Autobuses de líneas periféricas en
la glorieta de Cuatro Caminos
Relación de líneas
La relación de líneas que existieron se han detallado en cinco cuadros, división que hemos realizado únicamente por cuestiones de maquetación. En ellos se ha intentado sintetizar los diversos servicios que ha tenido cada línea sin entrar en detalles de trazado, muy variados por los cambios de sentido de circulación de las calles, apertura de nuevos viales y modificación de cabecera de los barrios periféricos al tener pequeñas prolongaciones según iban creciendo sus edificaciones. Las denominaciones son las utilizadas en esas fechas.
También
se ha procurado indicar los ramales que han tenido, en los cuales no siempre son
coincidentes sus fechas de inicio y supresión con los de la línea matriz, pues
los hay desde el comienzo de la explotación y otros se han añadido después, y
en lo que respecta a la desaparición, los hay que lo han hecho antes que la
línea.
En los
cuadros se indica el servicio de E.M.T. que sustituye al de las periféricas,
alguno de los cuales es efímero por reorganizaciones de la red, como es el caso
de la P-17. Las formas utilizadas fueron varias: creación de líneas específicas
con recorrido similar, unas veces igual y otras mas largo; prolongación de
líneas existentes; creación de servicio corto con raya roja en líneas
existentes; y reforma de los servicios de la zona con disgregación de los
itinerarios entre líneas de nueva creación y existentes.
En
cualquier caso hay que tener en cuenta que los recorridos actuales de las
líneas de la E.M.T. poco tienen que ver en la mayoría de las veces con los que
fueron absorbidos hace mas de treinta años, que incluyen también muchos cambios
de numeración.
Final de las líneas e historia posterior
Pero aparte del problema empresarial que origina la decisión municipal se crea otro muy importante como es el de los empleados de las líneas que van a ser suprimidas, pues de momento los veinte trabajadores de la línea de la P-17 quedan en la calle sin trabajo.
Queda
patente, por tanto, la inseguridad laboral que les espera a los trabajadores
pues concejales del PSOE dicen que el Ayuntamiento no tiene ninguna obligación
legal de absorberlos mientras que los del PCE son partidarios de que pasen a la
E.M.T. una vez regularizada su situación con el Seguro de Desempleo. Por su
parte los sindicatos CCOO y UGT presionan para que sean empleados de la E.M.T.
ya que en ella se goza de mejores sueldos.
El
asunto de qué hacer con el personal se convierte en una patata caliente pues
los concejales del equipo de gobierno empiezan a hacer comentarios buscando las
vueltas al asunto que no merece citar. En el fondo está el excedente que tiene
la E.M.T. con la implantación del agente único, proceso que culminará en
diciembre de 1982 al incorporarse a este sistema la línea 27, la última que
dispondrá de los empleados conductor y
cobrador.
El 19
de febrero de 1980 el ABC publica que las empresas privadas han recurrido
contra el acuerdo del Ayuntamiento en base a cuatro alegaciones:
1-
Necesidad de la previa municipalización formal del servicio periférico de
transporte colectivo de viajeros mediante autobuses para la gestión directa de
éste.2- Nulidad del acuerdo municipal para haber sido adoptado prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido.
3- Nulidad del acuerdo municipal por haber sido adoptado sin el quórum legal exigido.
4- Indemnizabilidad de los daños y perjuicios causado que se deriven para los recurrentes del acuerdo impugnado.
En marzo de 1980 el secretario general de Transporte de Viajeros de Comisiones Obreras informa a la prensa de que trabajadores de líneas periféricas suprimidas han pasado a la E.M.T. con carácter fijo, estando en prácticas para conocer la organización de su nueva empresa.
El
Ayuntamiento sigue adelante con su idea de suprimir las periféricas y a
mediados de Mayo de 1980 ya solo quedan la P-29, P-30 y P-31.
El
vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía Fernando Abril
Martorell (UCD) manifiesta ante la patronal CEIM de Madrid que revisará la
municipalización de las líneas periféricas de autobuses, calificando a la de
Madrid como “la mas lamentable y escandalosa de 1979” (ABC 16-05-1980).
El
alcalde Enrique Tierno Galván (PSOE) responde al ministro de forma irónica y
aprovecha para decir que hay diversas líneas que llevan la letra “M” que están
en situación irregular y que también deben de pasar a la E.M.T.
Continúan
los rifirrafes entre Ayuntamiento y empresas sobre diversas cuestiones tales
como calidad del servicio, calidad del material, sueldos diferentes,
administración de la E.M.T., déficit y beneficios, etc., valorando
positivamente lo propio y desmejorando lo del contrario.
El
siguiente paso que quiere dar el Ayuntamiento dar es hacer con las líneas M lo
mismo que ha hecho con las periféricas, para así controlar todo el transporte
de superficie, pues entre ellas hay algunas que han cambiado la P por la M.
Este grupo corresponde a concesiones hechas por el Ministerio de Obras Públicas
(1).
En
Septiembre de 1980 el Ayuntamiento presenta una ordenanza de estacionamiento
limitado denominada por el acrónimo O.R.A. (Ordenanza Reguladora de
Aparcamiento), con ella se pretende dar ocupación a 500 trabajadores sobrantes
de la E.M.T por la implantación de agente único y de las empresas periféricas
suprimidas, medida que además supone disminuir el déficit de la E.M.T. al
descontarlo de su plantilla. La ordenanza va entrar en vigor en dos fases, la
primera tendrá lugar el 3 de Noviembre (2).
En
diciembre de 1980 la cifra de personal de periféricas absorbido pasaba de 560,
quedando todavía un resto pendiente.
En 1983
el Ayuntamiento insiste en hacerse cargo de las líneas periféricas M concedidas
por el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Transportes, que ahora
tiene sus competencias, no tiene inconveniente en traspasarlas siempre y cuando
se respeten las condiciones de concesión, cuyo vencimiento es a larguísimo
plazo.
A
comienzos de 1985, la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Madrid da cuenta
el 8 de Marzo de que la Sala Cuarta de la Audiencia ha declarado nulo el
acuerdo del Ayuntamiento del 11 de enero de 1980 por el que se decidió la absorción
de líneas periféricas, y que la Alcaldía ha decidido presentar un recurso.
Comienza un proceso de dilatación de la resolución, en las que cualquier
administración pública demuestra su habilidad en demorar el cumplimiento de las
sentencias que les perjudican, al contrario de la celeridad con la que actúan
cuando les son favorables.
El de
julio de 1987 el Tribunal Supremo dicta sentencia declarando nulo el acuerdo
del 11 de enero de 1980 por el que se absorbieron las líneas periféricas, lo
que significa que hay que devolverlas a sus propietarios. Los alcaldes Juan
Barranco (PSOE 1986-1989) y Agustín Rodríguez Sahagún (CDS 1989-1991) concluyen
sus mandatos sin cumplir la sentencia.
Autobuses de líneas periféricas en
la glorieta de Embajadores
El final de la década de los ochenta y principios de los noventa se producen huelgas en la E.M.T. que además de las cuestiones salariales de cualquier tipo de conflicto en éste subyace la posibilidad de que se intente privatizar la empresa, siendo especialmente combativa la que tuvo lugar desde febrero de 1992 con duración de mas de sesenta días sin servicios mínimos.
El alcalde José María Álvarez del Manzano (PP) cuando tomó posesión en 1991 manifestó que tenía la intención de privatizar la empresa empezando por devolver las periféricas para cumplir la sentencia del Tribunal Supremo, proponiendo acatarla en un pleno de julio de 1992.
En
septiembre de 1993 el equipo de gobierno del ayuntamiento empieza a ver difícil
trece años después la devolución solo de las periféricas e insiste en la
privatización de la E.M.T. con lo cual anula el acuerdo de 11 de enero de 1980
y queda acatada la sentencia. El ayuntamiento quiere presionar al Consorcio de
Transportes para la reprivatización pero responde que no es de su incumbencia
pues además las empresas adheridas son tanto públicas como municipalizadas.
Una
concejala dice en abril de 1994 que el ayuntamiento intentará cumplir la
sentencia antes de que acabe la legislatura en 1995.
Autobús P-1 en la Plaza Patricio Aguado,
Canillas. Año 1973
La nueva corporación municipal surgida de las elecciones de 1995 renueva mandato del alcalde José María Álvarez del Manzano (PP), que manifiesta, en Julio, al poco de tomar posesión que convocará concurso para privatizar las periféricas y cumplir la sentencia.
La
misma concejala que lo prometió en 1994 afirma en Agosto de 1995 que a mediados
del año próximo, 1996, estarán en servicio, hallándose en estudio los
itinerarios. Declaraciones
en el mismo sentido de diversos concejales se suceden hasta acabar el año 1995.
La
Comunidad de Madrid, ahora regida por el mismo grupo político que el
Ayuntamiento, tiene que salir al paso de rumores diciendo que el gobierno
regional no contempla la privatización del Metro y de la E.M.T.
El
alcalde en Octubre de 1995, con motivo de la información de los nuevos precios
que van a regir en los autobuses a partir del 1º de enero, manifiesta que “por
el momento” queda descartada la privatización de la E.M.T., objetivo que va
perdiendo fuerza por la oposición frontal sindical.
Mientras
tanto los empresarios presentan a finales de Noviembre de 1995 una oferta por
el Metro, el Canal de Isabel II y ¡como no! por las periféricas.
Como
vemos estas líneas de autobuses, desaparecidas hace 15 años, siguen dando que
hablar.
Un autobús P-27 en dirección Cuatro
Caminos en avenida Cardenal Herrera Oria al paso por las inmediaciones de la
Ciudad del Pino
El 28
de Noviembre de 1995 hay una entrevista entre el alcalde y la Plataforma
Sindical. El alcalde informó a la Plataforma de que no es partidario de
privatizar la E.M.T. y que solo sacará a concurso la concesión de las líneas
periféricas. La Plataforma, por su parte, quedó satisfecha de la reunión.
Hasta
entonces nuevas huelgas habían tenido lugar después de la de 1992, aunque con
menor virulencia, y a partir de la entrevista vino paz social.
En
enero de 1996 el ayuntamiento dice que pedirá fuertes garantías a las empresas
para privatizar las líneas de la E.M.T. y en cualquier caso no habrá trasvase de
personal.
En
abril de 1999, finalizando la legislatura, el partido del equipo de gobierno
municipal dice que las privatizará en la siguiente.
Diecinueve
años después de haberse extinguido las líneas periféricas se constata que la
sentencia de 1984 es de imposible cumplimiento pues hay empresas que ya han
desaparecido. En este sentido el alcalde, en la campaña de las municipales del
13 de junio de 1999, así se lo hace saber a los empresarios de transportes dos
días antes y les pide su colaboración con la ampliación de Madrid.
La
corporación municipal en 1999 renueva mandato del alcalde Álvarez del Manzano
por tercera vez. El problema sigue latente y en Octubre indica que para dar
cumplimiento a la sentencia hay que sacar a concurso las líneas de autobuses a
los nuevos PAU’s.
Un autobús de la P-26 en el entorno de
Fuencarral. El firme deja bastante que desear. Foto Santos Yubero
En Noviembre de 2000 un concejal de la oposición, muy crítico con la gestión municipal en la E.M.T., recuerda que hay una sentencia que lleva mas de diez años sin cumplirse, lo que no deja de ser curioso pues pertenece al mismo partido político que llevó a cabo la supresión de la periféricas, decisión que dio origen al recurso perdido, todavía sin acatar.
En
Diciembre de 2000 se adjudican el concurso de los autobuses turísticos a una
unión temporal de empresas al que no se presenta la E.M.T. La oposición critica
la manera de hacerse pues considera que es una forma de cumplir la sentencia de
las periféricas, opinión que también comparten los sindicatos.
Mas de
veinte años después, la concesión de los autobuses turísticos en el año 2000
pone punto y final al tema de las líneas periféricas, tan íntimamente ligadas
en este periodo a una posible privatización de la E.M.T. en ese pasado.
Y en
2011 la sentencia sigue sin cumplir...
Post Data
Un autobús del Barrio del Lucero, sale
de la cabecera de Plaza de Ramales. Foto Fundación Diario Madrid
Aunque
no fue periférica de letra “P”, hoy subsiste una línea de características similares
integrada como una mas de las que circulan en Madrid pero manteniendo su
independencia, lo que significa un oasis entre las de la E.M.T.
Nos
estamos refiriendo a la línea de la empresa Prisei que hace el recorrido Plaza
de Isabel II-Los Cármenes, concesión original del Ministerio de Obras Públicas
para el trayecto Plaza de Ramales-Barrio del Lucero que ostentó la denominación
M-18.
Un autobús Ópera-Los Cármenes de la
empresa Prisei en el Pº de Extremadura a punto de girar para entrar en la calle Guadarrama. Foto Manuel
Cayola
-.-.-
Entrega anterior (I)
Autor
José Manuel Seseña.
En el
blog Historias Matritenses también colabora Ricardo Márquez.Bibliografía
-Archivo de D. Carlos López Bustos, numerosos apuntes sobre todos los transportes colectivos de Madrid.-Hemeroteca ABC
-Hemeroteca Diario Madrid.
A nuestros habituales colaboradores César Mohedas y Manuel Cayola por la cesión y búsqueda de fotos; y Pedro Gómez y Juan Antonio Díaz por sus interesantes comentarios.
Asimismo
a la Fundación Diario Madrid, siempre tan solícita, por la autorización para
publicación de fotos.
Notas
(1)
En los años cuarenta muchos servicios por carretera eran prestados de forma
alegal. Para poner orden en ellos se promulga Ley de 27 de diciembre de 1947
sobre ordenación de los transportes mecánicos por carretera y posteriormente el
Reglamento del Ordenación de los Transportes Mecánicos por Carretera del 9 de
Diciembre de 1949. En base a esta legislación se amparan diversas concesiones
de Madrid a pueblos limítrofes, hoy anexionados a la capital, que tendrán el
indicativo “M” seguido de un número.(2) El sistema era unos papelitos que se adquirían en estancos y kioscos de prensa, además de algunos bares que ofrecían este servicio de manera desinteresada para atender a sus clientes, que tenían impresa la hora, día y mes, agujereando las casillas correspondientes en el momento de utilización, dejándolo bien visible en el parabrisas del coche por el lado interior.
Quienes no hubieran hecho esta operación, el controlador les ponía un papelito sujetado por el limpiaparabrisas notificando la infracción. La picaresca, que siempre la hay, era la de aquellos que se dedicaban a quitar el papelito de infracción de un coche para ponérselo en el suyo, así el controlador al pasar y ver que ya estaba multado seguía de largo sin advertir la maniobra de engaño, dando como resultado que el primer vehículo era “recetado” una segunda vez.
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