miércoles, 19 de diciembre de 2012

Kirk Douglas, Rita Hayworth - Misceláneas de rodajes en Madrid I



Hace unos días, alguien me preguntó: ¿Cómo era Kirk Douglas? ¿Le trataste en “La luz del fin del mundo”? ¡No sería tan borde como cuentas que era Charlton Heston!

No, no lo era, yo le conocí en los Estudios Moro de Madrid, allí montábamos la película de la cual era productor además de actor. Mi primer encuentro con él fue en la sala de proyección, un día que pidió ver parte de los rodajes hechos en la Costa Brava. Bert Bates, el montador  de la película, me pidió que le atendiera y estuviera con él en la sala, por sí necesitaba cualquier otra cosa de nosotros, el variopinto equipo de montaje.

En la foto está mi padre en el puente de la Cea. Se ve al fondo RCA,  un poco más detrás estuvo ubicado Estudios Moro posteriormente.

Entregué a los proyeccionistas las latas de película y me senté a esperar algo nerviosa por la categoría del mítico personaje que iba a conocer. El llegó puntual, acompañado de su esposa, yo me levanté de la butaca y salí a su encuentro:

- ¿Es usted la responsable de montaje?

Le dije que si

- Soy Kirk Douglas, mi mujer ...-dio su nombre- y usted... ¿Se llama?

-  Maria Luisa –contesté-

- Bien, encantado de conocerla  -yo si que estaba encantada de estrechar su mano-. Si está todo preparado, podemos empezar cuando quiera.

Año 1970. Con Kirk Douglas y el director Kevin Billington en el set, mi moviola y yo. Película: “The light of the end of the world".

Pulse el botón de “Adelante” que comunicaba con la cabina de proyección y aquello se puso en marcha. Visualizamos unos cuantos rollos de película recién rodada y algunas secuencias que ya tenían hecho el primer montaje. Cuando terminó todo y se encendió la luz, se acercó a la mesa donde tomamos notas, me dio la mano y las gracias y se fueron. Unos días más tarde tuve ocasión de volver a tratarle, rodaban interiores en el estudio y de dirección, pidieron una moviola para el plató y la película con las secuencias ya filmadas que deberían coincidir con las que se rodaban en el momento. Y también me tocó a mi estar en este trabajo con la moviola. Fue entonces cuando alguien tiró una foto en la que están  Kirk Douglas, Kevin Billington (director) y servidora. Los días que estuve en el set siempre fue muy amable y nunca olvidaba mi nombre (cosa rara en este tipo de famoso). Más tarde me dio un afiche de la película con su autógrafo, dándome las gracias por mi trabajo. ¡Y sin haberlo pedido!.

Aflche de la película firmado por Kirk Douglas

Resumiendo, al amigo que me hizo la pregunta de cómo era, mi respuesta fué: ¡Un encanto de persona! Esto nunca lo diría de Yul Bryner, que estaba también en la película, y tenia fama de ser bastante borde, al menos, eso decían de él todo el que por alguna razón se había cruzado en su camino. ¡Y fueron bastantes!

-.-.-


Allá por el 61, estábamos montando en Sevilla Films “El ultimo chantaje” (The oldest confessión). El montador era Oswald Hafenrichter y por parte española estaba Juan Serra, montador, y dos ayudantes: Magda y yo.

Los actores principales: Rex Harrison y Rita Hayworth. En esta película el productor era el marido número no sé cuantos de Rita, James Hill.

A estos famosos  actores, los encontrábamos habitualmente en el pase de proyección de lo rodado el día anterior, pero no tuvimos gran trato directo con ellos. A Rex Harrison le veíamos comer siempre solo en el restaurante del estudio, normalmente cuando nosotros llegábamos él estaba en los postres, y siempre miraba hacia el plato para no saludar, con lo cual todos le ignorábamos tal como quería. Los camareros nos decían que era antipático, engreído y elitista. ¡Y por Dios, que era cierto!

Rita solía irse con su marido y otros compañeros a Maite Conmodore, que entonces estaba un poco mas abajo de la Plaza del Perú y por tanto cerca de los estudios,  Rex no se apuntaba. Este restaurante era muy popular entre la gente de cine y era el mejor que había en  la zona comprendida entre los estudios Chamartín (Buñuel ahora) y Sevilla Films (Alcampo actualmente).

Era verano y durante las vacaciones del colegio vino a pasar un tiempo con su madre Yasmina Khan, la hija de Ali Khan y Rita, entonces la niña tendría unos doce años. Era una chiquilla larguirucha y, de momento, nada atractiva. La recuerdo jugando en el jardín de nuestro montaje, cuando se aburría de estar con su madre. También participó en uno de los rodajes en el museo del Prado. Eran unos planos de un grupo de turistas visitando el museo y ella iba con Rita. Se la ve en la película fugazmente.


En montaje, no teníamos grandes problemas y nuestra vida trascurría placida, hasta que un día se cargaron al montador. No, no le mataron, le enviaron de vuelta a Inglaterra porque no gustaba como iba montando la película. Estas cosas son siempre desagradables para el que se va y también  disgusta a los que se quedan, pues al ser mini-equipos, trabajando juntos muchas horas a diario, normalmente se crean buenas amistades y claro, decir adiós al jefe porque le echan... resulta fuerte. Vino otro montador, Russ Lloyd, Serra ya había trabajado con él y bueno, nos hicimos al actual y pasamos página. No recuerdo cuantas semanas duró el rodaje, pero terminó, y solo quedamos nosotros trabajando otras cuantas semanas para tener un primer montaje bastante organizado, ya que hubo que deshacer todo lo montado anteriormente y rehacerlo.

Montador (mas tarde defenestrado) Hafenrichter, ayudantes Magda , Marisa y Juan Serra (comontador).

Mientras, producción fue cerrando pagos a los estudios y a proveedores varios. Al final  éramos tan pocos que a la hora de la comida se reunía con nosotros el contable de la película para no estar solo. Este hombre llevaba la producción y cualquier cosa que tuviera que ver con montaje nos lo tenia que resolver, él estaría hasta que termináramos la parte del trabajo que se hacía en Madrid. Este “contable” (de cuentas) nos “contó” (de cotilleo) lo que sigue, mientras comíamos un día cualquiera. Aquella mañana acababa de recibir un telegrama desde U.S A. (entonces se comunicaba la gente de este modo),  dirigido a producción, al ser el único responsable que quedaba en la oficina lo abrió y leyó, era de Rita Hayworth a su marido, decía algo como esto: “Cariño, supongo que te habrás enterado por los periódicos que me estoy  divorciando de ti, cuando regreses  hablamos con los abogados. Love you”


Hace cincuenta años, estas cosas, aquí en España, no las habíamos oído nunca y francamente, nos pareció bastante peculiar y expeditivo este modo de terminar un matrimonio. ¿O no?
-.-.-

Autora: Maria Luisa Pino.

En este artículo han colaboran: Angel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

2 comentarios:

  1. Estoy contigo Mª Pilar, pero para que se difunda el artículo es mejor poner el comentario en el propio artículo. Marisa nos cuenta estos recuerdos con su facilidad de palabra y con una gracia muy especial y sutil. Es novedoso saber como eran/son las grandes estrellas, como detrás del celuloide se hay personas con sus defectos y bondades. Marisa nos muestra como los veía desde una España todavía muy cerrada, no me digáis que no es cómica la forma de anunciar el divorcio a su marido Rita Hayworth, cuando aquí casi no se sabía lo que era el divorcio.... una suerte poder contar con Marisa en este blog. Saludos

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  2. Magnifica la crónica, y mágico el mundo del cine. Supermagnifica la foto de Rita Hayworth, ¡para enmarcarla! Y por supuesto, también la tuya.
    Saludos.

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