miércoles, 12 de diciembre de 2012

Barrio de Peñagrande Lacoma - Reseña histórica



Corría la primera mitad del siglo XIV, cuando el Rey de Castilla Alfonso XI(1), mandó escribir el libro de La Montería. En el capítulo XV, del tercer libro, leemos lo siguiente:


Lo que vendría a decir en castellano actual: "La Dehesilla, que está entre Alcobiella y el río de Beacos es un buen monte de jabalí (puerco), en Otoño (tiempo de uvas).... "

Grabado utilizado en el Libro de la Montería, del Rey de Castilla Alfonso XI.

Esta referencia sobre cacería es la primera que se conoce en las proximidades de Madrid. Pero se preguntarán por qué hablamos de Beacos en un escrito sobre Peñagrande. Pues Beacos es a Peñagrande, lo que Peñagrande a Beacos, así en los escritos antiguos no hay diferencia entre uno y otro y aparecen indistintamente. De hecho hasta 1936, figuraba siempre señalado en los mapas el lugar como Beacos.

Pero esta no es la única referencia antigua que encontramos a Beacos,  en el año 1553 se dictó la siguiente orden (2):


Perteneciente a Fuencarral era un lugar marcado por los arroyos, dando su vertiente al río Manzanares. Los nombres de los arroyos son de los más diversos según los documentos y años consultados, como: arroyo de la Veguilla, arroyo de los Pinos, y el del Obispo que se unía al de Peñagrande, que a su vez desemboca en el de Beacos y junto al de la Rejilla formaban la llamada Fuente de la Reina. Pero sin lugar a dudas lo más importante era el camino del Río (conocida durante años como carretera de la Playa y actual avenida del Cardenal de Herrera Oria). Fue, junto a la tapia del monte de El Pardo, una frontera artificial a donde llegaba la capital y paralelo a su trazado se desarrollaría el barrio; pero no adelantemos acontecimientos.


La primera referencia a Peñagrande la encontramos en Diario Madrid, en Marzo de 1801, cuando se saca a pública subasta parte de la herencia del marqués de Selva Real. En mayo de 1807, se publicó una relación de tierras de Fuencarral puestas a la venta a voluntad de su dueño, entre las que se cita: "valdezarza, valle de acederas, veguilla, cuevas de valceconejos, fuente morena, cruz verde, huerta de la peña grande (de 5 fanegas), .... " (SIC)

El monte fue reemplazado por la agricultura de secano: vides, trigos y otros cereales; así como árboles frutales: almendros e higueras. Uno de los grandes terratenientes fue la Compañía de Jesús que tuvo una gran explotación agraria en el actual barrio del Pilar hasta su venta en principios de los cincuenta del siglo XX; y don Cesar Cuadrado cuya herencia fue sacada a subasta por el Estado por no tener herederos en 1913, siendo los terrenos contiguos al arroyo de Peñagrande.

La deforestación alrededor de la urbe fue muy común debido a varios hechos: la necesidad de madera, convertir los bosques en terrenos cultivables, y los viajes del agua que desecaban los arroyos y humedales.

Precisamente en 1852 se planteó el hacer llegar a la capital las aguas de Peñagrande, a pesar que estaba muy cerca el viaje del agua de Retamar, que según algunos autores consultados ya tomaba las aguas del arroyo de Peñagrande. Era un proyecto independiente al del Canal de Isabel II, que en aquellos momentos se estaba construyendo, y su ventaja era la rapidez en la ejecución de las obras (el Canal de Isabel II no se inauguró hasta 1858). Por otra parte, el viaje de agua de Amaniel, proveniente de Fuencarral, ya tomaba muchas aguas de la parte más alta de esta vertiente del río Manzanares.

En este plano vemos el Camino del Río, actual avenida de Herrera Oria, el arroyo de la Veguilla, por cuyo cauce pasa ahora la avenida de la Ilustración, y casa de Beacos donde está Peñagrande.

El paisaje que nos encontrábamos a finales del siglo XIX  eran lomas, cruzadas por numerosos caminos que hacían referencia a los diversos caserones -grandes casas de labor- que salpicaban el paisaje: Casa Barrendero, Casa de Isidro, Casa de Ribero, Casa del Cura,....

Es en septiembre de 1914 cuando nace la colonia de Peñagrande, propiamente dicha. Seguidamente transcribimos integra la noticia sobre su fundación:

Colonia El Porvenir - Fuente la Mina

La necesidad de buscar sitios que por sus grandes condiciones higiénicas sirvan para tonificarse y vivir con una amplia libertad y completo desahogo, obligan a crear estas grandes colonias.

Como es natural, las miradas se dirigen hacia la sierra, que atrae con sus encantos y bellezas, y así se comprende fácilmente que toda la zona Norte de Madrid prospere en la forma verdaderamente asombrosa que lo está haciendo.

La Junta de gobierno de esta Asociación, siguiendo las acertadísimas iniciativas y disposiciones de sus ilustres presidentes D. Francisco García Molinas y D. Luis Blanco Soria, se proponen la creación de una verdadera colonia, que sea verdadero modelo entre las de su clase por sus reformas higiénicas y por la situación topográfica de la misma, que es de lo más sano, hermoso y pintoresco que tiene Madrid.

Esta se encuentra situada a un kilómetro de la Dehesa de la Villa (Asilo de la Paloma) y entre las tapias del Pardo.

La superficie total es de ochocientos millones de pies cuadrados, repartidos en una distancia de dos kilómetros.

En la actualidad la Asociación de propietarios se ocupa preferentemente de la explanación de espaciosas calles, instalación de teléfonos en las fincas ya terminadas, traída de luz eléctrica, distribución general del agua de Lozoya y aprovechamiento a su vez de los infinitos manantiales que surgen por todas partes, y restauración de la histórica Fuente de la Mina, edificada en época de Isabel II, circundándola una hermosa plaza, con la denominación de Plaza de Carlos Prast.

Asimismo se están ultimando los trabajos de perfil y parcelario con sus correspondientes planos de la futura avenida-carretera, que enlazando en la de la Coruña, en el Asilo de la Paloma, siga en línea recta hasta enlazar con la calle de Francisco García Molinas, una de las principales calles de la colonia.

Más de doscientas cincuenta personas de todas las clases sociales han adquirido ya grandes parcelas de terreno, con el fin de construir hotelitos, no dudando que en plazo muy corto la colonia “El Porvenir” tendrá tanta importancia como la Ciudad Lineal.

En uno de los sitios mejores, más céntricos y pintores de la colonia, se construirán 3 pabellones con la denominación: el 1º, Grupo escolar; el 2º, Salón de recreos y Casino de la colonia; y el 3º, Domicilio social y Cooperativa.

Así, pues, la Junta de gobierno suplica el concurso decidido del señor ministro de Fomento, del Ayuntamiento, Diputación provincial y diputados a Cortes por Madrid, para que obra tan grande y necesaria a Madrid tenga el desarrollo que merece, pues así lo reconoció el señor alcalde, don Carlos Prast, en una visita que tuvo a bien girar recientemente (ofreciéndonos su apoyo incondicionalmente y el concurso del Ayuntamiento para todo aquello que signifique interés público).

La Junta de gobierno de la expresada colonia “El Porvenir” ha quedado constituida en la siguiente forma:

Presidencia de honor, D. Francisco García Molina, senador del reino; presidencia efectiva, D. Luis Blanco Soria, concejal y director de “España Nueva”; vicepresidente primero, D. Hipólito Guin, doctor en Medicina; vicepresidente segundo, D. Juan Planas y Camps, industrial; tesorero, don Joaquín Lorenzo, propietario; contador, D. Miguel Aracil, propietario; secretario general, D. Mariano García Gómez, empleado; primer vicesecretario, D. Ramón Pulido, periodista y propietario, ....”

Hagamos un pequeño análisis de este acta. En primer lugar el nombre El Porvenir tiene que ver con el carácter liberal y republicano de los presidentes: Francisco García Molinas y Luis Blanco Soria. García Molinas fue el primer presidente de la Federación Española de Fútbol, y curiosamente fue diputado por Puerto Rico, al igual que Arturo Soria. De hecho fue invitado a varios actos en la Ciudad Lineal. Luis Blanco Soria era un conocido republicano y buen periodista.  En febrero de 1915 ambos abandonaron el cargo con el agradecimiento de la colonia.

Pero el dato más importante lo encontramos entre bambalinas, pues los verdaderos propietarios eran Joaquín Lorenzo y Miguel Aracil, como veremos posteriormente.

Apuntar que este nombre de la colonia “El Porvenir”, no tiene que ver con la colonia que se encontraba al noreste de Peñagrande, aunque posiblemente fuera algo residual o sencillamente tomaron el nombre.

Desde 1915 casi todos los impulsos se centraron en hacer la carretera hasta el Asilo de la Paloma. Las fiestas se celebraban el 15 de Agosto, con procesión incluida, al menos desde 1919 de la que tenemos constancia. Es precisamente en este año cuando se añade Peñagrande a la colonia “El Porvenir”.

En 1921 se celebró la Junta General de los propietarios que formaban la Asociación para el Fomento de Peñagrande, tratándose el tema de la ampliación de la línea del tranvía de la CMU, hasta el barrio, aunque solo fue apoyado por 50 vecinos.

En enero de 1923 la Asociación para el Fomento de Peñagrande consigue la contribución de casi todos los vecinos, a razón de 3 céntimos por cada pie cuadrado, con el fin de: “invertir su importe en la construcción de una Escuela, Cuartel de la Guardia Civil, prolongación del tranvía, abastecimiento de agua y otras obras necesarias”.

En 1924 dieron comienzo las obras para erigir el primer templo en Peñagrande, siendo su principal benefactora la marquesa de Villamagna. Se trataba de la Capilla Escuela de Peñagrande, la actual parroquia de San Rafael Arcángel, en la calle Isla de Saipán. Todavía hoy podemos apreciar alguno de los detalles de su construcción original.


Esta capilla escuela fue inaugurada el día 12 de julio de 1925 por la reina Victoria Eugenia. La iniciativa corrió a cargo de don Enrique López, esposo de doña Camila Leiva, marquesa de Villamagna, que viendo la falta de colegios decidió poner el proyecto en marcha. Por su parte Joaquín Lorenzo cedió 30.000 pies de terreno para su construcción. Se cifraba en unos 250 niños los que eran atendidos en este centro.


Otro colegio de Peñagrande estaba en la Quinta Angelita, propiedad de don Luis Altozano. La directora de las Escuelas Nuevas, que así se llamaba, era doña Amalia Domínguez, y a decir de los vecinos hacían una gran labor pedagógica.

En 1928 se firmó el acuerdo con la CMU (propietaria del tranvía Cuatro Caminos-Dehesa de la Villa), para empezar las obras de la prolongación de la línea hasta Peñagrande. Los vecinos contribuyeron a su construcción aportando 200.000 pesetas desde 1928, y dos parcelas en Monte Carmelo y el propio barrio de Peñagrande (3). Este hecho fue ensalzado por muchos como un ejemplo a seguir para atraer el progreso a los barrios periféricos.

En enero de 1931 el Alcalde de Madrid instó a la CMU (propietaria del tranvía Cuatro Caminos-Dehesa de la Villa), para que comenzarán de inmediato las obras. Por fin el primer tranvía llegó a Peñagrande el día 5 de agosto de 1932, a las 6,30 horas de la mañana, y así terminaban las negociaciones empezadas en Abril de 1921.

Única foto conocida de la llegada del primer tranvía a Peñagrande.

En 1935 la iglesia autorizaba a bautizar a los niños en los cercanos barrios de Tetuán y Cuatro Caminos, pero las partidas sacramentales debían hacerse en el pueblo de Fuencarral. No obstante la mayoría de los habitantes de las colonias de Peñagrande y Valdeconejos, provenían o trabajaban en Tetuán o Cuatro Caminos.

En el plano de 1937 aparece por primera vez el tranvía de Peñagrande, pero no así el barrio que sigue apareciendo como Beacos.

Como decíamos anteriormente, don Joaquín Lorenzo Garduño y don Miguel Aracil Gonzálvez crearon la Sociedad “Asociación para el Fomento de Peñagrande”, que empezó a parcelar el barrio. Posteriormente Miguel Aracil abandonó la Sociedad quedando al frente de ella Joaquín Lorenzo, pasando después a su nieto Joaquín Pol. Como curiosidad citar que todavía en 1989 seguía haciéndose requerimiento a estos señores para escriturar terrenos del barrio.

La colonia de Peñagrande se desarrolló en torno a la calle Joaquín Lorenzo, paralela a la avenida del Cardenal Herrera Oria, trazando su entramado entre ésta y el arroyo de la Veguilla. Los antiguos caminos fueron convertidos en calles. Lo más asombroso es que sin ninguna ayuda de los ayuntamientos (primero el de Fuencarral y después el de Madrid), los vecinos hicieron un urbanismo muy aceptable. Para que nos hagamos una idea, la urbanización salvaba un desnivel de unos 55 metros entre la carretera de la Playa y el arroyo de la Veguilla.

Después de la Guerra Civil se instalaron importantes centros cívicos estatales, como la vieja maternidad, el colegio de Nuestra Señora de la Almudena (actual instituto de educación secundaria Isaac Newton).


Hacía 1950, en dirección a Fuente de la Reina, se levantaron las viviendas de la Fundación Francisco Franco, junto al arroyo del Fresno.



Tres fotos cenitales que nos dan una idea del crecimiento del barrio desde 1946 a 2008.

En 1951, al poco de unirse a Madrid capital tras la absorción de los pueblos limítrofes, Peñagrande contaba con unos 3.000 habitantes, siendo los principales núcleos de población: la colonia de Peñagrande, la colonia El Porvenir y Valdeconejos, al otro lado del arroyo Canalejas.

El chabolismo era muy disperso pues se extendía allá y aquí, incluso con edificaciones aisladas en medio del monte, muy al contrario de lo que ocurría en otros barrios de la capital donde el hacinamiento era agobiante.

Comparativa de la ocupación del suelo sobre el callejero actual. Fuente: CAM.

En 1949 se creó la empresa Marcudos, S.L.; con la asociación de Margarita González Lacoma y Pilar Cudos Velasco. Desde 1947 ambas compraron terrenos en la zona el actual barrio de Lacoma con el objeto de levantar pisos para ser puestos en alquiler o para su venta, bajo el auspicio de la Ley de Viviendas Bonificables.

Posteriormente, en 1955, Margarita y Pilar (junto con algunos pequeños socios) fundan una nueva sociedad: Cudosmar, S.A., con el mismo objetivo que la anterior pero centrada en la creación de la Colonia del Pino (al oeste de Lacoma), cuyo proyecto contemplaba la construcción de 2.000 viviendas. Sin embargo solo se llevo acabo parcialmente el plan ya que muchos terrenos no fueron vendidos y quedaron bastantes solares entre los bloques, resultando una trama viaria y urbanística muy precaria.




El trazado de la línea de Peñagrande a su paso por los terrenos de Saconia. Fuente: Juanjo –Urbanity-.

Analizando los datos de 1970 podemos hacernos una idea muy aproximada de lo que era entonces la zona. Sobre unas 1.000 edificaciones, la mitad eran casas unifamiliares. El número de viviendas era de unas 3.300, y el de habitantes 15.000; lo que daba un densidad de población de las más bajas de los barrios de la capital.



El 27 de febrero de 1970 la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Madrid propuso asignar el nombre de avenida del Cardenal Herrera Oria a la carretera de la Playa. Tres años después empezaron las obras del desdoble de la vía, eje fundamental de comunicación en el tráfico este-oeste al norte de la capital en aquel momento.

Noticia sobre la inauguración del colegio Apolo XI.


A principios de 1978 el barrio de Peñagrande se ve amenazado por la especulación, cuando en "aras de la modernidad" seis inmobiliarias se hacen poco a poco con el 64% del terreno, incluidas algunas calles. El sistema empleado era la junta de compensación, usando la formula de volúmenes a cuenta que iba en detrimento de los vecinos. Las viviendas afectadas eran unas 220, siendo en alquiler un 35% aproximadamente.

Calle Islas Bahamas esquina a calle de Ángel Domínguez. Año 1978

Calle de Alicia Baena. Año 1979.



En agosto de 1982, siendo alcalde de Madrid don Enrique Tierno Galván, se entregaron 44 viviendas en la denominada "unidad urbanística número 1 de Peñagrande”, correspondiendo todas ellas a los realojados de la colonia El Porvenir, según el acuerdo que se tomó en la Junta de Compensación.



La construcción del centro comercial de La Vaguada, el trazado de la avenida de la Ilustración y definitivo cierre de la M-30 sobre el arroyo de la Veguilla -inaugurada el 14 de abril de 1992-, dio un desahogo a la avenida del Cardenal Herrera Oria, pero también supuso extender el tablero de ajedrez de las edificaciones hacía la frontera virtual de Herrera Oria. Una pequeña parte de la colonia primigenia de Peñagrande se vio afectada por estas obras.


La inauguración del tramo de la M-40 en el monte de El Pardo (diciembre de 1996), junto a la prolongación de la línea número 7 del Metro (marzo de 1999), significaron la extensión definitiva de la gran urbe, y aquella carretera del Río dejó de ser la frontera norte de la ciudad, y el carácter bucólico de los campos aledaños se van diluyendo poco a poco en la tela de araña de Madrid.
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Otros artículos del barrio:

Peñagrande – Lacoma – El barrio
Peñagrande – Lacoma – Álbum de fotos


Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora: José Manuel Seseña

Notas:
1 - Alfonso XI, Rey de Castilla; años 1311-1350.
2 - Tratado de las siembras y plantíos de árboles, y de su cultivo - De Duhamel du Monceau.
3 – Por parte de la Asociación de Fomento de Peñagrande firmaron: Francisco Javier Fernández Vial, Joaquín Lorenzo Garduño, Leopoldo Gómez Rodríguez y José Martínez Barciela.

Bibliografía:
Hemeroteca BNE
Hemeroteca ABC
Coleccionable de Madrid - Espasa Calpe
Prensa histórica MCU
Nomenclátor CAM

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (XI)


Suizo en Los Cotos. Foto Javier Aranguren 1970

En la entrega anterior habíamos detenido nuestro viaje virtual a la entrada de la estación de Los Cotos. Sus singulares características hace que le dediquemos especial atención.

Los Cotos por la tarde. Foto Manuel Cayola invierno 2012

La vía general por la que venimos desde Vaquerizas finaliza en la topera de la subestación y la playa de vías de viajeros, conformada por tres, parten a la izquierda como vías desviadas, disposición errática que no comprendemos pero que en la actualidad está corregida con la rectificación del trazado de la entrada de la vía general y levante de la aguja de la vía de la subestación que queda sin enlace.

Playa de vías de Los Cotos en un gélido día invernal. Foto Ju5 invierno 2007

Los edificios de la estación son dos, ambos situados a la derecha.

En primer lugar el de la subestación, en él finaliza la línea eléctrica Tablada-Los Cotos.

En segundo lugar el edificio de viajeros. Es de dos plantas, con porche, y tejados con gran inclinación para facilitar que en la época invernal la nieve escurra evitando con ello su acumulación. El acceso es a través de un ancho vial con acera para peatones en el lado muro, apto para todo tipo de vehículos, que desde el mismo andén principal del lado final de vía del edificio de viajeros, asciende hasta el Puerto de los Cotos en aproximadamente 250 metros de longitud (1).

Los Cotos. Llegada de un suizo recarrozado. Ha desaparecido la vía muerta a continuación de la de la izquierda. Foto Javier Aranguren 1975

Los Cotos. El  suizo recarrozado con cuñas quitanieves, haciendo la maniobra para liberarse del remolque. Foto Javier Aranguren 1975

Los Cotos. Suizo recarrozado ya dispuesto para volver a Cercedilla. Foto Javier Aranguren 1975

Volviendo a la situación con la fue inaugurada la línea en Octubre de 1964, la vía procedente de Cercedilla encuentra a la izquierda una primera aguja de la que parte otra vía que a su vez se desdobla para ser las vías 2 y 3.

Después de esa primera aguja, la vía principal encuentra una segunda aguja que es la comentada del acceso a la subestación eléctrica, continuando en desviada para llegar hasta el edificio principal.

Llegada del tren inaugural de la prolongación a Los Cotos. Colección César Mohedas

Acto inaugural de la prolongación en Los Cotos. Foto Colección Javier Aranguren

El agrupamiento de vías por el final es así: la vía 3 se une a la 2 y desde ésta, antes de incorporarse en la 1, parte una vía muerta de la longitud de un remolque o poco mas, desaparecida con la reforma general de instalaciones de 1973, de la que se llegó a decir que su existencia era para servir en un futuro de vía madre para cuando alguno de los diversos ramales proyectados fueran realidad, aunque la utilidad mas práctica era la de apartado de un remolque para que no estuviera detenido en la vía general o en las de sobrepaso 2 ó 3 (2).

Los Cotos, playa antigua de vías en la que esta en primer termino la vía muerta hoy inexistente. Foto Gire-Renfe

Los andenes son dos, uno el principal para la vía 1, que comienza a continuación de la subestación y termina donde se inicia el vial de acceso al Puerto de Los Cotos, y otro, secundario entre las vías 2 y 3, de similar longitud pero algo desplazado hacia el lado Cercedilla tanto su principio como su final.

Este segundo andén es un lugar indicado para apreciar el pinar y el valle del fondo, pues la playa de vías de Los Cotos, asentada en terraplén para establecer este andén y la vía 3, proporciona por su elevación un claro en el bosque.

Los Cotos. Haciendo la maniobra de escape para liberarse del remolque, Junio 1968. Foto Colección Javier Aranguren

En el mismo lugar que la anterior pero la vía hacia ningún sitio porque no se precisan maniobras. Foto Ju5

Pero después de agruparse las tres vías en una, continúa como vía general la procedente del andén principal.

Túnel de Cotos en estado de origen, con catenaria en la vía. Foto M.O.P.

Túnel de Cotos en estado actual. Obsérvese la ausencia de catenaria. Foto Manuel Cayola invierno 2012

Comienza una trinchera en curva a la derecha, de tierra en el lado izquierdo y muro de piedra ascendente en el lado derecho sobre el que se asienta el vial que conduce al Puerto de los Cotos, atraviesa la divisoria Castilla y León-Comunidad de Madrid donde entra de nuevo en esta última, y finaliza, casi a continuación, ante la boca del túnel sin salida de Los Cotos.

Los túneles siempre han tenido un halo de misterio que excitan la curiosidad general al adentrarse en un mundo desconocido a través de las entrañas de la tierra (3), y el de Los Cotos no iba a ser menos pues el hecho de no tener salida ha dado lugar a comentarios de lo mas diverso, y máxime que actualmente se encuentra cerrado con una puerta metálica que incrementa todavía mas las ganas de saber lo que hay detrás.

He tenido la oportunidad, y también la suerte, de poder introducirme en él en un verano, en época de funcionamiento del ferrocarril, pues antes de la inauguración tuve reparo en entrar. En tal ocasión, la boca del túnel todavía estaba en estado de origen, es decir, sin puerta, y la vía totalmente libre, sin servir de apartado de material inútil, y esto es lo que vi:

Interior del túnel visto desde muy cerca del final. Foto Manuel Cayola invierno 2012

"La curva de la trinchera continúa en el interior del túnel hasta el final, punto desde el que no se ve la boca de entrada pero sí el resplandor de la luz.
El perfil es horizontal a excepción de los cinco metros iniciales que tienen la misma rampa de la trinchera, medida que tiene como objetivo que las aguas exteriores no penetren en su interior.
No observé filtraciones en la bóveda.
El final no es una pared frontal vertical como sería lo normal, sino que empieza una rampa de tierra de hastial a hastial tapando el último metro de raíl y empieza a ascender hasta llegar a la bóveda, que “a ojo” puede ser del 40%, perfectamente accesible para curiosos como yo. 
El tendido eléctrico acaba un metro después de empezar la rampa de tierra por lo que subir hasta la bóveda no entraña peligro. No obstante, es muy probable que este tramo estuviera desconectado a partir del seccionamiento que hay al comienzo de la trinchera."

Final del túnel y también de la línea. Foto Manuel Cayola invierno 2012

Así es el final de la línea Cercedilla-Los Cotos, cuyo proyecto mas importante consistió en unirlo al Ferrocarril Directo Madrid-Burgos, inaugurado cuatro años después, el 4 de Julio de 1968, en la estación de Gargantilla pasando por Rascafría. En el momento de poner en servicio Puerto de Navacerrada-Los Cotos todavía se consideraba posible tal prolongación, pero ninguna obra se hizo a excepción del edificio de Gargantilla que era anterior, con una configuración en ángulo recto, diferente al resto de las estaciones del Directo, a fin de permitir la llegada de nuestro ferrocarril con trasbordo en el mismo andén (4).

Después de la descripción física del túnel ha de indicarse el por qué de su construcción pues de todos es sabido que las obras se realizan siempre que sea posible por defecto y nunca por exceso (5), por lo que es evidente que tiene que haber una motivación puesto que desde la última aguja hasta el final de vía dentro del túnel hay 185 metros, longitud mas que suficiente para efectuar la maniobra de cambio de vía ya que con 40 metros disponibles se puede efectuar holgadamente sin necesidad de hacer tan larga la trinchera y luego la galería subterránea.

Pues sí, efectivamente hay un motivo, y no es otro que el de servir de aparcamiento nocturno de vehículos con el fin de facilitar que el tren pueda arrancar al día siguiente a la hora de comienzo del servicio, algo realmente difícil si está toda la noche al raso a muy bajas temperaturas, y para ello se construyó en horizontal y en saco pues no tenía sentido darle otra salida que produciría un enorme tiro de viento, no obstante, fácil de hacer en caso de decidir prolongar el ferrocarril. Los horarios de trenes grafíados nunca establecieron que un vehículo hiciera noche en Los Cotos y por tanto esta costosa infraestructura de trinchera y túnel de cerca de 150 metros de longitud de exceso ha resultado innecesaria.

Conjunto de la estación desde el lado Puerto Navacerrada. Foto Manuel Cayola invierno 2012

Conjunto de la estación desde el lado túnel. Foto Manuel Cayola invierno 2012

La estación de Los Cotos fue construida sobredimensionada para los servicios que empezó a prestar, cuestión que se ha visto acrecentada en la actualidad con la progresiva disminución del tráfico ferroviario. Estaba terminada en el verano de 1962, al igual que el resto del ferrocarril desde el Puerto de Navacerrada, en lo que respecta a vías e instalación de tendido eléctrico, aunque sin tensión puesto que aún no se había construido la línea eléctrica Tablada-Los Cotos, situación inmovilista que produjo un deterioro acusado de las traviesas por las inclemencias del tiempo y sus diferencias térmicas.

La vía 3, apenas utilizada, ha sido lamentablemente protagonista al usarse como destino final de material ferroviario de la primera generación recarrozado para proceder a su desguace.

Los Cotos. La nieve es una muestra palpable de la escasa utilización que tienen sus instalaciones. Foto Javier Aranguren

Además de las dos vías muertas levantadas cuando el cierre de la línea, ya comentadas, se ha desmantelado también la catenaria de la vía que va hacia el túnel a excepción de un corto tramo a partir de la última aguja que tiene la longitud justa para permitir la maniobra de cambio de vía de una unidad de tren, acción que en la actualidad no es necesaria puesto que solo se utiliza la vía 1 hasta el edificio de viajeros ya que el sistema de explotación es en forma de lanzadera y además el coche motor y el remolque que conforman la composición van acoplados.

La nieve nos dice que  solo se utiliza la vía 1 hasta el edificio de la estación de Los Cotos, su continuidad y la 2 y la 3 no tienen uso. Foto José Luis Cortijo

El túnel no ha sido utilizado para nada ni ha tenido circulaciones hasta mucho tiempo después de la inauguración en que se ha decidido aprovecharlo y cerrarlo para alojar material inútil que las condiciones climatológicas del entorno han favorecido el que aún se deteriore mas. Mal que nos pese a los aficionados ferroviarios, el cierre con puerta metálica tiene dos objetivos, uno impedir la curiosidad poco sana que pueda llegar a servir de refugio permanente y otro evitar cualquier accidente a causa del decrépito material alojado.

Curioso visitante de las instalaciones ferroviarias de Los Cotos. Al fondo inicio trinchera que conduce al túnel con la vía cubierta de nieve. Foto Ju5

En otro orden de cosas, la falta de actividad de la estación ha facilitado que sirva de plató de cine, pues en 1969 se rodó la película “Hora cero: Operación Rommel”, detallada en la entrega anterior, con escenas en su entorno, incluyendo el túnel final.

Los Cotos cuando llegó el Eléctrico, www.newasport.com

Estación de Cotos y carretera al Puerto de Navacerrada. Foto Fernando Borruel (www.rutasyascensiones.org)

Hay que agradecer que la llegada del tren a Los Cotos propiciara la expansión de las instalaciones de este puerto que contaba con la solitaria presencia de la Venta Marcelino junto el chalet-refugio del Club Alpino y durante el verano el funcionamiento de un campamento militar cuya entrada estaba al final de la recta con la que la carretera inicia el descenso a El Paular, punto que al comenzar la década de los sesenta era el final de la pavimentación continuando desde aquí en tierra hasta las inmediaciones de la zona recreativa de La Isla, en el término municipal de Rascafría. De esta manera la oferta de nieve se diversificó dejando de ser la estación invernal de Navacerrada la única existente, ampliando el espacio para aparcamiento de vehículos, siempre insuficientes en la temporada alta, realizado con menor impacto medioambiental por permitirlo el terreno, y además de Valcotos se creó Valdesquí, otra nueva estación invernal, situada a tres kilómetros del puerto de Los Cotos, a la que le vendría muy bien la prolongación del ferrocarril como otro medio mas de transporte alternativo.

Los Cotos, a la izquierda hacia Rascafría y a la derecha hacia Valdesquí. Foto Manuel Cayola invierno 2012

De cualquier forma, las tres siempre se saturaban, indicando a los automovilistas a la salida de Madrid cuando los aparcamientos ya están completos por lo que hay que espabilar si se quiere ir a esquiar. Viene como anillo al dedo el refrán “A quien madruga Dios le ayuda”.


Actualmente está desmantelada la estación invernal de Valcotos al haberse creado el Parque Natural de Peñalara.

Estación de Los Cotos, loma del Noruego y Valdesquí. Foto Fernando Borruel (www.rutasyascensiones.org)

Múltiples excursiones se pueden realizar desde Los Cotos pero las dos mas conocidas son ascender al Pico de Peñalara o el ir hasta la laguna del mismo nombre, cuyo día grande era el primer domingo de Agosto cuando se celebraba su travesía a nado, actividad deportiva que se empezó a celebrar en la década de los años veinte y que dejó de realizarse en los noventa para evitar el deterioro de la zona por la masificación del elevado número de visitantes que acudían a verla, quedando prohibida, además, la práctica del baño en todo tiempo.

Pico Peñalara y al fondo Los Cotos – Foto Wikipedia

Laguna de Peñalara. Foto Comunidad de Madrid

Continuará nuestra evocación, y también reivindicación, del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama.
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Entregas anteriores:
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (I)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (II)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (III)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (IV)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (V)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (VI)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (VII)
El Ferrocarril Eléctrico de Guadarrama (VIII)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (IX)

El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (X)

Autor José Manuel Seseña

En el blog Historias Matritenses también colabora Ricardo Márquez

Agradecimientos:
A Javier Aranguren, experto aficionado y gran conocedor de la línea,  por la autorización para poder reproducir fotos de su colección, y también a Senén Fernández, José Luis Cortijo Martín, Ju5 (Lorena y Juan), Ezequiel Martín (www.Cercedilla.net), Fernando Borruel (www.rutasyascensiones.org), Gonzalo Fanjul hijo, Antonio Agulló, Carlos López Bustos, José Gascón, Jordi Ibáñez, Justo Arenillas, José Luis García Salazar, Antonio García Portas y Mercedes (Maquetrén), Jaime Fernández (Amical Ferroviaria), Mariano Orozco, Paco Zabala, César Mohedas, cuyas fotos están intercaladas en las diversas entregas, grandes aficionados al ferrocarril y al Eléctrico en particular, algunos de los cuales ya no están entre nosotros, y también a Manuel Cayola, que es además montañero incansable, por el extraordinario reportaje que, por falta de espacio, han quedado numerosas fotos interesantes sin poner, con nieve y sin nieve, junto con vídeos. Asimismo también a todos aquellos que nos han dado su apoyo para realizar este trabajo.
También a las páginas web www.cercedilla.es, www.panoramio.com www.newasport.com, y www.drehscheibe-foren.de.


Bibliografía
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama, de Javier Aranguren.
Automotores Españoles (1906-1991), de Javier Aranguren.

Notas:
(1) Es el punto ideal de la línea Cercedilla-Los Cotos en el que pueden acceder los camiones góndolas para llevar o traer material ferroviario porque tiene espacio de maniobra, aunque esta operación se ha realizado en Camorritos que obliga necesariamente a tener que pasar por el casco urbano de Cercedilla después de realizar ciertos movimientos de ida y vuelta por el mismo punto para poder invertir la posición del camión.
(2) La función de esta vía era la misma que la del Puerto de Navacerrada, ambas desaparecidas. Mientras en ésta última solo sirvió para apartar material de servicio en ciertos momentos, en cambio en Los Cotos nunca tuvo ningún uso.
(3) Recuérdese los ríos de tinta vertidos sobre la estación del metro de Chamberí o la impresión que causó a los madrileños el paso bajo el río Manzanares cuando se inauguró el Ferrocarril Suburbano.
La especial configuración orográfica de España ha hecho necesario la construcción de numerosos túneles, algunos de los cuales con monumentales boquillas para resaltar su importancia como es el caso del túnel de Somosierra en la provincia de Madrid. La red de alta velocidad ha incrementado el número y longitud de estas imprescindibles infraestructuras.
Muchos de los túneles ferroviarios tienen su propia historia, y como la lista sería interminable solo vamos a citar algunos ejemplos: Argentera, Canfranc, El Lazo, Engaña, Meridiano, Perruca, Torre del Bierzo y el citado anteriormente de Somosierra.
(4) Si se hubieran construido los ramales por el entorno de Los Cotos y el enlace con el Madrid-Burgos no sabemos lo que habría ocurrido con ellos el 1 de Enero de 1985 cuando la guadaña del Ministerio de Fomento, agitada por el ministro de turno Enrique Barón del Gobierno Felipe González, segó mas de 1.000 kilómetros de vías férreas en España.
El edificio de la estación de Gargantilla está actualmente derruido.
(5) Son varios los casos que se pueden citar de infraestructuras terminadas incompletas en base a estudios, erráticos por supuesto, que indican que no son necesarias en toda su longitud en el momento de la inauguración:
*El túnel saco del Ferrocarril Suburbano de Carabanchel en Plaza de España, hoy L10 de Metro, no permitía la maniobra de seis coches hasta que se habilitó el tramo necesario durante las obras de prolongación a Alonso Martínez.
*El túnel saco del Ferrocarril Aluche-Móstoles en Aluche, hoy C-5, tenía de longitud la mitad de la de las estaciones de la línea. Para poder aumentar la longitud de las composiciones hubo que esperar a las obras de prolongación a Laguna a fin de habilitar el tramo inicial de continuación.