas y cada uno le daba lo que podía, con eso y alguna chapucilla vivía toda la familia.

Dos de las cuevas que estaban situadas cerca de lo que son los vestuarios de la piscina se vinieron abajo después de un invierno muy lluvioso. Entonces los vecinos se movilizaron para ayudar a aquellas familias que se quedaron en la calle, consiguiendo la expropiación de todas las cuevas y el consiguiente realojo de sus habitantes. Esto fue aproximadamente en la primavera-verano de 1955-1956.

A la derecha se ven los tubos que utilizaron en la M-30 como colectores.

El transformador de luz, que de vez en cuando y sin venir a cuento pegaba unos petardazos tremendos.

La Huerta del Tío Ginés. Estaba entre la Quinta e Ibarrondo (también llamado Barrio de la Humedad).
Contra los de Ibarrando celebrábamos partidos de fútbol y también dreas (guerras a pedrada limpia, ¡qué brutos...!).


La Iglesia de San Juan Bautista. En aquella época para subir a la iglesia desde la Quinta teníamos que cruzar por los sembrados del cerro donde hoy está construido el parque San Juan Bautista. Alguna noche de invierno cuando bajábamos después de la misa de las 8 de la tarde nos acompañaba la Guardia Civil por los caminos de los sembrados hasta casa.

Cuando el tejado del campanario se vino abajo la primera vez estábamos volteando las campanas don Pedro y yo (Pedro Aguilera). Echamos a correr, yo estaba mas cerca de la escalera y no me dio ningún ladrillo pero a él sí le hicieron alguna brecha.

Al llegar Semana Santa o navidades nos peleábamos los monagos para ver quien iba a las monjas de Bueso Pineda porque cuando terminaba la misa que se daba a las 12 de la noche nos ponían unas tremendas bandejas de pastas, pasteles, turrones y derivados.

Cuando íbamos a recoger las hostias que se las hacían unas monjas de Arturo Soria a la altura de José del Hierro, nos daban unas bolsas con los recortes de las hostias y nos poníamos “moraos”. Como mucho duraban un par de días.


Un domingo estando dando misa D. Jacinto le ayudaban unos chicos de Acción Católica. Nos metimos por las buhardillas, teníamos que ir con mucho cuidado pisando en los largueros de madera, pero una vez se nos escapó un pie y fue a salir por el centro del techo de la iglesia donde estaba la lámpara, no quiero contaros lo que ocurrió cuando acabó la misa .


En la la puerta de la iglesia de San Juan Bautista. Año 1959.  "Somos todos vecinos de la Quinta, los vestidos de gala somos de izda. a dcha.: Jose A. Gonzalez, no recordamos, Emilio Cañamares, Jesus González (Chuchi), Carmelo, Goyo Bermejo y Enrique Domínguez, arriba izda. Marino Gonzalez  y Lola su mujer, Angel Cañamares y su mujer Catalina, D. Jeronimo maestro,  Angel Dominguez lechero "el negro o gitano" Isabel su mujer, la madre de Carmelo "la muda" -Comentario: Goyo Bermejo. Si reconocéis a alguna persona de la foto, por favor, ponerlo en comentarios. Foto de Jesús González Peral (Chuchi)

La carpintería que estaba cerca de la Bandera, enfrente de la casa de la Marquesona, se quemó, y un señor que se llamaba Antonio fue el que dio la alarma del fuego ya que estaba sin dormir porque era su noche de boda y después del incendio, para que veías la hermandad que existía mi hermano Eduardo y yo le enlucimos de yeso toda la carpintería gratuitamente (Basilio – padre).


Del incendio de la carpintería y de las muestras de hermandad que en ese momento se dieron creo que todos los que allí vivíamos las recordaremos, si mal no recuerdo y creo que el incendio se produjo la noche de San Antonio, me acuerdo de los bomberos estirando las mangueras para ver si podían llegar a los estanques de Lasical y cuando vieron que no, iban con los camiones allí para llenarlos. Fue espantoso para aquella época; recuerdo al pobre señor Vicente (que luego cuando murió del corazón, lo achacaron al disgusto), llorando porque no iba a poder pagar a su gente ya que se le quemó el dinero que había sacado del banco el mismo día y lo tenía en la casa y la colecta que se hizo entre todos para ayudarles en lo que se podía (Basilio padre y Gloria).


En la CEA había una gran charca donde iban a parar las aguas residuales de los chalets de Ciudad Lineal. En esa charca cogieron el tifus 9 chavales del barrio un día de verano que se fueron a bañar allí. Las aguas bajaban por lo que hoy es la calle Ramírez Arellano hasta el colector del arroyo Abroñigal.

Además existía un viaje de agua que partía de la confluencia de la calle Arturo Soria con Bueso Pineda hasta el puente de la carretera de Barcelona con la M-30. En los pozos de aireación había unas piedras de granito con forma de pirámide de un metro de altura (aproximadamente). A los niños les gustaba agacharse para oír correr el agua. Este viaje desapareció al construir el Parque de San Juan Bautista.

En los años cincuenta en la confluencia de la calle López de Hoyos con Martín Machio se encontraba el "Fielato" que era un control de la entrada de mercancías a Madrid donde se cobraban los tributos. Había un báscula en el suelo para pesar los carros y galeras (algunas de ellas eran articuladas como los camiones de hoy en día) que arrastraban las mulas con tiros de hasta 14 mulas emparejadas de dos en dos. Estaba controlado por la Guardia Civil y una caseta hacía las veces de oficina.


En el Ventorro del Tío Chaleco estaba el horno de la panificadora la Luna, donde a cambio de poco dinero alquilaban el horno antes de empezar a hacer el pan. En ocasiones muchas vecinas de la Quinta se unían para alquilarlo para hacer magdalenas, sobaos y pasiegos, estaban buenísimos.

Para comprar la corbonilla, que era mucho más barato que el carbón, los vecinos bajaban hasta el Barrio de San Pascual.

En la Quinta había dos campos de fútbol, uno en el arroyo y otro en el que nunca jugábamos porque aparcaban los carromatos de los gitanos y lo dejaban inservible por la chatarra que dejaban. Donde si hubo 6 campos y medio de fútbol era entre las actuales calles de Corazón de Maria y Clara del Rey. Comenzaban en la calle Cardenal Siliceo que era una loma imponente en algunos puntos de hasta 7 metros de altura. Sus nombres eran: la Estrella, los Chicos, el del Mahou, Los Flechas, Los Alemanes, El Maravillas y el Columba, llegaban hasta el barrio de Mahou.


Cuando vino Eisenhower a Madrid en diciembre de 1959, cambió algo, nos empezaron a llevar al colegio de los Patos queso de un color amarillo, mantequilla, también amarilla y salada, y después leche en polvo. Me imagino que también surtirían a todos los colegios de la zona. Con la edad que teníamos todo era bien recibido. Los terrones de la leche en polvo eran deliciosos, porque ya tenían azúcar incorporada. Con 12 años me tocó bajar a un semisótano del colegio para hacer la leche en una cazuela grande para las chicas y otra para los chicos. Ellos se peleaban por venir a recoger la cazuela y algún que otro terrón de leche.

Antonio, Pedro Ortiz, Carlos José Miguel, Paco y Manuel.

En los años posteriores a la guerra, teníamos que ir al medico a un edificio que estaba situado enfrente de las tres ventas del puente de las Ventas. En los bajos de aquel edificio estaban 4 consultas solo para los afiliados a la Seguridad Social. Allí había unas sillas de enea desvencijadas, en las cuales no me dejaba sentar mi madre porque tenían piojos. Los especialistas estaban en el Puente Vallecas, en un edificio de 2 plantas al lado del antiguo Ayuntamiento. El de Doctor Esquerdo lo hicieron a partir del año 51 o 52. El Ambulatorio de Vicente Muzas no estaba ni en proyecto. El de San Blas se hizo al tiempo que el barrio, hasta entonces era un descampado con cacharrerías de los traperos que todos los días "bajaban" a Madrid. Hacían con sus carros el trabajo que hoy hacen los camiones de la basura. Un apunte, los que no pagaban la Seguridad Social eran desviados hacia Cruz Roja y Caritas.


Las mujeres decían en plan guasón “La Quinta de la Puñeta”, debido al lavado a mano que hacían en las 3 fuentes del Canal de Isabel II que tenía el barrio. Las fuentes las puso el canal, para que las mujeres no lavaran directamente en el Canalillo. Los grifos eran de los que había que empujar hacia dentro. Entonces los vecinos inventaron un artilugio muy curioso: cortaban un trozo de cámara de bicicleta dejando un arete redondo, el cual pasado por debajo del grifo se ponía encima del embolo haciendo la presión necesaria para no tener que apretar.

La vieja pasarela sobre la M-30

La nueva pasarela.

Todas las mujeres tendían en el verano las sabanas en tendederos en la calle, casi siempre en los descampados. En alguna ocasión se producían hurtos.

La Sra. Antonia, vecina de la calle Tres Ochos, compró la primera televisión. En el verano la colocaba en la puerta de su casa para que los chavales del barrio pudieran verla.


Íbamos casi todos los vecinos, como una familia, a tomarnos unas tapas y un vermút a la colonia de Ibarrondo, a los bares de El Maño, Las Cuñas y El Rinconcito de Armando Albadalejo, que por cierto también lo frecuentaban a menudo jugadores de fútbol como Amancio, Pachín, Groso, Gento y compañía, porque tenían el mejor marisco de toda la Prosperidad.

Como una gran vena este puente unía y une los distritos de Ciudad Lineal y Chamartín, separados por la M-30.

Cosas curiosas, casi todos los vecinos del barrio tenían un mote, como en los pueblos, y sin ánimo de ofender a nadie, los voy a nombrar; eran algunos como: "el cholo", "el muerto","el Bayón", "el chocha", "el musu", "el viverti", "el marqués","el tremendo", "el señorito","el buba","el podador", "la marquesona", "la caramona", "el tanisi", "el Zoca", ..... etc.

Los juegos. Vivíamos todo el día en la calle, conocíamos a todos los vecinos, un día nos peleábamos con los chicos de Ibarrondo y al día siguiente estábamos jugando un partido de fútbol, todo el día haciendo "casetas", con las bicis, poniendo ballestas, poniéndonos tibios de agua en las fuentes, jugando a veces entre el barro, otras saltando en "los sacos" al lado de Ibarrondo. (Paco de José Romay, 2).

También como cuando éramos críos íbamos a Lasical y jugábamos con las vagonetas de los ladrillos lanzándolas por las vías hasta una plataforma en la que le dábamos la vuelta y de vez en cuando salía el guarda y a correr se ha dicho. (Pedro Aguilera).

Cuando llegaba el otoño todo el barrio estaba buscando setas, que por cierto, eran hermosísimas, y hasta creo recordar que era bueno por tenerlo bien estercolado, ya sabéis, el WC del barrio estaba fuera de nuestras casas. (Paquita). O los higos de la huerta de Ginés. (Pedro Aguilera).


Cuando empezaron a echar tierra para nivelar el arroyo Abroñigal y construir luego la M-30 dejaron el barrio casi aislado. Su salida natural era hacia López de Hoyos y el Barrio de Ibarrondo. Las mujeres tenían que dar un gran rodeo para ir a comprar y se les hacia muy penoso, cargadas como iban. Como nadie hacia nada, entre un chico llamado Tomás y yo (Gloria) construimos en una tarde una rampa de acceso.

Personas famosas
Justo Joaquín López Latorre, nacido en la Quinta el año 1940, fue elegido como mejor jugador juvenil de fútbol, en el año 1957.



Pablito Calvo. Actor protagonista de Marcelino pan y vino. Vivió en la parte alta de la calle Tres Ochos.

Angel Romay y su hijo Enrique. Eran los dos jefes de iluminación de TVE cuando estaban los estudios en el Paseo de la Habana.

Juan Señor. Futbolista que jugó en los siguientes equipos:
-Juveniles del R. Madrid (solo en los juveniles, ya que por su altura no lo quiso el primer equipo), 1974-77.
-Ciempozuelos, 1977-78.
-Deportivo Alavés, 1978-81.
-Zaragoza, 1981-90, donde se retiró por anomalías cardíacas.
Además de la Selección Española.

Parte del equipo de fúbol en la calle Govinda.

Velázquez. Jugador del fútbol del Real Madrid y de la Selección Española.

Corcuera. Jugador de fútbol del Real Madrid.

Fotograma del película: La patria del Rata (Francisco Lara Polop, 1980). Al fondo podemos ver el puente de la Av. de Ramón y Cajal sobre la M-30. Foto cedida por: Video Mercury Films S.A.

Foto aérea entre la Quinta y Ciudad Lineal. Año 1946. Momecalles, CAM.

Foto aérea entre la Quinta y Ciudad Lineal. Año 1956. Momecalles, CAM. 


Colegio de los Patos. Los hermanos Bermejo Cambronero (a la izquieda Gregorio, a la derecha Angel Luis). Foto cedida por Gregorio Bermejo Cambronero.


Quizás el mejor equipo de La Quinta de la Palama. Chuchi es el pequeño que está con el balón. Tres de este equipo llegaron a ser profesionale; Pedro González, Corcuera y Manolo Velázquez (abajo  agachado).  Comentario: Chuchi y Goyo. Foto aportada por Jesús González Peral (Chuchi).


Fotografía hecha por un fotógrafo ambulante hacia 1957 de Tinín y Mario, vecinos de la calle de los Tres Ochos, núm. 5. 

Esta foto que acabo de encontrar  no es muy buena, pero creo que tiene interés testimonial.  El lugar es un cerro que estaba situado en el ángulo que forma la Avenida de América con la M-30. Exactamente a la derecha, sentido salida de Madrid, y justo después de cruzar la M-30.

En este cerro, inclinado hacia la entonces Pista de Barajas, los domingos y festivos  en primavera se sentaban a ver pasar los coches algunas personas, sobre todo adolescentes y parejas. Por allí andaba un fotógrafo ambulante tratándose de ganar  la vida. Te hacía la fotografía, te pedía la dirección, y un buen día se presentaba en tu casa con la foto, y la mayoría de los padres no la cogían. Allí, pues, nos encontrábamos Tinín y yo hacia el año 1957. Tinín, es decir, apelativo cariñoso de Valentín, tendría once años y yo trece. Como sabéis éramos vecinos de la calle de los Tres Ochos, núm. 5. Yo estaba siempre por la carbonería de sus padres, el señor Ino y la señora Amelia, en cuyo patio de atrás había un árbol de morera que daba unas moras riquísimas. Los domingos su padre y su tío jugaban al tute y al mus en su casa, en la mesita del comedor, y allí aprendí yo a jugar al tute. Quiero nombrar a su hermana, Maritere, que de repente me viene a la memoria que un día se quemó la pierna en el brasero de mi casa cuando estaba con mi hermana Alicia. Texto y fotografías: Mario Fernández González.




Este artículo ha llegado a su límite de comentarios. Por favor, para añadir nuevos ir al primer artículo.
-.-.-

Autores: Todos los vecinos que han participado en el blog.
En este blog también colaboran: Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

Artículos anteriores:
Quinta de la Paloma – Primera Parte
Quinta de la Paloma – Segunda Parte
Quinta de la Paloma – Plano

Fuentes utilizadas:
Diario ABC.
Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.
Asociación de Viandantes a pie.

201 comentarios:

  1. Ricardo,la vaqueria de los tres ochos,era del Sr.Paco y su mujer la Sra.Leo,sus hijos,del Sr.Paco,después se casó con la Sra.Leo eran Lázaro,Paquito y Pepe,este último se casó con Carmen la de la fruteria,no eran de la familia Cañamares,estos núnca tuvieron ningún establecimiento.Gracias por el reportage,te ha salido muy bien,el comentario sobre la carpinteria lo hizo el Sr.Basilio padre,no yo pero con tanto lio es natural que ocurran estas cosas.Gracias de nuevo G.M.P.

    ResponderEliminar
  2. En la foto donde se estan casando,de izquierda a derecha están el Sr.Eduardo,Basilio(padre)Manoli,era muy bonita,la Sra.Antonia y D.Jacinto,en otra que está una chica con Basilin cuando era pequeño,los dos sentados en el suelo,ella es mi hermana paqueña,aquí tendria unos doce años.Un saludo G.M.P.

    ResponderEliminar
  3. Gloria, ya no sé como agradecerla todas sus correcciones. He puesto bién lo de la lecheria del señor Paco de los Tres Ochos. Sin embargo no he puesto la identificación del señor Basilio, don Jacinto, etc... en las fotos, pues nos gustaría que con los comentarios de todos supieramos quienes son. Basilio hijo ya me dijo quienes eran, pero lo hemos omitido para que haya mayor participación.

    Si quiero llamar la atención de todos sobre la foto aérea, en ella se ve la Quinta, las cuevas, los sembrados, y no quisiera apurar mucho,... pero los viajes del agua..... (es broma).

    Esperamos los comentarios sobre cualquier otra cosa que haya que rectificar, aunque tardemos un poco lo haremos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Ricardo,perdona que sea la pesada del grupo,el colegio de los Patos ,estaba en la calle de los Estanques,hacia la SICAL,la calle de los Tres Ochos estaba al lado opuesto.Un saludo G.M.P.

    ResponderEliminar
  5. El viaje de agua estaba un poco más hacia la izquierda de la fotografia,como dos centimetros a escala con esta.
    Si te fijas tampoco se ven las huertas cultivadas,no se de cuando puede ser la foto,pero seria después de la guerra,para no estar cultivadas.también faltan caminos sobre el cerro.Un saludo G.M.P.

    ResponderEliminar
  6. Hola Ricardo.

    Quisiera hacer tres incisos, respecto a los campos de futbol, falta el " Columba " respecto a la casa alta se encontraba en la calle Jose Romay y creo que habeis olvidado en el apartado de los apodos al mas castizo " el Zoca ".

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Una vez más tengo que descubrirme ante el formidable trabajo desplegado en esta nueva entrega de los post dedicados a La Quinta de la Paloma. Doy mi enhorabuena y agradecimiento a Ricardo y a todos los que han colaborado en el mismo. Siento una gran emoción y gratitud, aumentada por encontrarme con esa ristra de fotografías en las que mi padre tiene una notable participación. Muchas gracias también a mi primo Basilio, propietario de ellas, que fue quien las envió. Hace un par de días hablé con él y con su padre (mi tío de igual nombre), quien me adelantó que quería volver a escribir algo en los próximos días. Desde aquí le animo a que lo haga, porque tiene muchas cosas que contar y lo hace con mucha gracia, al igual que la incansable Gloria o los “Pedros”, que también ilustran de manera estupenda la época. Yo me fui del barrio siendo muy niño y no soy el más indicado. A los seis años mis padres y hermanos nos mudamos a Peña Grande, otro barrio, que dicho sea de paso, merecería se le hiciera un seguimiento, pues buena parte de él ha desaparecido y la otra por desgracia no creo tarde mucho en hacerlo. Ahí sí podría contar muchas cosas. Pero no quiero desviar el tema.
    La cuestión es que, como digo, me ha encantado esta nueva entrega de La Quinta y con el debido miramiento, quiero añadir algunas líneas:
    La foto de 1944 me parece extraordinaria. ¿Cómo y quién ha podido conseguir algo así? Es asombrosa.
    En cuanto al resto de fotos, como ya he dicho, pertenecen al archivo personal de mi primo y mi tío Basilio y, por tanto, en la mayoría aparecen ellos o sus familiares directos. Mi padre fue el padrino de bodas de mis tíos Basilio y Manolita y por eso aparece en todas las instantáneas, así como mi abuela Antonia, que fue la madrina. En la segunda foto empezando por arriba, también aparece mi madre a la izquierda de mi padre. Por cierto, esta foto creo está obtenida en La Bandera, donde sí se celebraban bodas, como fue en este caso y en el de mis padres, según acredita mi madre.
    Magníficos también los recortes de prensa que se insertan. Impagable el del incendio de la carpintería, y ese otro en el que se cuentan “las deplorables condiciones higiénicas en que se halla la llamada Quinta de la Paloma”.
    Poco más tengo que agregar. Bueno, sí… Si la memoria no me es infiel, creo que mi padre jugó en el equipo de fútbol San Pascual. Jugaba de extremo izquierdo y le conocían por el apodo de Baby. Tal vez alguien pueda confirmarlo. Quizás Justito, que como se sabe también jugó (y muy bien) al fútbol.
    En fin, para finalizar, tengo otra pregunta: Esa Sra. Antonia de la que se dice “fue la primera en comprar una televisión en el barrio” ¿se trata de mi abuela de igual nombre? En este caso tal vez mi tío Basilio me pueda despejar la duda. A ver si así se anima escribir.
    Un cordial saludo para todos los que hacen posible este maravilloso invento.

    ResponderEliminar
  8. Hola a todos los vecinos de la Quinta.

    Soy sobrino de Ramon y Sebastiana, que vivian en el patio de la Sra.Paula la casa de enfrente segun se entraba al patio,junto a Juan y Goya padres de Juan Señor, quisiera que alguien me pudiera decir algo sobre un amigo mio desde la infancia, eran conocidos tanto el padre como el hijo por Curro, creo recordar que vivian en la calle tres ochos o cerca.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Juan Antonio. Tengo que pedir perdón pues al leer tu comentario veo que he puesto algún rótulo mal en las fotos, "mea culpa". Insistir, el merito es vuestro, vosotros sois los que nos habéis alentado con tantos apuntes y puntualizaciones. La foto aérea es una pasada, en ella se aprecia muchas de las cosas que habéis contado.

    Juan Antonio, dime exactamente que está mal en los rótulos de las fotos y las vuelvo a editar.

    Además, desde ya espero a que me envíes el artículo de Peña Grande. Tenemos la entrada de los tranvías a Peña Grande pero el barrio no se trató.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. Ricardo, no hay errores en los rótulos de las fotos, salvo el de poner Sotero en lugar de La Bandera, como el lugar donde se celebró la boda de mis tíos Basilio y Manolita. Me fío por la información facilitada por mi madre, que suele tener buena memoria, pero quien mejor lo debe saber es mi propio tío Basilio. Si nos lee ya nos lo dirá, y si no, mañana, si puedo, le llamo por teléfono y salimos de dudas. Las demás fotos se ajustan a la verdad. Lo único que ocurre es que como mi tio y mi primo se llaman igual, puede dar lugar a confusión.
    No sé si con estas explicaciones te puedes dar por satisfecho. Insisto en que el trabajo es excepcional.
    En cuanto a lo de Peña Grande, me hace mucha ilusión. Si tengo tiempo voy a ver si soy capaz de decir algo interesante. Leí lo de los tranvias y me gustó mucho. Durante un tiempo una de las fotos que ilustraban el artículo fue fondo de pantalla en mi ordenador. La "usurpé".
    Esos tranvías los llegué a utilizar. Y también lo que llamábamos "camionetas".
    De momento ya he dicho algo...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Buenos días Juan Antonio. He comprobado lo del rótulo y fue tu primo quién me indicó que era el Sotero cuando mandó las fotos. No tiene ninguna importancia, es normal que nos liemos con los nombres, después de todo como alguien con mucho salero dijo "no estábamos invitados a la boda.....". En cuanto lo tengamos confirmado modifico el rótulo si es necesario.

    Espero el relato de Peña Grande.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  12. Hola Ricardo:
    Aunque de momento mi tío Basilio no ha dicho nada, parece confirmarse que fue en Sotero donde se casaron. El error fue mío, pero no tiene importancia.
    Por otra parte, quiero ponerme a escribir mañana mismo el relato de Peña Grande, pero tengo dudas: ¿Dónde lo inserto? ¿Te lo envío a un correo electrónico aparte? ¿A cual?
    Y por último: ¿Se podrá acompañar de fotos?
    Un abrazo,
    J.A.

    ResponderEliminar
  13. Hola a todos,para Juan Antonio,tu abuela Sra.Antonia,fué la primera en la Quinta en tener televisión.Ten en cuenta que sus hijos,entre ellos tu padre,estaban trabajando y en aquel entonces entraban muchos jornales en aquella casa,lo que les permitió ciertos "lujos" que a los demás nos estaban vetados,en mi casa solo era el de mi padre,aúnque bueno para la época teníamos que comer cinco bocas,por lo que era imposible tener televisión,en aquellos tiempos era más que un lujo.Un saludo de G.M.P.

    ResponderEliminar
  14. Migueli
    El Sr. Romay, que figura con el nombre de Ángel, no se llamaría Domingo Romay?
    En la calle Romay, esquina a la de los Tres Ochos tuvo un solar Pedro Garrido, por los añoscincuenta.
    El Bar de Sotero, creo que se llamaba Sotero Díaz Jiménez.
    Por si sirve para completar datos.

    ResponderEliminar
  15. Basilio Diaz Camarero28 de enero de 2011, 16:29

    ¡¡Joder Manolo¡¡ ¡¡que fotos¡¡ La rana con tu padre, Jaime, El Cholo, Viberti... bufff. Me parece que yo estoy en la ultima, con la bolsa de Puma, pero estoy tan mayor que no me acuerdo de casi nadie. De ti, de Paco y de Carlos si, pero a los otros no los reconozco. Ni siquiera a Antonio o Jose Miguel.¡¡Que viejo soy¡¡ Es una gozada los recurdos que te vienen... Pon mas. Y sigue escribiendo asi estare un poco en contacto con el barrio. Besos

    ResponderEliminar
  16. Ricardo soy Paquita esoy esperando poder mandarte las fotos prometidas, aún no he podido ir a Madrid.

    He visto la fotografía de la boda de Basilio y esposa y no he tenido más remedio que preguntarme,¡madre mía si son fotos identicas a las mías, solo una diferncia ellos se casaron en el año 60 y yo en el 67! Comento esto porque una de las fotos que te voy a mandar es la de mi boda, estoy en la misma escalinata de la Iglesia y con el mismo pose, hasta los invitados tienen las mismas formas eso sí con rostros diferentes.

    Mis saludos y gratitud para todos estos vecinos/as de la quinta, todos en mayor o menor aportación estamos reconstruyendo la amistad de un barrio ya desaparecido y a todos nos mata esa necesidad de saber de nuestros vecinos, bonita hitoria hay que seguir recopilando datos, fotos y más historietas que "haberlas ailas". Saludos para todos, Paquita.

    ResponderEliminar
  17. Querida Paquita, es normal, todos los que dependiamos de la iglesia fuimos bautizados allí, en esas mismas escaleras blancas mi abuelo Fernado y mi tía Maruchi (de la colonia el Mahou e Ibarrando), me sujetaban muy atentos allá por 1961, y mis padres 9 años antes se casaron, tan guapos ellos,..... en fin, es nuestro pequeño micromundo, muy diminuto, por el que todos pasamos.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  18. Hola G.M.P.Me gustaria saber si tu eres la Gloria que yo conozco, esta mujer vivia en estracho de bonifacio y eran tres hermanos ella la mayor después su hermanos Eduardo y el pequeño no recuerdo el nombre, esta mujer su madre trabajaba en la fábrica Bresel y ella crío al hermano pequeño ya que su madre estaba todo el día trabajando, como digo si eres tu por favor contestame y hablamos, mucho me temo que no va a ser, porque dices en un comentario dirigido a Carmen y mí sobre los vecinos que viviamos en la parte de arriba de la Quinta, bueno de no ser no mporta, ya somos amigas por el echo de ser del barrio y blogeras de este estupendo coloquio, saludos mi amiga hasta pronto.

    ResponderEliminar
  19. Para ÁNONIMO,no soy esa Gloria que tú crées,como dije al principio de todos los comenterios,eramos once GLORIAS en el barrio,la que tu dices era mi amiga y nos turnabamos en llevar en brazos a su hermano pequeño,para que ella pudiera jugar.
    Presumio mucho el pequeñajo cuando comenzó a trabajar en el mismo sitio que yo diciendo que yo lo había llebado en brazos.
    Yo viví en la calle de los Tres Ochos,en el número 5.Un saludo para todos G.M.P.

    ResponderEliminar
  20. Solo añadir (no se si se ha dicho ya) que este barrio era casi un protagonista mas de la pelicula "La Patria del Rata" de Lara Polop, rodada en 1979.

    Enhorabuena por los articulos

    ResponderEliminar
  21. Hola a todos.

    Soy Paco, hay tantos Paco's, el hijo de Paco y de Agustina y vecino de Manolo, de Carlos, de Basilio y todos los demas. Me alegra saber de vosotros.
    Basilio (hijo), a ti no te veo desde que te fuiste a Chiva(?), me acuerdo tambien de tu hermana Rosi, que iba a mi clase.
    Las fotos del futbol me han sorprendido, ¡pero si eramos unos tirillas! pero bien que lo pasabamos.
    Saludos a todos, ya escribiremos mas

    ResponderEliminar
  22. ¡Hola! Yo soy Lara, la hija de Paco/Anónimo, jeje.
    Me alegra un montón poder ver más fotos de mi abuelo, puesto que no le conocí en persona y no tengo más maneras de conocerle que a través de los ojos de los demás, de sus recuerdos.
    También me alegra ver a mi padre ilusionado contándome los nombres de la gente de las fotos, o de dónde estaba su casa :)
    ¡Gracias por subir las fotos, porque así por fin he podido ver aquello de lo que todos hablan a veces pero yo nuna había podido ver!

    ResponderEliminar
  23. Hola Paco y Lara, bienvenido al blog. Paco, creo que eres al único chico que reconozco de todos, creo que del cole de la iglesia y de jugar al fútbol. Sé que no hace falta decirlo, pero teneís otros cuantos artículos más de la Quinta con unas cuantas fotos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  24. Me alegro mucho de saber de ti Paco. Veo que tienes una hija y que le ilusiona, como a nosotros, el barrio. Dice que no conocio a su abuelo. ¡¡Que lastima¡¡¡¡lo que te has perdido¡¡ Paco "el chocha" (con todo mi cariño), amigo de mi padre.¡¡cuantas borracheras y fiestas¡¡ Recuerdas cuando se ponia a tocar en la mesa o en la puerta con esos dedos tan enormes que tenia y mi padre cantaba tangos¡¡el tio mas gracioso del barrio¡¡ Espero que sigas escribiendo y recordaremos la infancia tan feliz que tuvimos jugando al futbol y a mil cosas mas. Todo el dia en la calle con las chapas, las bolas, las noches de verano en vacaciones. Un abrazo muy grande¡¡

    ResponderEliminar
  25. Nueva foto añadida:
    Fotograma del película: La patria del Rata (Francisco Lara Polop, 1980). Al fondo podemos ver el puente de la Av. de Ramón y Cajal sobre la M-30. Foto cedida por: Video Mercury Films S.A.

    ResponderEliminar
  26. en la casa alta tambien vivia mi familia mis abuelos la señora concha y el señor goyo conocido por goyete

    ResponderEliminar
  27. la madre de juan señor se llamaba antonia

    ResponderEliminar
  28. Estimado anónim@. Gracias por tus comentarios. El sitio más adecuado para informar sobre las vecinos del barrio es la entrada del plano de la Quinta, y en todo es necesario que te identifiques para saber quien nos informa.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  29. Hola a todos:

    Soy la bisnieta de Sotero Díaz, el del bar Sotero. Si alguien pudiera compartir historias (o fotografías) de este bar conmigo, les estaría eternamente agradecida.

    Enhorabuena por esta página.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola soy Ruben y tanbiem soy bisnieto de sotero Diaz el del bar sotero me gusta mucho Esta pagina. Y ver todo Lo que me familia me Habia contado. Saludos. Almudena .

      Eliminar
  30. Algunos vecinos de la Quinta de la Paloma, pero algo más antiguos.
    -Salvador Martínez, vivió en la calle de los patos, 4.
    -Juan Carnicero Tuvo una nave de 14,50m x 4,50m
    junto al Camino de los Coches (luego calle Normas)
    -Ángel Peña, tuvo un solar en la calle Pilar Gonzalez.
    -José Guerrero, construyó un hotel unifamiliar en la calle pilar González.
    Estos datos corresponden hacia el año 1933.

    Acabo de recordar que las fichas metálicas con las que se jugaba a la rana eran los "changarros". El juego de la Rana fue muy popular en los merenderos de la Quinta de la Paloma, como ya se ha dicho anteriormente, quizas solo faltaba hablar de los changarros.

    para Almudena: A finales de los años 60 Sotero alquilaba un local, en el que un grupo de jovenes del barrio de San Juan Bautista, hacían sus guateques y organizaban bailes y fiestas.
    Saludos. Migueli.

    ResponderEliminar
  31. Muchas gracias Migueli. Estaría bien poder ubircarlos en el plano de la Quinta. El juego de la rana era muy popular en todos los barrios. En la taberna de mis abuelos, y en el Cerro se llamaban tejos a las piezas redondas de hierro o acero que se lanzaban. Ahora os haré una pregunta en la entrada del Parque San Juan Bautista.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  32. Para los mas veteranos: Basilio, Gloria...
    Hacia 1941 hubo una gran vaquería en la Quinta de La Paloma. El propietario se podía llamar Felipe Blasco.
    ¿Os suena?
    En caso afirmativo, ¿dónde estuvo?

    Tambien hubo un maestro en La Quinta que se llamó Baltasar León Barcala, hacia 1934.
    Gracias.
    Migueli.

    ResponderEliminar
  33. Para Migueli,yo nací en 1947,si recuerdo a Pilar Peña y a su hijo también llamado Enrique,este muchacho tenía más o menos mi edad y ella era amiga de mi madre,pero a su padre yo no lo conocí.
    Con respecto al vaquero no tengo ni idea de quien pudiera ser,ten en cuenta que por aquellos tiempos se usaban mucho los apodos.
    Un saludo de G.M.P.

    ResponderEliminar
  34. Muchas gracias Gloria. A ver si algun@ otr@ vecin@ puede dar respuesta a Migueli.
    Saludos

    ResponderEliminar
  35. Cuando yo estuve en el barrio, habian 4 vaquerias, una de ellas estaba situada en la calle los tres ochos y su propietario se llamaba Paco, otra estaba al lado de la fuente de la bandera y se llamaba vaqueria de los mellizos ya que sus propietarios eran dos mellizos, no se si alguno de ellos puede ser el tal Felipe, otra estaba justo en frente de los mellizos que despues se convirtio en una fabrica de vigas y la ultima estaba en la parte de arriba al lado de la fuente de los patos, que su propietario no recuerdo su nombre, pero le apodaban el vaca.

    ResponderEliminar
  36. Basilio, una alegria poderle leer. Muchas gracias por aportarnos sus recuerdos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  37. Basilio la vaqueria de arriba era la de Angel " el Negro " y si recuerdas durante una epoca tambien hubo vacas en la casa que despues vivio Ramon el butanero, enfrente del coleguio delos patos.
    UN SALUDO
    PEDRO AGUILERA

    ResponderEliminar
  38. Gracias Pedro por la puntualización. Esperemos que esta información le sirva a Migueli.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  39. Solo dos comentarios, creo que la pescadería no estaba exactamente enfrente del bar de Benito, estaba un poco mas hacia el transformador, y creo recordar que lo que era de madera era el cierre que tenía bisagras, pero el puesto estaba en línea con las casas de ambos lados (calle José Romay, entre el número 1 y el número 3); el otro comentario, es hacer referencia al agujero/entrada, que estaba al lado del transformador, y eran la alcantarilla donde se nos colaba el balón cuando jugábamos.

    ResponderEliminar
  40. Creo que me he explicado mal en mi anterior comentario, quería decir que la pescadería estaba en la calle José Romay frente a los números 1 y 3

    ResponderEliminar
  41. Hola vecinos de la quinta estoy emocionada recordando mi niñez en ese entrañable barrio,os felicito por el estupendo trabajo que estais haciendo,yo viví desde mi primer año en la calle Dardanelos,8 mi hermano Antonio nació allí yo soy Carmen mis padres Antonio y Trinidad.Fuimos al colegio de los patos mi hermano con D.José y yo con D.Teresa,estoy de acuerdo con un comentario que haceis sobre ella pero vamos a dejarla.Nosotros compartiamos un patio con Agustin e Isabel,sus hijos eran,Isabel,Adela,agustin Pili de mi edad y Alfonso,solo tengo buenos recuedos de ellos,la casa de mas arriba vivia Luzdivina su marido era sereno y sus hijos Jose Mariluz y manolo este último Manolin para mi,yo era muy pequeña cuando nació en su casa yo estaba presente,tambien los recuerdo con cariño fueron muchos años juntos,en la casa anterior vivia Eulogia su marido Manuel Laza y su hija Loly amiga nuestra tambien,tengo que buscar fotos y os las enviaré todas las historias que he leido las recuerdo perfectamente y muchas mas que puedo contar en proximos dias para no ser pesada seguiré en contacto.Un saludo Quinteros

    ResponderEliminar
  42. Encantados de contar con usted Carmén,.... y precisa y muy bonita la palabra "Quinteros", si señora, de pura cepa. Saludos.

    ResponderEliminar
  43. Hola "QUINTEROS"soy Pilar Portela,mi familia vivio en la calle tres ochos, 5, justito al lado de Basilio, Amelia, Belarmino, la sra.Amalia,el sr. Paco "el de la vaqueria". Tambien me he alergrado mucho de este proyecto, haber si entre todos los que un dia vivimos en ese barrio,tan pobre pero tan entrañable conseguimos volver a vivir con nuestros recuerdos tiempos pasados. (buscaré fotos)

    ResponderEliminar
  44. Hola vecinos soy Carmen de la c/dardanelos me gustaria que alguien del colegio los Patos del curso 57 en adelante me pudiese confirmar si es erróneo lo que cuento.Recuerdo que nos llevaban a las niñas cruzando los terrenos de lasical a la iglesia con unas tocas blancas en la cabeza,los domingos era obligado ir a misa si no asistías te castigaba D.Teresa sin recreo no se cuantos dias.Otra cosa,todos los dias rezabámos el rosario antes de salir del cole con letania en latín incluida,ora pronobis,mater amabilis ora pronobis etc,etc y los chicos con D.José creo que cantaban el cara al sol,si se acuerda alguien que lo cuente.Yo también bajé al semisótano del cole a preparar la leche en polvo cada dia nos tocaba a una así como en invierno encender la estufa de leña,éramos unos niños felices en ese barrio con todas sus calles de tierra,después de llover,a la calle a jugar a la lima que estaba el suelo blandito otras veces haciendo casetas de turras en el campo donde se hicieron los tres rascacielos,venia el guarda Marianico a caballo y saliamos corriendo.Las tres torres no tendrian mas de 10 u 11 pisos pero al lado de nuestras casas eran rascacielos.También vimos todos la construcción del edificio Torres Blancas que nunca fueron blancas.Recuerdo algunas compañeras del cole por si alguna se acuerda...Goyi hermana de Señor,Dominga,Paloma,las hermanas de tres ochos Gloria,Elena,Inés.Perdón por los nombres que olvido pero que alguna me refresque la memoria me gustaria mucho.Un dato..Pili Peña también tenia una hija,tenía pasión por ella,de pequeñas éramos amigas.Era una mujer diez esa Pili Peña venia a tu casa cuando estabas enfermo a cualquier hora con su cajita alargada de acero con jeringas y aguja las hervía con alcohol de quemar y a pinchar,siempre estaba dispuesta a ayudar,tengo buen recuerdo de ella yde su padre el S.Angel.Un saludo Quinteros seguiré en contacto.Enhorabuena chicos por vuestro trabajo...MUY BIEN gracias

    ResponderEliminar
  45. Bienvenida Pilar y muchas gracias Carmen por recordarnos esos pasajes del pasado, que seguro que algún vecino más confirmará, a ver si entra Paquita y Gloria (grandes seguidoras del blog) y otros vecinos que nos han ayudado. Confirmo lo de las Torres Blancas, que siempre han sido grises. El nombre lo asignó el arquitecto en cuyo diseño debía utilizarse cemento blanco, pero no debía de haber bastante para la construcción. Saludos

    ResponderEliminar
  46. Muy buenas noches a todos.
    Gracias Ricardo por acordarte de mi, agradezco tu toque especial para recordarme que tengo este tema un poco olvidado. Pues no, no esta olvidado lo que me pasa es que soy una jubilada muy atareada y hago muchas cosa, entre el ganchillo, la costura, las tareas de la casa, hacer el pan un día si y otro no, la compra, y ya lo que me faltaba tener una nieta, me he tirado más de tres meses haciendo ropita, en fin, son muchas razones y falta la guinda del pastel, soy presidenta de donde vivo y como soy muy exigente he puesto la Comunidad tripa arriba, claro, esto me esta haciendo currar de lo lindo.

    Ricardo ya he leido un escrito de carmen una señora que desea saber cosas y sobretodo del colegío los patos. Bien carmen soy Paquita y mi apellido es Marañón, es seguro que te acordarás de mi, como tu bien dices, todas las niñas encendíamos la estufa de carbón y se rezaba el rosario y un montón de cosas que yo personalmente no quiero recordad. Creo que deje escrito algo al respecto. Eran tiempos muy dificiles y casi todos los vecinos lo pasabamos muy mal, lo más lindo que recuerdo del colegío eran las plantas y árboles que había, concretamente me acuerdo de la acacía, en cuanto tenía flores ahí estábamos todos para comernos las flores, ¡Dios mío cuanta ambre!

    Querida Carmen todo lo que cuentas es cierto, lo del velo, el ir a misa todos los domingos, por cierto, a mi Dª Tersa me castigaba todos los lunes, ella me preguntaba ¡Como no has estado en misa! Y yo tan ingenua le contestaba la he oido por la radio, ¡Bueno la que organicé! La profe no se andaba por las nubes, el castigo para Paquita, era unos buenos reglazos en las manos y toda la mañana de rodillas en el "Cuarto de las ratas" Que así se llamaba.

    Becina y ahora amiga, estaremos en contacto, si deseas hablar con migo Ricardo te facilitará mi correo, no obstante, entraré de vez en cuando.

    Carmen, en este Blogs irás viendo la gente tan maja que ahí, todos aportamos algo de nuestro barrio, familias, amigos y un sin fin de cosas más, ya iremos desgranando todo lo vivido en el barrio.

    Os mando un fuerte abrazo para todos, y para ti Ricardo uno especial, hasta pronto amigo.

    ResponderEliminar
  47. Enhorabuena Paquita por la nueva descendencia, ya me parecía raro no verte por aquí. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  48. ¡Caramba!Pilar Portela,aunque no te conozco,tu as vivido en la casa en la que yo nací,Carmen "diablillo"todo lo que cuentas es cierto,gracias por acordarte de mis hermanas y de mí.
    Un saludo de Gloria Moreno G.M.P.

    ResponderEliminar
  49. Enhorabuena Paquita,es lo que toca a nuestra edad,ser abuelas.
    Un saludo de G.M.P.

    ResponderEliminar
  50. Juan Antonio Díaz8 de mayo de 2012, 9:49

    Me encanta leer estos comentarios llenos de recuerdos, a veces dulces, a veces amargos o agridulces, pero siempre espontáneos y profundamente sinceros, que nos permiten rememorar aquella época. Es mi barrio de nacimiento, pasé en él mis seis primeros años y aunque solo sea por eso, le tengo un gran cariño. Enhorabuena a tod@s los que escriben, porque me hacen emocionar. Quinter@s (me encanta el término): Seguid contando cosas, por favor.

    ResponderEliminar
  51. Carmen Sánchez Vilches8 de mayo de 2012, 23:27

    Hola vecinos,soy Carmen Sánchez esto va para Gloria M.P.gracias por responder,yo iba a vuestra casa algunos dias y nos marchábamos juntas al cole creo recordar a vuestro padre saliendo por ese pasillo con la bici,dime si es así.Dices que no conoces a Pilar Portela?seguro que si,su madre es Felipa su padre era Pablo q.e.p.d.y sus hermanos Alicia y Daniel,son mi familia porque estoy casada con su tio Domingo. Vivian junto a tu casa pegados por la parte de abajo a la casa de Basilio y Manolita.Tengo una foto con tu hermana Elena,cuando alguien me diga cómo hacerlo la enviaré,estamos frente a la vaqueria seguro que os acordareis hace tantos años que tenemos que trabajar duro la memoria,pero nos viene bien a todos.No sabia nada de éste bonito trabajo,me lo han dicho ahora y me encanta la idea,estoy buscando fotos.Un saludo Quinteros

    ResponderEliminar
  52. Por lo que dices vivieron en la casa de la Sra.Tomasa,yo creia que era en mi casa(ni que la hubiera comprado),no la recuerdo,a ti sí.Eras muy amiga de mis hermanas,muchos recuerdos para tí y tu familia.
    Un saludo de G.M.P.

    ResponderEliminar
  53. Hola Carmen. Puede enviar las fotos al correo del blog: matritenses@yahoo.es
    Mande también una descripción de la foto para ponerla como píe de foto.
    Todas las fotos son retocadas y marcadas para que no se utilicen con otros fines.
    Saludos a todos.

    ResponderEliminar
  54. Carmen Sánchez Vilches9 de mayo de 2012, 17:34

    Hola de nuevo soy Carmen,quiero añadir algo sobre la foto de los seis niños con el balon,están al principio de mi calle Dardanelos mi casa era arriba donde se ve la torre,a la izquierda donde se ve el niño de rojo era la carniceria,donde está el coche que parece un 600 era la casa de Vicentin y su carpinteria,un poco mas arriba la fuente.Manuel Perez ,si me dices el nombre de vuestros padres seguro que os conoceré ,pero así no porque yo soy mas mayor que vosotros.Algun mayor se acuerda el cine de verano que venia algunas veces en el mismo sitio que están estos niños?cada uno llevabamos nuestra silla de casa y las pipas.Gloria eres tu la que estás en la foto con el niño de Basilio y Manolita (Basilin)?...Voy recordando muchas cosas y me gusta.Paquita,no me acuerdo dónde vivias, creo que por la zona de arriba donde mi amiga Dominga, o Rosi Cañamares ,cerca de la merceria de la S.Rosario,es así?.Gloria me alegro que digas que te acuerdas de mí.Ricardo gracias por tu trabajo y un saludo para todos los Quinteros.

    ResponderEliminar
  55. Hola Carmen,la que está en la foto con Basilin es mi hermana Inés,nos parecemos mucho,por eso te has equivocado.
    Creo que esa foto la hizo mi madre con una cámara que yo compré cuando empecé a trabajar.
    También recuerdo el cine,pero más los titeres que hacían los gitanos en el mismo sitio,todos con nuestra silla a rastras,un poema.
    Un saludo de G.M.P.

    ResponderEliminar
  56. Hola de nuevo,"QUINTEROS" soy Pilar Portela,primero decirle a Gloria que yo me acuerdo de ella perfectamente,si vivimos en la casa de la sra.Tomasa, era la madre de mi tia Ina.He trabajado con tu hermana Elena en Talleres de Arte Granda,yo era una niña, en aquel entonces, teniamos que pasar el descampado para ir a trabajar,(Garcia la Mata) cuando esta empresa estaban en la C/Ramirez de Arellano, por cieto si hablas con ella o con Ines dales un besazo de mi parte.
    Tengo recuerdos entrañables, de todos los amigos que habia en el barrio,Basilin, Rosi,Nuria,Jose Mº,Sergio, Tomasin,su hermano Javi, Aurori, Teresa,estos vivian en el patio donde vivia Gloria y el Marques.Ana su hermano Paquito,Juan, Beatriz Señor,Kiko,Paloma Mari Tere, Emilia estas vivian al lado mismo del campo de futbol. pero mis amigas de siempre Nuria y Ani esta nieta de Sr. paco.(el de la vaqueria).
    Me acuerdo un dia que formamos un equipo de futbol con los chicos del barrio, Basilio Diaz(padre)era el entrenador y yo la secretaria, no lo pasabamos pipa en la esplanada que hoy en dia es la M30.
    Bueno para terminar decirle a Pedro Gomez,que hace tiempo que no veo a Curro,vivimos en Fuenlabrada los dos, pero ya sabiendo que deseas tener comunicacion con él,intentare localizarle.
    UN BESAZO QUINTEROS, PILAR PORTELA

    ResponderEliminar
  57. Estimada Pilar, quizás la guste ver el artículo del Parque de San Juan Bautista, donde en los comentarios se ha hablado de Talleres de Arte Granda.
    http://historias-matritenses.blogspot.com.es/2011/09/parque-de-san-juan-bautista.html
    Saludos

    ResponderEliminar
  58. Hola Pilar, encantado de hablar virtualmente contigo.

    Veras yo me refiero a Curro hijo,no se si tu tambien, te voy a dar unas pistas por si acaso no hablamos del mismo.

    Al Curro que yo me refiero tendra 64 - 65 años, trabajó de conductor con el camión de reparto en muebles Domingo, en Lopez de Hoyos, posteriormente estuvo de conductor en los autobuses de la Continental, Madrid - Alcala de Henares, y despues de pasar bastante tiempo sin verle, coincidimos en la estación de I.T.V. de Getafe, el entonces estaba de conductor bombero en Alcala de Henares, desconocía que viviera (si es que es el) en Fuenlabrada.

    Pilar, este es de los amigos del colegio, y de la Quinta, es por eso que pregunté si había alguien que me diera alguna pista que pudiera saludarle, tengo una foto en la que estamos en la playa de Alicante con un grupo mas de amigos del colegío.

    Me haría ilusión que pudieras contactar con el y saludarle en mi nombre, y mas si se pusiera en contacto conmigo.

    Pilar un abrazo.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  59. Hola a todos,en especial a Pedro Gomez, perdona por no haberte contestado antes.
    Al Curro que yo me refiero, es el hermano de Pedro y Luis. Su padre se llamaba Colás.Si vivian muy cerquita de la c/ Tres Ochos, eso si no se, en que trabajo antes ,mi tio Domingo era muy amigo de su hermano Luis, y no tiene ni idea de que en la quinta pudiera haber otro Curro. Si es esta persona seria posible localizarle donde yo vivo, en Fuenlabrada.

    Tambien quiero mandar un mensaje a Juan Antonio Diaz, me gustaria saber algo de Tomás y Javi Mesa, si fuera posible, creo que eres familia de ellos, si no es asi no pasa nada.

    muchas gracias PILAR PORTELA

    ResponderEliminar
  60. Juan Antonio Díaz2 de julio de 2012, 11:29

    Con mucho gusto, Pilar. Efectivamente, soy primo hermano de Tomás y Javi Mesa. Mi madre y mi tía Luisa, desgraciadamente fallecida hace unos meses, eran hermanas. Mi madre se llama Marcela y mi padre se llamaba Eduardo. Seguro que los conoces. A mis primos Tomás y Javi, así como al resto de sus hermanos (todos vivos menos Pepe y Antonio), los vi en el entierro de mi tía Luisa. Desgraciadamente no les veo muy a menudo pero sí te puedo decir que Javi se jubiló (o pre-jubiló como se dice ahora) de su trabajo en el Hotel Wellington y ahora se dedica principalmente a pintar o dibujar. Tiene mucho éxito como dibujante de escenas taurinas. Mi primo Tomás (Tomasín, como ha sido siempre conocido), estuvo algo pachucho pero ahora está bien y sigue en activo. Son un pelín más jóvenes que yo. Espero haberte complacido. Para esto estamos.
    Me vas a permitir también que intervenga en lo de Curro. No es que tenga muchos recuerdos de mi paso por la Quinta (era muy niño), pero creo que estás en lo cierto respecto a Curro. Era hijo de Colás. Éste fue muy amigo y compañero de trabajo de mi padre. Su nombre lo tengo grabado en mi memoria. Y a su hijo Curro también. No obstante le preguntaré a mi madre, que tiene una memoria de elefante (o elefanta), pese a sus 87 calendarios.
    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  61. Hola Pilar.

    En primer lugar, perdoname ahora tu a mí por dilatar tanto esta contestación, pero he estado ausente por un tiempo.

    Creo que estamos hablando de la misma persona, así que me gustaría y te lo agradecería, si pudieras contactar con el hablarle de mi, y que se pusiera en contacto a traves del blog, quedate con estos dos datos.

    Dile que soy Gómez, y que fuimos los dos al colegío de los Castellanos, seguro que se acuerda, si es que es el claro.

    Un abrazo, Pilar.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  62. Pedro, una curiosidad, ¿dónde se encontraba el Colegio de los Castellanos?.
    Saludos.
    Maite

    ResponderEliminar
  63. Hola Maite.

    Con mucho gusto satisfago tu curiosidad, el colegío Los Castellanos se encontraba en la Plaza de Torrelodones, esta plaza se encuentra en la trayectoría de la c/. Pardo Bazán, y esta ultima es una c/. paralela a la Avenida de Ramón y Cajal, por el lado izquierdo.

    Estoy a tu disposición, por si quieres saber de mas datos.

    Un saludo.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  64. Muchas gracias Pedro, por aclararme esa duda. Me leeré con detenimiento todos los trabajos y si tengo más dudas, no dudes te que lo consultaré.
    Un abrazo.
    Maite

    ResponderEliminar
  65. Hola a todos mis vecinos, a los de verdad, a los que formábamos un pueblo dentro de Madrid. Muchas veces me he referido a mi casa, la de la quinta, como mi primera casa, no esos habitáculos que llaman casas y que no dejan de ser pajareras colgadas de un gran edificio. Recuerdo que al caer las tardes volvían por mi calle las ovejas cansadas de pacer en los montes, los que se arrimaban a lasical, y dejaban todo un semilledero de estiercol, troceado en pequeñss y redondas bolitas negras. Me disculpareis el entusiasmo, pero después de los muchos años recordando mi bariio he encontrado a personas que me hablan de él de sus habitantes, de los maestros, D. José y
    DªTeresa del jimy del Chirli, de Juan, de amigo, vecino y por desgracia desaparecido Javier, de Antonio que tiempo más tarde se casó y enviudo de Ana, de Gloria, que era alumna del colegio de los patos, creo que algo mayor que yo, en fin que si me permitís seguiré en contacot con todos vosotros. Perdonad mi falta de educación, soy Bernardo López, víví hasta el año 1975, en la calle Jose Romay, 33 dos años más tarde mi recién estrenada paternidad y mi falta de recursos nos llevaron a mi, a mi mujer, Belén, de nuevo a nuestro barrio, aunque lo cierto y a pesar de haber pasado sólo tres años ya estaba más triste y solitario. Un fuerte abrazo para todos mis vecinos y amigos.

    ResponderEliminar
  66. En la calle de los Tres Ochos, hubo un ventorro que tenía este nombre, seguramente es el que dió nombre a la calle.
    La vaquería de Blasco, por la que preguntaba hace un año largo, pudo convertirse en la carpintería que se quemó, según la información de prensa que recoge la noticia del incendio, y que Ricardo añadió en su día. Lo digo por los apellidos Blasco, o igual no tiene nada que ver. A veces uno está "espeso" y no relaciona las cosas en su momento.
    La casa de la Quinta puede ser la foto 4, del articulo de la Quinta, me parece que es en la 2ª parte. Solo la he visto de refilón el otro día, durante la reunión, antes no sabía de su existencia. Ahora me toca saciar la curiosidad.
    Me gustaría saber algo más sobre su propietario. Tambien sobre la huerta del Tío Ginés.
    Queremón Castelló fue un industrial del ramo de carnes de cerdo y embutidos. Después vino lo de los turrones, quizás de la mano de alguno de los hijos.

    ResponderEliminar
  67. Buenas noches QUINTEROS. Aunque un poco tarde os felicito el año a todos.
    A Pedro Gomez, decirle que no se me ha olvidado el poder localizar a Curro, pero de momento no he podido dar con él.
    Cuantos recuerdos para todos, del BARRIO "LA QUINTA DE LA PALOMA".
    Un saludos para todos.

    ResponderEliminar
  68. Hola Pilar.

    Aunque tardías, sean bienvenidas esas felicitaciones.

    Quisiera decirte de nuevo, que te estaría agradecido el que (si puedes) contactaras con Curro, ya te dije que me haría mucha ilusión saber de el, suponiendo que fuese el por quien pregunto, pero estoy seguro que es el, máxime cuando tu vecino y amigo mío Juan Antonio Diáz nos lo corroboró.

    Pilar, que esta busqueda no te suponga ninguna dejadez de tus queaceres cotidianos.

    Un abrazo.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  69. Un saludo para todas las personas que han hecho posible esta página, soy las manos que escribían los recuerdos de Basilio( padre), su hija pequeña, deciros que mi padre fallecio el pasado 5 de marzo, agradeceros Lo feliz que le habéis hecho con vuestros comentarios, leídos uno a uno por mí y llenandole de emoción, de recuerdos y de cariño. Él ya descansa ahí, en su barrio, como él quería, de verdad muchísimas gracias a los creadores de esta maravillosa pagina, que tanto ha hecho disfrutar a mi padre. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  70. Estimada Isa. Siento en el alma el fallecimiento de tu padre. Él siempre nos hizo recordar el barrio con sus comentarios. Ojala estas noticias penosas de personas que nos son queridas nunca llegarán, pero así vamos haciendo la historia y es que el mundo nunca para. Con que una sola de sus vivencias haya podido ilustrar lo que fue su querido barrio: La Quinta de la Paloma, recordar a sus vecinos con alegría, la forma en que se vivía aunque fuera con muy poco,... es suficiente para sentirse orgullo. Este rincón ha sido en varias ocasiones el lugar en que los vecinos buscaban su barrio, y si alguno lo encontró y se sintió feliz, vale la pena esfuerzo.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  71. Hola Isa.

    Sé del fallecimiento de tu padre por tu primo Nono, a el ya le trasmití mis condolencias, ahora que te has dado a conocer, recibe tu tambien mi pesame, un cariñoso abrazo, descanse en paz tu padre.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  72. Juan Antonio Díaz21 de marzo de 2014, 12:04

    Buenos días a todos: Mi prima Isa se ha encargado de dar la noticia. Una noticia que nunca hubiésemos querido dar. Su padre, mi tío Basilio, falleció el pasado 5 de marzo. Quise haber puesto unas letras en su recuerdo pero al final se me pasó el tiempo y no lo hice. Lo ha hecho Isa y me alegra especialmente, porque ella era, como nos ha recordado en su escrito, quien escribía lo que su padre le dictaba y contaba acerca de su querido barrio de la Quinta de la Paloma. Mi tío nació en "la Prospe", fue un enamorado de su barrio de nacimiento, pero sobre todo fue un enamorado del barrio en el que desarrolló lo mejor de su vida, esa Quinta de la Paloma que ahora le ha vuelto a acoger, siquiera sea en forma de desventuradas cenizas. También fue un enamorado de Madrid, a pesar de que cierto día decidió "emigrar" a tierras valencianas, en concreto a Chiva (Valencia). Aquí también dejó su sello, un castizo como él no podía pasar inadvertido. En Chiva, además de echar también raíces (sus hijos y nietos están firmemente asentados ahí), se le quiso mucho. En su despedida les decía yo a los familiares y amigos más cercanos, que mi tío Basilio era un castizo madrileño como lo fue mi padre, como lo son mis tías, como lo son todas esas personas a las que este bendito blog acoge con tanto cariño. Aquí se cuentan las historias colectivas, pero también las historias de cada uno, y como historias que son, ya no volverán, pero ahí quedarán, escritas o contadas oralmente. Las de mi tío las señaló su hija Isa, mi entrañable prima Isa, que también es madrileña y siente el orgullo de serlo, pese a tener marido e hija valencianos y llevar más de la mitad de su vida en aquellas tierras. Pero mi prima Isa, su madre, su marido, su hija, sus hermanos y sus sobrinos son, en el fondo, madrileños, porque saben que esas son sus raíces y también porque esa es la mejor manera de honrar la memoria de mi tío, hermano de mi padre. Ellos trabajaron juntos, los Hermanos Díaz se llamaban, eran albañiles, de los buenos. Ahora que han vuelto a emparejarse seguro que se están riendo, están otra vez con sus castizas bromas recordando tantas y tantas anécdotas vividas en el Madrid de sus amores. No me extrañaría que en algún lugar del cielo viesemos una inscripción que dijese: "Hermanos Díaz. Aquí estamos. Para lo que haga falta".

    ResponderEliminar
  73. Para Isa y toda su familia,un cariñoso saludo y deciros que siento mucho el fallecimiento de tu padre.Un abrazo y un beso muy fuerte para tu madre Manoly.
    De parte de Gloria,G.M.P.

    ResponderEliminar
  74. Buenas tardes a todos, soy Bernardo, me gustaría mucho saber de mis amigos de infancia, Carlos , José Luis, hijos de la señora Urbana, Javier Mesa, Isidoro, y todos aquellos que formamos una generación en aquel hermoso pueblo dentro de Madrid, que era la Quinta de la Paloma.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  75. Buenas Bernardo soy Isidoro si quieres ponerte en contacto conmigo hazlo en el correo gestasa2010@gmail.com

    ResponderEliminar
  76. Hola buenas tardes, soy Marga López, mi familia me llama Margui, prima de Bernardo, que viví en la calle José Romay,33.

    Yo fui al colegio que estaba junto a la iglesia de San Juan Bautista. Alguien se acuerda de la Srta. Manoli, yo tengo un muy buen recuerdo de ella y de su enseñanza de la ortografía y a la que estoy agradecida. También recuerdo a D. Enrique que cuidaba el comedor y nos martirizaba haciéndonos comer las lentejas, y D. Jonás, la Srta. Casilda.

    Alguien recuerda la picorota de la iglesia siempre apuntando hacia el patio. ¡qué tiempos! hoy en día sería portada de algún periódico.

    También me acuerdo de la casa de la Sra. Obdulia, camino de Lasical, en José Romay, que tenía un almendro que nos surtía de almendrucos que sabían a gloria.

    Y alguien se acuerda de la fábrica de servilletas que había al lado del bar "El Rinconcito" donde íbamos mi vecina Marisina y yo a por paquetes de servilletas que doblábamos a mano con una tabla, empaquetábamos y volvíamos a llevar a la fábrica. Nos pagaban 40 pts. por entrelazar creo que eran ¡20.000 servilletas!.

    Y la fábrica de hielo? a la que íbamos a por el mismo para meter en la nevera.

    ¡Cuántos recuerdos! Estoy emocionada con este blog, me ha hecho recordar muchísimas cosas de mi infancia y de darme cuenta de que no fui tan infeliz como yo pensaba, a pesar de las malas condiciones de las viviendas.

    ResponderEliminar
  77. Juan Antonio Díaz12 de febrero de 2015, 9:26

    Lo cuenta el escritor Luis Landero en su último libro, «El balcón en invierno» (páginas 31-32) y me ha parecido reconocer a nuestro barrio y a otros cercanos de los que aquí hemos dado nutrida cuenta.
    «Porque entonces Madrid acababa como quien dice allí, en el barrio de la Prosperidad. Más allá, hacia el aeropuerto de Barajas, había edificios aislados, algunas casas pequeñas y pueblerinas, merenderos con emparrados y el juego de la rana en la puerta, descampados, montones de basura y de ripio, terraplenes, campos de fútbol de tierra, cuevas donde vivían familias de gitanos. Había también rebaños de ovejas que pastaban por los muchos solares del barrio, y que pasaban por nuestra calle al atardecer, camino del canalillo de Isabel II donde abrevaban, y luego de recogida hacia las majadas que había por aquellos despoblados. Pero después, primero poco a poco y luego casi de golpe, como cosa de magia, aquellas extensiones yermas empezaron a poblarse de bloques de viviendas, de barrios bonitos, con calles amplias y parques para los niños, y rascacielos y avenidas, como si un cataclismo milagroso hubiera cambiado de repente el paisaje.»

    ResponderEliminar
  78. Que bueno Nono, y que magnífica descripción. Sin duda habla de La Quinta, El Ventorro, El Cerro de la Cabaña, la colonia del Mahou, y el barranco de Lasical. Otra novela que describe la zona, más concretamente La Prospe y la Av. de América, es El Mundo de Juanjo Millás.

    ResponderEliminar
  79. Sin duda se refiere a esos barrios. Luis Landero es un magnífico escritor como también lo es Juanjo Millás, quien, como bien señalas, en su libro «El mundo» refleja muy bien la zona de Prosperidad y Avenida de América. En el texto de Landero me ha llamado la atención la palabra ripio que yo conocía pero con distinta acepción a la que le da el escritor. Según el DRAE, ripio es «cascajo o fragmentos de ladrillos, piedras y otros materiales de obra de albañilería desechados o quebrados, que se utiliza para rellenar huecos de paredes o pisos». También «residuo que queda de algo». Nuestro idioma es sabio. Había mucho ripio en aquellos tiempos. Un cordial saludo, Ricardo.

    ResponderEliminar
  80. Tengo una duda sobre el nombre del remitente de este ultimo comentario, Ruben o Almudena

    ResponderEliminar
  81. Hola!! qué buen rato hemos pasado leyendo estas entradas. Yo también soy bisnieta de Sotero Díaz (de casa Sotero). Saludos al resto de bisnietos, cualquier cosa nos escribimos por aquí. Sonia

    ResponderEliminar
  82. Bienvenida Sonia. Un placer tener por aquí. Imagino que habrás visto los otros artículos de la Quinta. El bar de su bisabuelo era muy, pero que muy, famoso para todos los vecinos de la zona, La Prospe, Ibarrondo, el Cerro,... y hay (o debe de haber) muchas fotos de la terraza del bar pues se hicieron muchas celebraciones allí.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  83. Hola Sonia, por casualidad eres hija de Paco.

    ResponderEliminar
  84. Hola, no soy hija de Paco, soy nieta de Lucio, hijo de Sotero. ¿Y vosotros? El resto de bisnietos que aquí se han presentado, de quién son nietos? Un saludo. Sonia

    ResponderEliminar
  85. ¡Hola Sonia! Soy nieta de Marcela, hija de Sotero. ¿Cómo puedo contactar contigo? ¿Y con el resto de familiares? Tengo algunas fotos antiguas de la familia. Podríamos compartir recuerdos

    ResponderEliminar
  86. A cualquiera que tenga fotografías del bar Sotero o que quiera compartir algún recuerdo de aquel lugar y aquella familia se lo agradecería infinitamente :) Un saludo

    ResponderEliminar
  87. Yo tengo un recuerdo muy vago de Sotero. Al menos estuve dos veces, una por navidades, en los guateques que organizaba Fernando. Seguramente en le parque de San Juan Bautista tiene que haber gente que recuerde aquellos guateques domingueros, hablo del año 62-64.
    Si me interesa las microhistorias, y ver fotos antiguas.
    Migueli.

    ResponderEliminar
  88. Almudena, si quieres publicar las fotos en el blog las puedes enviar a nuestro correo. Las pondremos en el álbum de fotos del barrio marcadas con tu nombre y con el píe de foto que tu nos indiques.
    Saludos

    ResponderEliminar
  89. Migueli, yo he ido muchas veces a bailar a Sotero, desde luego en domingo, hayá por los años sesenta y tantos, no recuerdo quién hacía el baile, pero el baile en Sotero es de antaño, a mi padre ya le he oido decir que iban a bailar a Sotero,.

    Almudena, yo he conocido a un nieto de Sotero, se llama Paco, no se si tendrá parentesco directo contigo.

    Pedro.

    ResponderEliminar
  90. Juan Antonio Díaz18 de enero de 2016, 9:50

    Buenos días: Con motivo del reciente fallecimiento de Manolo Velázquez, mítico jugador de fútbol del Real Madrid, he vuelto a releer muchos de los comentarios publicados en esta entrada. Todo porque en algunas de las necrológicas que han dedicado al jugador se escribe de él que jugó en las Cuarenta Fanegas y en equipos de la Quinta de la Paloma, circunstancia que no recordaba hasta que Ricardo Márquez y Pedro Gómez me desvelaron que en esta entrada se citaba a Manolo Velázquez como «persona famosa de la Quinta», lo cual no pongo en duda, pero en honor a la verdad parece ser, según Alfredo Relaño, director del diario deportivo As, que nació en la calle de La Menta, actual Víctor Andrés Belaúnde, es decir, en el distrito de Chamartín. ¿Alguien podría ampliar o rectificar esta información?
    Por lo demás, me ha encantado volver a leer los comentarios de esta tercera entrada de la Quinta de la Paloma y volver a ilustrarme con todas las entrañables fotografías en las que hay tantos familiares míos. Ojalá haya vecinos que me lean y quieran seguir añadiendo recuerdos del barrio y la época.
    Un cordial saludo,
    Juan Antonio Díaz (Nono)

    ResponderEliminar
  91. Repasando unas hojas antiguas, he encontrado unas notas. A ver si os suenan alguno de estos vecinos:
    -Gregorio Redondo García y su mujer Concha, que tenían muchos hijos, pudieron vivir en J. Romay.
    -Fernando y María, hijos de José Gómez, que podía tener una vaquería.
    -Enrique Valcárcel, que pudo vivir en Pilar González.
    -José García Cascales, panadero, padre de José Luis y Mª Pilar.
    -María Gómez González, hija de Pedro y Felisa.
    -José y Juana Álvarez Valcárcel.
    Saludos.
    Migueli.

    ResponderEliminar
  92. Muchas gracias, Migueli, por la inserción de los nombres de esos vecinos de la Quinta. A mí no me suena ninguno, pero es normal, solo viví en el barrio mis seis primeros años. A ver si alguno de los más «veteranos» puede añadir datos que nos permitan situarlos. Un saludo.
    Juan Antonio Díaz

    ResponderEliminar
  93. Soy Mario y quiero preguntar si alguien se acuerda o le han hablado de señra Antona, que rifaba por el barrio de la Quinta una bandeja de pasteles.

    ResponderEliminar
  94. Soy Mario y anoche me decidí por fin a participar en este blog y escribí dos comentarios, pero el primero no llegó y el segundo aparece con alguna errata. Viví en la Quinta en la calle de los Tres Ochos,núm. 5, desde 1949 a 1964. Mis vecinos eran la señora Antonia, madre de Basilio y Eduardo; Gloria Moreno y sus hermanas, Helena e Inés, hijas de Pilar y Antonio, que iba a trabajar en bicicleta; el señor Inocentes, carbonero del barrio, padre de Tinín y Maritere, con el que en cierta ocasión fui con su carrito tirado de un borriquillo a repartir carbón al barrio de Salamanca. Por hoy quiero terminar diciendo que en noviembre de 1987 escribí un artículo en la revista Sobremesa titulado "Aquellas naranjas" y que en realidad se debió titular "Las naranjas del hambre en la Quinta de la Paloma. En él hablo de este barrio. Ya lo enviaré.

    ResponderEliminar
  95. Me presenté con mi nombre, Mario, y dije quiénes fueron mis vecinos, pero no dije que soy hijo de José y Remedios.
    Quiero empezar estas líneas con el artículo que escribí para la revista de gastronomía "Sobremesa" en noviembre de 1987 titulado “Aquellas naranjas”, pero que yo entregué con el título “La naranja del hambre”, cuyo origen fue un poema escrito a los dieciocho años:
    “Existió por los años cincuenta y tantos un suburbio olvidado, La Quinta de la Paloma, donde Madrid se acababa con una franja de huertas regadas por el popular Canalillo -Canal de Isabel II-, lugar de bailes y merenderos al aire libre, como Sotero y La Bandera, a los que fueron miles y miles de jóvenes de Madrid a bailar boleros, tangos y pasodobles, grabados en discos de pizarra que giraban majestuosamente en los entonces modernos picús.
    En una de las calles de esta Quinta, la denominada de los Tres Ochos –que arrancaba del arroyo Abroñigal, hoy asfaltado por la M-30, y subía empinada hasta el cerro de San Juan Bautista, en la actualidad, colonia del mismo nombre-, se hallaba un rincón, soleado en invierno, formado por dos recias paredes de ladrillo de alfar pertenecientes a las casas de la señora Paula y la señora Evarista, donde ésta hacía puntilla de bolillo, labor que solo interrumpía para sorber el mate como en su Galicia natal.
    Era éste un lugar de encuentro donde los chavales nos comíamos el bocadillo de “pan con aceite (de oliva) y azúcar”..., y las naranjas, relativamente más asequibles que hoy, y más brillantes, y más olorosas, y más apretadas. Las recuerdo de tres tipos: las de guasi, así las llamábamos, eran enormes, carnosas, con grandes gajos y siempre preñadas de multitud de hijitos; la injerta o de sangre, con la que jugábamos a Drácula, y la normal, un poco más grandes que la injertada, pero sin la exuberancia, ni las carnes, ni el perfume, ni el atractivo casi erótico de la de guasi.
    Pues bien, nada más que aparecía por este rincón un chaval con su naranja en la mano o en el bolsillo, ya estaba allí como por encanto, el señor Millán, [guardia civil], jubilado silencioso y amable, a ofrecernos el pelar nuestra naranja con su navajita, que siempre estaba afilando en un trozo de pizarra bien lubricada con agua del botijo.
    Nosotros cedíamos a tal petición. Y comenzaba la liturgia. La pelaba muy despacio, quitándole medio milímetro de su aromática epidermis, casi nada. Esto era para él la camisa, y una vez despojada de ésta, aparecía lo que denominaba camiseta, y empezaba la nueva peladura, que como hábil cirujano manejando el bisturí, iba penetrando con la hoja hasta la fina piel de los gajos sin herirlos.
    Ya desnuda, nos la devolvía sin pedirnos un solo gajo, pues la camiseta, unas veces gruesa, afelpada, otras fina, casi transparente, era para él suficiente tributo.
    Todos comíamos despacio, él la camiseta y los chavales la naranja, como si en contra de la dura realidad no tuviéramos hambre, como si estuviéramos empachados.
    Recuerdo que yo primero la examinaba, la olfateaba. Luego iba desprendiendo con parsimonia los gajos, que uno a uno me los metía en la boca, los chupaba, los movía con la lengua y luego, poco a poco, los iba masticando, sintiendo al fin salir el zumo por mi paladar. A medida que iba restando gajos, temeroso de que se acabaran, la operación se hacía más despacio, como a cámara lenta, y con el último o los dos últimos se llegaba a tardar varios minutos.” MARIO FERNÁNDEZ


    ResponderEliminar
  96. Buenos días, Mario:
    ¡Qué alegría me ha dado leer tu comentario! Soy nieto de la señora Antonia, hijo de Eduardo y sobrino de Basilio, a quienes mencionas. Me ha encantado por varias razones. En primer lugar porque desafortunadamente cada vez hay menos participantes en esta entrada, cosa lógica porque los que podrían hacerlo, o son muy mayores y con las facultades mentales muy mermadas, o se han muerto, como ocurre con los tres miembros de mi familia anteriormente citados. En segundo lugar, y precisamente por ser familiares, me has tocado muy de lleno en la fibra sensible. ¡Mi padre, mi abuela, mi tío...! ¡Imagínate, tres de las personas más importantes de mi vida! En tercer y último lugar, me he quedado boquiabierto cuando he leído que en la revista Sobremesa (noviembre de 1987), publicaste un artículo titulado «Aquellas naranjas» y que se refiere a «ese suburbio olvidado llamado La Quinta de la Paloma». ¡No me lo puedo creer! Es alucinante. ¡Tengo toda la colección de esa revista, desde el número 1 hasta el último publicado! Esta tarde, cuando llegue a casa buscaré ese artículo y lo volveré a leer. ¡Es fabuloso lo que uno puede llegar a descubrir con solo apretar unas cuantas teclas!
    Me ha encantado saber que «la señora Antonia rifaba por el barrio de la Quinta una bandeja de pasteles». No tenía ni idea. Sí recordaba que mi abuela tuvo un puesto de «chuches» que tuvo que quitar porque al parecer sus nietos (entre los que yo estaba) nos los comíamos antes de que pudiera venderlos. Actualmente tengo 61 años, en esa época era muy pequeño, pero entre los pocos recuerdos que tengo y lo que escuché de mis mayores, me quedó grabado en la memoria la calle de los Tres Ochos, en la que nací y nacieron mis tres hermanos, la vaquería, la carbonería del señor Inocente y sus hijos Tinín y Maritere...obviamente de otras muchas personas no recuerdo nada. Por ejemplo, no recuerdo nada de ti ni de tu familia, y eso que ¡viviste en la misma casa que mi abuela! Mi madre y mis tías (María, Geni y Antonia, hijas de la abuela Antonia) viven todavía. Mi madre, que siempre tuvo una gran memoria, desgraciadamente es una de las que ya no está para recordar nada, pero les preguntaré a mis tías, sobre todo a mi tía Geni, que también vivió en el barrio, por tus padres José y Remedios.
    De verdad, Mario, que ha sido una auténtica alegría leerte. Estoy todavía conmocionado por el efecto de la sorpresa que me he llevado cuando te he leído. ¡Aún no me lo creo!
    Muchas gracias y ojalá puedas leerme pronto y seguir contándome cosas. Yo prometo buscar esta tarde, como ya he dicho, tu artículo en Sobremesa.
    Un cordial saludo,
    Juan Antonio Díaz

    ResponderEliminar
  97. De nuevo Mario al aparato, como se decía antes por teléfono, Aunque ahora el aparato es mi tableta.
    Recuerdo perfectamente a tu padre, albañil de los de entonces, y a tu madre, que creo que se llamaba Marcela. Y es más, recuerdo la casa de tus padres que estaba casi al final de la calle de los Tres Ochos. A mi padre, José, le faltaba el brazo derecho, que perdió en la Guerra Civil, y trabajaba como corrector en una editorial, y mi madre, Remedios, hacía lo que todas las madres de aquella época. De tu abuela Antonia guardo muchos recuerdos, pues mi padre permaneció durante más de un mes hospitalizado en compañía de mi madre, y tu abuela se encargó de hacernos la comida a mí y a mi hermana Alicia, así como de cuidar la casa. También Pilar, la madre de Gloria, nos echaba una miradita. La historia del barrio de la Quinta de la Paloma es más importante de lo que creemos. Ya contaré quién era la señora Antona, no Atonía, que rifaba una bandeja de pasteles durante varios días hasta que se agotaban las papeletas. Esta señora vivía en unas cuevas próximas a la Quinta.
    Juan Antonio, gracias. Mario

    ResponderEliminar
  98. Amigo Mario: Permíteme el tratamiento. Ya leí en Sobremesa tu artículo. En su día se me debió pasar, pero fíjate lo que son las cosas, casi treinta años después por estos milagros de las nuevas tecnologías lo vuelvo a recuperar. ¡Menuda revista, Sobremesa! Ahí estaban Constantino Bértolo, Rafael Chirbes, Vázquez Montalbán y José Ramón Martínez Peiró (Pep), gran amigo mío. Perdona la curiosidad, ¿qué te llevó a escribir en Sobremesa? ¿No escribiste más artículos?
    En cuanto a lo otro, sí, mi padre era Eduardo, albañil «de los de entonces» (falleció hace más de 20 años) y mi madre, Marcela, que vive actualmente en una Residencia, con sus facultades mentales muy deterioradas. Y es una lástima porque hasta hace tres o cuatro años tenía una mente privilegiada y me hubiera contado con pelos y señales cosas de La Quinta y tu familia. En este sentido, como ya escribí, tengo a mis tías María y Geni, con buena memoria ambas, pero apenas las veo y tan solo me comunico con ellas por teléfono.
    Aclarado lo de la señora Antona, disculpa que la confundiera con mi abuela Antonia. Les preguntaré también a mis tías a ver si la recuerdan.
    Sigamos tirando del hilo de la memoria y contemos más cosas de La Quinta de la Paloma, que, como bien dices es «más importante de lo que creemos». Sobre todo tú, que tienes más y mejores recuerdos. Yo sólo viví ahí desde 1955, año de nacimiento, hasta 1961, cuando nos mudamos al barrio de Lacoma.
    Si necesitaras algo más en concreto de mí pide a Ricardo Márquez mi correo electrónico y te comunicas conmigo. Igual podemos hacer un buen «tándem quintero».
    Otro abrazo,
    Juan Antonio Díaz (Nono)

    ResponderEliminar
  99. Amigo Juan Antonio: Me gustaría que lo que escribamos no fuera solo para los que vivimos allí hace muchos años,sino también, a ser posible, una historia del barrio y sus gentes, que leyeran con interés otras personas, ahora o dentro de unos años.
    Otro día contaré lo que sé de la señora Antona y su bandeja de pasteles paseados y requetepaseados, o de esa madre soltera de la que los chavales, siempre crueles, decíamos que era puta. Le preguntábamos a su hijo: Tu madre es puta? Y éste contestaba: No, es artista, y respondíamos a coro: "sí, del coño". Madre e hijo eran buena gente.
    El patio de la señora Paula era un recinto grande, "amurallado" con ladrillos sin cemento, donde tenían su propia fuente y un caseto donde tenían derecho a "hacer aguas mayores" y "menores" los varios vecinos alquilados que vivían en ese enclave. Pues bien, en este patio, de vez en cuando aparecía el célebre torero y artista Mario Cabré,donde toreaba a un carrito con cuernos empujado con ímpetu por un chaval, este chaval creo que era "el Niñín", vecino del patio e hijo de un calefactor apellidado Aroca. Un día merodeando yo por este patio, el torero me preguntó por mi nombre, le dije Mario. Y, claro, por llamarme como él me dejó que le embistiera con el carrito de los cuernos, pero creo que lo debí hacer muy mal. Aquí termino, pues con la tableta me cuesta mucho trabajo escribir. La próxima vez me sentaré en el ordenador. Juan Antonio, más adelante pediré tu correo. Un afectuoso saludo para todos. MARIO

    ResponderEliminar
  100. Hola, Mario. Curioso, yo escribo por la mañana y tú por la tarde. Me encantan las historias que nos estás revelando. Mi tía Geni dice que no recuerda a la señora Antona, pero sí a la señora Petra, quien según ella vivía en la calle Martín Martínez, e iba por los bailes rifando pasteles. No sé si está en lo cierto o se confunde de nombre. Me encanta también lo que cuentas de Mario Cabré. Igual algún día lo escuché en casa pero no lo recordaba. Te pregunto: ¿El patio de la señora Paula era donde vivía mi abuela? Lo que sí recuerdo es que un poco más arriba de la misma calle Tres Ochos vivía mi tía Luisa, con su marido mi tío Tomás y sus nueve hijos, y junto a ellos la abuela del actor Pablito Calvo, otro «ilustre» del barrio. ¿Te suena mi tía Luisa? Era hermana de mi madre.
    En fin, no sé si estaremos aburriendo con nuestro intercambio de comentarios, pero a mí me está encantando.
    De nuevo, muchas gracias.

    ResponderEliminar
  101. Hola Nono y Mario. Para nada aburrís con vuestros comentarios, todo lo contrario, es muy interesante todo lo que nos contáis, aunque no seamos del barrio podemos imaginar con vuestros relatos como era la vida entonces.
    Mario, si quieres el correo de Nono (Juan Antonio), puedes escribir al correo del blog y te lo paso de inmediato.
    Un saludo a los dos, y espero seguir leyendo vuestros recuerdos por aquí.

    ResponderEliminar
  102. Muchas gracias, Ricardo, por tus palabras. A mí me pasaría lo mismo si estuviese asistiendo a un intercambio de historias aunque no me afectasen personalmente, de hecho es lo que hago cuando ocurre o ha ocurrido, pero siempre hay que ser respetuoso con los demás, «por si acaso».
    La cuestión es que (supongo que ya me conoces), estoy alucinando con lo que nos está contando Mario y, en particular, cuando cita a algún miembro de mi familia, me da un vuelco el corazón. Todo lo que hasta ahora he ido conociendo a través de los amigos y vecinos que se han asomado al blog ha sido muy bien recibido por mí, pero lo que Mario me ha revelado ha superado todo lo imaginable. Cada vez me duele más que muchos de mis familiares más queridos no estén entre nosotros. Fíjate, incluso, que a primeros de este mes murió uno de mis primos, hijo de mi tía María, hermana de mi padre, y precisamente él también tenía grandes recuerdos de la vida de mi familia en La Quinta. Por eso son tan importantes los testimonios de personas como Mario.
    Muchas gracias de nuevo y un fuerte abrazo,
    Nono

    ResponderEliminar
  103. Confieso que he vivido memorias, como escribió Pablo Neruda. Memorias que me gustaría escribir de la Quinta de la Paloma. Memorias llenas de cariño y respeto a todas aquellas personas, de las que conocimos sus nombres, sus oficios, sus familias, pero también a todas las demás para mí anónimas, aunque quizá algún día coincidiera esperando en la fuente para coger agua.
    Tu familia, Juan Antonio, para mí al menos era la más conocida de la calle de los Tres Ochos. Claro, claro que conocía a tu tía Luisa y a todos sus hijos, chicas y chicos. En invierno daba gusto sentarse en la cocina de tu tía, pues tenía un fogón, como a medio metro del suelo, y encima , asientos de obra a cada lado, y allí sentados, al elevarse el calor hacia arriba era el único sitio del barrio en los crudísimos días de invierno donde no hacía frío. Su marido, creo recordar era peluquero. En la casa de al lado como dices vivía la abuela de Pablito Calvo a la que iba su nieto de visita de vez en cuando. Señora que vendía sostenes a las puertas del Mercado de la Prosperidad, sostenes que colgaba sobre una especie de larguero sujeto con un palo, y como era de esperar la apellidaban en voz baja “La sostenes”.
    Tu abuela, para mí la señora Antonia, iba con cierta frecuencia al cine con tu tía Luisa, eran dos cinéfilas, y no sé si decirte, Juan Antonio, que alguna vecina comentaba ¡Cuánto van al cine! Pero sobre todo eran dos grandes trabajadoras.
    El patio de la señora Paula no tenía nada que ver con la casa de tu abuela. Este patio tenía su vida propia.
    La señora Antona, como he dicho, vivía en las cuevas excavadas en un cerrillo en la parte de atrás de la vaquería de los Tres Ochos. Mi padre le hacía a mano, a tinta con plumilla y tintero, los números de la tiras de la rifa con papel que traía de la imprenta y ponía unas señales para que no los falsificaran, pero un día, no obstante, tocó a dos personas en el mismo número. En otra ocasión cuando había vendido todos los números, la señora Antona fue a por los pasteles y se los habían comido los nietos. Así que a partir de ese momento los dejaba en mi casa, y mi madre los colocaba encima de un armario, pero creo recordar que una vez me pilló tocándolos con el dedo, que luego me lo chupaba. [Me tomo unos días de reflexión, pero volveré a escribir.] Un saludo para todos. MARIO.

    ResponderEliminar
  104. Sólo unas palabras,Juan Antonio, para deciros que me he emocionado y que casi sin darme cuenta me han venido cosas a la memoria que me ha sorprendido recordarlas. Te prometo que me pondré en contacto contigo para vernos. Gracias también a ti, Ricardo, por tu interés. MARIO.
    ,

    ResponderEliminar
  105. Muchísimas gracias, Mario. Si tú te has emocionado, imagínate yo. Vuelvo a repetir que solo viví seis años en La Quinta, pero por todo lo que significa, ese lugar es muy especial para mí y mi familia. Un día hice recuento de los familiares que llegamos a vivir ahí y me salieron veintitantos. Claro que solo mis tíos Luisa, Tomás y su prole ya eran casi la mitad. Incluso fíjate, y ahora solicito también tu ayuda, mi padre tuvo un íntimo amigo llamado Nicolás que también vivió en el barrio y al parecer, ocupando una de esas cuevas en las que algunas personas vivieron. ¿Tienes idea de este Nicolás? Te cuento que su esposa se llamaba Eusebia y tuvieron dos hijos llamados Marco Antonio y Eduardo (por mi padre, que fue su padrino). La historia de Nicolás y mi padre es una historia de amistad que duró hasta la muerte de ambos, primero mi padre y años después Nicolás. Nicolás trabajó en el Metro de Madrid hasta que tomó la decisión de emigrar, primero a Suiza y luego a Francia (Burdeos) donde terminó sus días. Con sus hijos y nietos mantenemos la misma amistad que mantuvieron nuestros padres. Te pregunto por Nicolás por aquello de las viviendas-cueva en las que quiero recordar que vivió.
    En cuanto a lo demás, muchas gracias por la información que me das sobre mi tía Luisa y mi abuela Antonia, que efectivamente iban juntas al cine, así como mi madre también. El cine en aquella época era una gran distracción. Mi madre nos llevaba al Covadonga, al López de Hoyos, al Morasol...y alguno más que ahora no recuerdo.
    Gracias también por esas pinceladas sobre mi tío Tomás, que efectivamente era peluquero, ese fogón de la casa de ellos que servía para resguardarnos del frío (trato de visualizarlo) y sobre la abuela de Pablito Calvo, «la sostenes». ¡Qué gracia! Digna de un personaje de película.
    ...También por aclararme que el patio de la señora Paula no tenía nada que ver con la casa de mi abuela Antonia.
    ¡Eres una fuente genial de información! Que así siga siendo.
    Gracias, gracias, gracias...a ti y a Ricardo, que nos une.
    Un abrazo,
    Nono

    ResponderEliminar
  106. Buenas noches, Juan Antonio y amigos de la Quinta:

    Nono, siento no poderte dar noticia de ese amigo de tu padre llamado Nicolás.
    Estos días he pensado que poco a poco podríamos tratar de hacer un librito sobre la Quinta de la paloma.
    Cuáles son las primeras noticias que se tienen del barrio?
    La fábrica de Lasical, cómo sabéis ya estaba allí por los años veinte más o menos. Y en ella trabajaban bastantes vecinos, cuatro vivían en el singular patio de la señora Paula, dos en la Casa Alta, etc. Vivían, que yo conociera, tres guardías, el panadero, policía municipal, y tres guardías civiles, uno era el marido de la practicante, otro, guardia civil jubilado y su hijo Eduardo, también guardia civil, que por cierto, mi padre le cambiaba la cartilla de racionamiento del tabaco, no fumaba, por un riquísimo chusco, pan candeal... Yo conocí el barrio tal como se ve en la fotografía aérea, pero en primavera, verano e invierno..., la documentación gráfica es muy importante. Pero ya contaré, como diría el poeta, "Cuanto sé de mí". Un abrazo. Mario

    ResponderEliminar
  107. Llevo varios días que me acuesto tardísimo leyendo y releyendo todo lo que habéis escrito.Y hasta sueño con la señora Antonia,tu abuela,Juan Antonio. Por las noches del verano nos sentábamos a la puerta de su casa: Pili, la madre de Gloria y la señora Amelia, madre de Tinín y Maritere, y chicos y chicas, Basilio,tu madre o alguna tía, vecina o vecino, depende del día y de la hora. La que más historias contaba era Pili,y digo Pili y no Pilar, porque era muy madraza conmigo. Pili a veces nos contaba historias, era una buena narradora, un tanto fantásticas y la señora Antonia decíaa:"no puede ser". Buenas noches a todos. MARIO

    ResponderEliminar
  108. Mario, he estado unos días de viaje y por eso no he podido responder a tus últimos comentarios. Lo hago ahora dándote las gracias por el interés que te tomaste respecto a Nicolás, ese amigo de mi familia del cual te pedí información. No te preocupes, trataré de hablar con sus hijos, sobre todo el mayor, que igual se acuerda de algo.
    También quiero darte las gracias por el cariño con el que tratas a mi abuela Antonia. Cuando murió yo tenía 18 años y desgraciadamente no tengo tantos recuerdos, pero sí me consta que la socarronería y el buen humor eran parte importante de su personalidad. Es curioso, porque tanto mi padre como mis tíos y tías hijos de mi abuela lo fueron o lo son también. Es como un sello propio de los Díaz Medina.
    ¡A ver si poco a poco vamos pergeñando ese librito de la Quinta!
    Por cierto, no me respondiste a la pregunta que te hice acerca de tu colaboración en la revista Sobremesa.
    Un abrazo para ti y todos los «quinteros»,
    Nono

    ResponderEliminar
  109. Juan Antonio, hoy estoy un poco malito. Como te dije, ya nos pondremos en contacto, pero respecto a lo de Sobremesa tengo que decirte que siempre he trabajado en el mundo editorial, y esa historia de la Quinta guardada en mi memoria y en un poema de juventud, se la enseñé a un amigo de esta revista y me la publicaron. En esa casita humilde en que viví en la calle de los Tres Ochos había un armario acristalado, la biblioteca de mi padre, que todavía conservo llena de libros en mi domicilio. He escrito en otras revistas de literatura, pero en Sobremesa sólo lo de la Quinta. Mi padre en los años cincuenta leyó y corrigió muchas galeradas para una importante editorial en la mesita de la cocina. Buenas noches a todos. Mario

    ResponderEliminar
  110. Algunos quinteros de los años 1955 a 60.
    -Gerardo Nicolás, vivió en Pilar González, 4.Guardia Civil.
    -José Herrera, vivó en Pilar González, 21.
    -Juan Maello; Jesús Torollo y Amparo García, en J. Romay, 12.
    -María y Carmen Cachón, podían ser hijas de Agustín, en J. Romay 23
    -Josefa Conde Rodríguez, hija de Marcos y Manuela.
    -Guillermo y Santiago Robles, su padre era panadero.
    -Ángel, Mari Cruz, Paco García y varios hermanos más, hijos de Arsenio, pudieron vivir en J. Romay, 32.
    La numeración de las fincas es un poco confusa, pues debió de haber varias numeraciones en esa época.
    Migueli.

    ResponderEliminar
  111. ¡Muchas gracias, Migueli! No me suena ninguno de esos nombres (es obvio, nací justo en 1955), pero es muy interesante el listado.
    Aprovecho también para seguir agradeciendo a Mario toda la información que nos está dando (lo de Sobremesa en especial) y desearle una pronta recueperación. ¡Que tenemos que seguir con los recuerdos «quinteros»!
    Un cordial saludo a ambos,
    Nono

    ResponderEliminar
  112. La Quinta de la Paloma, que recordamos con tanto cariño y que idealizamos y tendemos a olvidarnos de lo “malo”, era un suburbio olvidado, sin agua, sin servicio, salvo algún maloliente pozo negro. Para todo el barrio, solo había dos fuentes, cuyo chorrito de agua era a veces como un cordelillo, lo que hacía esperar horas a que te tocara, así que se dejaban allí los cubos, barreños, cántaros, garrafas y botijos, solos, como abandonados, formando una larga cola de cacharros, y nuestra experiencia nos decía cuándo más o menos teníamos que ir a ver cómo iba la cosa.
    En tiempo de lluvia se formaban unos barrizales que nos obligaba a llevar botas casi de “pocero”, de tal manera que si ibas al cine o algún sitio fuera del barrio tenías que llevar los zapatos en una bolsa para cambiarte, y después, bien esconder las botas en algún lugar, o bien meterlas en la bolsa de “deporte” y cargar con ellas todo el tiempo. Recuerdo que hasta los años cincuenta y tantos no pusieron algunos puntos de luz en las calles, y por la noche había una obscuridad de película de miedo. El agua sucia y los orines y demás se tiraban en las calles.
    El 21 de diciembre de 1959 viene el presidente Eisenhower a España y la euforia franquista es notoria, todas las calles por donde iba a pasar se engalanan con laureles, fotografías y “wellcomes”. Aterriza en la base de Torrejón (base norteamericana desde 1953) y se dirige a Madrid con su comitiva de cochazos para nosotros nunca vistos, lo que nos atrae a toda la chavalería del barrio a asistir al espectáculo, pues pasaba por el puente de la pista de barajas que cruzaba por encima del arroyo Abroñigal, lugar privilegiado para ver, a la parte izquierda, cientos de chabolas miserables levantadas por los inmigrantes que venían huyendo de la miseria de Extremadura, Andalucía, Castilla y otros lugares buscando “algo mejor”, y a la otra parte se encontraba la Quinta de la Paloma, y las cuevas, donde vivía la señora Antona, la que rifaba los pasteles por nuestro barrio, el sereno de la Quinta, y el amigo de Eduardo, que su hijo anda buscando alguna noticia sobre él. Pues bien, aunque el coche de Eisenhower iba despacio para ver aquellas gentes, unas curiosas y otras llevadas, el presidente no vio la Quinta, pues aunque parezca INCREÍBLE, días antes habían llegado a estos barrios camiones cargados con ladrillos y viguetas de cemento, con decenas de obreros que en poco tiempo construyeron unos altos muros de más de dos metros de altura, a modo de murallas, para que no se viera ese paisaje de la España que no salía en el Nodo.
    Me gustaría dedicar estos recuerdos a todas las mujeres de la Quinta, entre las que están: Remedios, mi madre; la señora Antonia, que me cuidó; Marcela, madre de Nono; Pilar y sus hijas, Gloria, Inés y Elena; Amelia, madre de Tinín; Luisa, en cuya cocina me calentaba en invierno; la señora Antona, y a ti también... a todas. MARIO

    ResponderEliminar
  113. Impresionante, Mario. A pesar del desolador panorama que describes, tengo que darte las gracias no solo por recordar una vez más cómo era ese fantasmal barrio conocido como Quinta de la Paloma, sino muy especialmente por el recuerdo que haces a algunas de sus mujeres, entre las que se cuentan mi madre, mi abuela Antonia y mi tía Luisa. Hoy nos resulta inconcebible imaginar cómo era la vida hace sesenta o setenta años, pero no solo en la Quinta sino en la gran mayoría de barrios madrileños, el paisaje no debía de ser muy diferente al que describes. Esos altos muros de más de dos metros de altura que impidió que Eisenhower pudiese contemplar las vergüenzas de aquel Madrid franquista, miserable y empobrecido, se me representa en mi mente como algo difícil de digerir. Yo era muy niño por entonces y solo recuerdo que mi casa, de apenas 15 metros cuadrados, construida ladrillo a ladrillo por mi padre y mi tío Basilio, no tenía agua y posiblemente ni luz, que no llegó hasta los años cincuenta y tantos, tal como sostiene Mario. También recuerdo que la calle de los Tres Ochos, una calle en cuesta al final de la cual estaba mi casa, era un reguero de agua y barro cuando llovía, no quiero imaginar los problemas de la gente que vivía en las casas de abajo...recuerdo también las colas que se formaban en torno a las fuentes...¿cómo idealizar ese paisaje tan deprimente? Me pregunto también, ¿cómo sería la vida de los inmigrantes que venían a Madrid huyendo de la miseria y se encontraban con un panorama como el que ha descrito tan certeramente Mario? Da escalofrío pensar que el cambio supusiese una sustancial mejora en su nivel de vida. Cada vez que paso con el coche por la M-30 a la altura del lugar donde estuvo la Quinta, no puedo evitar echar una mirada y pensar en mí, en mi familia y en todas las familias que vivían en la miseria, sí, pero que ilusamente se conformaban porque no tenían la sensación de que esa miseria fuese vergonzante y porque en el fondo sabían o intuían que había gente que todavía vivía peor. ¡Qué pena!

    ResponderEliminar
  114. Amigo Nono: Hace unos años cuando vi este blog, guardé una foto de la Quinta, concretamente en la que está Basilio Díaz, tu tío, lavándose los pies en la calle de los Tres Ochos, núm. 5, justamente a un metro del lugar por donde se entraba a mi casa. Y un día se la enseñé a mi hija, doctora en medicina, y le dije lleno de orgullo: “en este barrio, justamente donde está este chico lavándose los pies viví yo”, y me dijo: “si parece las Hurdes”, y me enfadé para mis adentros. Porque yo recordaba, y recuerdo, aquellos campos de trigo, mecidos por el viento, que cubrían los cerros y lomas hasta la misma iglesia de San Juan Bautista. Y los tejares de ladrillo rústico, y los hornos donde se cocían los pucheros y cazuelas de barro. Y la vaquería del señor Paco, donde yo me colaba hasta los mismos pesebres. Y, ¡oh, maravilla!, tenían una fuente que con un hilito de agua que, abierto día y noche, al final conseguía llenar un gran pilón para dar de beber al ganado.
    Ahora recuerdo que algunas veces su hijo Lázaro me dejaba que fuera con él en un robusto carro tirado por un enorme caballo a repartir leche más allá de Diego de León “a casas con ascensor y portería”. Ya he contado que con el señor Inocente también fui con un carrito y un borriquillo a repartir carbón al barrio Salamanca, que lo subía hasta la misma cocina. Ni que decir tiene que yo observaba aquellas casas con cierta admiración, pero prefería mi barrio.
    No os he dicho que yo era un niño negado para al fútbol, sin ninguna habilidad, por eso siempre me asomaba a vaquerías, carbonerías, alfares, huertas, canalillos... Un abrazo a todos los “quinteros”. MARIO

    ResponderEliminar
  115. Quinta de la Paloma,
    yo sé que hubo trigales
    en tus cerros,
    que como un mar verde
    de suaves olas
    mecidas por el viento
    traen a mi memoria
    los nombres de los niños
    de mi infancia,
    de sus padres, sus abuelos
    y sus oficios, sus sonrisas
    y su fatiga del duro trabajo cotidiano.
    Y el frío de las sábanas nocturnas
    templado por las madres
    con un ladrillo calentado
    al fuego de la lumbre.
    Calle de los Tres Ochos,
    sube empinada hacia lo alto,
    y en el número 5:
    mis padres, José y Remedios,
    y mis vecinos, Antonia, Pili, Amelia...
    Basilio, Tinín, Inocente, Gloria...,
    y más arriba el fogón inolvidable
    de Luisa, cuyo calor generoso
    todavía me acompaña en días de frío,
    y al final de la calle,
    Marcela y Eduardo y sus chavales.
    MARIO



    ResponderEliminar
  116. ¡Sin palabras, Mario! Tu último comentario y el poema que dedicas a la Quinta y a la calle de los Tres Ochos, me deja tan impactado que no acierto a emitir más palabras que ¡muchísimas gracias! Estás consiguiendo que reviva en mí un sentimiento que creía muerto, o, cuando menos, dormido, el sentimiento de sentirme orgulloso de haber nacido en esa bendita calle y de volver a vivir, como dijera Marcel Proust, rodeado del alma de nuestros antepasados. El recuerdo que tengo de esa calle, ya lo he escrito muchas veces, es de ser una calle maltratada por la naturaleza y la época, que no daba para más, pero a partir de ahora también la recordaré con esos «trigales en sus cerros, que como un mar verde de suaves olas eran mecidas por el viento». De todo corazón, muchas gracias. Recibe un fuerte abrazo mío y de toda mi familia, viva o ausente.

    ResponderEliminar
  117. Sobre el nombre de la calle de los Tres Ochos.
    En el primer congreso de la Internacional de Trabajadores (1866), se plantea la reivindicación de “los tres ochos”: 8 horas de trabajo, 8 horas de esparcimiento y 8 horas de sueño reparador; constituyéndose en ese entonces en una de las principales banderas del movimiento obrero. Para esa fecha la jornada de trabajo era entre 12 y 16 horas diarias. En 1919 se implanta en España la jornada laboral de 8 horas (al menos teóricamente) tras la huelga de 44 días en Barcelona de La Canadiense.
    ¿Pero cuándo se puso este nombre a la calle y cómo siendo los TRES OCHOS una consigna de la “izquierda revolucionaria” se mantuvo tal cual en el franquismo? El cuándo no lo sé, pero quizá el que se mantuviera fue que el cartel de la calle, como se puede ver en la pared de la vaquería, ponía Tres 888, o sea Tres ochocientos ochenta y ocho. ¿Se mantuvo por inercia, ignorancia o por los arábigos 888? (Véase la foto núm. 30 del Álbum del blog.)
    Ya comentaré otro día que por los primeros años de los cincuenta las calles de la Quinta todavía no tenían nombre oficial con la placa típica del Ayuntamiento, y que yo recuerde con ninguna otra. MARIO

    ResponderEliminar
  118. ¡Muy bueno, Mario! Siempre quise saber por qué se llamó calle de los Tres Ochos. Tu hipótesis es tan sensata y romántica que me encantaría fuese cierta, pero mucho me temo que los señores franquistas, aun siendo todo lo ignorantes que debieron ser, no pondrían jamás el nombre de una calle a una histórica reivindicación del movimiento obrero internacional.
    En cuanto a esa foto de la vaquería en la que están mi madre y mis tías Antonia y Manolita, efectivamente pone un tres y a continuación 888, pero creo que esto tampoco demuestra nada. Es el mismo caso de las famosas botas de vino de «las tres Z.Z.Z. de Pamplona».
    En fin, ojalá fuese cierta tu hipótesis y que por inercia (que no ignorancia) se hubiese mantenido el nombre. Al fin y al cabo «era una calle cualquiera de un barrio cualquiera en la que solo vivían cualquieras», gente sin derechos, condenados de la tierra, que diría Fanon.
    Espero impaciente tu próximo comentario, pues seguro nos desvelará jugosos detalles sobre la historia de la Quinta.
    Un cordial saludo para ti y todos los quinteros que nos sigan.
    Nono

    ResponderEliminar
  119. Gracias Nono por tus siempre amables e inteligentes comentarios. Si bien el significado del nombre de la calle de los Tres Ochos, creo que es el que expuse. Lo que quizá no expresé bien fue el porqué permaneció este nombre durante el franquismo. Tenía que haber recordado que también se mantuvo en Madrid el de las céntricas calles de la Libertad y de la Amnistía. Cuyos nombres unidos se convertirían en el grito de muchos manifestantes contra la dictadura: ¡Amnistía, libertad!, ¡Amnistía, libertad!... Pero ¿quién puso y cuándo el nombre a nuestra calle? Según mi información debió de ser durante los primeros meses de la guerra civil. Cuando yo era un niño siempre oí decir a alguna persona informada que ese era el origen del nombre de la calle. Por otra parte, en la Hemeroteca Nacional encuentro la noticia de que en agosto de 1936, en el restaurante de La Bandera, de la Quinta de la Paloma, se da un banquete al Batallón núm. 12, llamado Largo Caballero, formado por las milicias de la Quinta de la Paloma. ¿Lo pusieron ellos? MARIO.

    ResponderEliminar
  120. El agradecimiento es mío, Mario, por sacar a la luz la historia del nombre de la calle de los Tres Ochos que me vio nacer. Ya no tengo la menor duda de que en ese banquete celebrado en La Bandera en honor del Batallón número 12, llamado Largo Caballero, se impuso ese nombre a la calle. Como diría aquel, «me llena de orgullo y satisfacción» saber que nací en una calle que lleva tan honroso nombre. Libertad, Amnistía y Tres Ochos. Un saludo.

    ResponderEliminar
  121. La carbonería de señor Inocente, nuestra carbonería de la Quinta, tenía un cartel bien visible en letra de imprenta que advertía: “HOY NO SE FÍA, MAÑANA SÍ.” La primera vez que lo leí era muy niño y no comprendí qué quería decir, pero como todo el que entraba por primera vez en compañía de otra persona, el “más listo” enseguida se lo explicaba al otro, terminé enterándome.
    La carbonería estaba junto al merendero, pista de baile, restaurante, conocido por todos como “La Bandera”, aunque entre las dos mediaba la peluquería y la casa de la practicanta. A continuación de la carbonería estaba la casita de las dos hermanas, de más de sesenta años, que vendían chucherías, y después, una puerta de hierro de dos hojas que daba acceso a un patio muy limpio en el que tenían gallinas donde mi madre compraba huevos frescos para mí cuando estuve enfermo del pulmón. Y aquí en la vivienda de este patio fue donde apareció la primera televisión del barrio, mucho antes que la comprara la señora Antonia como nos dijo Gloria, pues el hijo de este matrimonio era técnico de televisión. Cuando había toros, generosamente dejaban entrar a verlos a algunos vecinos, y otros, como era un piso bajo con amplia ventana lo veían desde fuera. Allí recuerdo que estaba el señor Inocente y el peluquero entre otros. Y siguiendo por esta mano se encontraba una pequeña fábrica de viguetas de cemento armado que tenía una gran actividad.
    De esta calle nunca supe su nombre aunque en ella, además de los establecimientos citados, estaba la tienda de comestibles y la taberna, la frutería, la panadería, una vaquería, una de las fuentes, y al final otro baile merendero, taberna, es decir, “Sotero”
    Pero yo quería haber hablado más de la carbonería, en la que entraba como si fuera mi casa, pues el señor Inocente era mi vecino en la calle de los Tres Ochos y su hijo Tinín era más o menos de mi misma edad. Me gustaría saber algo de Tinín. ¿Alguien puede darme noticia? MARIO

    ResponderEliminar
  122. Buenos días: Evocador, como siempre, Mario. Muchas gracias. Preguntas por Tinín...en mis escasos seis años de vida en La Quinta, tengo el recuerdo de haberle tratado bastante. En alguna ocasión he contado que gracias a él me aficioné al fútbol. Los leves recuerdos que conservo me llevan a unos terrenos cercanos al barrio donde practicábamos ese deporte y Tinín siempre aparece como mentor. Lo último que sé de él es que vive en Coslada. Lo sé porque aquí también vive mi hermano y parece ser que de vez en cuando se encuentran.
    En cuanto a esa peluquería que mencionas, tengo también otro recuerdo de cuando era niño. Parece ser que en cierta ocasión «desaparecí» de mi casa. Mi madre no sabía dónde me encontraba y se volvió loca voceando y preguntando por mí. No hubo manera, hasta que por fin dí señales de vida. Según parece, le había oído decir a mi madre que necesitaba cortarme el pelo, así que ni corto ni perezoso emprendí el camino de la peluquería y ahí me presenté para que me lo cortaran. Cuando mi madre me vio volver a casa y antes de que la emprendiera a zapatillazos conmigo, le enseñé el corte de pelo y con un lenguaje ceceante le expliqué los motivos de haber obrado por mi cuenta. Ahí se acabó el enfado, mi madre no tuvo más remedio que reirse. Lo que no sé es qué peluquería sería, por eso quiero preguntarte, Mario, si puede que fuese esa que tú mencionas u otra que estuviese más alejada de mi casa.
    Otro día contaré cómo me aficioné al boxeo y qué poco duró la afición.
    Un cordial saludo para todos los «quinteros»,
    Nono

    ResponderEliminar
  123. Buenas noches:
    Gracias Nono, gracias a ti también Ricardo por hacer posible que a través de estas "Historias Matritenses" podamos escribir nuestros recuerdos y ponernos en contacto. Nono y yo quedamos un día y fue muy bonito. Preocupado por la poca participación de las gentes le pregunté a Ricardo y me dijo que sí participaban pasivamente,es decir que sí había un buen número de lectores. Los años pasan y como dijo Jorge Manrique: " La vida son los ríos que dan a la mar..." Pues bien antes que muchos de nosotros estamos ya sólo en el reuerdo, os propongo que como en un bonito cuento quedemos un día Nono, Tinín, los del núm 5 de la calle de lo Tres Ochos y todo el que quiera participar como homenaje a nuestros mayores, como Antonia,Remedios,Pilar, Amelia, Josefina, Marcela, Luisa, Eduardo,Atonio,Inocecte, José,el señor Paco de la vaquería y muchos más, todos...MARIO

    ResponderEliminar
  124. Anoche en el comentario anterior hay una errata, aunque creo que se entiende. Donde dice "muchos de nosotros estamos ya", debe decir: "muchos de nosotros estemos ya". Bueno, es que escribir en la tableta no se me da muy bien.
    Nono, yo no tengo noticia de que hubiera otra peluquería. Ya con dieciséis años, en 1962, recuerdo que le pedía que me cortara el pelo a cepillo, cepillo, pues él me decía que si no prefería mejor a "lo parisién", que era el pelo peinado hacia atrás, un poco corto, según él. Buenas noches a todos. MARIO

    ResponderEliminar
  125. Buenos días: Me parecería fenomenal quedar para honrar a nuestros mayores «antes de que muchos de nosotros estemos solo en el recuerdo» (se entendió, Mario). Apoyo incondicionalmente la propuesta, pero mucho me temo que no íbamos a ser un número suficiente. No veo por aquí tantos nombres ni tanta participación (ni activa ni pasiva) como para ser optimista, pero la propuesta me gusta y, como digo, la apoyo con entusiasmo.
    Por cierto, anteayer hablé con mi hermano y le pregunté por Tinín. Parece ser que ya no vive en Coslada. Su madre falleció y ha vuelto a la casa materna del barrio de San Juan Bautista. Esto es lo que me dijo mi hermano Eduardo.
    Gracias, también, Mario, por la aclaración de la peluquería. Quiere esto decir que esa fue en la que me «perdí» para cortarme el pelo, seguramente a «lo parisién», pues así es como siempre he llevado yo el pelo, peinado hacia atrás, un poco corto. En los últimos años, bastante más corto que peinado, ¡ay!
    Un saludo para todos los quinteros y a ver si cunde el llamamiento de Mario. ¡Ojalá!

    ResponderEliminar
  126. Buenos días: Me parecería fenomenal quedar para honrar a nuestros mayores «antes de que muchos de nosotros estemos solo en el recuerdo» (se entendió, Mario). Apoyo incondicionalmente la propuesta, pero mucho me temo que no íbamos a ser un número suficiente. No veo por aquí tantos nombres ni tanta participación (ni activa ni pasiva) como para ser optimista, pero la propuesta me gusta y, como digo, la apoyo con entusiasmo.
    Por cierto, anteayer hablé con mi hermano y le pregunté por Tinín. Parece ser que ya no vive en Coslada. Su madre falleció y ha vuelto a la casa materna del barrio de San Juan Bautista. Esto es lo que me dijo mi hermano Eduardo.
    Gracias, también, Mario, por la aclaración de la peluquería. Quiere esto decir que esa fue en la que me «perdí» para cortarme el pelo, seguramente a «lo parisién», pues así es como siempre he llevado yo el pelo, peinado hacia atrás, un poco corto. En los últimos años, bastante más corto que peinado, ¡ay!
    Un saludo para todos los quinteros y a ver si cunde el llamamiento de Mario. ¡Ojalá!

    ResponderEliminar
  127. Es que, amigo Nono, muchos ya sólo están en el mar de los recuerdos. Y otros no padecen esta añoranza, esta nostalgia que sentimos nosotros. Recuerdo que hace unos meses me encontré con un señor que fue conmigo al colegio Simancas, en el que comencé el bachiller cuando vivía en la Quinta. Colegio situado en la esquina de Alfonso XIII con López de Hoyos. Y con el que jugué por cerros y cuestas de Lasical. Pues bien, después de sesenta años me pareció él y le pregunté emocionado: Eres x, te acuerdas de ...? Y dijo sí, pero ni se inmutó. Él vivía en el primer piso de una casita con agua corriente, creo que al principio de la cuesta Queremón. Pero lo de este encuentro que propongo confío en ti. Terminemos con la frase que seguro que la suscriben los señores de este blog. ¡Lo hizo porque no sabía que era imposible! MARIO

    ResponderEliminar
  128. Hola Nono y Mario. Sigo con interés vuestros comentarios, así que si alguien de la Quinta los lee imagino que estará disfrutando con vosotros.
    Tengo información relativa a los tres ochos, pero a medio acabar.
    Por supuesto que he pensado en hacer alguna reunión con vecinos de la Quinta, pero los frentes me sobrepasan. Ni os cuanto un día que estuve en el centro de la tercera edad de San Juan Bautista, hay muchos mayores que estaban encantados con lo que hacíamos y eso que solo les enseñé una mínima parte con el móvil.
    Lo ideal sería pedir un local en el centro de SJB, y anunciarlo en el bar que hay allí.
    Ya hablaremos de ello.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  129. Buenas noches, Ricardo, sólo unas palabras para decirte que hoy lunes a eso de las 5,30 de la tarde escribí un comentario, se publicó y lo vi publicado y ahora ha desaparecido. Mario

    ResponderEliminar
  130. Hola Mario, ya esta resuelto. El problema es que Blogger Google toma algunos comentarios por Spam, aplican unas reglas pero vete a saber cuales son. Como administrador recibo la notificación de la publicación pero posteriormente (en breve tiempo) son reclasificados como Spam y por tanto no visibles.
    Siento las molestias.

    ResponderEliminar
  131. Por ti Nono, nieto de Antonia, hijo de Marcela y de Eduardo, me entero que ha muerto la madre de Tinín. La señora Amelia, que como muchas de las mujeres de la Quinta forman parte de ese santoral laico.
    Amelia hacía las labores de su casa, cuidaba a sus hijos, y trabajaba en la carbonería. La recuerdo cortando hábilmente con el hacha las resinosas teas que daban a la carbonería, nuestra carbonería, un aroma a campo de pinos. Siempre me viene a la memoria su sonrisa y su mirada de ojos azules. No se me olvida aquel frisuelo, tan rico que me diste, cuando yo observaba, muy niño, tu cocina por la ventana abierta. Amelia, con Remedios, Antonia, Marcela, Pilar, Luisa y otras madres, que aunque no las nombre, también están en mi santoral de mujeres de la Quinta. MARIO



    ResponderEliminar
  132. Os añado algún dato de la calle de los Tres Ochos: Hay noticias de que en 1908 ya existía el ventorro de los Tres Ochos en el lugar, pero lo más importante era el Tejar de los Tres Ochos, que estaba en funcionamiento en 1913 en la Quinta.

    ResponderEliminar
  133. Muchas gracias Ricardo,tenía conocimiento de que el nombre de la calle era más antiguo,pero por tu explicación lo doy por confirmado,gracias de nuevo.
    Un saludo de G.M.P

    ResponderEliminar
  134. A ver si acierto,la jornada laboral de 8 horas se instalo en España a partir del 1 de OCTUBRE de 1919,las pancartas de las manifestaciones obreras reclamaban 8 horas de trabajo,8 horas para dormir y 8 horas para el asueto del trabajador,¿puede derivarse d aquél logro el nombre de la calle?,yo creo que sí.
    Un saludo para todos de G.M.P

    ResponderEliminar
  135. CIERTO ES TAMBIÉN,que las manifestaciones por dicha cuestión se remontan a mediados del siglo XIX,por todo el mundo,también aquí en España.No os canso más,un saludo de G.M.P

    ResponderEliminar
  136. Puede ser Gloria, de hecho así está admitido en todos los círculos que estudian Madrid. Quizás aquel primer ventorro que tomó el nombre hacían referencia a las 8 horas de asueto. Según dice la noticia era un merendero del barrio de Prosperidad.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  137. A todos, hombres y mujeres de la Quinta de la Paloma quiero deciros que seguís vivos en mi recuerdo. Me gustaría nombraros a todos, me gustaría sí, hacer pequeñas semblanzas de todos y cada uno de vosotros. Al menos ese es mi deseo.
    Estos días he estado releyendo todo lo escrito por muchos de vosotros en Historias Matritenses. Y tu libro de Canillas, Ricardo, y el de Prosperidad, de Enrique Rojo.
    En la fotografía de la cubierta de este libro de la Prosperidad me ha parecido que está mi vecina Pili, madre de Gloria (G.M.P.). ¿Me lo podías confirmar? Como sabéis todos los que vivimos en la Quinta por estos años, el Cerro de la Cabaña, el Ventorro, la Prosperidad, Ciudad Lineal, la colonia Ibarrondo, la colonia el Mahou… eran barrios muy ligados a nosotros, por los cines, por el mercado, por el comercio, y por la aventura que suponía a los chavales recorrer esos otros mundos.
    Para terminar quiero comentaros que a lo largo de los años he ido acumulando papeles, libros, folletos, etc., relativos a la Quinta y sus calles y sus gentes. Era entonces un proyecto de lectura que hoy he empezado a organizarlo y a leerlo con pasión. Buenas noches a todos. Y un abrazo a Nono. Mario

    ResponderEliminar
  138. Hola Mario,esa Sra.,no es mi madre,en este blog se respira un gran respeto hacía todas las personas y espero que siga así,me parecería normal que me contaras cosas del barrio,pero sus gentes y sus historias son de cada familia.
    Yo podría contar bastantes barrabasadas de todo el mundo,pero me mantengo en la ética de la corrección(por sí acaso),como bien dices en uno de tus comentarios.
    A parte de intercambiar Tebeos cuando eramos pequeños ,no tuve un gran contacto contigo,pertenecías a otros grupos que no tenían nada que ver con los míos,un saludo para todos de G.M.P

    ResponderEliminar
  139. Quiero agradecer en primer lugar a Ricardo como creador de este blog el poder escribir y leer en él sobre nuestra Quinta de la Paloma, y decirle también que su libro de Canillas me ha aportado muchas cosas que no sabía, a la vez que estimulado a seguir buscando noticias escritas sobre nuestro barrio y los colindantes.
    También quiero agradecer a Nono sus amables comentarios, que me estimularon a seguir escribiendo.
    La memoria a veces nos traiciona, y creemos reconocer a alguien que conocimos hace más de cincuenta años, en una foto o incluso por la calle. No creo que esto le haya molestado a Gloria.
    Quizá a lo que se refiere Gloria es concretamente a lo que escribí en el comentario anterior y que pongo a continuación entre comillas: “Me gustaría nombraros a todos, me gustaría sí, hacer pequeñas semblanzas de todos y cada uno de vosotros.” Pues bien, cuando digo “semblanzas” no me refiero a breves biografías de mis antiguos vecinos. Lo que quise decir sería, más o menos,“ palabras elogiosas, recuerdos amables”. Gloria, a ti y a tu familia os recuerdo como buenas personas, buenos vecinos. Mi padre, el señor José, siempre nos elogiaba a tu padre, el señor Antonio. Tu madre, la señora Pilar siempre me decía algo cariñoso cuando de niño pasaba junto a la ventana de su cocina , abierta para que se marcharan los humos, paso obligado para ir a mi casa. Tus hermanas, Elena e Inés, dos buenas chicas, también permanecen en mi memoria. Y, también recuerdo a tu abuelo materno, cuando iba por allí a ver a su familia. Para Gloria y quinteros todos, ¡¡ un cordial saludo!! MARIO


    ResponderEliminar
  140. Mil gracias Mario y Glora por vuestros comentarios. Ellos contribuyen a enriquecer la memoria de la Quinta y otros barrios aledaños. El blog está abierto por si queréis publicar algún artículo, estoy seguro que los vecinos de antaño os lo agradecerán.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  141. Buenas noches a todos. Me gustaría comentar algunos temas sobre nuestro barrio, uno de ellos lo llamaría "el exilio interior", denominación ya acuñada y del que en el ABC de hace unos años podemos leer un artículo interesante.
    Mi padre fue uno de esos exiliados de la Quinta. Un republicano que me enseñó a ver en este barrio cosas que yo no veía. Que me enseñó a respetar y a querer a las gentes por encima de su forma de pensar o condición social. Pero no quiero tampoco salirme del "guión" del blog. Buenas noches y gracias por brindarme este lugar que leo y releo todos los días. Un saludo muy especial a Ricardo y a Nono. Mario

    ResponderEliminar
  142. Buenos días a todos. Llevo un tiempo que estoy un poco desligado del blog. A mi pesar, por supuesto, porque seguirlo, leerlo y, a poder ser, escribir en él, es algo que me encanta. Pero por razones de trabajo y de otra índole, lo tengo últimamente abandonado. Hasta hoy, que me he podido meter de nuevo y leer los últimos comentarios de Mario, de Ricardo y de Gloria. Es curioso, porque de los tres al único que conozco personalmente es a Mario. A Ricardo todavía no le he puesto cara (también a mi pesar), aunque hemos tenido mucho contacto y «hablado» e intercambiado tantos comentarios e información, que es como si le conociera de toda la vida. A Gloria tampoco la conozco personalmente, si por conocerla personalmente entendemos que nos hayamos podido tratar algo en los últimos años. Ella, me consta, conoció a muchos miembros de mi familia y obviamente a mí también, cuando era niño.
    Todo esto para decir que las aportaciones de Mario a esta entrada de la Quinta me parecen no solo sensacionales desde el punto de vista del conocimiento que tiene del barrio de La Quinta, lo cual ha supuesto para mí un maravilloso descubrimiento de muchas cosas que ni sabía ni podía imaginar que algún día iba a saber, sino que siempre lo ha hecho desde el respeto y la buena educación. Por más que he leído y releído sus últimos comentarios, no he encontrado nada que haya podido suponer ofensa o falta de respeto a nadie. No entiendo, por tanto, la reacción de Gloria. Igual es que me perdí algo o que no he sabido leer entre líneas, pero me parece que todas las aportaciones de Mario tienen el único sentido de contribuir a un mayor conocimiento de ese tan querido barrio de La Quinta de la Paloma, lugar de nacimiento tanto mío como de mis tres hermanos, y esto para mí son palabras mayores. Amén de que fue el barrio en el que vivió lo más querido de mi familia.
    Un cordial saludo para todos.

    ResponderEliminar
  143. Para una sociología de la Quinta: “Noticias de un niño obrero, que vivía en la Quinta de la Paloma”. Con catorce años, al tocar el viejo despertador a las cinco y media, me levantaba corriendo para coger el TRANVÍA 40 a eso de las 6 de la mañana en la parada Alfonso XIII (Ciudad Jardín), casi esquina con López de Hoyos. Salía de mi casa de la calle de los Tres Ochos y bajaba corriendo la calle, cruzaba el arroyo Abroñigal y subía por la vereda que separaba las huertas del señor Ginés y de la señora Encarna, cruzaba el denominado popularmente el Barrio de la Humedad, luego el puente del Canalillo (canal de riego de Isabel II), y seguía otro trecho hasta cruzar López de Hoyos. En la parada, una mujer de la Quinta que iba a servir a unos señores de la calle Velázquez me saludaba, yo iba hasta la plaza de Iglesia, la parada más cercana de la calle Ríos Rosas, donde estaba la editorial Espasa Calpe, y donde trabajaba de aprendiz tipógrafo. A las siete menos cinco, todos en sus puestos, lo advertía una ronca sirena. Y allí conocí entre otros a José María de Cossío, al castizo Sainz de Robles, a Buero Vallejo y al poeta Ramón de Garciasol, que en su libro "Los que viven por sus manos” escribió el poema El aprendiz, y ese aprendiz era el niño de la calle de los Tres Ochos, vecino de la señora Antonia, de Amelia, de Pilar, de Josefina... Este contraste entre estos dos mundos me hizo observar con los ojos más abiertos nuestro querido barrio. Permitidme por último traer aquí unos versos de “El aprendiz”, en recuerdo de los que “Vivieron por sus manos” de nuestra Quinta de la Paloma.
    EL APRENDIZ
    Viene, va. Lleva pruebas, diligente.
    Está en las cajas mientras se le manda
    con papeles, recados, libros. Anda
    ensimismado el niño adolescente
    al borde de llorar por los talleres […]
    Un saludo a todos los quinteros. MARIO

    ResponderEliminar
  144. Muchas gracias Mario por tan entrañable y bien escrito relato.
    Un abrazo a todos.

    ResponderEliminar
  145. Sobre el colegio de la Quinta, llamado de los Patos, por el año 1953 y otros colegios.

    En primer lugar, gracias Nono, hijo de Marcela y Eduardo, nieto de Antonia que me cuidó de niño, sobrino de Basilio y de Luisa, por tus siempre afectuosos comentarios. Gracias Ricardo por darme la oportunidad de poder contar mis recuerdos ya tan lejanos. Y saludos también a Gloria y a todos los lectores de estas páginas.

    Recuerdo al maestro llegar en motocicleta, una guzzi, que venía de la zona cercana la la glorieta de Marqués de Vadillo. Los niños desde la edad escolar hasta los catorce años estábamos todos juntos, y bien juntos, pues apenas había espacio entre pupitre y pupitre, algunos estaban totalmente pegados. Entre los chicos, como es normal, siempre poníamos algún mote. Recuerdo con mucha nostalgia “al Cuchara”. ¡Tiempos de hambre! En 1953 los norteame-ricanos a cambio del apoyo político y económico a Franco instalan cuatro bases militares. Y a partir de ese momento nos “regalan” queso, mantequilla, y la leche en polvo, que se hervía con agua allí mismo en el colegio. Y, por si acaso, “el Cuchara” llevaba siempre su cuchara de mango corto en el bolsillo, no fuera a caer otra cosa, o quizá como amuleto. Este chaval vivía en una cueva del cerro, excavada en el terraplén, detrás de la vaquería de los Tres Ochos, frente a la “pista de Barajas”.

    Ora pro novis, ora pro novis, ora pro novisssssssssssss. Muchas tardes rezábamos el rosario, que se nos hacía interminable. Y cansados de la monotonía de estas letanías en latín que no sabíamos su significado y que repetíamos como loros, alargábamos la ese del “ora pro novisssss”, y el maestro con voz amenazante nos llamaba la atención, y a alguno le daba con la palmeta..., pero los chavales seguíamos con el “novissssssssssssssssss”, y entonces el maestro, indignado nos llamaba la atención con tanta fuerza, que enrojecía. Algunas tardes nos salvábamos del rosario y nos contaba con mucho drama vidas de santos mártires. Y otras, nos hablaba de los infiernos, del fuego eterno, de los castigos dantescos.

    Nuestro libro de lectura, después de la cartilla, se titulaba “Hemos visto al Señor”, ilustrado y con tapa dura. Yo tenía tantas ganas de tener aquel para mí bonito libro, que como ya sabía leer (me habían enseñado en casa) le dije a mi padre que me lo comprara sin que me lo hubiera dicho el maestro, pero cuando me lo vio en clase me regañó con acritud por haberlo comprado.

    Algunos días especiales nos formaba en el patio y subíamos con los brazos cruzados a la iglesia de San Juan Bautista. No sé si exactamente era una larga misa con sermón, o charlas para evangelizarnos. Pero nosotros éramos un “rebaño”, hijos de obreros que no tenían por costumbre ir a misa, salvo bautizos, bodas y entierros, rebaño difícil de apacentar y con muchas ganas de enredar, tanto es así que nos poníamos a jugar a los cromos detrás del confesionario, hasta que el cura, sin vernos, pero conociéndonos, nos llamaba y nos ponía de rodillas en los escalones cerca del altar.
    Pero un día mi padre, haciendo un gran sacrificio, me matriculó en un colegio de pago, “El Simancas” , situado en López de Hoyos, esquina a Alfonso XIII, donde uno de mis profesores sería el entonces joven José Luis Abellán, autor más tarde de “Historia crítica del pensamiento español”, y la señorita Mercedes, profesora de lengua, que me trató con gran ternura, en contraste con el maestro de la Quinta, y Don Ángel, que nos daba religión sin tantos infiernos.
    Pero para terminar tengo que decir que mi primer colegio no fue el de la Quinta. Empecé de parvulillo en un colegio de la “Prospe”, llamado Doña Pilar de la Mata, cuyo bello edificio de ladrillo de alfar sigue en pie, calle de López de Hoyos ,166, en el que está la iglesia de Santa Matilde. MARIO





    ResponderEliminar
  146. Yo, el niño llamado Mario, que vivía en la calle de los Tres Ochos, recuerdo perfectamente después de sesenta años cómo poco a poco empezó a cambiar el “paisaje” de la Quinta de la Paloma.
    El primer bocado o dentellada que sufrirían esos campos de trigos y huertas, alfares y norias, sería la “Pista de Barajas”, cuyo puente de varios ojos ya avisaba de la M-30.

    En los años 50, todavía en construcción la Avenida de América, para nosotros “Pista de Barajas”, contemplé admirado, a pie de obra, cómo echaban el asfalto, casi a pala, que a continuación iban aplastando con grandes y herrumbrosas apisonadoras de humeantes chimeneas e impresionantes rodillos de hierro, así como el hundimiento parcial del puente que salvaba el Abroñigal cuando estaba ya casi terminado.

    Como ya he comentado, siempre me ha gustado observar los viejos oficios, y en particular, los tejares y alfares, que como sabéis, por esta zona de la Quinta y su entorno eran abundantes desde tiempo inmemorial, bien de ladrillos y tejas, o pucheros, cántaros, botijos, tiestos, etc.

    Por aquellos años todavía estaba el tejar donde se hacían ladrillos situado sobre el mismo arrollo Abroñigal, frente a las huertas del señor Ginés y perpendicular a la calle de los Tres Ochos. Una vez desaparecido el mismo, como era un pequeño terreno plano, los chavales lo tomaron como campo de fútbol, y hoy sepultado por el hormigón y asfalto de la M-30.

    Primero echaban, en un pilón excavado en el suelo, agua que traían en un carrito en una especie de bidón, y luego tierra arcillosa, que traían también de otra zona, y pasado un día o unos días depositaban ese barro en moldes de madera con forma de ladrillo posados sobre el suelo arenoso, y una vez que alcanzaban cierta consistencia, retiraban el molde y los dejaban secar al sol y al aire. Ya secos los apilaban formando una especie de pirámide truncada con forma rectangular, en cuya base dejaban alguna hilera con una especie de enrejado donde ponían carbón y leña y lo prendían. Fuego y rescoldo permanecía durante algunos días, y por las noches se veía bajo el cielo estrellado de aquellas noches oscuras de la quinta como el rojo de un pequeño volcán. Pensemos que todavía no habían puesto aquellas bombillitas en algunos puntos de las calles, pocos.

    A veces cuando escribo en este blog me siento como esos astrofísicos que envían diversos tipos de señales al espacio en búsqueda de respuestas de otros mundos habitados.
    Cuánto me gustaría ver alguna fotografía de este tejar.

    Gracias, Nono, pues, no sabes cómo me gustaron todas las fotografías de mi calle y de la tuya. Gracias también Ricardo por este “puente” que hace posible que podamos escribir y leer tantas cosas añoradas.
    Gracias a todos.
    Y por último, ya me vais conociendo, quiero traer unos versos de Jorge Guillén:

    “Con la luz, con el aire, con los seres.
    Vivir es con vivir en compañía.
    Placer, dolor: yo soy porque tú eres.”

    MARIO

    ResponderEliminar
  147. El agradecimiento es mío, Mario, por esos recuerdos que me estás regalando en adecuadas dosis de veracidad, sentimiento y calculado sentido de la nostalgia. Cada vez que leo algo tuyo me emociono y me vienen a la memoria un montón de recuerdos familiares, nombres y caras de mis seres más queridos. Y llegado a este punto quiero mencionar a mi tía Geni, que también vivió en La Quinta, quien, por desgracia nos dejó el pasado 25 de septiembre. Hermana de mi padre, ella, su esposo (mi tío Félix) y sus cuatro hijos, mis queridos primos Félix, Eloy (q.e.p.d.), María e Isabel, vivieron (e incluso creo que los dos primeros nacieron) también en la calle de Los Tres Ochos. Así que, tus recuerdos son también mis recuerdos. Si piensas que a veces cuando escribes en este blog eres como esos astrofísicos que envían diversos tipos de señales al espacio en búsqueda de respuestas de otros mundos habitados, ten por seguro que uno de los que agradecen profundamente esas señales que lanzas al espacio, a las que además procuro dar respuesta, soy yo, hijo de Marcela y Eduardo y nieto de Antonia y Basilio, como a ti te gusta recordar.
    Recibe un emocionado abrazo de tu amigo Nono.

    ResponderEliminar
  148. Estimado Ricardo, aquí estoy de nuevo. Raro es el día que no miro y remiro Historias Matritenses. Sobre todo nuestra Quinta de la Paloma. Aunque también “Ciudad Lineal”, la Prosperidad, La Guindalera, etc. Pues bien, al leer:
    “Al Publicar un comentario en la entrada.”
    “Deja tu comentario, para mejorar, corregir, pedir más información,...”
    Corto y pego el siguiente texto que se puede leer más arriba.
    “En la CEA había una gran charca donde iban a parar las aguas residuales de los chalets de Ciudad Lineal. En esa charca cogieron el tifus 9 chavales del barrio un día de verano que se fueron a bañar allí. Las aguas bajaban por lo que hoy es la calle Ramírez Arellano hasta el colector del arroyo Abroñigal.”

    En primer lugar decir que yo con otros chavales de la Quinta me bañé en esta charca muchas veces. Esta charca para los chicos del barrio no era la charca de la CEA, era la “Charca”.
    No era de aguas residuales de los chalés de Ciudad Lineal, pues ésta tenía su alcantarillado, como no podía ser de otra manera.
    En esta pequeña charca de unos 9 x 6 metros y de unos 60 cm. en lugar más profundo, crecían cañas y había ranas y muchos renacuajos que cogíamos, los metíamos en un bote con agua y lo llevábamos a casa.

    Estaba a unos metros de la “Pista de Barajas”, y bastante distante de la CEA. El agua venía por un gran tubo moderno de hormigón prefabricado, por el que algunas veces nos metíamos un buen trecho. Era un hilo de agua lo que salía de aquel pedazo de tubo. Quizá fuese la reconducción de algún pequeño manantial al hacer la Pista.
    Esta charca tenía un pequeño desagüe apenas visible, que más bien se adivinaba por el verdor de su recorrido.
    ¿Y los chicos del tifus? No cogimos el tifus. Como siempre en aquella charca nos bañábamos desnudos unos cuantos chicos. Ese día fuimos a bañarnos ocho o nueve chicos del barrio y cuando estábamos chapoteando en el agua, nos robaron la ropa.
    Así que tuvimos que volver desnudos con más vergüenza que miedo. Procurando esquivar las miradas y las risas. Entre las que soltó una buena carcajada al vernos fue la señora Antonia, la abuela de Nono.
    Esto sucedió alrededor del año 1952 y la edad de los chavales estaría entre los siete y nueve años.
    Gracias y un saludo.
    MARIO


    ResponderEliminar
  149. Hola Mario. Mala respuesta puedo dar a tu comentario. Yo no recuerdo nada de la charca, fueron Jesús y Pedro quienes contaron esto. Por desgracia Jesús nos dejó hace unos años y a ver si Pedro puede contarte algo. Si que en los planos parcelarios se observa una gran depresión cercana a la CEA y pienso que podía ser la charca, pero como te digo, yo no la conocí. Quizás para los chicos del Cerro la charca estaba yendo hacía la CEA, pero para vosotros, los de la Quinta, hacía la Pista. Por otra parte cada uno tenemos nuestros recuerdos, y en muchas ocasiones puede que no se ciñan a la realidad. Yo puedo jurar que de pequeño monte en un trolebús en Plaza Castilla, pero nunca pasaron por allí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  150. Buenas noches Ricardo.

    En efecto, había una gran depresión, que después de hacer el alcantarillado para lo que luego sería la colonia de San Juan Bautista, esta depresión se convirtió en un gran vertedero para aplanar el terreno. Pero la Charca estaba más alta.
    Me bañé tantas veces que te aseguro que no es como lo del trolebús. Aunque naturalmente muchas veces recordamos cosas que asociamos a otras y se mezclan... Un abrazo de este Quintero un poco atípico. Mario

    ResponderEliminar
  151. Hola Mario soy Pedro, Ricardo me ha mencionado en su comentario, he nacido y me he criado en el Cerro de la Cabaña, y frecuentado mucho la Quinta de la Paloma porque tenía familia allí, y además muchos amigos, pues hemos coincidido en el mismo colegio.

    He conocido y me he bañado como vosotros en la "charca" pues era también muy frecuentada por los chavales de mi barrio, precisamente un vecino del Cerro falleció a consecuencias de bañarse en ella. Ricardo te decía que no podía añadirte mas información, porque el es mucho mas joven que nosotros, no tengo mucho mas que añadir a lo que cuentas, pues la recuerdo más o menos como tu dices, mi padre trabajaba por esa época en los estudios de cine CEA, y esa zona la transité bastante, aparte de que no hacía falta ningún motivo especial para ir, te juntabas una panda de chavales, y se decía de irnos a bañarnos a la "charca" como era conocida.

    Fíjate que yo siempre he creído que también la "charca" se abastecía del desagüe de los estudios de cine, en cuanto a la ubicación ahora es que es difícil establecer el lugar exacto, recuerdo que bajábamos desde la iglesia y te desviabas a la derecha como hacía el puente de la pista, recuerdo que cerca estaban las cuevas.

    Mario, un abrazo.

    ResponderEliminar
  152. Os recuerdo donde estaba la charca,aunque yo nunca fuí a bañarme,justo detrás de los estudios CEA,hacia el campo.
    He sido yo la que dijo que unos chavales cogieron el tifus y así fué,uno de ellos era Valentín o Tinin como le conociamos,era vecino nuestro de Mario y mio,hijo del SR.INOCENTE el carbonero,también hubo otros chavales del barrio que lo cogíeron,menos mal que le llevaron enseguida al médico y pudieron diagnosticar a tiempo.
    También es cierto que no era la primera vez que lo hacían y no les había ocurrido nada,un saludo para todos,cuando escribimos los comentarios no podemos contarlo todo,sino sería una novela de Blasco Ibañez y a mí no me gusta recrearme en las desgracias ajenas.G.M.P

    ResponderEliminar
  153. En primer lugar un saludo a Pedro, pues me emociona poder comunicarme con otras personas que vivieron en aquel entorno. Gracias también por tus amables palabras. En la ubicación de la “Charca” coincidimos. Me gustaría además que habláramos un día, aunque sea por teléfono para rememorar cosas de la Quinta, del Cerro, de Ciudad Lineal, de cuyo tranvía cogí muchas veces el tope.

    Como ya he comentado en alguna ocasión yo viví en la Quinta desde 1949, llegué con cuatro años de otro barrio de Madrid, hasta 1964, mes antes o mes después en que me fui a vivir a San Blas, del que nuestro amigo Ricardo ha hecho un libro de gran interés testimonial.

    ¡Y ahora hablemos del tifus!
    Yo me bañé con Tinín, mi vecino, el hijo de la señora Amelia, cuya casa frecuentaba, y en cuya carbonería, ya de adolescente partíamos las teas.
    Nunca oí que mi amigo Tinín cogiera el tifus. Yo tendría dos años más que él, pero en la Charca, como mucho te bañabas hasta los diez años o doce. Pero no cuando eras un adolescente.

    Por otra parte, os invito, con perdón, a sonreír.

    Las madres de Quinta, como quizá otras madres nos asustaban con “el hombre del saco”, y con el “sacamantecas”. Pero las madres de la Quinta además nos advertían a los chicos: “no te bañes en la Charca que vas coger el tifus“.

    Bueno, bueno que me alargo. Ya me gustaría escribir una novela como Blasco Ibáñez.

    Y como decían por la radio “Se lo dedico a Nono, hijo de Macela y de Eduardo, nieto de Antonia, sobrino de Basilio, de Luisa, de Geni, etc., que me estará escuchando”

    ResponderEliminar
  154. Poco puedo añadir al asunto de la charca, que si estaba aquí o estaba allá, o que si los niños que se bañaban en ella contraían o no el tifus. Yo era demasiado pequeño y mentiría si dijese que tengo alguna información al respecto, pero por seguir un poco con esos recuerdos que, como dice Ricardo, puede que no se ciñan a la realidad, yo también «juraría» que un día me caí en una poza y «alguien» me salvó de morir ahogado al agarrarme del brazo y sacarme de la misma. ¿Qué poza era esa? ¿Tal vez la charca? ¡Qué sé yo! ¡Si no soy capaz de asegurar que eso fuese cierto! En todo caso, me interesa destacar que gracias a vuestros testimonios y los pocos recuerdos que me quedan, puedo seguir elaborando el puzle de mis primeros años de vida. Muchas gracias, Mario, por tu simpática dedicatoria. Ten la completa seguridad de que te leo y te escucho.

    ResponderEliminar
  155. Te crees muy ocurrente pero yo creo que tenerse por adalid de la verdad con los años que llevamos a cuestas,es al menos sorprendente.
    Las aguas de color gris que salían de aquella charca infesta,(por algo te negaban las madres)el acceso a la charca nauseabunda y maloliente,¿crees que estaban locas?,o sabían lo que se jugaban con sus hijos.
    Aquellas aguas salían de los Estudios de la CEA,no de ningún manantial de aguas puras,entre otras cosas por no existir ninguno en esa zona.
    Y sí algún día tienes ocasión de hablar con Tinin le preguntas y así sales de dudas,la memoria con los años también flaquea.
    También hubo otros muchachos del barrio,que enfermaron y gracias al acertado diagnostico de Tinin,las otras madres supieron que hacer,por cierto,con nuestro vecino te llevas la friolera de 4 años y cuando eres un niño esos son muchos años.
    Un saludo para todos de G.M.P

    ResponderEliminar
  156. Nuevo comentario “Que trata de la ubicación de una Charca donde se iban a bañar los chavales de la Quinta de la Paloma y de la procedencia de sus aguas, si eran de los pises y otras inmundicias procedentes de los Estudios Cinematográficos de la CEA o procedían cristalinas fuentes.” Ahora como veréis se me ocurre imitar la manera de empezar los capítulos del Quijote.
    Si a alguien le molesta mi humor que todavía no me lo haya dicho, le pido disculpas. De todas formas yo escribo así. Ya con un pie en el estribo, quiero y aprecio hasta los que no me quieren ni aprecian.
    Sobre la situación de la Charca coincido con Pedro. Más cerca de las cuevas que de la CEA. Pedro, ¿a qué aguas te refieres que procedían de la CEA?
    Yo como muchos chicos me bañé muchísimas veces en este lugar y tengo que decir:
    Que las aguas de la Charca no eran detritus de la CEA, pues tenían vida, ranas, renacuajos, libélulas y cañas. Aunque cuando nos bañábamos se enturbiaban las aguas al remover el limo del fondo. Desde luego no eran aguas cristalinas del Guadarrama
    La CEA era una gran empresa con un edificio de más de una planta, con platós de rodajes, camerinos, laboratorios fotográficos, talleres de decorados y área de descanso que contaba con una piscina, etc. Enclavada dentro de Ciudad Lineal, sin duda tenía su alcantarillado. Es evidente que con el movimiento que tenía no hubiera originado una charca, sino un mar muerto. Es más, hasta la Vaquería de Los Tres Ochos tenía un alcantarillado que iba directamente al gran colector del arroyo Abroñigal.
    Todavía era más insana la calle de Los Tres Ochos por la que bajaba un regato donde se tiraban los orines y la caca. Si bien en el número 5 teníamos un pozo negro, la mayoría de las veces estaba rebosante y se salía, sumándose al regato.
    Según he leído y me ha comentado una doctora de la familia, el mayor trasmisor del tifus son las pulgas. Y en nuestro barrio había pulgas y piojos.
    Seguro que en nuestro barrio alguien cogió el tifus, pero no se puede decir que la soleada charca era el lugar donde el tifus te atrapaba.
    Respecto al tifus de Tinín, con el que tenía muy buenas relaciones y nos veíamos todos los días tengo que decir que yo nunca lo supe.
    Por cierto, Nono, un día tu abuela, la señora Antonia, al grito de ¡agua va! lanzó por la ventana el agua de lavar pescado, no me retiré rápido y me cayó encima.

    A Ricardo, a Pedro, a Nono, a Gloria y a todos los lectores de Historias Matritenses, un cordial saludo.
    MARIO

    ResponderEliminar
  157. Buenos días a todos. Me he permitido añadir dos fotos para intentar averiguar donde estaba la charca (las fotos son las 2 últimas del artículo). He utilizado las fotos aéreas del año 1946 y 1956, que cuadran al 100% (como no podía ser de otra forma) con los planos parcelarios. En la foto de 1946 se ve brillar algo de forma especial donde se unían dos ramales del arroyo de los chopos, justo donde la calle Ramírez Arellano gira un poco.
    Si esa era la ubicación está aproximadamente donde decís todos, más o menos, casi equidistante de la Pista y la Cea. El arroyo de los Chopos fue una de los principales escoyos que se tuvo que salvar para la construcción de la Ciudad Lineal. Como se ve era bastante profundo y eso que gran parte de su caudal era tomado por debajo de tierra por el viaje de agua del Alto Abroñigal. El ramal de la izquierda que vemos en las fotos veía más o menos de la calle Bueso Pineda y el de la derecha de la Cea, atravesando ambos la Ciudad Lineal y teniendo su nacimiento en el barrio de Portugalete, en el Camino de la Cuerda. Seguro que los dos ramales pasaban la Ciudad Lineal por debajo mediante tubos. Creo entonces que el agua era un arroyo, aunque seguro que se contaminaba en parte al pasar por la Ciudad Lineal pero sin llegar a ser aguas fecales, es lógico pues en ese caso nadie se bañaría en la charca. La parte más construida era la de la CEA, donde estaba el velódromo, y al otro lado casi todo construido donde destacaban los hogares del Auxilio Social, y un pequeño horno de cerámica a sus espaldas. Por allí no había vaquearías, granjas o similares, luego el agua no debía de estar muy contaminada.
    Está es mi teoría. Ya me diréis.
    Un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  158. Gracias Ricardo por las fotografías,por ellas se pude confirmar que la charca de la CEA era de las aguas residuales de dicha empresa,si hubiera sido de un manantial se vería claramente en la primera fotografía del año 1946,no aparece y si se vé en la fotografía de 1956,los manantiales no salen de la noche a la mañana y sí las aguas residuales.
    Por mi parte nada más que añadir,un saludo para todos de G.M.P

    ResponderEliminar
  159. Hola Mario. Verás que no afirmo la procedencia del agua, cuando me refiero a la CEA, digo que siempre he creído que también. No obstante no pienso que fueran aguas fecales, sino de la parte de los talleres.

    Estoy de acuerdo en que más insana que la charca era la calle de los tres ochos, recuerdo ese regajo al que haces mención, bajaba todo lo que era la calle hasta abajo, y los críos todo el día jugando en el, pero no solo había ese en la Quinta.

    Creo que no hay que entrar en polémicas sobre el lugar exacto de la "charca", quizás unos la recordamos 10 metros más arriba o más abajo, ni tampoco del tema del tifus, yo también recuerdo haberlo oído, un vecino de mi barrio siendo un chaval murió después de bañarse en ella, pero siempre he oído que fue por comer fruta verde después de haberse bañado, pero lo cierto es que los que tenemos una edad, sabemos de que hablamos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  160. Buenas Noches. En primer lugar dar las gracias a Ricardo por su intervención, que me ha motivado de tal manera, que estoy consultando la “Descripción física y geológica de la provincia de Madrid”, de Casiano de Prado, así como el tomo de Madrid, de Madoz, todo lo que tengo sobre Ciudad Lineal, obras sobre la hidrografía , en especial sobre el arroyo Abroñigal y sus afluentes, etc. con el objeto de saber más de ese arroyo de los Chopos y esa depresión que fue aplanada con la instalación de un vertedero donde necesitaron para aplanarlo cientos de grandes camiones. Supongo que Pedro también lo recordará.

    Tengo que decir que lo que más me interesa es digamos aquel paisaje que conocí pateé y observé con mis propios ojos, y cuyo ecosistema fue alterado hasta destruirlo.
    Me gustaría dentro de mi modestia poder aportar algo a una Historia de la Quinta de la Paloma y su entorno.

    Lo de quién y dónde contrajo el tifus ya lo hemos hablado, dejemos que el curioso lector juzgue.

    Pedro, el contraste de información es bueno, todos aprendemos. Y respeto todos los comentarios aunque algunos no los comparta.

    Las aguas de la Charca no sé exactamente de dónde procedían, pero era un tipo de charca con ranas y cientos de renacuajos y cañas. Dices que podrían ser de los talleres de la CEA. Los talleres emplean a veces productos muy tóxicos y además supongo que tendrían también servicios. Y ¿por qué iban a ir las aguas de los grifos y servicios de oficinas, camerinos, etc., al alcantarillado y la de los talleres al campo?
    Desde mi punto de vista como ya he argumentado anteriormente el agua no venía de la CEA.

    Pedro, como te dije me gustaría hablar contigo,creo que pasaríamos un rato muy agradable.
    Gracias a todos.
    MARIO



    ResponderEliminar
  161. LOS BAUTIZOS EN LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA.

    En esta iglesia, situada en lo más alto del Cerro de la Cabaña se bautizaban los niños de la Quinta de la Paloma.
    Allí acudían andando, por empinados caminos entre trigales, el padrino, la madrina con el niño en brazos, envuelto en su mantilla, y demás familiares, vestidos con sus mejores prendas.
    Y allí estábamos muchos chavalillos del barrio esperando a que salieran de la iglesia.
    Y nada más que terminaba la ceremonia y aparecían por la puerta, en seguida empezábamos a cantar a coro al padrino:

    "Eche, eche, eche, no se lo gaste en leche. Eche usted padrino, no se lo gaste en vino.” Y a continuación si el padrino no se daba prisa en echar unas perras: “ Padrino cagao, si cojo al chiquillo lo tiro al tejao.” Normalmente el padrino hasta que no repetíamos la cantinela varias veces, no nos arrojaba al aire un puñado de perras chicas (de cinco céntimos) y alguna perra gorda (de diez céntimos). El padrino ya iba preparado, pues formaba parte de la fiesta, y había reunido días antes toda la calderilla propia y de familiares.
    A veces este juego duraba más de 15 minutos: El padrino hacía ademán de echar las monedas hacia el frente y las arrojaba a un lugar inesperado. Y los chavales nos tirábamos en plancha, o las pisábamos para luego cogerlas. Cuando el padrino fingía no tener más monedillas. Otra vez: "Eche, eche, eche, no se lo gaste en leche. Eche usted padrino, no se lo gaste en vino. Padrino cagao, si cojo al chiquillo lo tiro al tejao.”
    ¡¡Qué grato recuerdo¡¡

    Amigo Nono, quizá uno de estos bautizos fuera el tuyo, o de tus primos. Y seguro que alguno de aquellos simpáticos padrinos fuera Eduardo, tu padre, o tu tío Basilio.
    Un abrazo. MARIO

    ResponderEliminar
  162. Estimado Mario, que historia tan bonita. Sabía lo de la chavalería en las puertas de la iglesias cuando había bautizos, pero no la cantinela que cantaban. Muy evocador, muchas gracias.

    Hace propuse hacer un álbum con las fotos que se sacaban en la puerta de la iglesia de San Juan Bautista, todas las familias de aquellos barrios tenemos fotos de bodas y bautizos. Algún día nos tendremos que poner con ello.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  163. Mario, agrada leer tu recuerdo después de tanto «encharcamiento», permíteme la broma. Esa cantilena que se le dedicaba machaconamente al padrino del bautizo la recuerdo perfectamente. Capturar alguna de esas «perrillas» que lanzaba al aire te producía una inmensa alegría. Y como bien dices, yo fui uno de esos niños bautizados en la iglesia de San Juan Bautista. Y no solo yo, sino mis hermanos y primos. Muy probablemente entre hermanos y primos, calculo que seremos unos quince los que habremos sido bautizados en San Juan Bautista, así que fíjate si no tendremos historias que contar. Por cierto, suscribo la propuesta de Ricardo de hacer un álbum de fotos con esos bautizos. Si finalmente se lleva a cabo, procuraré aportar las que nosotros tenemos y las de los primos que puedan y quieran contribuir.
    Un fuerte abrazo para Mario, Ricardo y todos los amigos «quinteros».

    ResponderEliminar
  164. Nueva foto añadida: Colegio de los Patos. Los hermanos Bermejo Cambronero (a la izquieda Gregorio, a la derecha Angel Luis). Foto cedida por Gregorio Bermejo Cambronero.
    Muchas gracias Gregorio

    ResponderEliminar
  165. Hola a todos, he descubierto con gran alegria la existencia de este blog.
    Soy Goyo Bermejo vivi en la c/Estrecho Bonifacio 16, mis recuerdos son mas de los vecinos de la zona, no se os sonaran los hermanos Cañamares , la SRa lola y su marido sr. Marino, Sr. Angel el lechero y sus hijos gloria, pepe, quiqui, carmen, nani y laguno que no recuerdo, Pepita la bordadora, Manola, la Sra. filo y sus hijos Lorezo y Maribel.
    Mis recuerdos se remontan a los años entre el 1955 al 1964, fui al colegio de los Patos con varios maestros, D. Jeronimo y su varita con la que pegaba como un animal en la epoca de la catequesis para mi comunion, y con D. Jose Martinez el que guardo un gran recuerdo por sus enseñanzas, en aquella epoca nos preparo a varios para poder hacer el bachillerato, entre ellos a Jesus Gonzalez (chuchi) y Jose Antonio hijo Marcelino (sereno y asturiano).
    Aun recuerdo los partidos de futbol en el patio, que estaba en cuesta y nos pegabamos por elegir campo, con las chicas no jugabamos pues ellas hacian el recreo a otra hora.
    Del colegio me acuerdo de los compañeros y amigos con los que comparti buenos momentos de mi infancia, entre ellos Alfonso y Emilio Cañamares, los hermanos Dominguez, Jose España, los hermanos Moya Miguel, Tito que eran del barrio de la humedad como Emilio y los hijos del maestro Jose Luis y Carlos.
    Estos dias estoy con la memoria que me hecha humo, ni duermo dando vueltas a los recuerdos de entonces, os pongo en antecedentes he contactado con dos de estos amigos y hemos quedado para vernos, sera emocionante, ya lo ha sido al hablar con ellos por telefono, seguro que aportaremos datos de muchos vecinos ya que el (Chuchi) tiene una memoria prodigiosa y se acuerda de un monton de vecinos.
    Ya os comunicare este encuentro, espero que no se demore.
    Un cordial saludo para todos, si os acordais de me mi decirmelo, gracias para todos los "quinteros"

    ResponderEliminar
  166. Buenas noches:
    Son tantas cosas las que nos vienen a la memoria, unas como entre nieblas, pero otras con gran detalle.

    Hoy quiero hablar de lo se suele denominar “los gritos de Madrid”, es decir, los vendedores o artesanos que a voz en grito pregonaban su mercancía o sus oficios. Y que los que tenemos ya unos años las oímos con alguna variante en casi todos los barrios de nuestro Madrid.

    Por nuestra Quinta de la Paloma, de repente oíamos “gritar”: “El mielerooo, buena miel y buen queso, de la Alcarria, miel. EL mieleroooo.” La miel la llevaba en un barrilete de madera colgado al hombro, además de un cucharón también de madera, para echarla en el recipiente que tú aportabas, una romana para pesarla y una especie de alforjilla de gruesa tela de color gris donde guardaba el queso.

    Otras veces nos sorprendía, sobre todo a los más niños, las voces de “El traperoooo, el traperoooo, por trapos, cacharros. El cacharreroooo.” Iba el que yo conocí con una carretilla con cacharros de barro o loza muy rústica, que la cambiaba por trapos y una pequeña cantidad de dinero que se discutía. En realidad los trapos eran el gancho para atraer a la clientela y tratar de vender su mercancía.

    Otro personaje, hoy tan alejado de nuestra sociedad actual, era el “paragüero lañador”.
    Es decir el que tenía por oficio arreglar las varillas de los paraguas, o cualquier otra avería del mismo. Así como poner lañas o grapas en los barreños de barro cuando tenían una grieta. Estas lañas de alambre eran a modo de esos “puntos” que se ponen en una brecha por el cirujano. También soldaban con estaño algunos recipientes o los taponaban con una especie chapita. Su forma de advertir que había llegado era gritando: “Paragüero, lañaooor, el paragüerooo.”

    El afilador, con su silbato característico, que según decían muchos venían de su Galicia natal andando, iba provisto de una piedra de esmeril montada sobre un artilugio a modo de carro con una sola rueda de gran tamaño con yanta de hierro. Piedra que hacía girar con un pedal sujeto a una polea de cuero. Y claro, al afilar el cuchillo o las tijeras salían unas atractivas chispas para los chavalillos.

    También recuerdo a una señora con un delantal blanco, muy limpio, que en nuestra calle de los Tres Ochos se solía poner frente a la casa de la señora Antonia y que vendía higaditos de pollo que traía en un recipiente de porcelana blanca.

    Traperos que vendían carbonilla, es decir, carbón reciclado, que procedía de las calefacciones centrales de los barrios “ricos” y cuyo núcleo no se había llegado a quemar y que naturalmente era más barato. Se solía mezclar con el que comprábamos a nuestro carbonero, el señor Inocente.
    Gracias por leer estas palabras. Un fuerte abrazo de este “quintero” nostálgico.
    MARIO



    ResponderEliminar
  167. Bienvenido Gregorio. Aunque ya estamos en contacto directo es siempre un incentivo vuestros comentarios en el blog para animar a los vecinos de la Quinta a participar activamente. Seguro que conseguirás añadir muchos recuerdos a este libro de bitácora de la Quinta.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  168. Mario, muy bueno tu comentario sobre los oficios desaparecidos. Coinciden casi al 100% con los que hemos publicado en el blog, te animo a echarles unas ojeda.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  169. Muchas gracias, Mario y Goyo, por vuestros recuerdos. No soy el más indicado para contrastarlos o reforzarlos, en numerosas ocasiones he dicho que solo viví seis años en La Quinta (del 55 -año de nacimiento- al 61), pero entre los pocos recuerdos que tengo y los muchos que he ido almacenando gracias a mis mayores y los que aquí se cuentan, pareciera que he vivido muchos más años en este inolvidable barrio.
    A Mario le diré que tengo metidos en mi "memoria auditiva" las voces de muchos de esos vendedores de Madrid, sobre todo el del quesero y mielero, que si mal no recuerdo (y en esto corrijo levemente la versión de Mario), decía: "El mielero buena mieeeeeeel, el quesero buen queeeeeeso." Obviamente no tengo constancia de su procedencia y de su calidad, pero no tengo la menor duda de que esa miel y esos quesos debían ser de una calidad excelente.
    En cuanto a Goyo Bermejo, a quien ya recibí y saludé en el grupo de Facebook de La Quinta, decirle que me encanta se haya asomado a este blog y que esté tan entusiasmado que "ni duerma dando vueltas a los recuerdos de entonces". Es una maravilla que pueda recordar tantas cosas y a tantas personas. Lo que lamento, una vez más, es que no pueda añadir nada nuevo sobre lo mucho que él recuerda. Los nombres que yo recuerdo son, aparte de los propios de la familia, los de los vecinos o personas próximas a mis padres, la mayoría de ellos gente mayor que ya ni siquiera vive. Hay que darse cuenta que en aquella época doscientos o trescientos metros de distancia entre unas viviendas y otras, era un mundo. Por otra parte, como debido a mi corta edad no fui al colegio del barrio, no tengo recuerdos de ningún compañero y tampoco me suenan los que cita Goyo, a quien también le dije por Facebook y le vuelvo a decir ahora que mi hermano Eduardo sí fue a Los Patos pero no sé si recordará a alguno de los mencionados. Se lo mencionaré y a ver si su testimonio sirve para añadir algo más.
    Un cordial saludo para ambos.
    Nono

    ResponderEliminar
  170. En efecto, Ricardo, me di cuenta después de mandarlo. Al buscar fotografías del mielero, vi la de Alfonso, y dije: “Qué bien, si es de Historias Matritenses.” Y lo repasé todo. Me sorprendió gratamente toda la iconografía que habéis recopilado. No obstante, espero haber aportado algún matiz. No sé si hay un índice de los contenidos, barrios, fuentes, plazas, antiguos oficios, etc. del blog. Si no lo hay, propongo si es posible que se haga. “Índice de los contenidos de Historias Matritenses”, o algo así.
    Supongo, amigo Nono, que pasarían distintos mieleros con variantes en su cantinela. O quizá también mi recuerdo es de los años 50 y ha sufrido cierto desgaste. Gracias y un saludo a todos, y especialmente a Ricardo y a Nono, que siempre son tan atentos conmigo. MARIO

    ResponderEliminar
  171. Hola amigos, quería ampliar con todo el respeto hacia Mario, un par de oficios y personas que por aquellos años transitaban por el barrio, no se si os acordais de los colchonerooooooos, su trabajo consistía en ahuecar la lana, la cual sacaban y la extendian en el suelo sobre una tela y con unas varas curvas en forma de garrota la golpeaban.
    Recuedo tambien al churrerooooooo, que con su cesta y con sus juncos para ensartar los churros, voceaba por las calles, no recuerdo si venia todos los dias, pero si de los domingos era el unico dia que mi madre nos compraba dos pesetas, el dinero en aquellos años era más bien escaso.
    Gracias a Juan Antonio por sus palabras, ire mandando algunas fotos que estoy recuperando, haber si conoceis alguno de los chavales que tan orgusosos posan en las fotos.
    Un saludo a todos los "quinteros".

    ResponderEliminar
  172. Hola de nuevo, en el tema de los mieleros me gustaría deciros que eran la mayoria de Guadalajara, de la zona de La Alcarria renombrada por su miel, para ser mas exactos de un pueblo llamado Peñalver.
    Aparte de la miel, tambien llevaban, aparte del queso y embutidos el llamado arrope, que creo se hacia cociendo calabaza con agua de haber lavado los panales una vez recogida la miel. Goyo.

    ResponderEliminar
  173. Buenas noches, aquí estoy de nuevo.

    Goyo, solo unas palabras para decir que no me acuerdo de muchos nombres de los chicos de entonces. Salvo de los que ya he citado a lo largo de mis anteriores comentarios. En especial a los primos de Nono.
    Pero voy a dar el nombre o apodos de algunos que me vienen a la memoria:

    Curro, que su madre murió de cáncer de mama cuando tenía unos diez años.

    Rafa y su hermano, cuyo padre trabajaba en Lasical, que vivían en la Casa Alta.

    Pichi, que sería después escayolista, y que vivía en una casita cercana de la Casa Alta.

    Los hermanos de “Fetito”, cojito a causa de la polio, Pepito y el Niñín, que también le llamaban el Torero, hijos de un calefactor de apellido Aroca, que vivían en las casa del patio de la señora Paula.

    Agustín, sobrino del zapatero donde íbamos a reparar el calzado, zapatero que de tarde en tarde le daban unos ataques de “locura” y empezaba a gritar en medio de la calle. Agustín era amigo de Tinín, el hijo del carbonero, cuando murió su tío el zapatero atropellado por un camión según se comentaba, puso con su tía viuda la zapatería en el “Barrio de la Humedad”. Recuerdo que alguna vez nos encontrábamos en la zapatería, los tres, Agustín, Tinín y yo.
    Seguiré otro día, que mañana tengo que madrugar.
    Hace tiempo propuse que un día nos viéramos unos cuantos quinteros con Ricardo, pero al final no prosperó. Podíamos recuperar la idea y hacer una comida de Navidad. MARIO

    ResponderEliminar
  174. Mario, Goyo...al tiempo que no me canso de repetir que desafortunadamente poco puedo añadir a vuestros conocimientos y recuerdos, tampoco me canso de leeros. Me encanta. Y pese a que mis recuerdos son casi insignificantes y de que han pasado cincuenta y tantos años, increiblemente todavía retengo algunos nombres y hechos en la memoria. Aparte de esos mieleros, queseros, paragüeros, colchoneros, churreros...recuerdo a Fetito (cuyo verdadero nombre, si no estoy equivocado era Perfecto, manda huevos), a quien has nombrado tú, Mario. Creo que en otra ocasión lo referí, pero Fetito y mi hermano eran amigos, tenían más o menos la misma edad y los dos fueron atacados por la polio. Los dos "cojitos", amigos, como he dicho, pero cuando discutían se liaban a insultarse aludiendo cada uno a esa tara física que les había dejado tan disminuidos. Hoy lo cuento como una anécdota graciosa, nada más lejos de mi intención que pretender hacer chanza de una pandemia de la que algunos se libraron/nos libramos de milagro, pero seguro que aquellas riñas de mi hermano Eduardo con Fetito no tenían ninguna gracia.
    Un cordial saludo para ambos.

    ResponderEliminar
  175. Hola buenas noches, en estos dias, no dejo de pensar en los años que viví en La Quinta y los buenos momentos que compartí con los vecinos y amigos.
    Me he puesto nostálgico y recuerdo los juegos de nuestra infancia, que aunque con menos medios no por ello eran menos divertidos, os cuento:
    El futbol al que jugábamos en cualquier parte del barrio, y a todas horas, las canicas en varias modalidades, al peón, los cromos a pares o nones, a la pared que consistia en ir dejando caer y cuando uno montaba en otro te llevabas todos, las chapas haciamos en la tierra como un circuito con obtaculos y su meta, forrabamos las chapas con los ciclistas de la epoca, y haber quien llegaba antes, tambien con éstas haciamos equipos de futbol, forradas de tela y pegados nuestros idolos Di stefano, Puskas, Kubala tec.
    En verano nos quedábamos hasta muy tarde, jugábamos al pidola, el rescate, al bote, las cuatro esquinas, arriba las manos y muchos más, nuestra imaginación hacía maravillas.
    Recuerdo el juego del aro, se hacia con algo redondo, y lo conduciamos con una horquilla, el culo de un balde, una rueda de bici y haciamos dos, uno con la llanta y otro con la cubierta, habia que aprovechar, y como algo de alta tecnología fabricabamos un patinete con una caja de pescado le poniamos un palo con dos rodamientos en la parte trasera y delante otra rueda en una tabla que hacia de manillar y a tirarnos cuesta abajo.
    Con las chicas no jugabamos demasiado, pero estas tenian sus juegos, algo menos violentos que los nuestros, "la comba" el "cochecito lere" los dubles, etc. tenian sus muñecas de cartón y trapo, los recortables que pintaban y luego vestian las muñecas, los bonis(alfileres con cabeza de colores) se enterraban en un monton de arena y con una piedra se iban descubriendo.
    Eran otros tiempos, aunque para nosotros cuando eramos niños, nos parecían fenomenos.
    Un cordial saludo a todos y que estas lineas os devuelva por un momento a vuestra infancia.

    ResponderEliminar
  176. Hola Nano, te comento, en la foto 41 del album del blog he reconocido al primero de la izquierda, de blanco es Benito el del bar, el cuarto es Marino marido de Lola y padre de Marino (q.e.d.p.), Chuchi y Fernando y el penúltimo agachado es Angel Cañamares, marido de Catalina Romay, ya ire dando mas nombres si me entero, estoy en ello.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  177. La muerte de Fidel Castro me trae a la memoria la "Crisis de los Misiles". En el año 1962 ya tenían los norteamericanos en España bombas nucleares en la base de Torrejón, bastante cerca de nuestra Quinta de la Paloma. Yo tenía dieciséis años y recuerdo el temor de muchas gentes informadas de que en caso de guerra seríamos un objetivo. Recuerdo a mi padre tratando de sintonizar la BBC de Londres "radiando para España", pues era muy difícil por las interferencias que la dictadura se encargaba de emitir en esa frecuencia para tenernos desinformados. Además por el cielo de la Quinta, al estar cerca del aeropuerto de Barajas y de Torrejón pasaban a veces los aviones muy bajos y en ocasiones tan bajos que producían un ruido ensordecedores. Así que por aquellas fechas cada vez que pasaba un avión sentía un temor que hoy me ha venido a la memoria. Y al reflexionar sobre aquellos días, pienso en mi padre que había padecido dos guerras. Saludos, justicia y paz.Mario

    ResponderEliminar
  178. Buenos días a todos los que de alguna manera participan en este blog.
    Sólo unas palabras para recordar el cielo limpio, estrellado de la Quinta, bajo el cual en primavera y verano oíamos a los grillos formar un verdadero concierto. Y también nos daba mucha alegría ver a las lagartijas tomando el sol, que cuando tratábamos de cogerlas, casi siempre a velocidad del rayo se metían en su escondrijo. Recuerdos para todos, en especial para Nono y Gloria. Mario

    ResponderEliminar
  179. Nueva foto añadida. Casa Sotero, Foto cedida por la familia Mesa Díaz.

    ResponderEliminar
  180. Hola, y feliz navidad, el pasado 21 estuve en la puerta de la Iglesia de S. Juan Bautista, !que recuerdos!, habia quedado con amigos que he contactado en las ultimas semanas, como ya os comenté, que alegria el poder reencontrarme con ellos después de tantos años.
    Son Jesus Gonzalez (Chuchi) hijo de Marino y Lola, Jose Antonio Gonzalez hijo del sereno Sr. Manolo y con Carlos Diez Vallejo, nos tomamos un café recordando nuestra infancia.
    Nos vimos en el Centro de Mayores muy cerca de la iglesia, y alli coincidimos con mas personas que vivieron en la Quinta, la hija del Sr. Manolo, la hija del Sr. Ino el carbonero, ex esposa de Paco Aguilera, Santi ex esposa de Lorenzo el fontanero, hijo de la Sra. Filo, Luisito familiar de Vicentin el de la carpinteria y varios más.
    Fue una tarde maravillosa, os comento, hablamos de quedar la próxima primavera una tarde, con más ex vecinos de la Quinta, yo os puedo adelantar que tengo a varios localizados ( Enrique lechero, Jose España, Jose A. Gomez, etc.) y no cejare en el empeño de ir buscando más. He mandado a Ricardo dos fotos haber si conoceis alguno y completamos a todos, yo recuerdo a muchos pero no todos.
    Si alguno de vosotro/as me quiere ayudar en la busqueda Ricardo tiene mi email, se lo podeis pedir.
    Un fuerte abrazo para todo/as y que el próximo Año Nuevo seais muy felices.

    ResponderEliminar
  181. Buenos días a todos los quinteros y en especial a Mario (que nos deleita con sus bellos recuerdos), Goyo, Ricardo y la familia Mesa Díaz, por haber sido los que últimamente han intervenido de una manera u otra con sus últimos comentarios o fotografía.
    En concreto, esta última fotografía del Bar Sotero me encanta. Ahí fue donde se casaron mis tíos Manoli y Basilio (como puede verse en la tercera fotografía de este mismo artículo) y creo que también mis padres, aunque de esto no estoy seguro pues también hay quien asegura que fue en La Bandera.
    Sea como sea, quiero dar las gracias a la familia Mesa Díaz, por permitir la publicación de la foto, y a Goyo Bermejo, felicitarle por su nuevo testimonio y el entusiasmo y tenacidad que demuestra en su búsqueda de vecinos de La Quinta. Desgraciadamente los nombres de las personas que cita no me resultan conocidos, insisto una vez más en que yo solo viví en el barrio los seis primeros años de vida, pero me encanta saber que hay muchas personas que vivieron mucho más tiempo y que todavía mantienen el orgullo de haber nacido, vivido o criado ahí.
    Un cordial saludo para todos y ¡felices fiestas y año nuevo!

    ResponderEliminar
  182. Cuatro fotos añadidas: 2 de Jesús González Peral (Chuchi)-gracias a Goyo- Puerta de la iglesia de San Juan Bautista y colegio de los Patos; y 2 de Sotero de la familia Mesa Diaz (gracias Almudena).

    ResponderEliminar
  183. Hoy voy a ser un poco"mala",en la foto que habeís enviado hay un niño que se llama Francisco Gordillo.Me debe la vida y ahora voy a explicaros como y como mi acción me costó una enagua,de las que llevabamos las chicas por aquel entonces.
    Os recuerda a algun@ de las acacias indias que hacían frontera con las huertas de la señora Encarna,pues bien,allí nos subíamos pero teníamos que tener cuidado con las largas espinas que tenían aquellos arboles,púas de unos 01 cms y algunas más largas,estábamos arriba y al niño se le ocurrió que el tenía que subir,7 años tenía entonces,le dijimos que bajara pero no hizo caso,cuando estaba a media ascensión se la resbaló una sandalia de goma de uno d los pies,tenía la hebilla rota.
    Lo malo vino después se puso nervioso y se resbaló,cuando bajamos era uno de sus pies un charco de sangre,se había rajado la planta del pie con una de las espinas,mire alrededor y ví una enagua bastante vieja,era de su hermana Clementina.
    Yo entonces tenía 11 años,pero me dí cuenta de la situación,rapidamente le arranqué el volante a aquella enagua y le vende el pie mientras su hermana Carmen avisaba a su madre,no hizo ni caso y entre varias chicas nos lo hechamos a cuestas y le llevamos a su casa,entonces fué cuando la madre reaccionó y salió corriendo a buscar ayuda.
    Fué Pepe el de la lecheria de los tres ochos el que los subió al camión y los llevó a una clinica que estaba en López de Hoyos,el médico le atendió,pero preguntó quien le había vendado ,sin aquella venda se hubiese desangrado,la "buena señora" no me dió ni las gracias,pero sí fué a pedir a mi madre una enagua para su hija,ya que yo se la había roto.
    En fin una raya más para una tigresa,un saludo para todos de G.M.P

    ResponderEliminar
  184. Cuando escribo rápido cometo errores,las púas de las acacias tenían más de 10 ctms.
    Feliz año para tod@s de G.M.P

    ResponderEliminar
  185. Buenas tardes, Feliz año a todos. Un afectuoso saludo a mi ya amigo Nono y mi agradecimiento a Ricardo por ofrecernos este lugar donde poder seguir escribiendo este 2017.

    (Poema improvisado en recuerdo de la humilde casita
    de la Quinta de la Paloma, calle de los Tres Ochos, núm. 5)

    A MI MADRE

    Para aquellos con alma de caja de caudales
    la señora Remedios
    no era nadie, nadie, nadie,
    porque solo tenía
    una tabla de lavar
    y un barreño grande,
    grande, grande,
    que llenaba de agua
    acarreando cubos,
    cubos, cubos
    de la fuente lejana.
    Agua que templada al sol de todos
    bañaba a sus hijos,(1)
    que creían que era un mar
    grande, grande, grande
    de aguas cristalinas,
    mar, mar, mar
    grande, grande, grande.

    Para aquellos con alma de caja de caudales
    la señora Remedios
    no era nadie, nadie, nadie,
    porque sólo tenía
    una tabla de lavar
    y un barreño grande.
    (1)Alicia y Mario.

    En este enorme barreño de cinc, el fin de año tocaba mi madre las doce campanadas dando con un cucharón en su trasero ante la expectación de sus hijos y la sonrisa de mi padre.
    Pero el principal cometido de este barreño, compañero de la tabla, era lavar la ropa en invierno y en verano.

    MARIO

    ResponderEliminar
  186. Muchas gracias Mario por compartir con todos esas bellas palabras. En mi casa también poníamos al sol el barreño en verano, y cuando más caliente estaba al mediodía nos dábamos un chapuzón.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  187. 4º Mandamiento.Honrarás a tu Padre y a tú MADRE.

    ResponderEliminar
  188. Hola a todos, os comento e pasado miercoles nos volvimos a reunir varios vecinos, esto va en aumento y espero no pare.
    Desde este blog, me gustaría invitar a todos vosotros a participar en un grupo de wasap que hemos creado, donde estamos en contacto permanentemente.
    Mi correo es bermespin013@gmail.com, para agregaros an traves del telefóno.
    Nuestra idea es ir ampliando datos y reencontrarnos con los vecinos de La Quinta, y tambien de poder hacer un encuentro en primavera de todos nosotros.
    Esto es algo abierto a la participación de todos, con sus comentarios e ideas, sobre todo de los participantes mas activos del blog, algunos ya están en él, es el caso de Nono, un saludo a todo/as.

    ResponderEliminar
  189. Muchas gracias, Goyo, por esa mención que me haces. Desde aquí aplaudo esa iniciativa y, por supuesto ofrezco mi ayuda y colaboración para todo lo que haga falta. Sin duda se trata de una magnífica oportunidad para darnos visibilidad y unificar los recuerdos de todos aquellos «quinteros» que lo deseen. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  190. Hola a todos. Soy Angel, fui vecino de la Quinta, Estrecho Bonifacio 2 y me he visto las 3 partes cien veces, si no mas.. Enhorabuena por los trabajos. De la Quinta pase a vivir a la calle Agastia y de ahí a La Nueva Esperanza, Canillas, lo digo por que sigo yendo y cruzando por la zona, aunque ahora solo de paso... claro..
    He tratado del ver el video de la parte I y no se ve, creo que falla o no está el link a dicho video, ¿alguien me podría pasar el link o el video?, me gustaría echarle un vistazo

    ResponderEliminar
  191. Bienvenido Angel, ya sabes que es como si estuvieras en tu barrio. El vídeo lo tuvimos que borrar por temas de propiedad intelectual, aunque no hay ningún ánimo de lucro por nuestra parte.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  192. Recuerdo la primera vez que puse en Google Quinta de la Paloma y apareció en Historias Matritenses y precisamente la calle de los Tres Ochos, mi calle, y descubrí emocionado que además estaba toda la familia de Juan Antonio. Enseguida reconocí a la familia de la de la señora Antonia, de la que ya he contado mis recuerdos.
    Y Juan Antonio, Nono, se sorprendió gratamente que contará tantas cosas referentes a su familia.
    Pues bien esta especie de preámbulo es para decirte, Ricardo, Ricardo Márquez, que me gustaría que escribieras un libro en papel, en el que yo estaría dispuesto a colaborar modestamente.
    Donde algunos de sus capítulos, podrían decir algo así como "Descripción física del barrio y su entorno" remontándonos si es posible a las primeras décadas del siglo XIX, "Los primeros pobladores de la Quinta", "Cómo se fue formando el barrio y por quién", etc. "Cómo poco a poco se lo engulló la ciudad", etc, "La vidaa cotidiana". "Un barrio obrero antes de la guerra, en la guerra y la posguerra". Etc., etc.... Creo que tienes mucha información y lo harías muy bien. Perdona mi atrevimiento, pues lo de poner epígrafes es muy fácil, lo más difícil es hacerlo. Gracias por tus siempre atentas palabras. Un abrazo para ti y otro para Nono, hijo de Marcela y Eduardo, nieto de Antonia y sobrino de Luisa...

    ResponderEliminar
  193. Pido disculpas a Mario porque hasta este mismo momento no había visto su último mensaje. Y no lo he hice porque llevo tres o cuatro días "ausente" del blog. El caso es que ahora que lo leo me emociona pensar en ese libro sobre la Quinta de la Paloma que Mario propone a Ricardo y que me parece una idea absolutamente maravillosa. Creo que al igual que se ha hecho con otros barrios, este sobre la Quinta también podría hacerse. Por supuesto, ni que decir tiene, se puede contar conmigo. Desde aquí me pongo al servicio de Mario y Ricardo para todo lo que haga falta.
    Un abrazo muy grande, Mario, para ti y para Ricardo, por citar a muchos de mis seres queridos y recordarme la importancia de esos primeros seis años de vida pasados en aquella inolvidable calle de los Tres Ochos del llamado barrio de la Quinta de la Paloma.

    ResponderEliminar
  194. Buenas noches. Aquí estoy de nuevo empujado por la nostalgia a este lugar de encuentro de Historias Matritenses. Gracias por vuestra acogida

    Sobre la calle Govinda.
    Durante años he ido comprando viejas guías de Madrid donde vinieran las calles de la Quinta de la Paloma. Y creo que ya comenté que cuando el Ayuntamiento puso los nombres oficiales con su chapa característica, azul con letras blancas a las calles de la Quinta, mi padre cuando vio que iban a poner nombres oficiales, dijo en voz alta algo así: “A ver que ponen”. Y al comprobar que a una la ponían Estrecho de Bonifacio y a otra Estrecho de los Dardanelos y a la de los Tres Ochos la oficializaban, respiró tranquilo.

    Pero y la calle Govinda. ¿Govinda? Naturalmente nunca dije voy a la calle Govinda, yo iba a la carbonería, a la tienda, a la peluquería. Ni idea que en mi barrio hubiera una calle que se llamara Govinda.

    Miro en la “Guía Madrileña” de 1953, 1954 y 1955 dirigida por Juan Manuel de la Blanca y González, busco la calle de los Tres Ochos y dice: "Entrada" por Camino del Ventorro (Govinda) y salida por Pilar González (parece ser la que después sería la de Estrecho de Bonifacio). Luego estas calles ya tenían un nombre.

    Qué lástima que a ese topónimo tan claro, tan autóctono, tan indicativo, Camino del Ventorro, le pusieran desde un despacho Govinda . Por otra parte en la “Memoria de 1942 del Consorcio de la Panadería de Madrid, a esta calle la de denominan Quinta de la Paloma, en cuyo núm. 10, está la panadería a nombre de Felisa García.

    Respecto a Govinda, extraigo este texto de la Wikipedia.

    “Existe una etimología popular entre los religiosos hinduistas: ‘aquel que da placer a las vacas’, ya que go significa ‘vaca’,1 pero no existe una palabra sánscrita vinda (que tendría que significar ‘dador de placer’). Hubo una reina visigoda arriana en España, muerta el 589, de nombre: 'Goswintha', o: 'Gosvinda', idéntico en etimología y semántica, algunos lo interpretan como: 'El camino de las vacas´”
    Para no terminar diciendo eso de ¡¡Manda huevos!! Quiero decir que estos topónimos, Camino del Ventorro, al igual que los de Plaza Mayor, Calle del Ferrocarril, Cuesta de la Vega, hay que respetarlos, pues su propio nombre nos da mucha información. Mandaré fotografía de estas guías. Y concretamente donde aparecen estos textos. Saludos de MARIO

    ResponderEliminar
  195. Muchas gracias, Mario, por tus siempre valiosas investigaciones. Sigue dejándote empujar por la nostalgia, que este lugar de encuentro llamado Historias Matritenses te lo agradecerá enormemente. Aquí precisamente, en este «lugar de encuentro», más de una vez se ha hecho alusión a los nombres de las calles, los verdaderos y los populares, que en muchas ocasiones no coinciden y termina prevaleciendo el popular. A modo de complemento, en mi «segundo barrio madrileño» (Peñagrande-Lacoma), hubo una Carretera de la Playa que fue sustituída por Cardenal Herrera Oria (que sigue existiendo) y todavía muchos vecinos («los más viejos del lugar») se refieren a ella por su primera denominación, que es la originaria y más popular.
    En fin, que a mí me encantan estas historias de la Quinta de la Paloma y también los nombres de sus calles, especialmente la de los Tres Ochos.
    Un saludo,
    Nono

    ResponderEliminar
  196. Muchas gracias Mario y Nono. Me parece una idea sensacional lo de hacer un libro pero tengo muchas dudas. Lo primero, a nivel personal ando con mucho trabajo por lo que casi no tengo tiempo. Después viene el hacerlo en papel. De ser así es imposible, la tirada mínima son 1.000 ejemplares y con seguridad que no se cubriría. Otra cosa es hacerlo aquí en el blog, eso si puede ser. Creo que lo mejor sería hacerlo en colaboración, ir aportando datos de acuerdo con el guión propuesto por Mario y por medio de los comentarios ir aumentando y enriqueciendo los capítulos. Daros cuenta que las vivencias son vuestras, yo puedo aportar datos históricos y es cuestión de ponerse a buscarlos.
    En fin, lo podemos hablar e intentar hacerlo.
    Un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  197. Tienes razón MARIO: De los diez nombres de calles del Barrio Quinta de la Paloma, que aparecen en las distintas Guìas de Madrid de la década de los años 50, a seis calles se les cambió el nombre. Son estas:

    Calle Actual Anterior

    - Crisol Almendros
    - Estrecho Bonifácio Pilar González
    - Dardanelos Paloma
    - Govinda Quinta de la Paloma
    - Timor San Francisco
    - Vora Cid

    Asi se desprende del Plano de la Villa del año 1956-57 del Ayuntamiento de Madrid, publicado en la GUIA OFICIAL DE LAS VIAS PUBLICAS DE MADRID del año 1958
    F.F.Agudo

    ResponderEliminar
  198. Lo siento. El texto anterior, ha salido fatal, la columna de la derecha (nombre de calle anterior), se ha unido a la columna izquierda (nombre de la calle actual). Si la idea no se entiende, puedo repetirlo, haciendo mejor la tabulación.
    F.F.Agudo

    ResponderEliminar