La fundación de la empresa data de 1º de Julio de 1879, por D. J. Gómez y D. L. Matute, en la calle de Caballero de Gracia números 19 y 21 (en la misma acera del actual Real Oratorio de Caballero de Gracia), con la denominación de GOMEZ Y MATUTE.
Cuando se iniciaron las obras de la Gran Vía, esa casa fue derribada, pasando la empresa familiar a la calle del Barquillo número 6, y con la denominación de S. MATUTE, al separarse del negocio el Sr. Gómez.
A partir de 1911, y en el nuevo local de la calle del Barquillo, D. S. Matute, sobrino carnal de D. L. Matute, con el nombre comercial de S. MATUTE.
Posteriormente y en el mismo lugar, volvió a cambiar de nombre y se denominó MATUTE HERMANOS, S.L. al asociarse varios hermanos en la empresa familiar.
D. S. Matute y su hermano D. M. Matute, con el nombre de MATUTE HERMANOS S.R.C.
A partir de 1985 , fecha de fallecimiento de D. M. Matute -su hermano ya había fallecido unos años antes-, pasó a denominarse MATUTE HERMANOS S.L. y sus socios eran los seis hijos de D. M. Matute, pero sólo como socios activos trabajaron tres en la empresa familiar.
El taller de montaje y ensamblaje de piezas de aparatos de iluminación se encontraba en la calle de Fuencarral número 16 duplicado, el año 1940, ya que anteriormente a esa fecha se montaban en la "trastienda" pues era un local bastante grande. Al quedar libre el piso primero de dicha calle de Fuencarral (la finca era de la familia), y por ser un piso muy grande, se aprovechó como taller. En los últimos años de la empresa Matute Hermanos S. L. se volvió de nuevo a la “trastienda”, al venderse la finca entera de la calle de Fuencarral. Todo el trabajo de fundición en bronce, se realizaba con modelos propios, en la calle de Alonso Cano, donde se encontraba una fundición que realizaba dichos trabajos, así como para otros.
Actualmente en la calle del Barquillo, entrando por calle de Alcalá y nada más pasar el Instituto Cervantes (Barquillo 2 y 4, edificio de arquitecto Antonio Palacios, que antes era el Banco Central), se puede ver perfectamente la portada de la antigua tienda, magníficamente restaurada y hoy adquirida y ocupada por las oficinas de ARQUIA, CAJA DE ARQUITECTOS.
La empresa fue fundada en 1879 y desaparecería en el 2002 por falta de continuidad familiar.
La escenografía y ambientación en el cine español.
Es la creación con objetos de uso cotidiano, tales como muebles y otros elementos, de la atmósfera requerida para las escenas en los lugares de rodaje.
Trabajos realizados para la película 55 días en Pekín, por Matute Hermanos.
Se adjuntan cuatro bocetos del archivo MATUTE HERMANOS S.L de "dibujos de taller". Los cristales de las lámparas y apliques de los bocetos números 1, 3 y 4; iban decorados a mano con colores muy intensos: "Decorado Sévres Rojo", sobre fondo blanco, como se puede apreciar al ver la película; y el nº 2, llevaba la tulipa de cristal en color verde inglés.
Se hicieron los aparatos de iluminación artísticos para la película "55 DIAS EN PEKIN", lámparas-quinqué en bronce fundido para el salón, con sus apliques de pared a juego, la lámpara quinqué para la mesa de billar y arañas de cristal para el salón de baile que encargó la productora Samuel Bronston. Esta película se rodó en los estudios Chamartín y en Las Rozas-Las Matas, entre otros sitios.
En cuanto a otras colaboraciones para el cine, se hicieron algunos encargos de los decoradores (Rafael Palmero, Pirro, Gerardo Rueda y otros más) o que se compraban directamente en el comercio de la calle del Barquillo, pero sin saber para qué película se trataba.
Autor: Ángel Caldito.
Mi agradecimiento a D. Fernando Matute, por la información y documentación aportada para el artículo.
En este artículo han colaborado: Ricardo Márquez y José Manuel Seseña.
He conocido la tienda en los años 70, 80 y 90 y comprado en ella lámparas de techo y apliques de pared y tulipas...magnífico establecimiento y competentísimos trabajadores y encargados...una pena su desaparición
ResponderEliminarEn 1990 compramos una lampara de techo de 8 brazos de cristal tallado, que aun conservamos, Recuerdo perfectamente el dia de la compra y eran unos magníficos profesionales. Es una pena que establecimientos como este hayan desaparecido.
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