El próximo 20 de Diciembre se cumplen los cuarenta años del atentado que costó la vida al Almirante Luis Carrero Blanco, Presidente del Gobierno. Con él, en poco mas de cien años, han asesinados cinco presidentes de gobierno de España, Prim, Cánovas, Canalejas y Dato. Es evidente que las escasas medidas de seguridad que tenían, favorecieron la realización del magnicidio. La cifra de cinco no es baladí y aún podría ser mayor sí se hubieran consumado alguno de los dos que sufrió Maura.
Aquí solo se va a tratar de recordar tales hechos y vamos obviar todo comentario sobre su trayectoria política, pues a pesar del mucho tiempo transcurrido, siguen despertando simpatía en unos y rechazo en otros.
El hecho de ser Madrid, la capital de España, sede del Gobierno y de numerosos estamentos oficiales, cada vez en mayor número, origina históricamente que la ciudad sea el lugar de estancia y concentración de individuos dedicados a la política, cifra que hoy sigue en aumento, de ahí que el asesinato de cuatro de ellos fuera en Madrid, lugar de residencia habitual de los presidentes de Gobierno.
Juan Prim y Prats (Reus 6 de Diciembre de 1814 – Madrid 30 de Diciembre de 1870).
El 27 de Diciembre de 1870, el general Prim salió anochecido del Palacio del Congreso para dirigirse a su residencia, el Palacio de Buenavista. Era un día crudo de invierno, nevado, y yendo por la calle del Turco, hoy del Marqués de Cubas, dos carruajes cerca de la desembocadura en la de Alcalá, obstaculizaron el paso del suyo, sistema utilizado ahora, lamentablemente, en muchos de los atentados con coche bomba. Al llegar a su altura, aparecieron en ese momento unos hombres armados, salidos al parecer de una taberna, y empezaron a hacer fuego, hiriéndole.
Llegó a su residencia por su propio pie muriendo a los tres días. El atentado siempre fue un misterio sin resolver, aunque había muchos indicios de quienes habían planeado el complot, pues se estableció una cortina de silencio que impidió descifrarlo, con ocultación y posterior desaparición de información esencial.
Siempre hubo investigadores interesados en descubrir la verdad, y por fin, en 2012, con la exhumación del cadáver, se supieron detalles de la conspiración arrojando el resultado sorprendente de que era falsa la versión oficial divulgada hasta entonces de que había muerto por las heridas de los disparos de trabuco, pues no eran mortales, pero en cambio se descubrió que había sido estrangulado por personas de su entorno al ver que el atentado no había dado el resultado esperado por los conspiradores.
Es famosa la pronunciación en un discurso de los tres jamases, muy significativos de su forma última de actuación.
Antonio Cánovas del Castillo (Málaga 8 de Febrero de 1828 – Mondragón 8 de Agosto de 1897).
En el balneario de Santa Águeda, situado en el término municipal de Mondragón, estaba Cánovas del Castillo “tomando las aguas” como se decía entonces, haciendo un descanso antes de continuar viaje a San Sebastián para departir con la Reina Regente, María Cristina, enamorada de la ciudad donostiarra.
Estaba leyendo un periódico, esperando a su esposa para ir a comer, cuando un anarquista, hospedado en el balneario como corresponsal de prensa italiano, se acercó por detrás y le disparó varias veces, muriendo una hora después.
A raíz de este suceso, la selecta clientela que frecuentaba este tipo de instalaciones, dejó de acudir a este balneario y el edificio hubo de transformarse en Hospital Psiquiátrico.
Cánovas del Castillo, vivía en 1888 en la calle de Fuencarral, entre la Red de San Luis y la calle Infantas. En ese año sufrió un “escrache”, muy de moda actualmente, cuando los mayorales del Tranvía del Norte, pitaban desaforadamente como protesta al pasar por delante de su casa, acto visto por la prensa con “división de opiniones” en base a su línea editorial.
José Canalejas Méndez (Ferrol 31 de Julio de 1854 – Madrid 12 de Noviembre de 1912).
En la mañana del 12 de Noviembre, José Canalejas decidió ir andando desde su casa en la calle Huertas hasta el Ministerio de la Gobernación donde tenía convocado un Consejo de Ministros.
Al llegar a la Puerta del Sol, y antes de cruzar Carretas, se detuvo a ojear el escaparate de libros de la desaparecida Librería San Martín, en la Puerta del Sol, casi esquina a Carretas, momento en que se le acercó un anarquista que le disparó varias veces por detrás, muriendo muy poco después, antes de llegar al contiguo Ministerio de la Gobernación, hoy sede la Presidencia de la Comunidad de Madrid. El ejecutor corrió igual suerte, pues inmediatamente fue acorralado y con la misma pistola se suicidó.
El edificio ante el que sucedió el magnicidio, fue, no hace muchos años, construido de nuevo pero manteniendo su fachada y conservando la lápida que recuerda este hecho. La librería desapareció en 1995.
Eduardo Dato Iradier (La Coruña 12 de Agosto de 1856 – Madrid 8 de Marzo de 1921).
En la tarde del día 8 de Marzo, Eduardo Dato salió del Palacio del Senado para dirigirse a su casa, sita en la calle de Lagasca casi esquina a Alcalá. A partir de Cibeles se puso cerca del coche oficial una moto con sidecar ocupada por tres anarquistas, y al llegar a la Puerta de Alcalá, entre las calles de Olózaga y Serrano, dispararon repetidamente sobre él muriendo en el acto. Recordemos que en ese año todavía se circulaba en Madrid por la izquierda.
La realización del atentado se vió favorecida por tenerse que detener o aminorar la marcha el coche oficial para dejar pasar a un vehículo, sin especificar el tipo, que venía por la calle de Serrano, aunque algunas fuentes han citado que se trataba de un tranvía, línea cuyo recorrido se ha detallado en este artículo.
Luis Carrero Blanco (Santoña 4 de Marzo de 1904 – Madrid 20 de Diciembre de 1973).
Asesinado por ETA en la calle Claudio Coello al explosionar al paso de su vehículo la bomba alojada en un túnel bajo la calzada.
Es una historia reciente, objeto de múltiples controversias, por lo que no vamos a entrar en detalles. No obstante, el atentado marcó un antes y un después en las medidas de seguridad, pues de ese momento se eliminaron los recorridos y horarios fijos, habituales hasta entonces en todos los desplazamientos de autoridades, a la par que se potenciaron los blindajes de los vehículos.
A raíz del atentado en 1995 contra José María Aznar, entonces solo máximo dirigente del principal partido de la oposición, el blindaje de coches se amplió a cargos de gobierno de segundo nivel y a políticos que carecían de esta seguridad.
Numerosas son las biografías publicadas que hay sobre estos cinco presidentes de Gobierno, y en ellas, algunas con filia y otras con fobia, se puede ahondar en su trayectoria política. Aquí solo hemos tratado de dar una pincelada de su trágico final sin profundizar en los detalles.
Autor José Manuel Seseña
En el blog Historias Matritenses participa y colabora Ricardo Márquez
Como siempre, excelente trabajo. Enhorabuena.
ResponderEliminarLlama la atención que tres de los cuatro magnicidios se cometieran en el eje Sol-Alcalá, formando sus puntos casi una línea recta.
Muchas gracias Griján por tu comentario.
ResponderEliminarEfectivamente, la zona mas céntrica de Madrid es un lugar muy sensible a efectos de seguridad para quienes tienen vida política pues es el lugar de paso para ir a actos oficiales o a los puntos donde acuden para realizar su actividad diaria.
Un afectuoso saludo.
José Manuel
Que hay José Manuel.
ResponderEliminarAunque de todos he leido algo, me ha gustado la forma en que simplificas los atentados, para los que no han leido nada sobre estos acontecimientos, está muy bien explicado.
Un saludo José Manuel.
Pedro.
Hola Pedro, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarPara hacer este artículo he necesitado hacer una gran labor de síntesis para intentar expresarlo de forma lo mas neutral posible, ya que sus protagonistas despiertan pasiones encontradas, no solamente el último, sino también los primeros.
Un cordial saludo.
José Manuel
Hola José Manuel,
ResponderEliminarMuy bien por el artículo pero discrepo contigo en lo siguiente: “Aquí solo se va a tratar de recordar tales hechos y vamos a obviar todo comentario sobre su trayectoria política, pues a pesar del mucho tiempo transcurrido, siguen despertando simpatía en unos y rechazo en otros.”
El pensamiento único de Schopenhauer o el unidimensional de Marcuse no creo que sea aquel al que poner de ejemplo en nuestros días. Me gusta más la idea de librepensamiento, por imparcial, por progresista, y porque todo el mundo tiene derecho a pensar y a opinar libremente sin que ello tenga que ser motivo de enfrentamientos ideológicos de ningún tipo. Con lo cual quiero decir que si hubieras puesto algún comentario sobre la trayectoria política de esos personajes tampoco tenía porque pasar nada. Es mi opinión, mi libre opinión.
Un saludo y felicidades por el artículo en su conjunto.
Muchísimas gracias B.R. por tu comentario y sobre todo por dar tu opinión.
ResponderEliminarLos que habitualmente hacemos el blog tenemos, como es natural, nuestras propias ideas sobre temas políticos, pero evitamos cualquier motivo de controversia y procuramos dentro de nuestras posibilidades hacerlo con neutralidad cuando tratamos asuntos que puedan dar origen a que los lectores, nuestra principal razón de ser, vean parcialidad en nuestra forma de expresión, extrapolable también a otro tipo de artículos como pueden ser los de toros, caza y boxeo, por citar un ejemplo.
Son los propios lectores, los que con sus comentarios en pro o en contra de los personajes que se citan en cualquiera de los diversos trabajos publicados hasta la fecha, los que enriquecen el blog, de lo cual nos enorgullecemos.
Un muy afectuoso saludo.
José Manuel
De acuerdo con lo que dices José Manuel, pero sigo pensando que los hechos históricos o los actos derivados de los personajes históricos, también pueden ser narrados con imparcialidad y no hace falta que vosotros, autores del blog, manifestéis ninguna tendencia (lo decía por propia comodidad pero evidentemente está al alcance de cualquiera profundizar en los temas o personajes que interesen). Vuestro proceder es muy bueno, no obstante.
ResponderEliminarUn saludo
Hola de nuevo B.R.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comprensión. Esperamos seguir contando con tus interesantes comentarios en futuros trabajos, alguno en ciernes está relacionado con aspectos sobre los que tenemos que seguir con la misma pauta narrativa.
Un saludo cordial.
Muy bueno el artículo, José Manuel. Escueto pero muy interesante. Los que nos dedicamos a contar historias de Madrid donde intervienen personajes o hechos políticos tendemos a la neutralidad, por eso entiendo lo difícil que es pasar los datos por el colador para dejar sólo la esencia de la historia. Aún así, hay detalles que no pueden obviarse y en nada deben comprometernos. Como siempre, mi enhorabuena por los trabajos que se publican en Historias matritenses. Un saludo!
ResponderEliminarHola Eduardo Valero, muchas gracias por tu favorable comentario.
ResponderEliminarLa verdad es que hablar de estos personajes podía ocupar cada uno varios artículos por sí solos, sin embargo la pretensión de este trabajo ha sido solamente la de recordar de forma aséptica su trágico final.
Un cordial saludo.
José Manuel
Una precisión. Cuando dices que Eduardo Dato había partido del Congreso, no es así. Había salido del Senado. Su coche llegó a la Plaza Isabel II y por Arenal y Sol tomó Alcalá hasta Cibeles y Puerta Alcalá.
ResponderEliminarHola Carlos Viñas:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu observación. Efectivamente era el Palacio del Senado y por un error de transcripción pusimos Congreso, un duendecillo que se nos coló.
Ha quedado rectificado.
Un cordial saludo.
José Manuel
Muy bueno http://www.balneariolatoja.es
ResponderEliminarMuchas gracias Francisco.
ResponderEliminarJosé Manuel