sábado, 9 de abril de 2011

Barrio de Portugalete – Asociación de Vecinos

1- La memoria

En 1973 iniciamos la actividad de la Asociación, legalizada en 1974, con el objetivo inmediato de defender el barrio del fatídico Plan Parcial de Ciudad Lineal (1972).


El barrio se había formado desde los años 40, en gran parte con población inmigrada que construyeron con su trabajo y sudor sus casas, en el antiguo pueblo de Canillas, al margen de la Ciudad Lineal de Arturo Soria. El Plan Parcial cruzaba sobre el barrio dos autopistas, arrasándolo y expulsando a sus habitantes.

Pintadas de los niños mas pequeños

La Asociación, con el impulso de una comunidad cristiana, se situó inicialmente en un modesto local de una parroquia provisional y más allá de la defensa contra el Plan Parcial nos enfrentamos a la realidad del barrio, con más de 200 infraviviendas (algunos casos ya legendarios como el de los “patios del abogado”), y con la carencia casi total de servicios urbanos. Se planteó el lema de “VIVIENDAS PARA TODOS, PRONTO Y AQUÍ”, y la exigencia de la dotación de servicios y por encima de todo la de CREAR BARRIO, CREAR COMUNIDAD.


Formamos para ello un fuerte equipo activo, con amplia solidaridad del barrio y muy especialmente de la gente joven y una poderosa colaboración de abogados, arquitectos, artistas plásticos, escritores, cantantes, profesionales sanitarios, psicólogos, educadores, y otros, y mantuvimos en tiempos difíciles una permanente acogida y colaboración mutua con fuerzas políticas y sindicales que quedaban fuera de la legalidad de la dictadura.


Emprendimos junto a las acciones de impulso a la convivencia solidaria, como las Fiestas del Barrio, una gran variedad de movilizaciones de reclamación y protesta e intervinimos, como hemos intervenido siempre, con innumerables escritos y alegaciones ante los Ayuntamientos de todo color desde el tiempo de Franco hasta ahora.



Mural de Arcadio Blasco y equipo del barrio. Es el último desaparecido.. La leyenda dice “Proyecto ornamental de toro cercenador de dedos decisorios, vergonzantemente agigantado”.

Pero fueron las Fiestas del verano de 1975 las que lanzaron la experiencia, pionera en España y Europa, y con amplia repercusión nacional e internacional, de los MURALES DE PORTUGALETE, que convirtieron al barrio en un gigantesco mural pictórico poético, todo asociado a una variedad de actividades por una CULTURA POPULAR.


También en el 75 iniciamos el traslado a un nuevo local alquilado, en el que con el trabajo solidario de todos se construyó la CASA DEL BARRIO, la obra más grande de la historia asociativa. Y en ella o desde ella, con la colaboración de todos, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, un amplio abanico de actividades culturales y sociales: cerámica, pintura, cine- forum, teatro, danza, charlas sobre política, ciudadanía, mundo laboral, sexología, cultura, cuestiones jurídicas y fiscales, natación (centenares de niños a lo largo de los años), e incluso atención sanitaria en los primeros tiempos, escuela de alfabetización, Club de la Amistad, Club Infantil, convivencias con niños y adultos, viajes y excursiones (memorable la que desplazó a Mallorca a 214 personas).


En lo urbanístico los logros, a veces parciales, se fueron sucediendo a lo largo del tiempo: pavimentación, agua, alcantarillado, unido a la liberación de las “contribuciones especiales”, alumbrado, transporte (la primera prolongación del metro desde Alfonso XIII, el primer autobús- número 87).

Primer fragmento del Guernica pintado en 1975


Se eliminó finalmente la más grave amenaza con el Plan General de Urbanismo de 1985 que definió el barrio con Ordenanza de Vivienda Unifamiliar. Quedó solamente un polígono (Portugalete III) con mucha menor afectación, cuya gestión ha ocupado hasta tiempos recientes.

El primer mural de Tantalis.


Además se obtuvo la asignación de parcelas municipales que dio lugar a la primera cooperativa vecinal de vivienda, y a bloques de vivienda social, con solución para más de 100 personas.

Mural de Ángel Aragonés.


Llegado el año 2000, eliminados los problemas básicos, tanto el nivel de las reivindicaciones como las circunstancias habían cambiado. Fue necesario abandonar la que era Casa del Barrio y tuvimos que situarnos fuera de él, en un pequeño local.

Mural de Alfredo Alcaín y el equipo del barrio

Mural de Orcajo, que aprovechó las ventanas de las casas para que parecieran las de la pintura.

Desde él establecimos como sustitución de las Fiestas ya imposibles los conciertos de los Encuentros Culturales de Portugalete, y continuamos la apertura a necesidades de enorme importancia pero que desbordan el ámbito del barrio, y para ello cooperamos con las demás asociaciones del distrito en la Coordinadora y el Foro de Hortaleza (así como con la Federación en la que nos contamos desde los primeros tiempos), interviniendo muy directamente en la redacción del Catálogo de Necesidades, que sirve de base para la Agenda 21, y con ello defendimos la Casa de Campo de Valdebebas, el cierre del anillo del ferrocarril de cercanías, el diseño del Gran Paseo del Canal, la implantación de un Centro de Salud, (ya finalmente construido en Machu Picchu), la ayuda en la gestión del ITE, la defensa ante Ordenanzas abusivas, como la llamada de los “Vados”, y de modo permanente ejercer la participación ciudadana dentro del Ayuntamiento en los Consejos y luego en el Consejo territorial y sus Comisiones.

El mural de Paco Barón

Un retablo andaluz del pintor Bey que estaba primorosamente pintado en la caseta del Canal de Isabel II.

También esta fase ha terminado. El barrio ha cambiado radicalmente. La misma Ordenanza del Plan, modificada en el de 1997, ha abierto la entrada al mercado especulativo, ha convertido a Portugalete en un barrio de lujo, hace imposible obtener un local en el barrio y ha dado lugar a una nueva expulsión de la población (aunque en condiciones bien diferentes). Con un equipo activo reducido al mínimo y con las subvenciones municipales también insuficientes, llegamos a la disolución de la Asociación en 2008, y estamos formalizando la liquidación final.


Mural de José Duarte

En esta situación continuamos contando con la amistosa ayuda de la Asociación Vecinal de Villa Rosa que ha acogido una Comisión de Portugalete, desde la que seguimos trabajando en la misma línea, según las posibilidades. Villa Rosa se ha hecho cargo del patrimonio residual y del importante archivo y ha asumido plenamente la continuidad de los proyectos definidos como Encuentros Culturales Portugalete.

2- MIRAR AL FUTURO

La muerte de una asociación, como la de una persona es parte del proceso de la vida. Como las hojas en otoño, unas caen y otras nacen. Desde la fe en que la vida continúa, de que necesitamos trabajar por un mundo mejor y de que alcanzarlo es posible, me permito algunas reflexiones para el futuro.


Mural homenaje a Arturo Soria de Lucio Muñoz.

Las necesidades persisten, aunque son de naturaleza y dimensión muy distinta a las del tiempo en que fundamos la asociación. Pero la más elemental que es el hambre podemos encontrarla ahora y en el mismo Madrid. Permanece la carencia de vivienda social y aparecen nuevas formas de infravivienda.

Poblador y equipo del barrio.

Cierto que existen gentes y fuerzas que forman plataformas y grupos que se enfrentan a las amenazas. Pero frecuentemente a amenazas inmediatas y localizadas. Es difícil la motivación para movilizar frente a necesidades que desbordan el pequeño barrio o el interés particular.

Homenaje a Federico García Lorca, mural de Barahona

Mural de Juan Genovés

Desde nuestra historia afirmamos que el trabajo solidario y desinteresado es la fuerza más grande que una comunidad tiene a su disposición para reclamar sus derechos colectivos e individuales y enriquecerse como personas a través de la comunicación y la acción conjunta con sus vecinos. Quienes estuvimos y seguimos estando convencidos y comprometidos con el movimiento ciudadano jamás nos sentimos derrotados o abatidos por persecuciones externas sufridas o incomprensiones internas vividas.


Nacimos en la dictadura para luchar por la democracia que todos anhelábamos. Desde el principio tuvimos la firme convicción de que el camino para llegar a una auténtica democracia pasaba por una sólida y eficaz participación ciudadana en la administración más cercana, el Ayuntamiento.


Y también desde nuestra historia, afirmamos que las asociaciones vecinales son necesarias. No hay otra organización que enfoque directamente los problemas de barrio y de ciudad. Otros movimientos se plantean en ámbitos diferentes. Pero el camino al futuro requiere delicado equilibrio entre diversas tensiones.


Por una parte la necesidad de ver y vivir un ámbito abarcable, cercano, el del barrio.. Pero también la gran dificultad de subsistir una asociación pequeña con recursos limitados ante la exigencia de comunicación amplia, de contabilidad clara, de cumplimiento de exigencias legales estrictas.


De ahí la necesidad de formar asociaciones de mayor dimensión, de asociarse como ocurre en Hortaleza en Coordinadoras de mayor ámbito, y más allá en la Federación. La red electrónica puede ayudar a superar las dificultades de una comunicación más directa y rápida.


De este modo será posible tener presentes horizontes más amplios en el espacio y en el tiempo. El proyecto (básicamente frustrado hasta ahora), de Agenda 21 ha de abarcar los problemas de un distrito (en Hortaleza más de 200 demandas), y ofrecer una perspectiva que llegue hasta el ámbito europeo.


Y se hace también necesario articularnos con movimientos sociales variados que nos ayuden a tener presentes tareas como las de los tan olvidados Objetivos de Desarrollo del Milenio, de Naciones Unidas, que la actual crisis hace más exigentes y más difíciles, desde el 1º “Erradicar el hambre y la pobreza extremas” hasta el 8º.”Construir la participación global para el desarrollo”.

Autor: José M. Julián Torrent -Presidente en los primeros años y miembro de la Junta hasta el final-.
-.-.-

En el barrio me conocen por Santi. Siempre he vivido en el barrio, pero en las navidades de 1974 los jóvenes que formaban parte de la Asociación de Vecinos recorriendo el barrio para felicitar las fiestas, pasaron por mi casa en la calle Laurín número 5, y me sumé a una aventura que cambió mi vida.


El verano del 75 preparando la organización de las fiestas, Arcadio Blasco que en aquellos tiempos vivía en el barrio y era el presidente de la Asociación de Artistas Plásticos, propuso realizar la mayor perfomance colectiva de la historia del arte. La mayoría del barrio participó aportando con entusiasmo lo que cada uno podía. Las madres acercaban una tortilla, los vecinos de todas las edades pintábamos mientras los pintores nos enseñaban a mezclar los colores y a mirar, sobre todo a mirar las cosas con otra perspectiva.

Calle Laurin, 5; actualmente desaparecida

Aquel junio del 75 convirtió un barrio de casas bajas en un museo de arte contemporáneo, cuando muchos no sabíamos ni siquiera que existían. Pero además creó las bases para que la Asociación comenzara a ser el motor del cambio en una sociedad dormida. Se consiguió paralizar el Plan Parcial y se organizó el primer taller escuela de artes plásticas. Carmen Perujo nos enseñó a levantar piezas de barro en el torno. Agar Blasco nos enseñó a realizar telares. Los sábados por la mañana cocíamos las piezas en Majadahonda en el taller de Carmen Perujo y Arcadio Blasco.


Desde aquel momento la Asociación generó una gran actividad Cultural, como un elemento mas en la lucha por la Democracia y por la mejora de las condiciones de vida en los barrios, realizando proyecciones de cine, recitales de música, charlas sobre los temas de interés, recitales de poesía, y las fiestas que siempre fueron punteras en el distrito.


En pleno proceso. Fecha: 26 junio 1976. Foto: Archivo Larena.

Quiero agradecer a todos los que desinteresadamente han colaborado porque todo eso pasara:
Pintores, ceramistas, escritores, músicos, poetas, sexólogos, teólogos, arquitectos, médicos... Hoy seria impensable, los mercados lo impiden.

Autor: Santiago Martínez.

-.-.-
30 julio 2012
Cuatro nuevas fotos añadidas del barrio cedidas por Alberto García





01/03/2018
4 fotos de LFRP: Equipo de fútbol del A.D. San Pablo (aprox. 1971-73), en el que poníamos como campo el de San Juan Bautista, y después en los Maristas de San José del Parque. También de otro equipo,el Rozas C.F., que tenía sede en la cafetería Rozas (aprox. 1974-75), de la calle Santo Ángel. Se nutría también con jugadores del barrio, algunos del mismo San Pablo.








Cuatro magníficas fotos de los murales. Fotos cedidas por Pedro M. Martínez Corada.

-.-.-

En este blog también colaboran: Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

Imágenes y agradecimientos:
- Algunas extraídas de un documental realizado por Humberto Esquivel, titulado Barrio de Portugalete en Fiestas, grabado en Junio de 1976. Sentimos mucho no poder ofrecer mejor calidad pero la copia no da más de sí, a pesar de lo cual, no deja de ser un testimonio gráfico de gran valor.
- Manuel Rico
- Rosim
- Santiago Martínez
- José M. Julián Torrent

Artículo anterior.

sábado, 2 de abril de 2011

El día que los bomberos hicieron de pirómanos – Tienda Asilo y Asilo de la Montaña de Príncipe Pío

Esta curiosa y cruda historia se inició en Noviembre de 1885, cuando don Segismundo Moret, apoyado por la mismísima reina doña Cristina, decidió crear las Tiendas Asilos.


Como las desgracias nunca vienen solas, después de la epidemia de cólera de 1884 (ver el artículo del Asilo de las Mercedes para mayor información), se extendió sobre la capital la hambruna.

Para combatirla se planteó hacer una Tienda Asilo en cada distrito municipal de Madrid, siendo el primero establecido en la calle Jorge Juan, en el barrio de Salamanca, distrito de Buenavista, muy cercano al barrio de la Guindalera. Se trataban de unos comedores donde se ofrecían unas comidas muy económicas a los más pobres (por 10 céntimos el plato), y “Comen sentadas, y el frío puede perjudicar a la digestión: hay caloríferos” (SIC).


Dependientes de los ayuntamientos se extendieron por toda España. Hemos de reseñar que no estaban faltos de polémica pues había críticas a la calidad de la comida, o a los disturbios que en ocasiones se producían (en algunos tenían que montar guardia una pareja de la autoridad); o como dato curioso los que estaban en pequeñas ciudades eran construidos en las afueras para que los vecinos no vieran quienes entraban a comer, los llamados “pobres vergonzantes”.

En Julio de 1889 se inauguró la Tienda Asilo del distrito de Palacio. Las crónicas decían así:

Delante del cuartel de la Montaña se inauguró ayer la Tienda asilo del distrito de Palacio.


Tiene la nueva Tienda Asilo tres espaciosas naves: en la central se han instalado la cocina, los almacenes de comestibles y la bodega, y en cada una de las naves laterales hay veinte mesas, de capacidad cada una de ellas para cuatro personas. En dicha tienda fueron repartidas 400 raciones gratis; cada ración se componía de un plato de paella a la valenciana, patatas con carne, arroz con leche, pan, vino y un postre.


Momentos antes de las seis de la tarde llegaron a la Tienda S.M. la reina Cristina y S.A. la infanta doña Isabel, a quienes vitoreó el pueblo allí reunido...... “ (SIC). El Correo Militar, 15 de Julio de 1889.

La tienda asilo estaba en los jardines de la calle Ferraz, en la antigua calle Asturias, entre los cuarteles de La Montaña y San Marcial (Actual plaza de España). Biblioteca Comunidad de Madrid.

Postal de la calle Asturias, con los jardines de Ferraz y el Cuartel de La Montaña al fondo. Museo de la Ciudad, principios del siglo XX.

Estatua del General Cassola, que estaba situada en los jardines de Ferraz. A la izquierda podemos ver la Tienda Asilo y de fondo el Cuartel de la Montaña. Álbum de Nicolás.

En 1897 nacen otras nuevas instituciones benéficas municipales, los llamados Asilos de Noches. Se crean tres en Madrid: el del Sur (en la calle Méndez Álvaro), el del Norte (por Bravo Murillo a la altura de Ríos Rosas), y el de la Montaña de Príncipe Pío, protagonista principal de nuestro relato.

Los Asilos de Noches eran unos barracones con estufas, donde sin identificación previa podían dormir los sintechos sobre una tarima con manta o sin manta, según se terciara; desde que se ponía el sol, hasta las ocho de la mañana, cuando se les daba una sopa de ajo si gustaban.

Dormitorio del Asilo de la Montaña de Príncipe Pío. Año 1903.

El Asilo de la Montaña (como se conocía popularmente), era dependiente de la Asociación Matritense de Caridad, que sufragaba los gastos que no era capaz de cubrir la casa consistorial.

Estaba adosado a la Tienda Asilo y se inauguró en 1899, siendo de una sola planta y con una separata para los mendigos que eran recogidos por la policía.

Fotografía del Asilo de la Montaña de Príncipe Pío. En la parte superior el Cuartel de la Montaña. Fechada en 1902.

Fachada de la Tienda Asilo. Año 1903

El día 28 de Abril de 1903 cayeron enfermos tres personas que habían pasado la noche en el Asilo de la Montaña. Fueron trasladados al Hospital General, donde quedaron ingresados y puestos en observación, diagnosticándose gripe. No obstante fueron habilitadas dos galerías con 36 camas en previsión de una epidemia.

Comedor de la Tienda Asilo. Año 1903.

Cocina de la Tienda Asilo de la Montaña. Año 1903.

El día 2 de Mayo falleció uno de los enfermos y son encerrados las 150 personas en el Asilo de la Montaña que habían pernoctado allí. Otros 41 permanecen en el Hospital General, esperando a ser trasladados al Hospital de Epidemias del Cerro del Pimiento, en la Moncloa. Por primera vez se habla abiertamente de tifus exantemático, aunque se rebate por las autoridades afirmando que es gripe.

Es así como en la reunión del Gobierno Civil de día 4 de Mayo se decide el traslado de todos los mendigos enfermos al Cerro del Pimiento y de los sanos al Asilo del Sur. Asímismo se ordena al Cuerpo de Bomberos la quema del Asilo de la Montaña de inmediato. A las cinco de la madrugada del día 5 de Mayo, previo derribo de la medianería con la Tienda Asilo, el Asilo de la Montaña fue pasto de las llamas provocadas y controladas por los bomberos.



Dos jóvenes alumnos internos de San Carlos se pusieron al frente del Hospital de Epidemias del Cerro del Pimiento en el barrio de la Moncloa, Carlos M. Cortezo y Felipe Marañón.


Panorámica y sala de enfermos del Hospital de Epidemias del Cerro del Pimiento.

A principios de 1904 los vecinos de la calle Ferraz, muy pudientes y poderosos en aquel entonces, empiezan a presionar para que desmantelen la Tienda Asilo de la Montaña.

Tienda Asilo de la Montaña, también llamada de Palacio por estar en aquel distrito.

Aunque hoy aquella zona es de clase alta, en aquellos días había bastante pobres. Donde hoy se asienta el Templo de Debod estaba entonces el Cuartel de la Montaña, pero anteriormente, antes de la construcción de la Estación del Norte, eran vertederos, donde abundaba la pobreza. Además, habitaban muchas de las lavanderas del Manzanares.


En noviembre de 1904 hay diversas suplicas para que se paralice el derribo de la Tienda Asilo, y aunque no se llega a demoler, si que en 1906 estaba ya cerrada y no daban comidas, pues el Gobierno Civil se planteó su reapertura para paliar el hambre que volvía a azotar Madrid. No hemos encontrado ninguna otra noticia posterior, lo que nos lleva a pensar que nunca volvió a funcionar, pero lo que sí es cierto es que los pobres siguieron siendo pobres.

Grabado de la Tienda Asilo de la Montaña de Príncipe Pío.
-.-.-

Autor: Ricardo Márquez
En este artículo también ha colaborado: José Manuel Seseña.

Fuentes utilizadas:
BNE
Biblioteca de la Comunidad de Madrid
Álbum Flickr de Nicolás

domingo, 27 de marzo de 2011

El ferrocarril suburbano de Madrid: Plaza de España – Carabanchel (II)

Perfil proyectado Chamartín-Carabanchel (dibujo Pedro Pintado)

En el trazado del nuevo ferrocarril proyectado, se podían distinguir dos partes:

La primera correspondiente a zonas con urbanización ya definida, en la cual se desarrolla en túnel; la segunda por la Casa de Campo y áreas destinadas a cultivo agrícola pobre, en las que se dispone como tranvía con explanación independiente.

Comienza el túnel debajo del patio de viajeros de la estación de Chamartín, donde se sitúa la primera estación, CHAMARTÍN, continúa por debajo del acceso occidental a la citada estación (actual Agustín de Foxá), pasando bajo la plaza circular que se proyecta al final de la avenida del Generalísimo (actual Plaza de Castilla), donde se dispone la segunda estación, GENERALÍSIMO; sigue hasta enfilar la calle de la Vaguada (actual calle de Orense), en cuyo extremo norte, se proyecta la tercera estación, VAGUADA; continúa bajo esta calle, y en su cruce con la avenida del General Perón, se sitúa la cuarta estación, GENERAL PERÓN; prosigue bajo la calle de la Vaguada hasta su cruce con la calle de Raimundo Fernández Villaverde, en que se dispone la quinta estación, FERNÁNDEZ VILLAVERDE; continúa bajo la calle de Agustín de Betancourt y cruza la de Ríos Rosas, donde se proyecta la sexta estación, RÍOS ROSAS (1), que servirá a los Nuevos Ministerios; continúa siguiendo la calle de Fernández de la Hoz, y en su cruce con la de Rafael Calvo se sitúa la séptima estación, RAFAEL CALVO, que podrá servir a los paseos del General Martínez Campos y Eduardo Dato; sigue bajo la calle de Fernández de la Hoz, plaza de Alonso Martínez, donde se sitúa la octava estación, ALONSO MARTÍNEZ, desde la cual los viajeros podrán transbordar a la estación del mismo nombre de la línea Goya-Argüelles del Metropolitano de Madrid, continúa bajo la plaza de Santa Bárbara, y después su trazado se adapta el previsto para la nueva vía Santa Bárbara-Plaza de España (conocida por Vía Diagonal), cruzando la calle de Fuencarral en las proximidades de la de San Mateo, donde se sitúa la novena estación, FUENCARRAL, que tendrá acceso al exterior y se podrá establecer trasbordo con la estación de Tribunal de la línea Tetuán-Sol-Vallecas del Metropolitano de Madrid; continúa cruzando bajo la calle de San Bernardo, enfilando la de los Reyes, en la última parte de la cual se dispone la décima estación, PLAZA DE ESPAÑA, desde la cual los viajeros tendrán varios accesos exteriores a las plazas de España y Conde de Toreno, y podrán trasbordar por un extremo a la estación de Noviciado de la línea Ventas/Diego de León-Sol-Quevedo-Cuatro Caminos, y por el otro extremo a la de Plaza de España de la línea Delicias-Embajadores-Argüelles, ambas del Metropolitano de Madrid; continúa bajo la plaza de España y tramo superior del paseo de Onésimo Redondo (actual Cuesta de San Vicente), penetra en el Campo del Moro, cruza en túnel el río Manzanares aguas abajo del puente del Rey, entra en la Casa de Campo y continúa bajo esta posesión, cruzando tres veces el arroyo de Meaques hasta mas allá del camino a la Puerta del Ángel, en que sale a la superficie.

Visita a las obras en la estación de Aluche, aún sin tendido eléctrico

En este punto se proyecta la estación décimoprimera, EL LAGO, denominada así por su proximidad al de la Casa de Campo; en ella termina el trazado en túnel y servirá a la zona deportiva que se proyecta en sus inmediaciones, e incluso a la barriada de la carretera de Extremadura situada en las proximidades la Puerta del Ángel. Continúa el trazado en explanación superficial por la Casa de Campo, acercándose al límite sur de la misma, y dentro de esta finca se sitúa a cielo abierto la décimosegunda estación, EL BATÁN, cerca del camino y puerta de ese nombre; sigue por la Casa de Campo, saliendo de ella por el límite sudoeste; cruza primero bajo la carretera de Boadilla del Monte, y luego por debajo de la de Extremadura en las proximidades de Campamento, donde se sitúa la décimotercera estación, CAMPAMENTO, de tal modo que sería muy sencillo empalmar en ella el Ferrocarril de Villa del Prado a Madrid, cuya prolongación hasta la sierra de Gredos está prevista; también a cielo abierto continúa el trazado al nordeste de la carretera de Carabanchel a Pozuelo, cruzando el ferrocarril de Madrid a Villa del Prado por encima de éste, y continúa a cielo abierto hasta la décimocuarta estación, CARABANCHEL (sic) (2).

Para su construcción, el Suburbano se dividió en ocho trozos: los cuatro primeros correspondían a la sección Chamartín-Plaza de España y los cuatro últimos al tramo Plaza de España-Carabanchel, este último de realización mas urgente.


En resumen, la longitud total del ferrocarril era de 16.120,82 metros, de los cuales, 9.890,45 se desarrollaban en túnel y 6.239,37 lo hacían a cielo abierto, la mayoría por la Casa de Campo. Las estaciones, 14 en total, eran las siguientes: Chamartín, Generalísimo, Vaguada, General Perón, Raimundo Fernández Villaverde, Ríos Rosas, Rafael Calvo, Alonso Martínez, Fuencarral, Plaza de España, El Lago, Batán Campamento y Carabanchel, estación esta última proyectada bajo la actual calle de San Antolín, situada entre las también actuales calles de Nuestra Señora de Fátima y Eugenia de Montijo (3).

La existencia del ferrocarril metropolitano de Madrid hacía aconsejable que el suburbano que se proyectaba tuviese características similares de modo que el mismo material pudiese recorrer todas las líneas si conviniese establecer comunicación entre ambas redes. Por esta causa se adoptó para los túneles del suburbano la misma sección transversal del metro. El material móvil del nuevo ferrocarril tendría también el mismo gálibo y para su explotación se emplearía una electrificación de las mismas características.

Visita a los trenes estacionados en las cocheras de Aluche que están en espera de que se concluyan las obras

Todas las estaciones se proyectaban con una longitud de 90 metros y triple andén, para evitar interferencias entre los viajeros que entran y los que salen del tren; para ello se disponía el andén de salida para ambos sentidos entre las vías y, en los dos lados exteriores de éstas, los andenes de entrada en uno u otro sentido. Esta disposición de estaciones con tres andenes se debió, sin duda, a la influencia que ejerció la construcción por aquellos años, por parte del Ayuntamiento de Barcelona, de la prolongación del Ferrocarril Metropolitano Transversal, en la que se adoptaron estaciones de este tipo.

Así las cosas, el Ayuntamiento de Madrid, el 4 de agosto de 1949, envió un escrito al Ministro de Obras Públicas, acompañado del proyecto del ferrocarril suburbano, en el que solicitaba:

1. La aprobación técnica del proyecto de obras de infraestructura del ferrocarril suburbano de Madrid desde la estación de Chamartín de la Rosa a Carabanchel.

2. Que se le concediese el derecho a adquirir por expropiación forzosa y con carácter de urgencia todos los terrenos de carácter agrícola, en una distancia no superior a 500 metros a uno y otro lado del eje del ferrocarril en la zona comprendida entre la estación del Batán (Casa de Campo), y el final del recorrido en Carabanchel. Si el límite de expropiación definitiva afectase parcialmente a una parcela y el resto de ella fuese inferior a la superficie expropiada o a 3.000 metros cuadrados, el propietario tendría derecho a que la expropiación afectase a la totalidad de la finca.

3. Que se le autorizase a implantar contribuciones especiales, por aumento de valor, sobre aquellos inmuebles que tuviesen carácter urbano y se hallasen en la zona definida en el párrafo anterior.

Vestíbulo de la estación de Plaza de España, lado escaleras mecánicas, pocos días antes de la inauguración

Seguidamente, el 17 de agosto de 1949, se remitió el proyecto a la División Inspectora e Interventora de las Compañías de Ferrocarriles de Vía Estrecha, para que le diera el trámite procedente. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Madrid, sin haber recaído resolución sobre el proyecto, presentó el 3 de octubre y 18 de noviembre de 1949, solicitando su aprobación, los proyectos de replanteo de los trozos 7º y 8º que fueron remitidos a la misma División, para su unión al expediente general en tramitación.

Detalle de la cristalera de la estación de Plaza de España

El 23 de diciembre de 1949, la División Inspectora e Interventora de las Compañías de Ferrocarriles de Vía Estrecha devolvió el proyecto informando favorablemente y el 17 de enero de 1950, la Dirección General de Ferrocarriles resolvió requerir al Ayuntamiento de Madrid para que ampliase su escrito con la solicitud de la concesión, petición que fue elevada el 19 de enero siguiente -pese a no estar conforme la Corporación Municipal con la interpretación del Ministerio- y remitida el 23 de enero a la División Inspectora e Interventora. La decisión de la Dirección General de Ferrocarriles se basaba en los siguientes puntos:

-No cabía emprender la construcción y explotación de tal ferrocarril sin la obtención previa de la concesión del Ministerio de Obras Públicas.

-El informe emitido por la División Inspectora e Interventora de las Compañías de Ferrocarriles de Vía Estrecha era incompleto por cuanto el trámite procedente habría de hacerse, según la práctica reglamentaria, empezando por la apertura del plazo de proyectos en competencia y continuando con la información pública, por razón de los intereses particulares afectados de los siguientes organismos y entidades: Enlaces Ferroviarios, Renfe, Metropolitano de Madrid, Canal de Isabel II, Canalización del Manzanares, Comisión de ordenación urbana y terrenos de dominio público.

-No cabía disponer la concesión del derecho de expropiación forzosa sin la declaración de utilidad pública, que sólo podía ser impuesta por el otorgamiento de la concesión, que es la que había de llevar intrínsecamente, en su caso, la aprobación del proyecto.

Visita en los días previos a la inauguración. Estación de Campamento

A continuación, tras la aprobación técnica del proyecto por el Ministerio de Obras Públicas el 15 de febrero de 1951, por Decreto-Ley de 16 de febrero siguiente se autorizó a dicho ministerio para otorgar al Ayuntamiento de Madrid la concesión del ferrocarril suburbano Chamartín-Carabanchel (4).

Finalmente, por O.M. de 13 de diciembre del mismo año (5), el Ministerio de Obras Públicas otorgó al Ayuntamiento de Madrid la concesión del Ferrocarril Suburbano Chamartín de la Rosa-Carabanchel, con sujeción a la Ley de Ferrocarriles Secundarios de 23 de febrero de 1912, fijando el plazo de construcción de las obras de infraestructura en tres años contados a partir de la fecha de la concesión, para los trozos comprendidos entre la plaza de España y Carabanchel, y en ocho años para el resto, desde la plaza de España a Chamartín.

Visita en los días previos a la inauguración. Estación de Aluche

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Madrid había adjudicado el 20 de julio de 1951 a Ulloa Obras y Construcciones de Arquitectura e Ingeniería, S.A las obras de construcción de la estación de Plaza de España y el túnel de maniobras (trozo 5º) y el 3 de octubre de 1952 a Fomento de Obras y Construcciones S.A. las obras de construcción del tramo Carretera de Extremadura-Carabanchel (trozo 8º), cuyo proyecto inicial ya había sufrido una modificación considerable. En un principio comenzaba en la estación de Campamento, situada inmediatamente después del cruce con la carretera de Extremadura, continuaba al este de la carretera de Carabanchel a Aravaca, cruzaba sobre el ferrocarril de Madrid a Villa del Prado y el arroyo Luche, pasaba entre la prisión provincial y el cementerio de Carabanchel Bajo, cruzaba bajo la desviación de la carretera de Madrid a Fuenlabrada (actual avenida de Nuestra Señora de Fátima), y se proyectaba la estación de Carabanchel entre esta vía y el trazado antiguo de dicha carretera (actual calle Eugenia de Montijo). De esta forma la parte final discurría entre los Carabancheles Bajo y Alto con el propósito de que sirviese a ambas poblaciones. Posteriormente a la redacción del proyecto, la Comisaría del Gran Madrid aprobó los proyectos de los tres poblados satélites presentados por el Ayuntamiento de Madrid, que fueron declarados de urgente construcción en 1951. El llamado A se hallaría próximo a la estación de Campamento, el B en las inmediaciones del cruce del ferrocarril con el arroyo Luche, y el C al oeste de la carretera de Carabanchel a Aravaca en el término de Carabanchel Alto.

Escaleras mecánicas de Plaza de España, pocos días antes de la inauguración

Como consecuencia de ello se modificó el trazado del suburbano estableciendo una nueva estación cerca del cruce con el arroyo Luche, que serviría para facilitar las comunicaciones con el poblado B y se establecieron dos ramales, el norte se dirigía hacía Carabanchel Bajo por la antigua explanación abandonada de un ferrocarril militar hasta la glorieta del Ejército, junto al Hospital Militar Gómez Ulla, y el sur, que nunca fue construido, hacia el poblado C.

Actos de la inauguración. Estación de Plaza de España

También se procedió a modificar sustancialmente parte del trazado del tramo 7º, ya en ejecución, que había sido proyectado a partir de las tapias de la Casa de Campo a cielo abierto, en trinchera, cruzando las carreteras de Boadilla del Monte y Extremadura con pasos superiores. Posteriormente, el Consejo de Ministros aprobó un plan de urbanización, redactado por la Junta de Reconstrucción de Madrid, de la zona comprendida entre ambas carreteras y la Casa de Campo, por lo que fue preciso sustituir los pasos superiores y las trincheras por un túnel superficial.

Como hemos visto, las obras de construcción del Ferrocarril Suburbano fueron comenzadas por el Ayuntamiento de Madrid, pero resultaban demasiado caras y complejas para la capacidad municipal. En vista de ello, por Decreto-Ley de 10 de abril de 1953, se autorizó al Ministerio de Obras Públicas para adquirir, mediante el abono de las cantidades invertidas al Ayuntamiento de Madrid, el mencionado ferrocarril (6).

Posteriormente, por Orden Ministerial de 10 de octubre de 1953, se dispuso que la Primera Jefatura de Estudios y Construcción de Ferrocarriles, se hiciese cargo de las obras y por otra Orden Ministerial de 2 de marzo de 1955, se ordenó, por una parte, el levantamiento de las actas de recepción de las obras terminadas o en ejecución por el Ayuntamiento, y por otra, la continuación de las obras contratadas y en ejecución y la formulación de los nuevos proyectos necesarios para la terminación del tramo entre la plaza de España y Carabanchel.

Interior de los coches inaugurales

Las obras entregadas por el Ayuntamiento de Madrid al Ministerio de Obras Públicas se encontraban en ese momento bastante avanzadas, incluso algunas de ellas estaban terminadas, excepto parte del tramo 7º y las del tramo 8º. De este último tramo estaba pendiente de redacción en ese momento un nuevo proyecto reformado con las siguientes modificaciones: cruce en paso inferior del ferrocarril de Madrid a Villa del Prado con supresión de un gran terraplén y transformación en subterráneas de las estaciones de Campamento y Carabanchel que estaban proyectadas a cielo abierto entre muros, con edificios para instalar los servicios. A este proyecto reformado le seguiría un tercero con objeto de dejar preparada la línea para construcción futura de una estación de enlace con el citado ferrocarril de Villa del Prado.

Las fechas de entrega por parte del Ayuntamiento de Madrid a la Primera Jefatura de Estudios y Construcción de Ferrocarriles fueron las siguientes (7):

-25 de abril de 1955: estación de Plaza de España con sus accesos y túnel de maniobras, trozo 7º comprendido entre las tapias de la Casa de Campo y la Carretera de Extremadura, y trozo 8º (todas en ejecución).

-20 de mayo de 1955: túnel de la avenida del General Perón, túnel de la plaza de España al pozo número 6 (8), cruce del río Manzanares entre los pozos 6 y 8, túnel del pozo 8 a la estación de El Lago, estación de Batán y trozo 7º desde la estación de El Lago a las tapias de la Casa de Campo (todas terminadas).

Otro detalle del séquito inaugural. Estación de El Lago

Finalmente, por Orden Ministerial de 8 de agosto de 1955, quedó anulada y sin ningún efecto la concesión del ferrocarril Chamartín-Carabanchel otorgada al Ayuntamiento de Madrid.

Por estos años, Madrid sufría un grave problema de congestión de los transportes públicos por la falta de medios y de vehículos. Hasta tal punto fue así que el gobierno se vio obligado a intervenir promulgando la Ley de 12 de mayo de 1956, que aprobaba el Plan de Transportes Urbanos, previamente estudiado por el Ayuntamiento de Madrid. Dicho plan incluía la construcción de diversas líneas férreas suburbanas, que nunca fueron construidas y la terminación del Ferrocarril Suburbano de Carabanchel, de cuyo trazado, curiosamente, se decía que no era el mas adecuado, cuando éste había sido adoptado por el propio Ayuntamiento (9).

Terminadas las obras, y casi ultimada, la puesta a punto de las instalaciones y el material móvil, surgió el problema de su explotación ya que, por una parte, al tratarse de un ferrocarril costeado en su totalidad por el Estado, correspondía a éste por medio del pertinente organismo del Ministerio de Obras Públicas, pero por otro, la ordenada unidad de explotación de los transportes urbanos de la capital, aconsejaba que fuese realizada por la Compañía Metropolitano de Madrid.

Estación de Carabanchel el día de la inauguración

Este problema quedó resuelto por Decreto de 22 de diciembre de 1960 (10), que disponía que la Primera Jefatura de Construcción entregase las obras, instalaciones y material móvil, en el mismo momento de la recepción provisional, a la Explotación de Ferrocarriles por el Estado, organismo que contrataría con la Compañía Metropolitano de Madrid, la explotación del Suburbano mediante el oportuno convenio, cuyo proyecto fue aprobado el 13 de enero de 1961 por el Ministro de Obras Públicas, a propuesta del Director General de Ferrocarriles, Tranvías y Transportes por Carretera.

El convenio fue firmado el 18 de enero de 1961 por medio de escritura pública de arrendamiento de servicios otorgada por el notario de Madrid, José González Palomino, y suscrita por Gregorio Bahamonde Tayllafert, presidente del Consejo de Administración de la Explotación de Ferrocarriles por el Estado, y por Carlos Laffite Martínez, en representación de la Compañía Metropolitano de Madrid, por una duración inicial de cuatro años. Posteriormente sería prorrogado por escritura pública otorgada por las mismas partes el 13 de mayo de 1965, ante el notario Ángel Romero Cerdeiriña y, mas tarde, ante el notario Alberto Martín Gamero, por escritura pública de 24 de febrero de 1975, otorgada entre la Compañía Metropolitano de Madrid y el organismo autónomo Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve) al asumir el referido organismo las funciones y el patrimonio que venían perteneciendo a Explotación de Ferrocarriles por el Estado.

Conforme a las estipulaciones contenidas en el mencionado convenio, correspondía a la Compañía Metropolitano de Madrid la dirección, tanto técnica, jurídica y económica como ejecutiva, y debía llevar a cabo la explotación como empresa totalmente distinta, con personal exclusivamente dedicado a ella, y con una administración y una contabilidad independientes, ya que los beneficios o el déficit que se produjesen, recaerían sobre las cuentas del titular del Ferrocarril Suburbano, Explotación de Ferrocarriles por el Estado. Las inversiones para ampliación, renovación extraordinaria o modernización del establecimiento serían decididas por el Estado y realizadas a su cargo, bien directamente, como la totalidad de las obras, instalaciones y adquisiciones de material móvil ya efectuadas, bien por intermedio de la Compañía Metropolitano de Madrid. En cambio, el mantenimiento y la renovación ordinaria serían decididos y realizados libremente por esta última compañía (11).

Perfil del tramo realizado Plaza de España-Carabanchel (dibujo Pedro Pintado)

Finalmente, el Jefe del Estado, acompañado por un numeroso séquito, procedió a inaugurar oficialmente el ferrocarril el sábado 4 de febrero de 1961, junto con el tramo Tetuán-Plaza de Castilla, prolongación de la línea 1 del metro. La apertura al servicio público tuvo lugar el lunes día 6 del mismo mes, y durante la jornada se registró una desmesurada afluencia que despertaba el viajar por un “metro” en superficie y pasar bajo el río Manzanares. El servicio comenzó a las siete de la mañana con la puesta en circulación de cinco trenes de dos coches, que muy pronto resultaron insuficientes.
-.-.-

Autor: César Mohedas
En este artículo también ha colaborado José Manuel Seseña.

Notas:
(1) Aunque tiene el mismo nombre que la estación de la línea 1 del metro no tienen correspondencia ya que cada una se encuentra en el extremo opuesto de la calle Ríos Rosas.
(2) Boletín del Ayuntamiento de Madrid de 7 de Agosto de 1950.
(3) La calle de San Antolín fue la divisoria de los términos municipales de Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo.
(4) Boletín Oficial del Estado, número 53 de 22 de febrero de 1951.
(5) Boletín Oficial del Estado, número 361 de 27 de diciembre de 1951.
(6) Boletín Oficial del Estado número 106, de 16 de abril de 1953.
(7) Acta de entrega de las obras por parte del Ayuntamiento de Madrid a la Primera Jefatura de Estudios y Construcción de Ferrocarriles del Ministerio de Obras Públicas. Archivo del autor.
(8) Nos referimos a los pozos empleados para la construcción de los túneles.
(9) “Plan de Transportes Urbanos”. Madrid, Empresa Municipal de Transportes, 1954.
(10) Boletín Oficial del Estado número 3 de 4 de enero de 1961.
(11) Copias simples de las escrituras de arrendamientos de servicios. Archivo del autor.

domingo, 20 de marzo de 2011

Como continuar en el mundo del cine sin que te coman los leones


Años sesenta en Madrid. En los Estudios C.E.A. rodaban dos películas de romanos al tiempo: “Los últimos días de Pompeya” y “Goliat contra los gigantes” [1]. Las dos eran de la misma productora de cine italiana, la cual, y para ahorrar dinero en decorados [2], había planificado su rodaje juntas.

Yo estaba en ambas, haciendo un poco de intérprete, otro poco de auxiliar de montaje. El montador se llamaba Eraldo da Roma y vino a Madrid con su equipo de trabajo habitual: dos ayudantes de primera, una auxiliar y luego, servidora. Todas éramos chicas y teníamos muy buen rollo entre nosotras. El jefe casi nunca estaba en montaje, hay que entender que cuando uno es importante y estás de exteriores en otros países, lo mejor que puedes hacer es largarte por ahí a ver mundo, el trabajo fuerte ya se hará a la vuelta a casa.

Nosotras también hacíamos turismo siempre que podíamos, yo las llevaba a conocer Madrid, nuestra gastronomía, etc. Por cierto, siempre he pensado que podía tener como segundo trabajo el de guía turístico, pues he actuado mucho de “guia” a lo largo de tantas películas con extranjeros que hice. A pesar de estas escapadas, nosotras, sí trabajábamos. Yo me ocupaba de las relaciones con el laboratorio (por el idioma), y entre todas, de tener siempre el rodaje del día anterior sincronizado con su sonido, para que a diario el equipo de rodaje viera en la sala de proyección lo que se iba haciendo, y también preparábamos las secuencias cuando ya estaban completas para que Eraldo (si le venía bien), las fuera montando.


Era verano, y aquel día estábamos tan tranquilas dando vueltas a los rollos de película unas, y otras sincronizando en la moviola o marcando el sonido (Eraldo no se encontraba allí). Y de pronto, llega mi padre desemblantado (él tenía su estudio de dibujo justo en el piso de arriba de nosotras). Los ojos se le salían de las orbitas (cosa habitual en él cuando había problemas), “ ¡Cerrar, cerrar y atrancar la puerta! ¡También las ventanas! ¡Bajar las persianas y no os mováis ni abráis a nadie pase lo que pase! ¡Se han escapado los leones del plató y no sabemos por donde andan!”

Y se fue por donde había venido dejándonos atónitas, de entonces, pero que hoy sin duda diríamos “acojonadas”.

Pusimos los muebles que teníamos a mano contra la puerta, también la moviola, cerramos persianas, y dejamos un resquicio entre tabla y tabla para poder ver lo que pasaba en el jardín, pues nuestro montaje daba directamente a la piscina del estudio. Allí, y subidas en las mesas de montaje, teníamos una buena panorámica de lo que pasaba.

Y ¿qué pasaba?: Pues el jardín que siempre estaba lleno de romanos, gladiadores y técnicos que iban de un lado a otro, o que se detenían a charlar, o lo que fuere, ¡estaba vacío!. No pasaba ni una mosca, solo los tensos minutos.

Llamaron a la puerta, era la secretaria de rodaje, abrimos, venía llorando. Volvemos a atrancar la puerta y a nuestro observatorio, ahora ya hay a ambos lados de la piscina dos guardias civiles con metralletas cortas, no sé si pensaban cazar o lanzarse a la piscina. Solo ellos, ni un alma más.

La secretaria, según se va calmando nos cuenta como los leones habían atacado al domador cuando estaban preparados para rodar. Los animalitos (5 ó 6), no habían reconocido al gladiador, pues era la primera vez que veían a su amo vestido de esa guisa, y pensaron que era la hora del bocadillo...


Pero había un héroe, “El pajarito”. Así le llamaba todo el mundo, a saber porqué...

Esta es la secuencia de los hechos:

El domador con casco y toda la parafernalia propia, espera que entren los leones en donde debe pelear con ellos. Se ha construido un recinto circular aislado dentro del plató, los animales vienen de sus jaulas a través de otras en forma de tubo que se ensamblan entre si. Hay una compuerta que se abre manualmente para darles paso al sitio de rodaje. Todo el mundo está en su puesto de trabajo, todos en pasarelas construidas por encima del recinto circular. Cámaras, dirección,... todos arriba, y mas arriba todavía, los eléctricos con sus focos preparados en su lugar de siempre, en los pasillos mas altos del plató.

Actualmente calle de Emilio Vargas. Puerta de mercancías por donde salieron los leones a Ciudad Lineal.

El ayudante del domador abre la compuerta. Es una prueba, entran los leones, las luces los despistan momentáneamente, ven al gladiador “¿Que es esto?”, se preguntan. No reconocen su olor tapado por el maquillaje que cubre su cuerpo. Uno de ellos da el primer zarpazo, brota la sangre, el olor despierta sus instintos, y los demás atacan. El domador trata de hacerse con ellos, pero es imposible. Desde arriba, el equipo de rodaje se queda en fotograma congelado por el horror. Mas arriba en la pasarela de los eléctricos alguien reacciona, es nuestro héroe “El pajarito”. Él coge una soga de las que utilizan para subir y bajar los pesados focos, hace un nudo corredizo, y como en los rodeos se la lanza al gladiador, este tiene la serenidad de pasar el anillo alrededor de su cintura y tres de los eléctricos tiran de él. Mientras lo suben, los leones siguen desgarrando al hombre y le amputan un brazo.


A partir de aquí ...el caos esta servido. Los leones fuerzan la puerta de entrada y escapan perdiéndose en la inmensidad de los Estudios C.E.A. Dos o tres de ellos encuentran una salida que da a la calle. Es una zona que se utiliza para entrada y salida de camiones con decorados o atrezo, y de carga y descarga. En la puerta siempre hay un guarda que es quien autoriza las entradas y salidas. Como hace calor y ya está anocheciendo en lugar de estar en su garita, lee el periódico abajo, justo en la puerta de salida. Los leones pasan por su lado, él ni los mira, piensa que son unos perros grandes y no se inmuta. Ellos salen a Ciudad Lineal y se pierden por los alrededores. La guardia civil cuando los encuentra los mata a tiros. A los que han quedado dentro del estudio, no se como consiguen devolverlos a las jaulas. Mas tarde los regalaron a la entonces “Casa de fieras” de El Retiro de Madrid. Los leones que han probado carne humana quedan inservibles para trabajar con nosotros.

En el jardín del estudio empieza a haber movimiento, al primero que veo desde mi atalaya es al director del estudio Lucas de la Peña, lleva una pequeña pistola en la mano, que seguro es de la Guerra de Secesión y no vale para nada, pero mi padrino se siente protegido con ese trasto. Mas tarde veo a mi padre y ...salgo del montaje. Estoy como loca por recabar información. El grito que me da papá cuando me ve, me para en seco, y me libro del tortazo, de puro milagro... (en aquel entonces los padres no se andaban con tonterías). Me manda a encerrar de nuevo pues no se sabe exactamente si todo está bajo control. Al cabo de algunas horas todo ha terminado.

En ese día que se está acabando, todos, todos, hemos vivido una película dentro de otra. No he visto a los leones pasear por el jardín, lo cual me decepciona bastante y me prometo a mi misma ir algún día a África para correr aventuras y ver animales al aire libre, que es donde deben estar. Y¡ Por Dios que lo he conseguido!. Pero eso... es otra historia.


Marissa, Assunta, Marcela y Mª Luisa.
-.-.-

Autora: Maria Luisa Pino

En este artículo han colaborado:  Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

Notas:
1 En los años 60, las películas de romanos y griegos, forman un género conocido internacionalmente como Peplum.
2 Los cambiaban un poco y servían para cualquiera de ellas.

Fuentes utilizadas:
Archivo personal de María Luisa Pino
Semanario Blanco y Negro de fecha 05 noviembre 1960.

Para saber más:
Fragmento de la película Los últimos días de Pompeya.