viernes, 2 de octubre de 2020

El pino de Napoleón y el Castillo de Chamartín

Entre la realidad y la leyenda se ha venido hablando del pino de Napaleón, que se supone que estuvo en el Pinar del Chamartín. Incluso hay fotos del pino, que el pino como tal existió, pero no sabemos sí Napoleón estuvo alguna vez bajo su sombra.



Foto de Laurent. 1898. Panorama Nacional.


A la vez que investigamos donde se encontraba el pino nos topamos con “El Castillo de Chamartín”, castillo que vamos a intentar averiguar qué era exactamente.



El Pinar de Chamartín formaba parte de las posesiones de los Duques de Pastrana y del Infantado, quienes tenían su quinta de recreo en el pueblo de Chamartín y en cuyo palacio se alojó Napoleón cuando vino a dirigir personalmente al ejército francés en la segunda toma de Madrid.



Posiblemente Napoleón llegó a Chamartín el día 2 de diciembre de 1808, y parece que se alojó en una de las dos quintas de recreo del pueblo de los Duques de Pastrana, unas fuentes dicen que en el Palacio Nuevo y otras en el Palacio Viejo. Sea como fuere, a muy poca distancia, cruzando el arroyo Abroñigal se encontraba en unas lomas el Pinar de Chamartín, protagonista de nuestra investigación.



La historia, o leyenda, dice que Napoleón paseaba hasta el pinar y se sentaba debajo de un gran pino que había en el lugar, aunque otra versión de la historia es que apoyado en ese pino (o quizás pinos) se instaló la tienda de campaña de Napoleón. Según los estudiosos de Napoleón, éste llevaba unos grandes tapices que representaban sus victorias y decoraban su tienda de campaña para amedrentar a los visitantes enemigos que iban a tratar con él. Lo cierto es que en casi todos los grabados franceses (seguidamente ponemos tres), parece que la capitulación de Madrid se firmó en la tienda de campaña, y aunque casi todos los autores de estos tipos de grabados introducían elementos grandilocuentes, como puede ser el carácter marcial de Napoleón, la tienda de campaña es posible que fuera el lugar donde Napoleón recibió a los emisarios de Madrid. De lo que no hay duda es que la capitulación fue firmada el día 4 de diciembre de 1808 en Chamartín de la Rosa, y Napoleón abandonó Chamartín el día 22 de diciembre.






Los Duques de Pastrana donaron su finca del Palacio Viejo de Chamartín, llamada “El Recuerdo”, en octubre de 1879 a los Jesuitas y estos crearon el colegio El Recuerdo con el mismo nombre que la quinta. Dentro de la finca estaba incluido el Pinar de Chamartín. Por otra parte, antes, en 1859, los Duques de Pastrana donaron la finca del Palacio Nuevo a las religiosas del Sagrado Corazón, quienes establecieron en el lugar el colegio con el mismo nombre de su congregación.

Es a finales del siglo XIX, cuando se comenzó a hablar del Pino de Napoleón, siendo la mayoría testimonios orales recogidos a mediados de ese mismo siglo. La primera fotografía del Pino de Napoleón, tomada por Laurent y que abre este artículo, fue publicada en la revista Panorama Nacional en 1898; sin embargo en la revista nada se decía que este pino era el de Napoleón. Esta misma foto de Laurent, junto a otra que se debió de tomar casi en las mismas fechas, fueron utilizadas en diversas tarjetas postales, y en ellas sí que se menciona que era el pino de Napoleón.



La foto de Laurent en una de las postales que editó el colegio de Nuestra Señora del Recuerdo.


Otra de las postales de la segunda serie. Foto: Todocoleccion.


La misma foto de la postal anterior pero sin ser postal, lo que indica que posiblemente fuera de algún fotógrafo de renombre, bien pudiera ser también de Laurent. Es importante ver que la cuesta del pinar en todas las fotos siempre está a la derecha de camino, lo que nos orienta en qué lugar estaba el pino.



No obstante sí que es muy factible que la tienda de campaña se pusiera junto a este pino  tan grande. Los tapices debían de tener un gran peso y el pino era un excelente punto de sujeción, además según se observa en los mapas topográficos era el sitio más plano para instalar la tienda, contaba con varios caminos para el remoto caso de que fueran atacados y las tropas podían vigilar los movimientos de cualquier fuerza hostil desde la altura del pinar. 



A la vez que hacíamos la investigación para averiguar en qué parte del Pinar de Chamartín se encontraba el famoso pino, nos topamos con el Castillo de Chamartín, que también estaba enclavado en el pinar, y vamos a intentar saber qué era realmente.



El Castillo de Chamartín en una de las postales del colegio del Recuerdo.



Lo primero es ver como mandó Napoleón a sus tropas atacar Madrid. En el plano podemos ver la disposición de las divisiones y como se centraron fundamentalmente en el norte y el oeste para entrar por las distintas puertas. De amarillo remarcadas las divisiones francesas y en rojo donde estaban las puertas de Madrid. Destacar que los triángulos invertidos eran las fuerzas de caballería francesas, los temidos dragones, mientras que todas las líneas rayadas eran las baterías de artillería que bombardearon el endeble muro que rodeaba Madrid. Como se ve la artillería sobre todo castigó la parte del Retiro.



Plano francés, 1808.


El plano francés es muy bueno y hay que destacar la gran pericia de los cartógrafos franceses que en poco tiempo consiguieron levantar unos planos muy precisos, haciendo en unos días unos planos que España todavía no poseía.



Más arriba de este plano nos encontramos la posición de las fuerzas que cubrían Chamartín, tres pequeños destacamentos de caballería a la parte de Madrid y dos compañías en la parte más alta del Pinar de Chamartín, en lo que hoy en día es aproximadamente la Ciudad Lineal, calle Arturo Soria. Estos soldados debían de estar destinados a proteger al Emperador en el caso improbable de que se produjera un ataque. El destacamento superior del pinar estaba muy cerca del castillo, aunque en aquel entonces estamos convencidos de que no existía como veremos a continuación.



De azul remarcado el curso del arroyo Abroñigal, de verde el Pinar de Chamartín y de amarillo la disposición de las fuerzas francesas. Plano francés, 1808.


Detalle del plano de Madoz de 1853, donde vemos que al pinar se le llamaba El Monte de Chamartín.


Según las crónicas del Recuerdo los alumnos salían de paseo a la propia finca del colegio y se podían ir hasta el pinar. Parece que el castillo era el lugar preferido de los chicos. Todo nos hace pensar que el Castillo de Chamartín debió de ser mandado construir por los duques de Pastrana poco antes de donar la finca a los Jesuitas. Sabemos que el Castillo de Chamartín estaba construido en ladrillo y según el periódico El Liberal fue mando levantar a mediados del siglo XIX, pero no hemos encontrando ningún otro dato para poder confirmar este punto. Tampoco disponemos de un plano suficientemente detallado en el que poder comprobarlo, siendo el primero donde aparece el castillo en el de Facundo Cañadas de 1900.



Plano catastral de 1885 de Chamartín de la Rosa


Plano de Facundo Cañadas, 1900. La flecha verde marca la posición del castillo. El número 5 corresponde al colegio del Recuerdo, que como se ve tenía un camino totalmente recto hasta el pinar.


El camino del pinar dentro del colegio El Recuerdo. Postal, hacía 1900.


Otra postal del camino algo más adelante que la anterior, en la que vemos de fondo el Castillo de Chamartín.


Fotografía del Pinar de Chamartín y del castillo tomada por Laurent a finales del siglo XIX. Obsérvese el fuerte desnivel que tenía el pinar.


Nos inclinamos a pensar que el castillo fue un capricho de los duques y que realmente era una casa de vigilancia, que además de su belleza y de gozar de unas vistas estupendas desde el lugar más alto del pinar, debió de servir para vivienda para los empleados que cuidaban el ganado y los campos de labor que tenían en la finca. 



Recreación del plano de 1900, hecha por Miguel Lasso de la Vega Zamora en su magnífico libro de las quintas de Madrid, donde ya apuntaba la función de vigilancia del castillo.


De hecho no era la única construcción con forma de castillo de Chamartín, en la siguiente estereoscopia de Augusto Arcimis (FPN) tomada a finales del siglo XIX, vemos el torreón almenado de la quinta de San Enrique de la familia Guilhou, otra de las fincas de Chamartín, y que todavía hoy sigue en píe en la calle Tahona esquina con la Av. Comandante Franco. Posiblemente este tipo de construcciones se puso de moda entre las familias adineradas de Chamartín de entonces. 




Postal del colegio del Recuerdo visto desde el Pinar de Chamartín con el camino recto que llevaba a él. Ambos lados del camino eran campos de labranza, por lo que en buena lógica los alumnos no podían jugar en ellos. Postal, hacia 1900.


Postal del Pinar de Chamartín visto desde el castillo. Hacía 1900. Foto: Todocoleccion.


Fotografía del Pinar de Chamartín tomada aproximadamente desde la parte de arriba de la Cuesta de Sagrado Corazón. En lo alto se distingue el castillo. Año 1911, revista Ciudad Lineal (BNE).


Con relación a la ubicación exacta del Pino de Napoleón creemos que se trata del pino (en realidad había tres juntos como vemos en las fotos), que estaban junto al arroyo Abroñigal, al oeste del pinar, y junto al camino que iba por el pinar de sur a norte. En la siguiente foto cenital del Ayuntamiento de Madrid del año 1927 marcamos con la flecha de la izquierda la posición del pino y con la de la derecha la del castillo.




Plano parcelario del Ayuntamiento de Madrid del año 1929. La flecha marca el castillo, por desgracia el plano no llega a reflejar la posición del pino.


El Pinar de Chamartín visto desde la parte baja de la Cuesta del Sagrado Corazón. Foto: CMU. Hacia 1930.


Foto aérea donde se aprecia bastante bien el castillo. El pino no llega a salir, estaría en la esquina inferior izquierda. El castillo tenía a su alrededor una buena explanada que pudo ser utilizado por las tropas de Napoleón y como terreno de pasto para el ganado. Foto: CMU. Hacia 1930.


Plano de 1932 del Instituto Geográfico Nacional, donde aparece reflejado el castillo.


En las dos siguientes fotos cenitales del Ayuntamiento de Madrid del año 1943, podemos observar en la primera de ellas el gran porte del supuesto Pino de Napoleón y a su derecha parece que el castillo debió de sufrir bastantes daños durante la Guerra Civil. La segunda la ponemos pues se aprecia la poca sombra del castillo, lo que indica que seguramente perdió altura.





La siguiente foto cenital es del vuelo norteamericano de 1946 (IGN). Llama la atención que han desaparecido casi todos los árboles que estaban junto al arroyo Abroñigal, menos nuestro pino. También el pinar perdió muchos árboles en apenas tres años, seguramente toda la madera disponible fue aprovechada en aquellos años de tantas carencias. Del Castillo prácticamente no queda rastro. Foto: Ayuntamiento de Madrid.




Por suerte contamos con la aplicación Nomecalles de la Comunidad de Madrid, y podemos sobreponer con bastante precisión el lugar que ocuparía hoy la foto anterior de 1946.




Hacía 1951 se levantó en la parte alta del pinar el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja,  donde se encontraba el castillo, ocupando las instalaciones casi todo el pinar. El camino fue aprovechado para dejar la entrada al instituto. 



El pino se quedó casi solo en el camino, aunque seguía destacando su gran porte. Año 1954, Ayuntamiento de Madrid.




En una serie de fotografías aéreas que debió de encargar el Instituto Eduardo Torroja a principios de los años sesenta del pasado siglo y en la que vemos como sobrevivió nuestro pino. Archivo de Cataluña.


La última foto que hemos encontrado del Pino de Napoleón es del año 1972, cuando el Ayuntamiento de Madrid hizo unas tomas de la zona con motivo de la remodelación de la calle Arturo Soria. En ella podemos ver como los edificios cada vez estaban más cerca y que la plantación de álamos blancos a su alrededor hacia parecer más pequeño al Pino de Napoleón. Tres años después, con la construcción de la M30, el pino desapareció.




Vista panorámica actual desde la azotea del colegio de Huérfanos de la Armada (CHA), que acompaña al Pinar de Chamartín desde 1917. Unos pocos pinos asoman sus copas sobre los altos edificios amenazantes, pinos desperdigados entre las calles y las fincas del CHA y el Instituto Eduardo Torroja, los últimos resquicios del pinar.

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Autor: Ricardo Márquez


En este blog también participa José Manuel Seseña




Fuentes utilizadas:


- Página web de Todocoleccion.


- Un paseo por la Ciudad Lineal, de David M. Sánchez Fernández, ISBN: 9788498730982.


- Quintas de recreo. Las casas de campo de la aristocracia alrededor de Madrid. Libro I. De Miguel Lasso de la Vega Zamora. ISBN: 9788478126279,


- Páginas de cartografía del Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, del Instituto Geográfico Nacional, la web de la Fototeca del Patrimonio Histórico y del Archivo Digital de Cataluña.


- Página y documentos del colegio Nuestra Señora del Recuerdo.








jueves, 17 de septiembre de 2020

La Casa de la Cruzada y la calle de la Cruzada

En la parte más antigua de Madrid, casi frente al Palacio Real, se encuentra la calle de la Cruzada, que va desde la Plaza de Santiago a la calle de San Nicolás.



El nombre de la calle viene porque allí se encontraba la sede del Consejo de la Santa Cruzada (o Comisaría de Cruzada), una especie de tribunal que gestionaba los ingresos concedidos por la Santa Sede y dictaba la última palabra en las sentencias en las que intervenía el clero y había discrepancias. Fue creado por los Reyes Católicos en el año 1509 bajo el papado de Julio II.



El motivo de hacer este artículo fue que en el grupo de Facebook de Historias Matritenses, en especial con Jerónimo García, comentamos los clásicos azulejos que el Ayuntamiento de Madrid pone en los rótulos de las calles, donde se refleja una puerta de entrada a uno de los caserones que se encuentran en la calle de la Cruzada, concretamente el de la Casa de Domingo Trespalacios que todavía hoy existe. La duda era si el dibujo de los azulejos era de la entrada de la Casa de la Cruzada, sede del Consejo de la Cruzada. Las diversas fuentes consultadas, incluso municipales, dicen que la Casa de Domingo Trespalacios fue la Casa de la Cruzada, pero después de una investigación a fondo podemos afirmar que no.



Para demostrarlo vamos a buscar toda la historia de la calle y algunas de las casas que formaban el barrio de San Nicolás. El escrito más importante que encontramos, y en el que pensamos que están basados los documentos que hasta ahora se han hecho sobre la calle, es el libro de Mesonero Romanos “El antiguo Madrid : paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa" del año 1861. En él nos cuenta lo siguiente sobre la calle de la Cruzada:



Casas de Herrera y de la Cruzada. 


La familia de los Herreras, fundada en Madrid por Alonso Gómez de Herrera, a principios del siglo XV, y en que su nieto D. Melchor tuvo el título de primer marqués de Auñón, regidor y alférez de Madrid en 1583, poseía varias otras casas en esta demarcación y capilla propia en esta parroquia; las principales de aquéllas eran las que estaban a la esquina, frente a la iglesia de San Juan, por la puerta que miraba a Palacio, y otras en la plazuela de Santiago y detrás de Santa Clara; ninguna de ellas existe, y sí sólo las de enfrente, que fueron de Pedro de Herrera el Viejo, del Marqués de Auñón y Conde de Olivares, que reedificó después el consejo de la Santa Cruzada, para establecerse en ella, y hoy poseen los Condes de Campo Alange, por el mayorazgo de Negrete. Dichas casas son suntuosas y de buena fábrica, con frentes a la calle de la Cruzada y de San Nicolás.



Casas de los Lodeñas y otras.


Formando la esquina de dicha calle, frente a la iglesia de Santiago, existe otra casa notable, que fue de la ilustre familia de los Lodeñas, y labró de nuevo, a principios del siglo XVII, D. Sancho de la Cerda, marqués de la Laguna, cuyos escudos de armas se ven en la fachada, y a la esquina de ella se alza una torrecilla como las que solían tener todas estas casas principales de la nobleza madrileña, y un ancho zaguán de dos puertas. La inmediata, que forma con ella la manzana 428 y tiene su entrada por la calle de la Cruzada con vuelta a la de Santiago, perteneció a la familia de los Guzmanes.



Entrada actual a la Casa de Domingo Trespalacios, calle de la Cruzada nº 4, y que es la que se muestra en los azulejos de los rótulos de la calle. Foto: Google.

Por tanto sabemos que la Casa de la Cruzada y la de los Guzmanes daban a las calles de la Cruzada y San Nicolás, y que las Casas de Lodeñas junto con las Casas de los Guzmanes formaban  la manzana 428, mientras que la de la Cruzada era la manzana 427 como veremos más adelante. Consultando los planos podemos afirmar que las Casas de Herrera y la Cruzada eran el actual número 3 de la calle de la Cruzada, y la de Lodeñas y Guzmanes era los actuales números 2 y 4.



En el plano de Texeira de 1656, podemos ver con bastante detalle la Casa de la Cruzada, marcada con una equis roja. 



Con relación a la manzana 428 tenemos que el número 4 de la calle Cruzada es la casa llamada actualmente de Domingo Trespalacios (la que aparece en la placa de la calle) y que en realidad esta casa fue la de los Guzmanes que estaba comunicada directamente con la iglesia de San Juan –hoy desparecida- por un pasadizo como se ve en el plano. La propiedad de la casa de los Guzmanes pasó a la casa de Alba y después a Trespalacios, quien en 1768 compró un terreno aledaño, posiblemente junto a la iglesia de San Juan, para reconstruir o ampliar el palacio tal y como lo conocemos hoy. Por eso la casa de los Guzmanes que vemos en el plano de Teixeira no es la actual pues ocupaba menos superficie y si nos fijamos en los planos posteriores la fachada a San Nicolás estaba más retranqueada, resultando una manzana más pequeña.



El palacio de Lodeñas era el que hacía esquina a la plaza de Santiago (actual nº 2 de la calle de la Cruzada), con su torre en la esquina como se ve en el plano de Teixeira y que luego fue sede de la Diputación Provincial.




Es hacia 1750 cuando la Cruzada compró el edificio y tras una reforma, que como veremos más adelante consistió en levantar una planta más, trasladó allí su sede (1). Debió de ser en este momento cuando la calle tomó el nombre de la Cruzada.



En este curioso plano francés de 1761, grabado por Chalmandrier, vemos por primera vez el nombre de la calle, aunque están intercambiados algunos nombres de las calles y según el plano la calle de la Cruzada era la calle de San Juan, pero debemos de ponerlo en entredicho por los errores que aparecen en el mismo.




Sin embargo estos errores ya fueron corregidos en el plano topográfico de 1769, en el que además podemos ver la numeración de las manzanas.




El clásico anuncio en el Diario de Madrid con una de las convocatorias del Tribunal. Octubre 1817.

Ya que la Casa de la Cruzada era bastante grande, en algunos escritos hablan que en realidad eran dos palacetes separados con un solo portalón, diversas autoridades tuvieron allí su residencia. Así en 1825 hay noticias que la Capitanía General tuvo allí su sede, siendo domicilio del Capitán General y de su Secretaría. Tengamos en cuenta que había bastantes cuarteles cercanos y ante todo era un sitio estratégico debido a su proximidad al Palacio Real, por lo que en tiempos tan convulsos era fundamental estar lo más cerca posible del Rey.




La Casa de la Cruzada en la maqueta de 1830 de León Gil de Palacio. Nuestro agradecimiento a Memoria de Madrid por la cesión de estas dos fotos.


En 1851 el Consejo y Comisaría de Cruzada fue disuelto, pasando la propiedad de la Casa de la Cruzada a los Condes de Campo Alange. El conde, don Luis Salamanca y Martínez de Pisón, falleció en mayo de 1868, y la condesa, doña Manuela Negrete, se hizo cargo de la administración de numerosas fincas -sobre todo en Segovia, Andalucía y Extremadura-, teniendo en la Casa de la Cruzada la contaduría desde donde administraba todos sus bienes. La condesa se codeaba con lo más selecto de la sociedad  madrileña y palaciega, no en vano era Grande de España. 


En el detallado plano de Íbero de 1872 podemos observar los edificios más importantes que había junto a la Casa de la Cruzada, con el 89 el Cuartel de Alabarderos y con el número 75 la sede de la Diputación Provincial de Madrid.





Manuela Negrete falleció en abril de 1883, a la edad de 73 años, en la Casa de la Cruzada. La prensa destacaba su carácter jovial y que se mantuvo activa hasta última hora. Siguió el quehacer bibliográfico que empezó su madre y contaba con una importante biblioteca que fue vendida simbólicamente a la Universidad Central y a la Biblioteca Nacional de España. A su entierro asistieron personalidades tan importantes como Cánovas del Castillo, Castelar, Alonso Martínez, Manuel Silvela, ... y numerosos nobles: duques de Ahumada, marqueses de Villadarias, Orovio, Aranda, Villamagna, Sotomayor, Villaviciosa,...





En el año 1886 se puso en venta la Casa de la Cruzada y creemos, dando crédito a algunos artículos periodísticos, que la compró el Marqués de Sotomayor. En octubre del año 1887, se trasladó a la casa el Cuartel de Inválidos debido al estado ruinoso de su anterior cuartel que estaba en el convento benedictino de Atocha. 



En diciembre del mismo año 1887, La Ilustración Española Americana publicó unos interesantísimos grabados sobre el Cuartel de Inválidos en el que, además de la fachada, mostraba como era la casa por dentro.







Desde un principio fue motivo de polémica el elevado alquiler que debía de pagar el ejército, en 1890 ya eran 27.500 pesetas anuales, por lo que fueron ocupadas todas las dependencias de la casa, incluso se instaló en ella la Biblioteca del Ejército y la Comandancia General. Se criticaba que el cuartel apenas podía llegar a acoger a veinte soldados cuando las necesidades se cifraban en al menos 400 plazas y el estado calamitoso del edificio. Como curiosidad citar que en 1894 se publicaron algunos anuncios sobre la subasta de una parte de la Casa de la Cruzada, aunque por el precio de salida debía de tratarse de un trozo muy pequeño, quizás de la parte interior colindante que daba a las fincas de la Plaza del Biombo.



En la siguiente foto podemos ver el aspecto que tenía la Casa de la Cruzada en 1927 (marcada con flecha amarilla). Comparando esta foto con el plano de Teixeira se observa como el edificio ganó una planta más entre las torrecillas, reforma que como nos contaba Mesonero Romanos fue a cargo de la Cruzada allá por el año 1750.




Fachada del Cuartel de Inválidos en la Casa de la Cruzada. Julio 1927. Foto: Contreras y Vilaseca, revista Estampa (BNE).


En diciembre de 1933 casi toda la prensa se hacía eco del derribo de la Casa de la Cruzada. Desde 1880 existieron varios proyectos para reformar la zona y dar más amplitud a las calles y hacer una conexión directa desde la Plaza de la Armería a la Plaza Mayor.


De frente la calle San Nicolás, a la derecha la calle de la Cruzada. Fotos del diario Ahora. Diciembre 1933.


De frente a la derecha la calle San Nicolás, a la izquierda la calle de la Cruzada.


Calle de la Cruzada vista desde la calle San Nicolás, a la derecha la Casa de la Cruzada a medio derribar.


Fachada y entrada principal de la Casa de la Cruzada.


Sirva pues este artículo para que nuestro Ayuntamiento de la Villa y Corte conserve, aunque sea visualmente, el antiguo Madrid ya desaparecido, y que el grabado de la Ilustración Española Americana de la Casa de la Cruzada sea también reproducido en las cerámicas del nombre de la calle junto a la de entrada de la Casa de Domingo Trespalacios que existe actualmente.



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Autor: Ricardo Márquez



En el blog Historias-Matritenses también colabora José Manuel Seseña.



Agradecimientos: A Jerónimo García del grupo Historias Matritenses de Facebook por ayudarnos a buscar y contrastar los datos.



Notas:

1 – Anteriormente la sede del tribunal estaba en la plaza del Conde de Barajas.