domingo, 7 de febrero de 2010

Mi cabaña - Colegio Santa Luisa de Marillac – Ciudad Lineal

Como continuación del brillante artículo de Juan José Barrero Menéndez, vamos a exponer lo que hemos encontrado sobre el que fue su colegio Santa Luisa de Marillac.

Juanjo se dirigió a nosotros por medio del blog de Enrique, Urbanidades, en el que vio la siguiente foto del libro Madrid al Paso.


En ella podemos ver la última parada del tranvía setenta de la calle Arturo Soria con dirección a Plaza de Castilla, inmediata a la Cuesta del Sagrado Corazón. Esta parada era conocida como la parada 13, o parada del Ruedo.

Efectivamente Juanjo tenía razón, su colegio era el que podemos ver a la izquierda de la imagen donde se ve el cartel de la parada del tranvía.

Precisamente esta misma parada la analizamos hace un año, llegando a la conclusión que se trataba del mismo sitio, pero en ella podemos ver mucho mejor el edificio que nos ocupa. Ambas fotos son de finales de los sesenta.


Pero retrocedamos el reloj para ver la historia de esta casa. Lo primero que utilizamos fue el plano parcelario del Ayuntamiento de Madrid de 1929, en ella podemos ver el nombre de la casa: Mi Cabaña.


Estaba justo enfrente de Villa Fleta, uno de los más famosos chalets construidos por la Compañía Madrileña de Urbanización (CMU), de don Arturo Soria. Por tratarse de las primeras edificaciones de la Ciudad Lineal cuando se entraba desde Chamartín estaban muy cuidadas, y podíamos encontrar desde pequeñas casas, hasta chalets u hoteles de lujo como eran calificados por la CMU. Además este tramo, conocido como los altos de la Ciudad Lineal, estaba primorosamente ajardinado, contaba con caseta de vigilancia en la calle principal y tenía muy cerca el Pinar de Chamartín.

En la siguiente foto, anterior a 1911, podemos ver Mi Cabaña a la izquierda, y Villa Fleta a la derecha.


Mi Cabaña es una construcción de 1902. Fue levantada por la CMU sin encargo previo y anunciada su venta en la revista La Ciudad Lineal a principios de 1903, llegando incluso a ser portada de esta publicación, lo que deja bien a las claras que se trataba de una de las construcciones señeras de la Compañía.


Contaba con 210 metros cuadrados distribuidos en 3 plantas. La baja estaba pensada para cuadra, cochera y habitación del personal de servicio; la primera contaba con comedor, despacho y cocina, rematada con una gran terraza; y la tercera tenía dos dormitorios con sendos roperos.


Siguiendo la filosofía de la Ciudad Lineal todas las habitaciones, incluso las de servicio, tenían luz natural y ventanas para aireación.


La casa fue comprada en marzo de 1903 por don Manuel Piquer y Martínez, Gentilhombre de Cámara de S.M., Infanzón de Illescas, Gran Cruz de San Hermenegildo, que llegó a ser General en Junio de 1916; falleció en 1934. Su esposa se llamaba Isabel Carabias, y tenían dos hijas: María Luisa y Lola.

En abril de 1904 acomete una serie de reformas y ampliaciones en la casa, haciendo el cerramiento de los lotes de terrenos comprados (4.800 metros cuadrados).

La familia Piquer tomó parte muy activamente en la vida de la Ciudad Lineal. Las fiestas celebradas por la onomásticas de sus hijas eran muy famosas, con mucho lujo, y muy apreciadas por todos los vecinos. Incluso se celebraron en la finca los días de la Fiesta del Árbol, promovidas por la Ciudad Lineal. El Sr. Piquer llegó a formar parte del consejo directivo de la Ciudad Lineal.


La casa fue puesta en venta en diciembre de 1923, y en la prensa salió el siguiente anuncio:

SE VENDE, la finca “Mi Cabaña” sita en la manzana 74, con 4.800 metros cuadrados de terreno con jardín, huerta y frutales, teniendo 80 metros de fachada a la calle principal, hotel de tres pisos, casa para el guarda, agua de Lozoya y de pozo con motor eléctrico. Precio mínimo 75.000 pesetas, que puede ser pagado mitad al contado y mitad a plazos.

En 1927 fue comprada por don Luis García Andrade. Este señor también tomó parte muy activa en la Ciudad Lineal, siendo miembro de la Junta Vecinal. En este mismo año se le asignó el número 113 de la calle Arturo Soria a la finca. Hoy en día es el 242, pero en aquellos días la finca pertenecía a Chamartín y la numeración nada tenía que ver con la referencia actual a la Puerta del Sol e iba en sentido inverso a la actual.


Desde ese año hasta el relato de Juanjo no hemos encontrado datos sobre la finca. La Ciudad Lineal pasó a un letargo total, siendo mantenida (por decir algo), por una empresa que nada tenía que ver con las grandes ideas de don Arturo Soria.


En la foto anterior podemos ver los edificios del colegio Santa Luisa de Marillac, que tan magistralmente nos ha descrito Juanjo en su artículo.

Desde 1983 la finca está ocupada por diferentes dependencias de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, Dirección General de Familia, de la Comunidad de Madrid. Creemos que Mi Cabaña y el antiguo colegío debieron de ser demolidos entre 1984 a 1987, para construir las instalaciones actuales.
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Autor: Ricardo Márquez Ruiz.
En este blog también colaboran: Ángel Caldito y José Manuel Seseña.


Fuentes:
- Biblioteca Nacional de España
- Coleccionable Espasa Calpe de Madrid (1979)
- Revista La Ciudad Lineal
- Hemeroteca ABC
- Cartografía del Ayuntamiento de Madrid

miércoles, 3 de febrero de 2010

Centenario del colegio-asilo de la Paloma (y “casi” de la línea de tranvías correspondiente)

Pilar Moltó y Jesús Manzano

Nos remontamos a finales del Siglo XIX, cuando el Ayuntamiento de Madrid tenía bajo su protección la obra social del Asilo de San Bernardino (de ancianos y niños huérfanos), situado en el antiguo convento de la Moncloa. Sus viejas instalaciones, y el enfoque asistencial, demandaban cambios. El primero de ellos se produjo con el nombramiento como director de Pablo García-Becerra, notable periodista, de talante liberal y con una concepción moderna de lo que debería ser un asilo, particularmente para niños. El segundo cambio sería la imprescindible renovación de las instalaciones.


De la nueva construcción se encargará el arquitecto municipal Francisco Andrés Octavio (responsable de la notable transformación de la Gran Vía). El bello proyecto presentado se aprobó y se decidió empezar la construcción en 1901, con la intención de que fuese inaugurado por el Rey Alfonso XIII en su mayoría de edad.

Los terrenos elegidos estaban situados en la Dehesa de Amaniel, hoy Dehesa de la Villa, y cogían parte del término municipal de Fuencarral. Hubo que hacer una redefinición de los límites municipales. Pasaron algunos años desde el primer proyecto con continuos debates sobre presupuestos y contratas, hasta que se consigue la financiación necesaria. Finalmente se realizó con fondos del legado de la marquesa de Vallejo, con una donación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid (fue la primera obra social realizada a cargo de beneficios) y con asignaciones del propio Ayuntamiento. Las obras empezaron realmente en 1905 y terminaron en 1909, con una edificación más reducida que la inicialmente proyectada, pero igualmente grandiosa para la época. El presidente del gobierno José Canalejas estuvo muy interesado en las obras, que visitó y siguió de cerca. La calle que daba acceso al Colegio recibió el nombre del alcalde de Madrid del momento, Francos Rodríguez.

Antes de que fuese abierto el colegio, ya estaba pensada la instalación de una línea de tranvías, desde Cuatro Caminos hasta la puerta de la Paloma. La llegada del tranvía a La Paloma se produjo el 4 de octubre de 1913, con asistencia del Alcalde, el director de la Paloma D. Pablo Becerra y otras autoridades. En los actos de inauguración, celebrados en la Paloma, se ofreció un lunch y actuó la banda de la Paloma, dirigida por el maestro Gassola.

En julio de 1910 los asilados de San Bernardino se trasladan al nuevo colegio, que ya por entonces se conocía simplemente como La Paloma. Desde el primer momento se establece un reglamento de funcionamiento de Las Escuelas y Talleres Nuestra Señora de la Paloma, ejemplo de sensibilidad y atención a la infancia: Los alumnos permanecían en el Colegio desde los 6 hasta los 18 años, recibiendo la educación primaria completa y el aprendizaje de un oficio (carpintería, cerrajería, electromecánica, sastrería, zapatería, panadería…).


De inmediato empezaron a funcionar sus Escuelas Graduadas, pioneras en la renovación de la enseñanza primaria, junto con las de los colegios Cervantes y Príncipe de Asturias. Y en el ámbito profesional, además de los talleres, el centro disponía de academias especiales: Música, Esgrima y preparación de oposiciones (taquigrafía, caligrafía, mecanografía...).

La dirección pedagógica del colegio corrió a cargo de maestros ilustres como Rafael Robles, Rodolfo Tomás y Samper o José Garrido (posteriormente educador del Rey D. Juan Carlos a su llegada a España).

El Ayuntamiento siempre consideró este colegio como un centro emblemático, al que destinó grandes esfuerzos y dedicación, y del que se sentía especialmente orgulloso, mostrándolo como modelo ante numerosas visitas ilustres. También fueron numerosas las visitas de la casa Real.

Las experiencias pedagógicas del colegio fueron llevadas a algunos de los pocos congresos y encuentros internacionales del momento. Sus profesores (León Vega, Tomás y Samper, Rodríguez Charentón, Ezequiel Solana...) publicaron libros didácticos y pedagógicos.


Su Escuela de música, dirigida por el maestro Gassola, fue notable, y la Banda de la Paloma actuaba en todos los eventos imaginables de Madrid, recibiendo y acompañando a la Reina o animando inauguraciones del Ayuntamiento o verbenas populares; funcionó de hecho como banda profesional del Ayuntamiento, actuando durante más de 20 años en multitud de actos en todos los distritos, y constituyendo vivero y complemento de la Banda Municipal.


La Escuela de Esgrima de la Paloma, a cargo del maestro Afrodisio Aparicio (campeón mundial), formaba principalmente monitores para las academias militares, y dio importantes nombres de la esgrima española.

El Asilo, que inicialmente acogía a ancianos y niños, acabó transformado en el colegio asilo de la Paloma, únicamente para niños. Los ancianos fueron trasladados al asilo de ancianos Nuestra Señora de la Paloma de Alcalá de Henares y las niñas al Colegio asilo para niñas de Alcalá de Henares.


Este colegio asilo educó a cientos de niños madrileños, que pudieron acceder a una formación integral de calidad y, en muchos casos, a un verdadero oficio de formación profesional. La información contrastada con la escasa oferta educativa de ese momento permite afirmar que fue en todos los sentidos un verdadero modelo de centro de formación general y profesional. De sus puertas salieron alumnos con la formación suficiente como para ser trabajadores y funcionarios administrativos del ayuntamiento, alguno incluso secretario de alcalde. José Mª Sánchez Silva (autor de Marcelino Pan y Vino), alumno de este colegio, fue uno de ellos.

Los periódicos de la época recogieron en cientos de artículos informaciones y anécdotas de este colegio, que estudiadas hoy en día nos permiten hacernos una idea aproximada de su funcionamiento y de su historia. Tal vez el momento más duro en colegio, al igual que en todo el país, fue el estallido de la guerra civil. El colegio se hallaba situado en la línea de defensa de Madrid, y ante el inminente peligro de bombardeos (como de hecho ocurrió), los niños de la Paloma fueron evacuados a Barcelona en otoño de 1936, junto con los de San Ildefonso y con las niñas del colegio de la Paloma de Alcalá de Henares. Allí permanecieron junto con sus profesores durante casi tres años, funcionando como Colegio de la Paloma, subvencionados por el Ministerio de Instrucción Pública y seguidos muy de cerca por el Ayuntamiento de Madrid, cuyo Alcalde los visitó en varias ocasiones.

Al acabar la guerra, el Ayuntamiento reclamó a los niños y el regreso se efectuó en julio de 1939. Al llegar, como el colegio estaba destrozado, fueron instalados en el antiguo grupo escolar Conde de Peñalver, de la calle Tabernillas. Todos los niños y niñas de la Paloma y de San Ildefonso fueron afiliados a la OJE, en una ceremonia masiva celebrada en los espacios del colegio de la Dehesa de la Villa, junto a sus pabellones devastados por los bombardeos.


Posteriormente se hicieron reparaciones de urgencia en los pabellones menos afectados, donde empezaron a funcionar las Escuelas Profesionales Ramiro Ledesma, dirigidas por la Falange. En 1942, Franco inauguró las obras de restauración y remodelación completa de todo el centro, con el fin de establecer una potente oferta de formación profesional y convertirlo en una institución modelo del nuevo régimen, núcleo de la red de formación de la Delegación Nacional de Sindicatos. En el año 1944 funcionaba ya a pleno rendimiento, con la denominación de Institución Sindical Virgen de la Paloma, y alcanzando rápidamente la cifra de miles de alumnos. Estaba dirigida por Diómedes Palencia, Ingeniero Industrial, que posteriormente fue el artífice principal de la formación ocupacional conocida como PPO.


Durante décadas, la Institución Sindical fue un centro de referencia para toda la formación profesional en España, con la mayoría de las especialidades del momento y un alto nivel de calidad reconocido por el sistema productivo. Promociones enteras eran contratadas al término de sus estudios en grandes empresas de los sectores eléctrico-electrónico, metal, automoción, madera, artes gráficas, delineación, química, pintura. Y la Paloma inició y organizó durante años los concursos internacionales de formación profesional, con notable reconocimiento.


Con el tiempo este centro se ha ido transformando, según los momentos políticos y los cambios educativos, hasta llegar a nuestro actual Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de la Paloma, dependiente de la Administración Educativa y centro pionero en todo tipo de innovaciones y reformas. Con una amplia oferta formativa, que incluye Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en todos sus niveles, sigue manteniendo el mayor volumen de matrícula de toda la Comunidad de Madrid.

A pesar de la especialización profesional del centro, la Institución Sindical prolongó su tradición musical con la formación de una rondalla y un coro, que funcionaron durante años, actuando en numerosos festivales y efectuando algunas grabaciones discográficas y cinematográficas. En la actualidad el Coro se mantiene, con un alto nivel.

En todas sus etapas de diferente dependencia (Ayuntamiento de Madrid, Sindicato Vertical, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, Comunidad de Madrid), este centro ha formado a muchos miles de alumnos, como buenos profesionales que han ayudado a desarrollar en Madrid su industria, sus empresas y sus servicios.

Y el trabajo educativo realizado en sus aulas y talleres constituye por sí mismo un digno ejemplo para estudiar la historia de la educación madrileña de los últimos cien años.

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Desde el blog Historias Matritenses queremos felicitar a la Institución por este centenario, así como agradecer a los profesores Pilar Moltó y Jesús Manzano la realización de este artículo. Para saber más os invitamos a visitar su página web.

En este blog colaboran: Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

domingo, 31 de enero de 2010

Rememoración del Colegio Santa Luisa de Marillac – Ciudad Lineal

Paisaje perdido
El ABC del 8 de mayo de 1960 informaba que con motivo del Día Universal del Niño en esa fecha se iba a inaugurar un internado: “El internado de menores está instalado en el edificio 242 de la calle Arturo Soria, y se denomina Institución Santa Luisa de Marillac. Pertenece, al igual que otros similares, a la Junta de Protección de Menores, y acogerá a cien niños de cuatro a once años, que por diversas causas no pueden vivir en el seno de sus familias. Está regido por Hijas de la Caridad y un capellán.”

Como por ahora la búsqueda de documentación sobre este colegio apenas ha dado resultados, será mi memoria de niño allí internado la que deberá suplirla, ateniéndome sobre todo al carácter “urbanístico” de este blog.


Estuve en aquel centro entre noviembre de 1966 y diciembre de 1969, poco más de tres años. Por entonces vivía en una de las calles que desembocan en la plaza de Chueca y no conocía nada del barrio de Ciudad Lineal, conocimiento que seguiría siendo escaso, pues los niños apenas nos movíamos en ese entorno: ocasionales paseos por Arturo Soria arriba y abajo, juegos en algún descampado en las zonas traseras al colegio asombrándonos con unos pequeños insectos rojos y negros que llamábamos “zapateros”.

También formaba parte del paisaje de ese barrio tan diferente el recorrido en tranvía, que desde Plaza Castilla, y tras bajar por Caídos de la División Azul y subir la Cuesta del Sagrado Corazón, nomenclatura que resume una época, terminaba para mí justo en la primera parada que se realizaba al entrar en Arturo Soria, situada casi enfrente del colegio.

El atrezzo de la memoria se completa con altos pinos a lo largo de Arturo Soria, el barrizal que se formaba por todas partes en cuanto llovía, y en especial en la calle González Amigó donde se encontraba la entrada habitual al colegio, y en esa calle, no digo en la acera de enfrente porque no existía, las chimeneas con forma de cilindros segmentados que coronaban el entonces moderno edificio paralelo al colegio.

El resto del paisaje, el paisaje primordial, era el propio colegio.

Un conjunto con algo extraño
Ya entonces, estando allí, el colegio me daba la sensación de algo incongruente, que sólo mucho más tarde pensé que podía deberse a que se hubieran unido edificios de distinta época. La finca que ocupaba el colegio, de planta rectangular, la delimitaba por el norte la calle González Amigó y por el oeste la acera de los pares de Arturo Soria, mientras el sur y el este colindaban con otras parcelas. Dentro de la finca los edificios dibujaban una planta en forma de extraña U tumbada.

Formando la base de esa U, en la esquina formada por las calles citadas, se encontraba lo que parecía la parte más antigua de la edificación, rematada por un tejado a dos aguas muy puntiagudo, a la que se unían y prolongaban a lo largo de González Amigó dos pabellones sucesivos de dos pisos coronados por terrazas cubiertas por oxidadas techumbres, separados ambos por un portón metálico que permitía el acceso de vehículos, formando así uno de los desiguales lados de la U. El otro lado, totalmente interior a la finca, también salía de la edificación antigua y discurría en paralelo, dejando un pequeño patio entre ambas, pero sólo alcanzaba la mitad de su largura, justo hasta llegar a la altura del portón.

La entrada habitual al colegio se efectuaba a través del pabellón más alejado de Arturo Soria, destinado en exclusiva a la comunidad de monjas… con la excepción de un pequeño sótano en el que sentados sobre un gran cajón de madera nos pelaban.

El lado que daba a Arturo Soria lo formaba la pared lateral de la edificación antigua y su prolongación en una tapia en la que se abría una puerta metálica de doble batiente, coronada por un semicírculo en el que figuraba el nombre del colegio. Tras esta tapia había un pequeño y abandonado jardín. Esta puerta no se utilizaba casi nunca, y el desmayado jardín prácticamente nos estaba vedado.

La tapia, al llegar a la finca colindante, giraba noventa grados para separarla del colegio y, tras un nuevo giro, completaba su recorrido al llegar su vértice a González Amigó, cerrando así el rectángulo de la finca y separando de paso un pequeño chalet en ese lado.

La entrada al jardín por la puerta metálica debió ser antiguamente el acceso principal a la finca. Cuando penetrabas por allí encontrabas un pequeño sendero que inmediatamente giraba a la izquierda y terminaba en la fachada principal de la casona. Para acceder a ella tenías que subir una pequeña escalera que te daba acceso a una terraza, escalera y terraza circunvaladas por una balaustrada.

Esa terraza era uno de los elementos que más llamaba mi atención, un elemento casi irreal más propio de una casa de película que de cualquier otra que hubiera conocido. Lugar peculiar que asocio con juegos inspirados en las escasísimas películas que con un equipo precario y una sábana veíamos en el comedor, pues no había salón de actos; con unas señoronas que nos visitaban de tarde en tarde y que confusamente despertaban mi rencor; con interminables rezos del rosario todos parados en filas de las que se iban desgajando los castigados a ponerse de rodillas sobre el suelo de pequeños cantos incrustados en cemento…


En el centro de la fachada se abría la puerta, a cuyos lados la pared formaba dos ábsides. Entrando te encontrabas un hall en cuyo frontal había una vidriera, creo que con una escena del “Buen pastor”. A los dos lados se abrían puertas: la de la izquierda te introducía en la parte antigua y la derecha a la zona en que se unía con la parte moderna que se había adosado.

Cuando leí la noticia de que el colegio albergó cien niños me quedé sorprendido: para el espacio disponible suponía un verdadero hacinamiento, y la noticia era cierta, pues entre la poca documentación encontrada, en unas memorias de la Junta de Protección de Menores de finales de los sesenta se da esa cifra y se dice que todas las plazas están cubiertas. Eso explica la “polivalencia” que dieron a la planta baja del edificio antiguo.

Habían distribuido ese espacio en cuatro habitaciones de distinto tamaño. Las dos colindantes con Arturo Soria eran las más deseadas: la pequeñísima sala que servía de clase para los más pequeños, incrustada justo en la esquina, porque tenía un ventanal que te permitía ver la calle, rarísima excepción pues todas las ventanas que daban al exterior, al menos las del alumnado, eran de cristal opaco. La otra, más alargada, y también usada como clase, por la tarde se transformaba en sala para ver la televisión, colocada sobre un soporte y a resguardo precisamente en el hueco de uno de los ábsides.

Las dos habitaciones restantes tenían también un tamaño desigual: la que te encontrabas al entrar desde el hall era la más grande de las cuatro y se usaba como clase e “iglesia”, porque en su cabecera se encontraba un pequeño cuarto habitualmente cerrado que en domingos y “fiestas de guardar” se abría para desvelar una pequeña capilla con apenas cabida para el altar y el oficiante, mientras en consecuencia los feligreses ocupaban la clase.

Si en este recorrido volviéramos al hall y desde allí ahora optáramos por dirigirnos a la derecha, entraríamos en una zona intermedia, en la que se unían la casa vieja con las edificaciones nuevas. Primero quedará a nuestra derecha el otro ábside de la fachada, usado para poner allí un gran belén cada navidad, y si continuamos en línea recta accederemos a la parte moderna, en concreto al comedor, y a continuación de él, el llamado “ofis” y la cocina.

Si en vez de haber seguido de frente hubiéramos girado a la izquierda nos habríamos encontrado primero con una escalera para subir al piso superior y luego, al fondo, con un dormitorio. Había dos dormitorios, uno en el piso bajo y el otro encima en el alto, las típicas salas alargadas de tantas instituciones (colegios, cuarteles, hospitales…), con camas con el cabecero pegado a la pared y separadas entre si por pequeñas mesillas. En la entrada un pequeño habitáculo con un ventanuco con cortina permitía que la monja a la que le tocara vigilarnos pudiera controlarnos y tumbarse.

Ambos daban a González Amigó y ocupaban un pabellón nuevo. Sin embargo, la zona de duchas y aseos que les correspondían y les antecedían, se encontraban dentro del espacio del edificio viejo.

Por último, una parte esencial de aquel mundo eran los patios donde jugábamos. Se podrían distinguir tres espacios rectangulares que se escalonaban en tres planos descendentes, con su punto más alto en la calle Arturo Soria. El primero, el jardín, no sería propiamente un patio, y ya he dicho que apenas teníamos acceso. Le seguían en suave pendiente otro patio totalmente desnudo, delimitado por el pabellón del comedor y la tapia, y a éste, el último y más grande, el coincidente con el pabellón de las monjas y las tapias que nos separaban de las otras dos fincas. También despojado de cualquier brizna de vegetación, en la base del pabellón tenía una grada corrida de dos escalones.

Estos dos últimos patios se separaban por una pequeña cuesta, un salto en el que se encontraba el único elemento reseñable: una solitaria higuera rodeada por un redondel de cemento que la protegía y servía para sentarse, un superviviente que testimoniaba que allí se habían vivido otras vidas muy diferentes a las nuestras, como diferentes serán las que ahora se están viviendo después de que hace ya tiempo desapareciera este colegio…


Algunas preguntas
Con la Ley General de Educación de 1970 el franquismo abordó una reforma que quería dar respuesta a las necesidades de una sociedad moderna. Sin entrar en este tema, lo cierto es que se tradujo en una serie de problemas para la Junta de Protección de Menores y para este colegio en concreto, que se pueden intuir en los pocos documentos conservados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

El colegio Santa Luisa de Marillac era de las llamadas “instituciones propias”: la Junta de Protección contaba con un cierto número de colegios y centros, numéricamente muy inferior a la miríada de “instituciones colaboradoras”, otros colegios y organismos, a los que mandaba o en los que atendía a muchos niños y niñas que estaban bajo su tutela.

De las monjas recuerdo, de izquierda a derecha 1ª Sor Alegría, 4ª Sor Maria y 5ª la directora Sor Ángeles, de las 3 restantes creo que se llamaban, Sor Julia o Sor Raquel.


En el Santa Luisa de Marillac nos daban clase las monjas, y en esa época es muy dudoso que la mayoría tuviese titulación de profesoras, si es que alguna la tenía. Además, las exigencias de alumnado por clase, separación por edades, tamaño del aula, etcétera… que implicaba la nueva Ley, eran incumplibles por aquel centro en el que había primado el criterio de recoger y “amparar” al máximo posible de niños.
 

Por algún documento indirecto se puede pensar que, a mediados de los setenta, el colegio redujo el número de alumnos a unos ochenta y de ser un internado masculino pasó a femenino. ¿Ocurrió eso?


Foto de José Luis Aguilella Cebrián. Comentario: Al fondo puede adivinarse la balaustrada que hablaba Juanjo y que esta circunvalaba toda la "terraza de las piedras" que casi todos sufrimos en nuestras rodillas.



A todo ello habría que añadir que las edificaciones eran de muy baja calidad, cuando yo estaba allí no había transcurrido ni siquiera una década y el revoco exterior del colegio estaba lleno de desconchones, todos los elementos metálicos de protección y techado de las terrazas estaban totalmente corroídos por la herrumbre, todo respiraba ya un aire de viejo… lo que no ayudaría a su longevidad.

En esta foto de Alfredo podemos ver las vidrieras.

En el Real Decreto de febrero de 1984 que regula el traspaso de las funciones y servicios en materia de protección de menores del Estado a la Comunidad de Madrid, aparece citado el colegio entre lo traspasado, pero unos dos años antes pude comprobar que el colegio estaba cerrado y abandonado, ¿cuándo se cerró?, ¿cuándo fue demolido?

Imagen cedida por José Luis Aguilella Cebrián. Comentario: Para los mas nostálgicos y en especial a "TATOSIAN" los cromos que coleccionábamos por aquella época, seguro que alguno revivirá por unos segundos un viaje al pasado, y lo pagara el lagrimal.

Foto de Juan Vicente Serrano. Marzo 1962.

Foto de Juan Vicente Serrano. 1 julio 1963

 Foto de Juan Vicente Serrano. Campamento de Oriuela.  Agosto 1967

Se trata de las medallas que daban a final de curso a los primeros de cada clase,y es de la SAFA ,estas 2 se las dieron al compañero Francisco Gómez Aguilar. Foto: Juan Vicente Serrano.


La cartilla de escolaridad que nos hacían, año 1955. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

El recordatorio de la primera comunión del año 1957. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.


En la tómbola, estoy con un primo mío que no estuvo en el colegio, se hacia en el colegio de las chicas, a las que se puede observar al fondo con los uniformes que llevaban. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Foto del Hospital General de Atocha. Estoy con mi hermano Felisin y con mi madre en los jardines que había en la entrada. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Foto dentro del hospital, las monjas del hospital eran las mismas de la Caridad que teníamos en S.L.M. y en la Safa. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Patio de talleres que es donde se hacían las visitas los primeros domingos de mes en la Safa.  Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.


Autor: Juan José Barrero Menéndez

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Esta entrañable narración de Juan José es el preámbulo de una investigación que presentaremos en unos días. Confiamos en darle algunas respuestas a Juanjo, al menos que sepa quien vivió allí.

En este blog colaboran: Angel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

miércoles, 27 de enero de 2010

A vueltas por Madrid – Línea 6, la M-30 del Metro (I)

En 2.010 se cumplen quince años de la terminación de la línea circular del Metro de Madrid cuya conclusión transformó profundamente los hábitos de desplazamiento de los viajeros por las múltiples conexiones que posibilitó, siendo en la actualidad la mas utilizada. A lo largo de diversos capítulos iremos contando su historia.

El 10 de Mayo de 1.995 tuvo lugar la inauguración oficial del último tramo de la línea 6 del Metro entre Laguna y Ciudad Universitaria que la convertía en circular, añadiéndose Madrid al grupo de ciudades que tenía este tipo de servicio en su red de metro, entre las que podemos citar Glasgow, Londres y Moscú entre otras.

La realización de la M-30 del Metro, como fue denominada en ese momento, no resultó fácil. Fue un parto que duró 29 años desde que el primer tramo apareció en 1.966 hasta la inauguración del último, habiendo por medio planes posteriores con diferentes trazados del cierre circular al finalmente realizado[1]. Hagamos algo de historia.



La primera vez que se habló de una línea circular de metro para Madrid fue en 1.931 cuando el Ingeniero Alejandro Juanola Sagols publicó el 14 de Mayo un opúsculo con gran contenido político en el que proponía la construcción de un ferrocarril metropolitano subterráneo en gran parte, independiente de la Compañía Metropolitano de Madrid[2], como medio de mitigar el acuciante problema del paro obrero. Su idea cayó en saco roto pues el país no estaba financieramente en ese momento para acometer obras de esta envergadura y soportar el déficit de explotación que a buen seguro se hubiera producido de haberse llevado a cabo pues muchas de las zonas atravesadas eran escasamente generadoras de tráfico y otras siguieron siendo campos de cultivo hasta después de la Guerra Civil. Reflejamos este proyecto por tratarse de un trazado coincidente en mas del 50% con el que actualmente tiene la línea 6.

El estudio proponía un ferrocarril metropolitano que recorriese todas las Rondas, es decir de circunvalación, complementado con un ramal transversal norte-sur pues el este-oeste ya existía con la línea 2 y el ramal Ópera-Norte, ambos imprescindibles para poder conectar la línea circular facilitando mediante trasbordo la penetración al centro de la ciudad.



El trazado que propone de la línea de circunvalación indicado en el sentido contrario a las agujas del reloj es:

Plaza de Italia; Pedro del Bosch; Doctor Esquerdo; Francisco Silvela; Joaquín Costa; Raimundo Fernández Villaverde; Pablo Sarasate (actual Avenida de la Reina Victoria); Federico Chueca (vial inexistente); Paseo de la Florida; Estación del Norte; Paseo de la Virgen del Puerto; Estación de Goya, atravesando el Manzanares por el Puente del Rey aguas abajo; Estación Imperial, volviéndolo a atravesar por un punto medio entre los puentes de Segovia y San Isidro; Paseo Imperial, Paseo de Yeserías; Paseo de la Chopera; Plaza de Legazpi y Plaza de Italia. Total unos 20 kilómetros.


Paneles informativos en la estación de Pacífico. Foto César Mohedas.

Las estaciones las establece de tres formas: Estación normal (1), estación entre ambos metropolitanos (2) y estación de enlace con ferrocarril de mercancías y viajeros (3). Propone 20 cuyo detalle y características son las siguientes (el emplazamiento es aproximado y las denominaciones son actuales porque no indica sus nombres en el plano):

PLAZA ITALIA (2), con ramal de metro propuesto Sur-Norte.
PLANETARIO (3), con líneas de ferrocarril de Delicias y de circunvalación. Situada entre ambas vías.
PACÍFICO (2), con metro línea 1 Tetuán-Puente de Vallecas.
DOCTOR ESQUERDO-ALCALDE SÁINZ DE BARANDA (3), con línea del ferrocarril del Tajuña.
DOCTOR ESQUERDO-ODONNELL (1).
MANUEL BECERRA (2), con metro línea 2 Cuatro Caminos-Ventas.
FRANCISCO SILVELA-DIEGO DE LEÓN (1). Empalmará con el ramal de línea 2 Goya-Diego de León.
PLAZA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (2), con ramal de metro propuesto Sur-Norte.
RAIMUNDO FERNÁNDEZ VILLAVERDE-ORENSE (1).
CUATRO CAMINOS (2), con metro líneas 1 y 2, Tetuán-Puente de Vallecas y Cuatro Caminos-Ventas.
GLORIETA DEL PRESIDENTE GARCÍA MORENO (1).
CIUDAD UNIVERSITARIA (1). Mismo emplazamiento que la actual.
PUENTE DE LOS FRANCESES (3), con ferrocarril Madrid-Irún. Situada por el lado del Parque del Oeste.
BOMBILLA (1). Situada entre el Puente de los Franceses y la cochera de tranvías.
SAN ANTONIO DE LA FLORIDA (1).
ESTACIÓN DEL NORTE (3), con ramal de metro Ópera-Norte y estación del ferrocarril Madrid-Irún.
ESTACIÓN DE GOYA (3), con ferrocarril de Almorox.
ESTACIÓN IMPERIAL (3), con estación Imperial. Situada en el Paseo Imperial cerca de Ronda Segovia.
PIRÁMIDES (1).
PASEO DE YESERIAS-PASEO DE LA CHOPERA (1).

Obviamos el detalle de trazado y estaciones del ramal Norte-Sur por no formar parte del tema que estamos tratando de Línea Circular.

Continuará.


Paneles informativos en la estación de Puerta del Ángel. Foto César Mohedas.

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Agradecimientos:
Al amigo César Mohedas por poner a mi disposición su impresionante archivo que hacemos extensivo en todas las sucesivas entregas que iremos publicando y que para no ser repetitivos no lo reseñaremos.


Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.


Notas:
[1] Hay una frase lapidaria que dice “El que olvida su historia está condenado a repetirla”. Cuando el metro presentó en 1.914 su plan de red, la última línea en construirse fue la de los Bulevares que se inauguró en 1.944, 30 años después pero a efectos de retraso efectivo habría que descontar los tres de la Guerra Civil por cuestiones obvias.
Mas de cincuenta años después la historia se volvió a repetir con la línea 6 de metro.
[2] Nueva denominación desde el 24 de Abril de 1.931 de la Compañía del Ferrocarril Metropolitano Alfonso XIII tras la orden de la República de hacer desaparecer en los nombres de las empresas toda referencia a la Monarquía abolida.

domingo, 24 de enero de 2010

Historias Matritenses en la prensa

El pasado 10 de Enero de 2.010 nuestro blog Historias Matritenses fue mencionado de manera favorable en el periódico La Razón, al hablar de los blogs, especialmente de los madrileños, algo que va en aumento.




Para los que hacemos este blog es un motivo de orgullo ser uno de los tres o cuatro citados, máxime cuando sabemos que hay algunos otros de indiscutible calidad. Esto implica una gran responsabilidad que asumimos con agrado para seguir siendo motivo de atención.

Este espacio está realizado con mucho cariño y es absolutamente independiente, sin conexión con entidades o grupos, ya sean públicos, privados o religiosos.

Esperamos seguir la misma línea, mostrando de forma divulgativa Madrid y Comunidad en sus múltiples aspectos, con especial hincapié en aquellas cosas que el paso del tiempo está a punto de borrar de la memoria y rehuyendo de tecnicismos innecesarios, presentando los temas sin dar opiniones o comentarios que siempre los pueden tergiversar.



Pero no sigamos hablando de nosotros, pues como dice el refrán “el ojo del amo engorda el caballo”, ya que los verdaderos protagonistas sois vosotros: nuestros lectores y colaboradores, pues sin vuestra presencia nada de lo que hacemos tendría valor.

Creemos que estamos de enhorabuena todos los que formamos y componemos la Madrid-blogs-fera, ..... después de todo ya hay más cosas de que hablar además del tiempo meteorológico (se entiende).

domingo, 17 de enero de 2010

Cercanías de Madrid, Exposición Ferroviaria en Príncipe Pío


Exposición Príncipe Pío. Material que circula actualmente en las Cercanías de Madrid. Series de izquierda a derecha: 465 “civia”, 450 “de dos pisos, 446, 440 reformada y 440 original. Foto Carlos Ruiz.


Material histórico preservado, unidad eléctrica serie 435 “Suiza”, conservado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid. Inauguró el primer túnel Atocha-Chamartín y prestó servicio de cercanías en Atocha para la línea de Andalucía. Foto Carlos Ruiz.


Material actual que circula en la línea de vía estrecha Cercedilla-Los Cotos. Estación de Siete Picos. Foto Paco Zabala

El último trimestre del año 2.009 que se nos acaba de ir ha sido pródigo en exposiciones en defensa y promoción del transporte público colectivo en Madrid como forma de desplazamiento: Octubre con el noventa aniversario de metro con actos conmemorativos en Nuevos Ministerios y Retiro, Noviembre con la inauguración del intercambiador de superficie de Plaza Castilla en el que se pudo contemplar una preciosa muestra de autobuses antiguos aportada por diversas empresas, y Diciembre con la celebración de los veinte años que Renfe hizo una reestructuración interna creando las unidades de negocio entre las que se encuentra la Unidad de Cercanías, pretexto que ha servido para exponer en Príncipe Pío el diverso material ferroviario que circula en las diferentes líneas de la red de cercanías de Madrid.


Taquillas de cercanías de la estación del Norte (Príncipe Pío), zona que hoy es la calle Maestro Sorozábal. Años 50. Foto Santos Yubero. Archivo Comunidad de Madrid

La exposición iba a concluir el pasado 27 de Diciembre pero fue prorrogada hasta el 5 de Enero y dio la impresión de haberse realizado con premura pues solo había seis paneles explicativos, cinco correspondientes al material expuesto y otro de la unidad suiza, propiedad del Museo Nacional Ferroviario que es conservada de forma ilusionada y cariñosa por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid con sede en uno de los pabellones de la estación de Madrid-Delicias, que sirvió para que las personas que iban a intervenir en la inauguración se desplazaran desde Atocha a Príncipe Pío. Faltaron paneles de la situación de la red, realizaciones recién terminadas como Sol, ampliaciones en curso como Barajas y proyectos de futuro como el eje transversal, prolongaciones y duplicaciones que si llegan a materializarse en su totalidad serán motivo de orgullo para todos los que vivimos en la Comunidad de Madrid.


Zona de vías de cercanías de la estación del Norte con una unidad eléctrica serie 433 “pingüino”, preparada para hacer un servicio en la vía de la línea de Ávila mientras los viajeros esperan a que se sitúe otra en la vía de la línea de Segovia. Fuera de encuadre, a la izquierda, está la de llegadas. Años 50. Foto Santos Yubero. Archivo Comunidad de Madrid

El servicio de cercanías en España es anterior a la creación de la propia Renfe pues la compañía del Norte tenía los trenes a la sierra madrileña, las unidades eléctricas para los alrededores de San Sebastián y Barcelona, y los trenes formados con coches imperial en Valencia; la compañía M.Z.A con los coches “costa” en Cataluña y el “corto de Guadalajara”; y la compañía del ferrocarril del Triano que va por la margen izquierda de la ría de Bilbao, durante mucho tiempo la línea con mayor número de viajeros en su corto recorrido y que se la puede considerar la primera de tipo suburbano de España.


Unidad eléctrica 440 que empezó a circular en 1.975. Una serie emblemática en las cercanías de España que, hoy, dada su antigüedad, está en franca decadencia. Foto Paco Zabala

En las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta la Renfe editó unas pequeñas guías de tamaño apaisado con los horarios de cercanías tanto de verano como de invierno de Madrid y también de Barcelona. El plano de las líneas de Madrid incluía las provincias limítrofes y contenía los siguientes itinerarios:

-Madrid (Príncipe Pío)-Villalba-El Escorial-Avila.
-Madrid (Príncipe Pío)-Villalba-Cercedilla-Segovia-Hontanares [1].
-Cercedilla al Puerto de Navacerrada, posteriormente ampliada a Los Cotos.
-Madrid (Atocha)-Alcalá de Henares-Guadalajara-Sigüenza.
-Madrid (Atocha)-Aranjuez-Tarancón.
-Madrid (Atocha)-Toledo (ruta vía Aranjuez).
-Madrid (Atocha)-Toledo (ruta vía Villaseca) [2].
-Madrid (Delicias)-Talavera de la Reina.


Unidad eléctrica 440, serie que inauguró el Fc Aluche-Móstoles. Obsérvese que carece del remolque central ya que les fue retirado a todas las de la línea en previsión que ante una detención completamente lleno en la rampa de Cuatro Vientos no fuera capaz de reanudar la marcha ascendente. Foto colección Cesar Mohedas.

A estos itinerarios hubo que añadir después la nueva línea de Burgos con el tramo Madrid (Chamartín)-Robregordo y el cambio de Madrid (Principe Pío) por Apeadero Atocha en la mayoría de los destinos de las líneas de Avila y Segovia.


Unidad eléctrica de la serie 900. Este material bitensión partía del Apeadero-Atocha a 3000 v y al llegar a Pinar de las Rozas cambiaba a 1.500 v, tensión de Madrid-Norte a Ávila y Segovia. Foto Paco Zabala

Centrándonos solo en Madrid hay varias fechas que se pueden considerar clave para el servicio de cercanías:
-9 de Febrero de 1.946, fecha oficial de la inauguración de la electrificación Madrid-Ávila-Segovia, en la que entran en funcionamiento en Madrid las emblemáticas unidades eléctricas llamadas en el argot ferroviario “pingüinos”, utilizadas por los domingueros excursionistas para ir a la sierra. Durante muchos años fueron las únicas de Príncipe Pío y conocidas por todos.
-18 de Julio de 1.967, inauguración del túnel de Atocha-Chamartín que servirá tras las posteriores de Chamartín-Pinar de las Rozas, Chamartín-Burgos y Chamartín-San Fernando para que Madrid deje de ser estación término para convertirse en pasante. Es el verdadero eje integrador de la red de cercanías madrileñas.
-28 de Octubre de 1.976, inauguración oficial del ferrocarril Aluche-Móstoles. En principio una línea aislada con funcionamiento tipo metro y un extraordinario éxito sorprendió las previsiones oficiales pues hubo que ampliar posteriormente el túnel saco de Aluche, inferior a la longitud de las estaciones, para poder poner trenes mas largos. Es la primera línea madrileña de cercanías con servicio cadenciado que marca el camino a todas las demás.
-24 de Julio de 1.988 puesta en servicio de la estación de cercanías de Atocha en sustitución del Apeadero Atocha que se ha quedado obsoleto tras 21 años de funcionamiento. La nueva infraestructura se inauguró oficialmente tres días después y desde el primer momento se estructura como el corazón de toda la red de cercanías.
-9 de Julio de 2.008, inauguración del segundo túnel de Atocha-Chamartín que ha servido para descongestionar el antiguo, totalmente saturado. Su puesta en servicio, con cierta precariedad porque la estación de Sol no está terminada en ese momento y la de Alonso Martínez sin comenzar, ha reestructurado las líneas de cercanías afectando entre otras a las de Parla y Aranjuez que dejan de terminar en Atocha.
-27 de Junio de 2.009, inauguración de la estación de Sol, de gran aceptación por los madrileños, que ha servido para redistribuir los viajeros, muchos de los cuales terminaban su recorrido en Atocha para después continuar en otros medios de transporte.


Unidad diesel 591 “ferrobús” un modesto avance en cercanías para las líneas no electrificadas. Eran incómodos por la suspensión, fríos en invierno y calurosos en verano. En el corredor del Henares prestaron servicio con dos remolques intermedios formando unidades de cuatro coches. Foto Paco Zabala

En el futuro nuevas fechas pueden constituir hitos importantes en las cercanías, una la llegada a Barajas actualmente en obras avanzadas, otra la cesión de la gestión a la Comunidad de Madrid como ha sucedido en Cataluña el pasado 1 de Enero, y por último, a mas largo plazo, la del funcionamiento del proyectado eje transversal si finalmente se acomete su construcción.


Unidad diesel 592 “camello” por su forma del techo, supone una considerable mejora en las líneas no electrificadas. La imagen nos muestra la desaparecida estación de Atocha, ahora zona de Alta Velocidad, con tren dispuesto a efectuar un servicio a la línea de Cuenca o Talavera de la Reina. Foto Paco Zabala

Epílogo
La historia de las cercanías de Madrid, aún limitándola a los últimos veinte años, da mucho de sí y solo hemos dado unas breves pinceladas. En la actualidad las líneas se limitan al ámbito de la Comunidad de Madrid con dos excepciones, una Guadalajara y otra Illescas en fase de proyecto de prolongación desde Humanes.

Todas las infraestructuras provocan quejas de sus usuarios por su funcionamiento o por la prestación de servicios inherentes, pero lo mejor que se puede decir de ellas que todos quieren tener en su entorno autovía, estación de cercanías, ferrocarril de alta velocidad, boca de metro, parada de autobús, etc.

La progresiva concentración de la población española en las ciudades en detrimento del mundo rural ha dado lugar a la existencia actual de 10 núcleos de cercanías: Asturias, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Madrid, Málaga, Murcia/Alicante, Santander, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Zaragoza.

El objetivo de este trabajo ha sido recordar el diverso material de cercanías que prestó servicio en la Comunidad de Madrid creando las condiciones para que Renfe constituyera hace veinte años la Unidad de Negocio de Cercanías. Gran parte de él seguía funcionando también en otros puntos de España, como hemos querido resaltar al poner las fotos que se acompañan, experimentando a lo largo de su vida útil diversos cambios de pintura exterior.


Unidad del ferrocarril eléctrico de vía estrecha Cercedilla-Puerto de Navacerrada-Los Cotos que inauguró la línea en 1.923 y estuvo en funcionamiento hasta 1.973. Lamentablemente no se ha conservado ninguno tal cual a pesar de su singularidad y sabor de tren de montaña. Foto colección López Bustos.

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Agradecimientos
A Paco Zabala, Carlos Ruiz y César Mohedas por las fotos que se acompañan.

In Memoriam
De los 192 fallecidos y 2000 heridos, algunos con secuelas físicas irreversibles, que estaban en la fatídica fecha del 11 de Marzo de 2.004 en alguno de los cuatro puntos de la tragedia: Estación de Atocha, Estación del Pozo, Estación de Santa Eugenia y calle Téllez.


Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.


Notas:
[1] Como curiosidad figuraba los trenes que en Segovia tenían enlace con los autobuses a La Granja de San Ildefonso.
[2] Desaparecida para construir la línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla