Yo colgué mis estudios a los 16 años, no quería seguir. En aquella época (finales de los cincuenta), era normal que los padres de los que vivíamos cerca de los estudios CEA trabajaran allí (1). Mi padre creo que empezó en los estudios en el año 36, como dibujante y en lo que se llamaba entonces decoración. Se casó y ... a vivir en Ciudad Lineal y de paso a nacer nosotras, mi hermana, tres años antes que yo, en un chalet que estaba en Pilar o Angelita Cavero, y una servidora en “La isla de Gaby”(2).
Antes de decidir que no quería estudiar, yo llevaba un tiempo diciendo que quería trabajar montando películas, la verdad que no tenía mucha idea de lo que esto significaba, pero ya entonces tenía una prima mayor que era ayudante de montaje, mi hermana acababa de comenzar su aprendizaje también, y yo... ¡no iba a ser menos!. Mi padre, había hablado con amigos montadores para que nos acogieran como aprendizas a todas nosotras. Yo fui la última en llegar pues era la mas pequeña, pero cada una en su momento fue admitida por amistad y empezando desde abajo, sin cobrar nada, y desde luego agradeciendo de que nos dejaran “mirar”.
Había algunas cosas que teníamos que estar dispuestas/os a renunciar, y es lo siguiente: Vacaciones: ¿Qué es eso?. Horas extras: ¿Queeee?. Cobrar algo llamado “paro”: ¿Queeeeee?. Y desde luego...olvidarse de la vida social. Cuando estabas en una “peli” era algo parecido a entrar en un club donde la vida se resumía a estar dispuesta a trabajar en cualquier momento (noches, domingos y festivos), y en cualquier lugar (desierto, montaña mar, etc...).
Yo estuve sin cobrar un duro cerca de un año, y cuando mi ayuda se consideró que podía tener algún valor, el montador con el que yo aprendía me empezó a pagar 75 pesetas a la semana. Recuerdo la alegría que me dio aquel dinero. Lo guardé en un pañuelo al que le hice cuatro nudos y me lo escondí para que no me robaran“mi tesoro” en el tranvía que me llevaba de vuelta a casa. Yo en aquel momento estaba en los Estudios Chamartin y tenía que regresar a la parada 4 donde vivía. La peli que hacíamos era “Un ángel pasó por Brooklyn”, de Ladislao Vajda y el niño Pablito Calvo. Siempre pensé que aquel mi primer sueldo me lo dieron mas que nada porque Julio Peña (montador), era muy amigo de papá, pues yo entonces no sabía nada de nada. Eso sí, siempre estaba dispuesta a ayudar recogiendo recortes de la película o poniendo numeritos en el margen de esta para luego clasificarlos y poder encontrar los trozos que se desechaban por si en algún momento se decidía que había que utilizarlos.
Nunca hubo ningún tipo de discriminación por ser mujer, por otro lado en esta disciplina por lo general éramos mas mujeres que hombres, yo tengo mi teoría del porqué... En mi caso desde luego mi padre nunca hubiera hablado con nadie para que aprendiéramos otras cosas que no fueran montaje, donde al estar en lugares bastante separados de los platós, no teníamos tanto contacto con el resto del equipo. Es decir: maquillaje, peluquería, secretaria de rodaje (las llamadas scripts o continuity girls), secretaria de producción, o actriz, todas estas disciplinas estaban vedadas para mi familia femenina. La masculina (aparte de mi padre) un primo era cámara , otro técnico de sonido, otro doblador... Para estos trabajos había que tratar a gentes que tenían “unas libertades” diferentes al común de los mortales, y el trabajar en los platós de cine directamente y también salir de exteriores...pues podía ser ligeramente ¿nocivo?. Estoy convencida que a los ojos de mi padre en estos posibles empleos acechaban múltiples peligros para las chicas.
Aún recuerdo la primera vez que tuve que irme a Almería con una peli americana (ellos, si llevaban a los de montaje de exteriores). Mi padre me dejó en el aeropuerto de Barajas y me dijo: “Esta es la única vez que sales de exteriores, olvídate de hacer cine con los americanos”. No fue así, a partir de entonces y dada la grata experiencia que suponía salir de casa, respirar aire fresco, cobrar dietas magnificas, conocer otras gentes y sobre todo “aprender de los grandes del cine”, me impulsaron a coger todas las películas que me ofrecían de habla inglesa, y tantas veces volví a Almería que fue allí, en un western, donde conocí al ingles Colin Arthur que mas tarde sería mi marido.
Autora: Maria Luisa Pino.
En este blog colaboran: Angel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.
Notas:
1 La Ciudad Lineal seguía siendo considerado un lugar para vacaciones y fines de semana. Las únicas industrias que se podían considerar como tales eran la Cea y Femsa en la García Noblejas. Muy pronto crecerían muchas industrias junto a la avenida de América y Garcia Noblejas.
2 Antes a este chalet se le llamaba “La casa de cristal” pues en el segundo piso tenía una cristalera muy grande, no sé si para tomar el sol.
Desde luego el mundo del cine es fascinante y apasionante, no tiene nada que ver con ningún otro sector profesional, y no me refiero al olimpo de las grandes 'estrellas' (que eso sí que es otro mundo), sino al de las cocinas que hay detrás de todo rodaje. Yo traté de hacer mis pinitos a mediados de los setenta, de la mano de la familia Burmann, pero no llegué ni a meritorio, me cansé de estar siempre mirando y claudiqué frente a las presiones familiares para ir a la universidad, que era algo 'más serio'. También me sometí a unas pruebas que hacía la familia Goyanes, en busca de un protagonista desconocido para la obra de teatro Equs. Inicialmente me seleccionaron para una segunda prueba, pero cuando descubrí de lo que se trataba realmente (yo creía que solo buscaban extras para alguna película), tengo que reconocer que 'me acojoné' y no volví a presentarme. A estas alturas de mi vida creo poder afirmar que me arrepiento de no haber seguido por aquel camino.
ResponderEliminarExcelente relato, María Luisa, espero más capítulos.
Evocador y precioso relato. Me ha encantado. Porfavor, esperamos más entregas....
ResponderEliminarIrene
Me parece un relato excelente y me he quedado con ganas de más, espero una próxima entrega...
ResponderEliminarMe gustaría conocer algo más de esta profesional en sus otras facetas.
José Ramón
Me alegra que os haya interesado lo que escribí. A Bernardino le diré que había que tener paciencia para poder llegar a algún lado en el mundillo del cine. Hay que entender que en principio los aprendices somos (éramos)una carga para los que ya saben pues tienen que estar pendientes de uno para que no metamos la pata y francamente esto puede ser un tostón . Lo digo porque mas tarde todos hemos tenido que enseñar y en muchos casos terminábamos hasta el gorro , sobre todo cuando los aprendices les daba por "pensar por su cuenta" entonces tenías desastre seguro.También hay otro problema con los aprendices ¡Todos quieren ser directores, o montadores o lo que sea sin pasar por abajo! Es decir todos quieren ser jefes a la primera. En mi etapa de Efectos Especiales teníamos tal cola de gente que quería aprender (desde arriba)que acabamos haciendo cursos intensivos los fines de semana solo para ellos, esto nos daba ocasión de ver como funcionaban y si eran brillantes han llegado a trabajar con nosotros.En montaje, la verdad es que de no ser que tuvieramos mucha necesidad de gente nueva ,huíamos de enseñar, pues en los ultimos años nadie quería poner numeritos en el margen de la pelicula , ni siquiera cuando ya se empezó ha hacer esto con máquina (antes se hacía a mano, cada 20 o 30 fotogramas y sincronizados con el sonido o sea que era trabajo doble). En fin, que ha sido muy estimulante el trabajo en cine ,pero muy esclavo. Bernardino, quédate con esto último para reconfortarte. Ya escribiré mas historias siempre y cuando Ricardo quiera colgarlas. Gracias por el interés Maria Luisa Pino
ResponderEliminarHola a todos, os quería consultar sobre los estudios CEA y un joven ayudante de dirección (no estoy seguro) que trabajó en el rodaje de Asilo Naval en Cádiz cuando les sorprendió el inicio de la guerra en julio del 36. Se llamaba Francisco Fontdevila y trato de averiguar qué pasó con él. La película la dirigían Miguel Pereyra y Tomás Cola, Ricardo Torres era el director de fotografía y León Lucas de la Peña el sonidista. Si me puedéis dar alguna información o pista os estaré muy agradecido. Yo trabajo en la historia del periódico Heraldo de Madrid. Fontdevila era el hijo del director del periódico y fue fusilado en circunstancias no aclaradas. Mantengo un blog sobre la investigación en www.germansbusquets.com y mi correo es giltoll@yahoo.com
ResponderEliminarGil Toll
Hola Gil Toll. A ver si alguno de nuestros lectores puede ayurte.
ResponderEliminarSalaludos.
Hola Gil Toll. Me gustaría conocer donde ha encontrado el dato de la participación de Francisco Fontdevila en la realización de la película Asilo Naval. Después de haber consultado libros, revistas y anuarios de cine,no he podido encontrar nada ni ningún lazo de unión, entre ésta persona y dicha película. Como ayudante de dirección de ésta película consta, Jerónimo Mihura y se quedó inacabada por el estallido de la Guerra Civil española. Tengo bastantes datos sobre su realización en San Fernando (Cadiz) y como tuvieron que dispersarse el plantel de actores y técnicos por causa del inicio de la guerra. Si está interesado en ésa información, nos lo puede solicitar por éste medio.
ResponderEliminarUn saludo.
Angel
Hola otra vez, gracias Ángel por la respuesta y el interés. La información sobre Francisco Fontdevila aparece en algun artículo sobre su padre y es de origen oral, por eso me interesa agotar las fuentes de las personas que estaban en el rodaje. También sería de interés comprobar que Fontdevila estuviese en la nómina del CEA antes de la guerra. ¿hay algún archivo localizado? Cualquier información será bienvenida a giltoll@yahoo.com
ResponderEliminarHola de nuevo:
ResponderEliminarLos únicos actores y técnicos que constan que participaran en el rodaje de Asilo Naval en San Fernando (Cadiz), son los siguientes:Tomás Cola (director), Jerónimo Mihura (ayudante de dirección), Ricardo Torres (fotografía), Eloy Mella (ayudante de cámara), Cecilio Paniagua (foto fija),León Lucas de la Peña y Miguel Pereyra (sonido), Pablo Tallaví (regidor) y los actores, Armando Calvo, Ignacio Barroso, Pedro Calderón de la Barca y Manuel Rosellón. Respecto a Francisco Fontdevila, su nombre no aparece en el equipo técnico de la película, ni en ningún libro o anuario cinematográfico. El único fallecido de los que componían el equipo fue el director, el resto se dispersó durante la contienda. Si realmente, Francisco Fontdevila participó en el rodaje o estaba en nómina en los estudios CEA, lo pudo hacer como meritorio o sin acreditación, tanto como actor o técnico. Para conocer algo más sobre ésta persona, sería interesante intentar localizar alguno de los que participaron en el rodaje o en el caso de haber fallecido a los familiares.
Un saludo.
Angel
Gracias de nuevo por las informaciones. Ya les he buscado a todos en los catálogos de bibliotecas por si tenían algún libro de memorias, pero no hay nada. Si alguno viviera debería ser muy mayor y si alguien le conoce, le estaría muy agradecido que me pusiera en contacto. Quizá se podría reparar así, muy parcialmente, la salvajada cometida con un joven fusilado por el mero hecho de ser hijo de un destacado republicano. Saludos a todos,
ResponderEliminarGT
No me cansaré de decir, lo especiales que eran estas mujeres en este tiempo y entre ellas Maria Luisa Pino, que con su modernismo y su mentalidad abierta y diferente vivió cosas tan interesantes y tuvo la inteligencia suficiente para poder vivir intensamente esta vida cinematogáfica.Por supuesto mucho sacrificio detrás y no siempre un camino de rosas. BESOS¡.MariaPilar P.
ResponderEliminarBuenos días a todos.
ResponderEliminarHe encontrado este blog y esta entrada buscando información sobre Asilo Naval. La razón de mi interés es que trabajo en el archivo de la Fundación Jacinto Guerrero y el maestro Guerrero compuso algo de música para la película, además de ser miembro fundador de CEA. Buscando ampliar nuestra escasa información sobre esta película me he encontrado con una historia apasionante dispersa en periódicos, libros y, en buena medida, perdida. Estoy planteándome escribir algún artículo y toda la información disponible es bienvenida. Me llamo Alberto Honrado y mi mail es ahonrado@fundacionguerrero.com
Muchas gracias a todos.
Alberto Honrado