lunes, 17 de enero de 2011

La conexión de la Gran Vía de Madrid con la calle de la Princesa

Una vez finalizada la urbanización del tercer tramo de la Gran Vía en el año 1932, las obras se centraron en la construcción de los edificios sobre los solares que se produjeron según el proyecto de JL Salaberry y FA Octavio.

La situación de la parte final de la avenida de Eduardo Dato es la que vemos en la siguiente imagen…



La avenida desembocaba en la Plaza de Leganitos y taponando su progresión estaba el edificio que ocupaba la manzana 531, la casa palacio de los duques de Pastrana en la que estaba instalado el Colegio del Sagrado Corazón.

Los duques de Pastrana tenían otro palacio en el núm. 12 de la calle de Isabel la Católica (anteriormente calle de la Inquisición y después de Maria Cristina), que donaron en 1884 a las religiosas del Sagrado Corazón, cuando ya estaba funcionando allí un colegio de niñas con el nombre de San Dionisio. Al morir el duque en 1886 dejó a los jesuitas la casa palacio de la Plaza de Leganitos, posteriormente los jesuitas hicieron un trueque con las monjas y éstas establecieron el Colegio del Sagrado Corazón en la mencionada plaza. Debido a las obras de la Gran Vía a principio de los años 30, el Colegio entraba en el plan de edificios a expropiar por lo que las monjas desalojaron el colegio y compraron una parcela en la calle de Ferraz (limitada por las calles de Romero Robledo, Paseo de Rosales y Benito Gutiérrez) donde el Colegio permanece hasta nuestros días.


En la imagen el Colegio del Sagrado Corazón hacia 1937 con las señales de la guerra. En el cartel instalado en la última farola situada en el centro de la calzada de la Avenida de Eduardo Dato se anuncia la proyección en el Cine Capitol de la película “CHAPALIEF el guerrillero rojo”. La tapia blanca que se ve parcialmente a través del la ventanilla del vehículo de la derecha corresponde al solar del último edificio de la acera de los pares de la Avenida de Eduardo Dato (actual Gran Vía 80), que inicialmente albergará el Hotel Astoria.

El colegio fue utilizado como hospital de sangre durante la Guerra Civil, siendo destruido por los bombardeos.

Vista del solar del colegio del Sagrado Corazón en 1939, al fondo la calle de los Dos Amigos.

Excepto la escalinata de acceso a la plaza de Cristino Martos (proyectada por el arquitecto D. Luis Pérez-Mínguez, perteneciente a la sección de Urbanismo del Ayuntamiento), las obras que se realizaron en la plaza de España y en la calle de la Princesa para comunicar directamente ambas calles fueron proyectadas por el ingeniero de caminos D. Mariano García Loygorri, que ocupaba el puesto de Ingeniero Jefe de Vías y Obras del Ayuntamiento.


Esta imagen de 1940 nos muestra la zona de la plaza afectada por la reforma. A la derecha el edificio del cine Coliseum, en el centro el final de la calle de Eduardo Dato (Gran Vía), señalizado por las dos farolas y a partir de ahí la plaza de Leganitos, calle de Leganitos y las casas de la izquierda que pertenecen al número 1 de la calle del duque de Osuna, por su costado y parte posterior discurre el callejón de Leganitos.

Las obras de la Plaza de España.

Antecedentes

Al mismo tiempo que el rey Alfonso XIII golpeaba con la piqueta de plata la Casa del Cura de la Iglesia de San José inaugurando así las obras de la Gran Vía, finalizaba en el otro extremo el derribo del Cuartel de San Gil.


Vista de la Plaza de San Marcial con el Cuartel de San Gil y sus dependencias, detrás de ellas (parte derecha de la foto) discurre la calle de Leganitos que lo separa de las edificaciones que se ven parcialmente al fondo. A la derecha se ve el colegio del Sagrado Corazón.

En la imagen el derribo del Cuartel de San Gil.

A pesar de que en 1911 tras el derribo del cuartel de San Gil, el arquitecto municipal D. Jesús Carrasco presentó un proyecto para la reforma de la plaza, éste no se llevó a cabo porque el solar del cuartel pertenecía al Ministerio de la Guerra y el Ayuntamiento estuvo negociando para su cesión al municipio. Finalmente fue cedido a finales de los años 20 y en Noviembre de 1930 el proyecto fue desechado.

Situación al abordarse el proyecto para la prolongación de la Gran Vía.

Las obras de de la Plaza de España comenzaron el 23 de Agosto de 1943….


…y el 17 de Noviembre del mismo año, este era el aspecto que ofrecía la zona destinada a las obras. La manzana correspondiente al Colegio del Sagrado Corazón había sido derribada y en la contigua que estuvo el convento de las religiosas Servitas con entrada por la calle de los dos Amigos quedaban aún tres casas por derribar. En el centro de la imagen se observan las calles de Leganitos (a un nivel más alto) y del duque de Osuna que confluyen en la plaza de España.


Este fotografía de 1943 está tomada en las inmediaciones de la desembocadura de la calle de los Dos Amigos en la plaza, nos muestra los edificios sin derribar del solar descrito en el párrafo anterior. Detrás la iglesia de San Marcos y a la izquierda la calle del Duque de Osuna y al fondo la de la Princesa con la silueta de la iglesia del Buen Suceso.


En esta vista tomada en sentido opuesto a la anterior y tomada desde el solar del colegio del Sagrado Corazón vemos la acera de los números impares de la Gran Vía antes del comienzo de las obras.


En el plano de la zona proyectada, las líneas de puntos representan la ocupación inicial por solares y la plaza y las líneas más gruesas la definitiva. La nueva plaza se estrecha por el costado derecho para alinearse con la anchura de la Cuesta de San Vicente y se alarga por la parte superior para dar continuidad en la transición de la Gran Vía a Princesa. La fachada del solar que albergará en el futuro al Edificio España se sitúa retranqueada hasta 35 metros del borde de los jardines de la nueva plaza.


Esta imagen de 1943 nos presenta el paisaje urbano poco después del comienzo de las obras, en el ángulo inferior derecho se ve planteada la nueva calzada, en el centro la calle de Leganitos que desde la Plaza de Santo Domingo cruza la plaza de España para finalizar su recorrido en la plaza de Cristino Martos. La parte curvada que se ve en la parte izquierda del centro de la imagen es el callejón de Leganitos que desaparecerá cuando se ajardine la nueva plaza al finalizar las obras.


En Enero de 1944 este era el aspecto que ofrecía la Gran Vía desde el solar del colegio del Sagrado Corazón. En la acera de los pares (izquierda) el primer edificio corresponde al cine Coliseum y aún quedan dos solares por edificar, y ambos albergarán hoteles, el primero es el que precede al edificio Coliseum y en el se instalará el hotel Astoria, el segundo pertenece a la manzana siguiente y varios años después (en 1955) albergará el hotel Menfis.


A mediados de 1944 se trabajaba en la construcción de la galería de servicios de la nueva vía.

La reforma de la plaza de España llevaba aparejada la de las calles circundantes:
· Se incluyó en el proyecto la nueva alineación de la calle de los Reyes.
· La calle Castro (hoy Maestro Guerrero) fue pavimentada y abierta la segunda manzana cuyo eje quedó alineado con la iglesia de San Marcos (obra de Ventura Rodríguez).
· Al abrirse la calle Castro hasta la de San Leonardo (donde está la iglesia de San Marcos), la última manzana de la calle de los Dos Amigos que desembocaba en la calle de Leganitos se unió con la del colegio del Sagrado Corazón, formándose inmenso solar que fue ocupado posteriormente por el edificio España.
· Se modificó de línea y enrasamiento la calle de José Cañizares.
· Se ensanchó la calle de San Leonardo.
· Se ensanchó la calzada de la plaza de España para enlazar el Paseo de Onésimo Redondo (hoy Cuesta de San Vicente) con la calle de Bailén y la Gran Vía y su prolongación.



Estas dos imágenes de 1944 nos muestran las obras de la galería de servicios en la futura calzada de la prolongación de la Gran Vía, de izquierda a derecha discurre en diagonal la calle de Leganitos y a la altura del tranvía de la segunda imagen a la izquierda la calle de José Cañizares. Los tres edificios que se ven a la derecha de ambas imágenes pertenecen a la calle del Duque de Osuna, de ellos hablaremos mas adelante.


A primeros de abril de 1945 fueron inauguradas las galerías de servicio (afectas a éste proyecto) de Duque de Osuna, Paseo de Onésimo Redondo (Cuesta de San Vicente) y calle de Bailen. La de la Calle del Duque de Osuna tenía una longitud de 952 m. con 3000 m. de tuberías y 11.000 m. de cables, y el ministro de la Gobernación de la época y su séquito acompañados por el ingeniero jefe de Subsuelo entraron en ella por la calle de San Leonardo y salieron por la plaza de España. A continuación se procedió a enrasar y pavimentar la calzada.


En Agosto de 1946 vemos la parte de la Plaza de España finalizada, con el solar vallado donde se construirá el edificio España, también vemos al fondo como se están ocupando dos de los tres solares que quedaban por construir en el tercer tramo de la Gran Vía, el de la izquierda corresponde al núm. 80 y hace esquina con la plaza de España y a la derecha en el centro de la imagen el edificio de los Sótanos que ocupaba los números 53, 55, 57 y 59.


Las obras de la calle del Duque de Osuna comenzaron oficialmente el 3 de Enero de 1947 y ya en la anterior imagen vemos los trabajos de desmontaje de las vías del tranvía que desde Moncloa vienen por la calle de la Princesa y por la del Duque de Osuna en dirección Sol, pues el 14 de agosto de 1946 con objeto de no entorpecer los trabajos de las obras, se suspendió el tráfico de la línea del tranvía (línea 12).


Vista en sentido contrario a la imagen anterior, la calle de Leganitos ha sido cortada y ya se están realizando los desmontes tendentes a suavizar las rasantes que en la zona de Princesa, en su comienzo esquina a Ventura Rodríguez, se rebajó en 1,80 m. y 3,60 al desembocar en la plaza de España.


En la imagen trabajos de desmontes para el cambio de rasantes. A la izquierda un vetusto edificio que tiene historia y desaparecerá en poco tiempo pues está situado en el núm. 3 de Duque de Osuna.


En esta imagen de 1907 vemos el edificio que albergaba los talleres de la imprenta de los sucesores de Rivadeneyra. La Ilustración Española y Americana se instaló allí en 1872, primero en concepto de alquiler y después compró el edificio con los talleres. En 1882 construyeron en la Cuesta de San Vicente núm. 20 un nuevo edificio “que conservó su fama antigua y su glorioso nombre” y desde entonces se imprimió allí la famosa revista, abandonándose el de la Calle del Duque de Osuna.

Posteriormente en Junio de 1883 se estableció en él la Asociación de autodemontes (conductores) que montó unos talleres de construcción de coches “con arreglo a los últimos adelantos de la industria” (sic). También se estableció allí el Circulo Obrero Católico.

En el num. 5 de la calle y con vuelta a la calle de vizcondesa de Jorbalán (hasta 1895 callejón del Príncipe Pío) estaba el que fue convento de los Paules (establecido en el que fue palacio del Duque de Osuna) hasta 1868. A partir de 1872 se instaló allí el convento de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento, institución que fundó la vizcondesa de Jorbalán, fundadora también de la Iglesia de la Santa Faz, conocida como la Cara de Dios. La calle de la vizcondesa de Jorbalán comenzaba en la calle del Duque de Osuna y terminaba en la de Ventura Rodríguez.


La Iglesia de la Santa Faz (Cara de Dios) estaba situada en el núm.4 de la calle del duque de Osuna (12 de la actual calle de la Princesa).

En la actualidad parte del convento y de la calle de la vizcondesa de Jorbalán, ha sido ocupada por la Plaza de los Cubos y la salida hacia la calle de Ventura Rodríguez ha pasado a llamarse calle de Santa María Micaela.

Doña María Micaela Desmaisteres, vizcondesa de Jorbalán, nació en Madrid en 1809 y dedicó su vida a obras de caridad fundando varios centros de acogimiento en diversas ciudades españolas, eligió hábitos propios y fundó el Instituto de Adoratrices y Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad. En 1868 se declaró una epidemia de cólera en Valencia y allí marchó a atender a sus religiosas que habían sido atacadas por la enfermedad, muriendo víctima de la epidemia tres días después. Fue beatificada en Julio de 1925.

Y para terminar con este breve relato sobre edificios de la calle del Duque de Osuna diremos que en la Plaza de Cristino Martos y con fachada a Duque de Osuna se encontraba la…


…Casa de Socorro del Distrito de Palacio, que tenía una “sucursal” en el comienzo del Paseo de Extremadura en el Puente de Segovia. Este edificio fue demolido durante las obras de Prolongación de la Gran Vía y en su emplazamiento se sitúa actualmente la escalera de subida desde la calle de la Princesa a la plaza de Cristino Martos.


La fotografía de la Casa de Socorro nos muestra el nivel de la calle del Duque de Osuna y la inferior el resultado de las obras de enrasamiento entra la calle de la Princesa y la Plaza de España, obsérvese el viandante y la altura de la copa del árbol que está casi al nivel de la plaza de Cristino Martos.

Los desmontes se realizaron con objeto de ajustar las rasantes pues arrancando de la Gran Vía en dirección a la calle de la Princesa, la rasante subía con una pendiente del 5 por 100, y al llegar al núm. 1 de la calle del Duque de Osuna bajaba con una pendiente del 2 por 100, para volver a subir ya en Princesa con una pendiente del 4 por 100.

· Desapareció la calle de Leganitos en el trozo comprendido entre la plaza de de Cristino Martos y la Plaza de España, que quedó cortada al llegar a la calle de San Leonardo y a distinto nivel, pasándose a llamar ese trozo calle del Duque de Osuna.
· La calle de la Princesa que llegaba hasta el cruce con Ventura Rodríguez, prolongó su nombre hasta la plaza de España.
· Y por último estos desmontes, y como consecuencia la bajada de la rasante, dejaron las viviendas a uno y otro lado de la calle con sus accesos sobre el nivel de la calle, lo que obligó a recalzar los edificios dotándoles de una nueva planta, no por arriba sino por abajo.


En esta imagen vemos por la derecha la Casa de Socorro, que será derribada, y edificios de viviendas que llegarán hasta nuestros días, excepto la Iglesia de la Santa Faz (cuya espadaña está visible) que será derribada a finales de 1966.


Ahora vemos los trabajos de desmonte, construcción de la galería de servicios y derribo del edificio correspondiente al núm. 3 de la calle del Duque de Osuna, que albergó durante unos años los talleres de la Ilustración Española y Americana.


La modificación de la rasante en calle del Duque de Osuna dejó los portales de acceso a las viviendas de ambas aceras en un nivel muy superior al que tendría la ya calle de la Princesa, por lo que se debieron dejar las antiguas aceras en su altura correspondiente hasta que se fueran recalzando los edificios. Traemos a continuación una imagen del edificio situado en el actual núm. 7 de la calle de la Princesa en la esquina con la plaza de los Cubos…


…en el que se están haciendo las obras de adecuación a la nueva rasante. Todas las obras de adaptación de los edificios afectados fueron realizadas con indemnizaciones del Ayuntamiento.

Esta otra imagen corresponde a una vivienda situada en la misma calle en el núm. 16.


El trozo de la calle de Leganitos comprendido entre la plaza de Cristino Martos y la Plaza de España quedó cortado y a distinto nivel pasando a denominarse calle del Duque de Osuna y la primitiva calle de este nombre se incorporó a la calle de la Princesa.


A Finales de 1948 las obras se dieron por terminadas a falta de que los propietarios de las viviendas las adecuaran a la nueva calle que tenía un ancho de calzada de 20 metros y 5m las aceras por lo que la distancia entre fachadas era de 30 metros.

Vista a la derecha de la antigua calle de Leganitos y obras de ejecución del muro que cubre el terraplén ocasionado por los desmontes; a la derecha, de color blanco, la tapia del solar situado en la esquina con la calle de San Leonardo, y a la izquierda la casa de Socorro que invade parte de la nueva acera alineada con las casas de esa acera que sobrevivirán a las obras.

El acceso desde la calle de la Princesa a la plaza de Cristino Martos se hizo, como hemos dicho anteriormente, por medio de una escalinata curva de carácter monumental que fue proyectada por el arquitecto municipal perteneciente a la Sección de Urbanismo D. Luis Pérez-Mínguez Villota.


Las obras de prolongación de la Gran Vía hasta la calle de la Princesa se dieron por finalizadas el 10 de septiembre de 1948.


En la imagen la Calle de la Princesa poco antes de la finalización de las obras, a la derecha la zona (al final de la tapia) donde se construirá la escalinata, a la izquierda en primer término ese edificio que desaparecerá cediendo parte de su solar a la actual plaza de los Cubos.


Al finalizar las obras este era el aspecto que ofrecía la plaza de España y su conexión con la calle de la Princesa, los dos solares de la derecha se habían unido, absorbiendo el tramo de la calle de los Dos Amigos que anteriormente comenzaba en la calle de Leganitos y se encontraba en construcción el edificio España, edificio proyectado por los hermanos Joaquín y Julián Otamendi y construido por la Compañía Inmobiliaria Metropolitana (posteriormente Metrovacesa), cuyo “propósito era aunar los rasgos característicos de la arquitectura española de la posguerra con la idea de un rascacielos a la americana, que funcionara como una ciudad autosuficiente, así, el programa incluía un centro comercial, hotel, oficinas, restaurante y piscina. A pesar de la escasez de materiales que imperaba en aquél momento toda la estructura se realiza en hormigón armado. La fachada combina el ladrillo y la piedra caliza, recordando la arquitectura tradicional madrileña del siglo XVII”. Según figura en la placa conmemorativa colocada en el edificio. Se inauguró en 1953.

Como nota curiosa insertamos la noticia de la inauguración del tercer trozo de la Gran Vía, hecho que se produjo el 02-10-1948, después de la finalización de las obras de su prolongación con la calle de la Princesa.


Dado que la “cinta” protocolaria para la inauguración se situó a la altura de los jardines de la Condesa de Pardo Bazán, da a entender que el tercer tramo inaugurado incluía también la prolongación hasta la calle de la Princesa.

Finalizaremos nuestro relato incorporando algunas imágenes de época de la zona.


Plaza de España 1949, tres autobuses Leyland y pocos viandantes, el Edificio España está en construcción y el último edificio de la acera de los pares de la Gran Vía (que ahora se llama Avda. de José Antonio) a punto de finalizar su construcción deja visible la visera de la entrada al hotel Astoria que se instalará allí.


La calle de la Princesa en sentido hacia la plaza de España en 1952, a la derecha los edificios de viviendas afectados por el cambio de la rasante, que como decíamos anteriormente deberán ser recalzados. Hoy día en el trozo comprendido entre la plaza de los Cubos y la calle de Ventura Rodríguez se observan en los portales unas escaleras de subida a la planta baja inicial.


La plaza de España en 1952 presenta este aspecto, El edificio España apunto de finalizar su construcción, el edificio que ahora pertenece a la calle del Duque de Osuna y está en la esquina con la calle de San Leonardo será derribado y dará paso a otro nuevo situado en la esquina de Princesa con San Leonardo. El solar que ocupará la torre de Madrid está esperando el inicio de las obras y, aunque no es perceptible en la imagen, los dos viejos edificios de la derecha de la plaza, que hacen esquina y semiesquina con la calle de Leganitos, tienen el nivel de su planta baja, y por tanto su acceso, por debajo de la rasante, por lo que en esa zona la acera está dividida longitudinalmente en dos partes a distinto nivel y separadas por una barandilla.


En la imagen de las viviendas antes aludidas, el sol que pasa a través del solar nos permite apreciar la doble acera.

Vista aérea de la zona en 1954.

Como remate dos vistas actuales del enlace de plaza de España con la calle de la Princesa.


En esta imagen se observa, bañada por el sol, la fachada de una de las viviendas que tenía su fachada en la calle de Leganitos y que como consecuencia de las obras quedó en un plano superior y en la calle que pasó a denominarse del Duque de Osuna, cortada por el moderno edificio que aparece a la derecha.


Esta es una vista de la esquina de la calle de la Princesa con la de San Leonardo, en esta última vemos que se aumentó el ancho de la calzada, a continuación del edificio que sobresale existe otro mas moderno cuya fachada está retranqueada con la nueva alineación. En el lado izquierdo vemos las viviendas comentadas en el párrafo anterior de la calle del duque de Osuna.
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Autor: José María Pérez Córdoba (Pepcor).
En este blog también colaboran: Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

Entregas anteriores:
Obras de la Gran Vía primer Tramo.
Obras de la Gran Vía segundo Tramo.
Obras de la Gran Vía tercer Tramo.

Gran Vía, Centro neurálgico del cine español 1
Gran Vía, Centro neurálgico del cine español 2
Gran Vía, Centro neurálgico del cine español 3

Bibliografía, para la realización de este trabajo se han consultado las siguientes fuentes:
Memoria de Madrid.
Periódicos y revistas de la época de la BNE (El Imparcial, La Voz, La Correspondencia de España, El dia, Mundo Gráfico).
Foro Urbanity- JUANJO.
Foro Urbanity- DEXTER HAVEN.
Madrid historico.
Guía de Arquitectura y Urbanismo de Madrid (COAM).
Hemeroteca ABC.
Gran Madrid, Año 3, 1948.
pares.mcu.es/ArchivoRojo.

martes, 11 de enero de 2011

Hospital de los Italianos – Carrera de San Jerónimo

ORIGEN
Y FUNDACION PRIMITIVA

DE LA COFRADÍA
DE SAN PEDRO Y SAN PABLO,
en el Pontificio y Real
HOSPITAL DE ITALIANOS.


En el año de mil quinientos setenta y nueve, siendo Sumo Pontífice la Santidad de Gregorio XIII, y reinando en España el señor don Felipe II, el Nuncio Apostólico en estos reinos (que lo era entonces el ilustrísimo señor don Felipe Sega, obispo de Plasencia y conde de san Clemente) congregó á muchos señores y devotos italianos, y estableció y fundó el Pontificio Hospital de Italianos, bajo la invocación de los gloriosos Apóstoles san Pedro y san Pablo.


El primer acto solemne, á voz de Congregación, consta haber sido el día 4 de noviembre de dicho año 1579, precedido el consentimiento de S. M. C. así bien que el del Diocesano de Toledo, que había prestado el suyo en 11 de octubre próximo anterior. Los individuos, que en aquel acto figuraron para los fines en él expresados, fueron el ilustrísimo señor Nuncio, como Fundador, Gefe y Protector , representando la Santa Sede (bajo cuyos auspicios y jurisdicción, que debían ejercer durante su legacía los Nuncios Apostólicos, se erigía la Cofradía y su instituto) y los señores don Francisco del Pozo , Prior , Ludovico Orsino, Nicolao Caetano, Fabricio Savello, el Caballero Viondo, Octavio Afaitati, Esteban Grillo, Ettor Picamilio y don Luciano Roso. Desde luego dispusieron comprar unas casas en la carrera de san Gerónimo, sitio proporcionado para la curación de italianos enfermos pobres y hospedage de peregrinos, que tal era el laudable objeto de la Cofradía de san Pedro y san Pablo. Erigida, pues, ésta, mereció la aprobación del Sumo Pontífice Gregorio XIII, quien por su Breve expedido en Roma á 2 5 de julio de I58I, se sirvió concederle las muchas gracias é indulgencias,..... “ SIC.

Así da comienzo el libro sobre la Cofradía de San Pedro y San Pablo, impreso en el año 1825. Se preguntarán a que viene tan antigua entrada. En el foro de Urbanity fue publicada por el incombustible Juanjo la siguiente foto de la Puerta de Alcalá, datada entre los años 1869 y 1879. De inmediato llamó nuestra atención el pórtico que se ve a la derecha al fondo, en la carrera de San Jerónimo.


Sospechábamos que se trataba de la iglesia de San Pedro y San Pablo, conocida popularmente como el Hospital de los Italianos, por albergar a sus espaldas esta institución benéfica. Nuestro amigo Salvador Alcázar (Nicolás1056) nos envió de inmediato una ampliación del original de la foto que posee en su extraordinaria colección. Creía como nosotros que es el Hospital de los Italianos. Además confirmaba que el fotógrafo era Laurent.


Vamos a intentar demostrar nuestra sospecha. Primeramente describiremos la misión principal del hospital según la encontramos en el libro de la Cofradía:

El objeto de la Cofradía ha sido, es y continúa siendo el contribuir con auxilios espirituales y temporales á la curación de pobres enfermos italianos, con arreglo á su instituto y á lo expresado en su fundación y á las primitivas constituciones, extendiéndose también al hospedage de peregrinos, &c. conservación y aumento
del culto en su iglesia basílica tan privilegiada desde sus principios, y tan enriquecida por los bienhechores italianos.” SIC

El Hospital de los Italianos se encontraba en la esquina de la Carrera de San Jerónimo con Cedaceros. Se construyó según el diseño de Patricio Cajés, pintor y artista polifacético italiano bajo el reinado de Felipe II. Encontramos la siguiente descripción en el libro de Antonio Ponz, titulado “Viage de España”, fechado entre 1772 y 1794:

Aquella tiene una fachadita sencilla con dos columnas arrimadas, y sobre el cornisamento dos estatuas medianas de los Santos Apóstoles S. Pedro y S. Pablo, con una medalla del Salvador en medio, y hay escrito: Apostolorum Principibus aperti Xenodochii Delubrum Itala pietas consercravit. La Iglesia se ha renovado, apartando todo el antiguo maderaje, y reduciendo sus ornatos á algunos estucos. El quadro que representa la Concepción con otros Santos en la Capilla mayor, es de D. Joseph Filipart. En un altar del lado de la Epistola hay un S. Juan mancebo, copia de obra de Rafael. En la bóveda, y sobre las Capillas se ven varias pinturas, pertenecientes á diversos Santos, de que no ocurre decir cosa particular” SIC.

Detalle de la ubicación en el plano de Teixeira de 1656

Podemos añadir a la descripción anterior, algunos detalles de los mencionados en el libro de la Cofradía de 1825:

ART. II. Las armas Pontificias, las Reales de España y las particulares de cada señor Nuncio, se conservarán puestas, las primeras sobre la puerta del Hospital y en la iglesia, teniendo en ésta á su lado las segundas, y las últimas siempre sobre la puerta de la iglesia.


ART. III. Mediante la protección que dispensan también á este establecimiento piadoso los Príncipes Soberanos de Italia, se podrán poner igualmente sus respectivas armas dentro del pórtico ó atrio del Hospital” SIC

Por otra parte Madoz nos describe así la edificación a mediados del siglo XIX:

Hospital Pontificio y Real de San Pedro de los italianos.
Carrera de San Jerónimo núm. 45.


Fue establecido en 1598 bajo la protección del nuncio Camilo Gaetano con el objeto de curar los enfermos pobres naturales de Italia. El tempo es pequeño y de una sola nave con 4 medios puntos a cada lado en los que están los retablos. Consiste el mayor en un cuadro que representa a Ntra. Sra. de la Concepción acompañada de algunos santos, y es obra de D. José Filipart. Varias pilastras, que han sido barnizadas en el presenta año, decoran las paredes de esta iglesia, cuya fachada tiene también pilastras y dos medias columnas en la puerta, sobre la cual hay una inscripción y a los lados se ven las estatuas de san Pedro y san Pablo. El referido templo es uno de los que han sido revocados con diversos colores impropios de la severidad que conviene al exterior de un edificio consagrado al culto; se encuentra situado entre la Carrera de San Jerónimo y la calle del Sordo.

Pascual Madoz. Madrid, Audiencia, Provincia, Intendencia, Vicaría, Partido y Villa. 1848

Grabado aparecido en la revista La Ilustración, en Agosto de 1854, bajo el título: Asalto a la casa de José de Salamanca (1) en la calle Cedaceros, sobre los acontecimientos revolucionarios durante el mes de Julio de aquel año. Podemos ver la fachada de la iglesia haciendo esquina. Aportado por Salvador.

Plano parcelario de 1874 de Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero.

Las vidrieras fueron encargadas hacía el 1600 a los artesanos Luis Díez Morales, Alonso de Vegil y Juan Soto. En 1793 se aprobó la construcción de un nuevo campanario diseñado por Joaquín Rodríguez, consistente en: “tres vanos de medio punto, separados por pilastras, rematados con un frontón y adornados a los lados por bolas herrerianas.... “, según nos describe Gloria Solache en su excepcional artículo sobre el particular.

Diseño de Joaquín Rodríguez del nuevo campanario.

En el año 1879 se encargó a Francisco Jareño y José Uriote y Velada, el estudio para la reparación de la iglesia debido a su estado calamitoso. El resultado fue concluyente, el muro que daba a la carrera de San Jerónimo estaba en pésimas condiciones, además de no cuadrar con la nueva alineación que se había dado al vial según el plan general parcelario, lo que impedía la reubicación de los cimientos.

Sección de la iglesia trazado por Francisco Jareño.

Exponían sus dudas sobre el resultado de la posible reparación. Después de algunos “dimes y diretes” entre distintas instituciones, incluida la Embajada Italiana, en 1883 se decretó su derribo llevada a cabo por la policía urbana.

En el verano de 1884 se dio por finalizada la demolición la iglesia propiamente dicha. El hospital siguió funcionando hasta Junio de 1885, pero su estado era deplorable y los enfermos tenían que ser llevados a otros hospitales por la falta de fondos. Esto motivo una reclamación de gobierno español al italiano que dijo no haber problema en asignar más fondos, pero su suerte ya estaba echada.

Plano del edificio levantado por Jareño.

En su lugar se levantó un edificio de viviendas, que fue expropiado y demolido en 1988 para la construcción de la ampliación del Congreso de los Diputados.

A la izquierda podemos ver el edificio que ocupó el lugar del Hospital de los Italianos. Segunda década del siglo XX.

El mismo edificio en los años sesenta del siglo pasado.

Podemos afirmar que la foto de Laurent de la Puerta del Sol es la primera y última en la que se ve el Hospital de los Italianos, al menos de la que se tenga constancia. Como muy bien apunta Salvador, no sería extraño que Laurent sacará alguna instantánea del hospital, más teniendo en cuenta que tenía su estudio en la casa contigua a la iglesia hospital. De momento nos contentaremos con esta genial imagen de la Puerta del Sol en la que se atisba el Hospital de los Italianos.
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Agradecimientos: A Salvador Alcázar, por las imágenes e información aportadas, pero sobre todo por incitarme con su interés a elaborar el artículo.

Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Ángel Caldito y José Manuel Seseña.

Notas:
(1) José de Salamanca pasó a ser el Márques de Salamana en el año 1863.

Fuentes utilizadas:
- Historia de Madrid : (episodios 1561-1932); e Historia documentada de la antigua Iglesia Hospital de S. Pedro y S. Pablo, de Madrid, titulada de los italianos.
Autora: Hortensia Lo Cascio Loureiro. Año 1932.
Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina
- Cofradía de San Pedro y San Pablo, primitiva fundación del Pontificio y Real
Hospital de los Italianos en 1579.
Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina
- La actividad arquitectónica de Patricio Cajés y la obra del Hospital de los Italianos de Madrid, "Madrid: revista de arte, geografía e historia", número 3, año 2000, páginas 413-432. Autora: Gloria Solache Vilela
- Museo de la Ciudad, Ayuntamiento de Madrid.
- Biblioteca Nacional de España.

viernes, 7 de enero de 2011

Sonría por favor – Anecdotario tranviario.

Esta conocida frase es con la que queremos empezar el 2011, año que se anticipa difícil, pero los que hacemos el blog Historias Matritenses pretendemos poner nuestro granito de arena de “al mal tiempo buena cara”, haciendo en este segundo artículo del nuevo ejercicio una pequeña recopilación de anécdotas tranviarias sucedidas en los primeros tiempos de este medio de transporte. Sí hemos conseguido que nuestros lectores esbocen una sonrisa nos damos por satisfechos. Se ha querido resaltar algunos aspectos de las normas sociales que imperaban con respecto a las señoras, a nuestro juicio muy encorsetadas por la etiqueta, que causan cierta extrañeza desde la perspectiva actual de igualdad.
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Los ripperts, vehículos que utilizaban ilegalmente las vías del tranvía, dieron lugar a muchas anécdotas. La enemistad de las empresas tranviarias que invirtieron su dinero en la construcción de las vías, con la del rippert, que se aprovechaba de la inversión económica de las otras, se trasladó a sus empleados siendo las riñas y peleas frecuentes y a veces alcanzaba también a los viajeros:


En la calle de Alcalá un tranvía atropelló a un rippert que utilizaba las vías. A consecuencia de ello, se enzarzaron en una pelea los mayorales y los cobradores de ambos, uniéndose a ella los viajeros de los dos vehículos. 1882
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Anuncio. Habiéndose hallado en un coche del tranvía de Madrid un billete del Banco de España de 25 pesetas, se hace saber al público que puede pasar a recogerlo en esta Delegación, calle Imperial nº 10, el que justifique pertenecerle, advirtiéndole que está reclamado por persona que dice ser su dueño. Madrid, 22 de noviembre de 1884, el Teniente Alcalde Delegado, Protasio Gómez


Siempre se ha dicho que el dinero no tiene dueño. Para hacernos una idea del valor, comentar que los trayectos costaban 10 y 15 céntimos.
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Un periódico informando de las trabas administrativas que pone el ayuntamiento de Madrid para el establecimiento de tranvías, motivadas por cuestión de competencias con el gobernador civil y el ministerio de Fomento, inserta este comentario que tiene doble lectura:


El ayuntamiento y el ganado mular piensan lo mismo, los dos odian a los tranvías.
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Mas sobre los ripperts. El humor popular madrileño veía así la pugna entre tranvías y ripperts con esta copla:

-El marido es el tranvía
-Y el amante Rippert es,
-Que se mete en su terreno
-Cuando el otro no lo ve
(Las vías son la mujer)
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Galantería con las señoras:

1) Suben cuatro señoras a un tranvía y un caballero se levanta y dice “Cedo mi asiento a la mayor de Vds.”. Como ninguna se dio por aludida, se volvió a sentar.

Groseros los ha habido siempre, porque su ofrecimiento es una falta de delicadeza.

2) En el momento que cae un gran chaparrón, sube a un coche-tranvía del barrio de Pozas una bellísima y desenvuelta joven, que por lo visto, viaja sola. A pesar de que el coche va lleno, se le hace sitio en interior. En el momento en que el cobrador se acerca a darle el billete, la joven echa mano al bolsillo y prorrumpe en una exclamación de sorpresa: había perdido el portamonedas. Tres caballeros se ofrecen inmediatamente a pagar su asiento, y medio ruborizada toma de cada uno de ellos 20 céntimos, paga su asiento y dando las gracias con una graciosa inclinación de cabeza y una no menos encantadora sonrisa, guarda en el bolsillo los 40 céntimos restantes.

¿Habría habido tantos voluntarios de generosidad si en vez de una apuesta joven hubiera sido una dama de edad madura?


3) En los países donde la galantería no es una palabra vana, sino algo a que obligan las leyes de la cortesía, los caballeros que viajan en tranvía no permiten que la plataforma la ocupen las señoras, que han de ir de pie, mientras ellos permanecen agradablemente sentados en el interior; pero como nuestro país es el de la cortesía por excelencia y también en las anomalías, estamos viendo continuamente que sucede lo contrario, no podemos menos que lamentar esta falta que desearíamos ver corregida. Hace pocas noches en uno de los tranvías iban cuatro señoras en la plataforma trasera y trece caballeros en el interior.

Recordar que en las plataformas era donde mas viajeros se acumulaban y las señoras por las apreturas podían ser “rozadas”.
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Quejas por el exceso de celo de los vigilantes de consumo en el fielato del Puente de Toledo para con los viajeros del tranvía de Leganés:

El jueves por la noche regresaban a Madrid una familia respetable que había pasado el día en una casa de campo. Al llegar el vehículo al Puente de Toledo, los dependientes de consumo, so pretexto de cumplir con su obligación, quisieron registrar a una señorita de la familia referida, para ver si llevaba contrabando oculto. La joven se resistió, como es natural, pero no hubo remedio, maniobra el gancho, produciendo todo a la familia el disgusto consiguiente, y a la joven un susto de primer orden, de resultas del cual se encuentra enferma. El contrabando no pareció.


¿Por qué solo mostraron interés en la señorita y no en los padres?. En toda época ha habido mucho “aprovechao”.
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Práctica habitual era la de los rateros robando relojes en los tranvías, unas veces al subir los viajeros y otras yendo en las plataformas, donde, a pesar de las normas dictadas por el gobernador civil, siempre iban mas de lo ordenado. Muchas veces aunque era detenido el ladrón o ladrona, no aparecía el objeto ya que se había deshecho de él a través de un compinche. Lugares mas conflictivos de lo habitual eran Cuatro Caminos y la Puerta del Sol:

1) Tres caballeros que subieron a un tranvía en Cuatro Caminos les fueron robados los relojes por el mismo caco que fue finalmente detenido.

En este caso la avaricia rompe el saco, porque lo normal era coger uno solo, apearse en marcha y montar, también en marcha, en otro tranvía o rippert que pasara en ese momento.


2) En los Cuatro Caminos una mujer robó un reloj a un caballero que iba en el tranvía. El robado detuvo a la mujer y la puso en libertad después de recuperar la alhaja y de propinarla un severo correctivo.

Acción esta última impensable hoy día la de pegar a una mujer como si tal cosa.
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Falsificaciones:

Además de las falsificaciones de billetes de banco, también se falsifican billetes de la plaza de toros y de tranvías.

¡Hay que ser modesto para falsificar billetes de tranvías!

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Extravío:

Se ha perdido una mula que se escapó de la estación del tranvía del Norte. Se ruega a quien la encuentre la entregue en Santa Engracia.

Curioso ¿eh?
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Relaciones comerciales:

Una comisión de comerciantes e industriales de la calle de Montera está recogiendo firmas a los vecinos para pedir al Ayuntamiento que desaparezca el tranvía. Esgrimen la razón de que la venta se resiente mucho por la gran cantidad de carruajes que transitan, ya que muchos de esos establecimientos son frecuentados por señoras que casi siempre van en carruaje y expuestas como se hallan a ser arrolladas por otros vehículos, dejan de frecuentarlos.

Los comerciantes de Montera fueron siempre muy beligerantes con la existencia del tranvía por la proximidad a sus establecimientos dada la intensa circulación de viandantes y todo tipo de vehículos, ya en el siglo XIX.

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Buenas costumbres

Quejas por las canciones obscenas que cantan, hombres y también mujeres, en el tranvía de Leganés que impiden a las señoras utilizar este medio de transporte.

Estas quejas se repiten en varias ocasiones, lo que da a entender que era práctica frecuente en esta línea que atravesaba zonas de un nivel social diferente a las demás del centro de Madrid. Hoy los jóvenes, sin distinción de sexo, “no se cortan” en el lenguaje.
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Ecos de sociedad:

Anoche, cuando la señora duquesa de Alba iba desde su palacio al de sus padres los duques de Fernán Núñez, el coche que la conducía chocó con el tranvía, rompiéndose la ballesta. La señora duquesa tuvo que subir a una casa de la plaza de Oriente mientras de su palacio llegaba otro carruaje, con el que pudo ir al baile, donde ya se notaba su ausencia.
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Hasta aquí una breve recopilación de anécdotas para entrar con buen humor en el 2011, extraídas de la diversa prensa digitalizada en Biblioteca Nacional de España.

Autor José Manuel Seseña
En el blog Historias Matritenses también colaboran Ángel Caldito y Ricardo Márquez.

domingo, 2 de enero de 2011

Las paradas de la Ciudad Lineal (VI) - Paradas 12 y 13

Como colofón a este trabajo iniciado en la parada 7, llegamos a su punto final, las paradas 12 y 13.


Hemos creído oportuno unificarlas dada la falta de material gráfico existente en este tramo de la Ciudad Lineal, y por qué no admitirlo, nuestro menor conocimiento de la zona.

Parada 13, tal y como era.

Como hemos venido haciendo a lo largo de todo el recorrido, a este tramo le vamos a asignar su correspondiente ubicación, por lo tanto, contemplaremos desde la calle de Julia Balenchana, hasta la Cuesta del Sagrado Corazón.


En la acera de los pares destacan dos grandes fincas consecutivas. La primera es la Casita Blanca, construida por la CMU. En ella habitó la familia Aleixandre. En los años 60-70 se montó allí un Laboratorio que era notado por los vecinos debido al fuerte olor que desprendía. Hoy en día pertenece a la congregación religiosa de las Esclavas de Cristo Rey.




La segunda finca, entre las calles Aleixandre y Manuel Uribe, pertenece a las religiosas del Instituto de Magdalena Aulina. Se trata de una casa de estilo clásico, que difícilmente podíamos ver debido a su alta tapia. En la acera de los impares de Manuel Uribe está desde los años ochenta el salón de bodas Pequeño Lord junto a la parroquia del barrio Santa Maria del Bosque, de reciente construcción. Precisamente esta parcela entre la calle Arturo Soria, Manuel Uribe y calle de Piquer, fue una de las pocas que permaneció sin ninguna edificación hasta la década de los ochenta.

En la siguiente manzana destacaba el colegio Santa Luisa de Marillac, que se asentaba sobre “Mi Cabaña” unos de los chalet punteros construidos por la CMU de don Arturo Soria.

Al otro lado de la acera de la calle González Amigó, se levantó uno de los primeros bloques de viviendas de esta zona a mediados de los años sesenta. Pero lo más destacable era la gran charca que existía al este de la manzana, lindando con la calle Mesena, y que ocupada todo el ancho entre González Amigó y Añastro. Es en este lugar donde los rebaños de ovejas de Mariano pastaban hasta la carretera de Hortaleza a Fuencarral, la actual avenida de San Luis. La urbanización de esta zona comenzó a primeros de los sesenta, dando lugar al nacimiento del barrio residencial El Bosque.

Pero volvamos a nuestra Ciudad Lineal, y en esta ocasión recorreremos la acera de los impares desde la calle Julia Balenchana. La primera finca que nos encontrábamos era La Ría, curiosa por su fuerte desnivel respecto a la calle Arturo Soria y Asunción Pérez Vizcaíno, que lo solventaba mediante unos arcos de ladrillo. La finca está ocupada por abundantes y grandes coníferas, serpenteada por varios caminos. Sin duda el jardín fue planificado sobre el desnivel original del terreno, lo que permitía observarlo desde Arturo Soria. Hoy en día es un jardín público del Ayuntamiento.

Vista de La Ría. Foto: Familia Franco Rubio.


Después venían unas casas sin mucha importancia y de distintas alturas, construida a finales de los cincuenta.

Entre Manuel Uribe y Piquer nos encontrábamos otra de las Sala de Fiestas que llegaron a existir en la Ciudad Lineal, fue Villa Flores. Ocupaba la finca que se llamaba El Bosque. Tenia un estupendo jardín donde se celebraban las atracciones y el baile en la época estival, también disponía de un local cerrado para el invierno. Villa Flores, a diferencia de las otras Salas de Fiestas que se encontraban en la zona, se distinguía por que sus actuaciones solían ser espectáculos de cante, aunque lógicamente con intervalos de baile amenizados por grandes orquestas, contando con numerosos clientes adictos a este género. No se la podía comparar con la elegancia de otras salas como Samba, Morocco, Lido y mucho menos de Villa Rosa.


A principio de los años sesenta desapareció como Sala de Fiestas Villa Flores, y en su lugar, aprovechando las instalaciones, se inauguró un jardín – restaurante – salón de bodas con nombre El Bosque. A mediados de los sesenta fue derribado y en su lugar se levantaron unos bloques de viviendas.


Llegados a este punto nos encontrábamos con el que quizás fue el chalet más importante de la Ciudad Lineal: Villa Fleta, debido a su brillante línea arquitectónica y al famoso tenor que fue su dueño.




Para finalizar citaremos la manzana esquina a la cuesta del Sagrado Corazón, donde se levantaban varios chalets de distintitos tipos con los que la CMU pretendió demostrar en este lugar, que era el inicio de la Ciudad Lineal en tranvía desde Chamartín, su poder de construcción y la amplia gama de viviendas que podía ofrecer. Esto se corrobora teniendo en cuenta el perfecto estado en que conservaban los jardines de esta zona y que fue unos de los lugares más fotografiados por la revista La Ciudad Lineal.

La casa que hacía esquina a la cuesta del Sagrado Corazón.

Tranvía torciendo para coger la cuesta del Sagrado Corazón.

Antes de abandonar la parada 13 citaremos el kiosco conocido por El Ruedo. Estaba situado en el centro de la calle Arturo Soria a la altura del cruce con la cuesta del Sagrado Corazón. Existió desde el comienzo de la Ciudad Lineal como un lugar estratégico para la vigilancia, punto de espera del tranvía y puesto con teléfono. De hecho era utilizado por los marinos que iban a sus cuarteles y los vecinos de Manoteras y Hortaleza que esperaban el autobús 49, llegando a sobrevivir unos años a la remodelación de la Ciudad Lineal.


Con este artículo dedicado a las paradas 12 y 13 de la Ciudad Lineal damos por concluido este trabajo. Han sido 6 entradas de las que nos sentimos orgullosos de haber sido capaces de recordar lo que en un principio nos parecía un sueño y como tal lo recordaremos.

En este trabajo hemos intentado plasmar lo que nuestra memoria nos ha permitido, somos conscientes que nos habremos dejado muchas cosas en el tintero, pero también de que hemos hecho volver a la infancia con nuestros relatos a muchas personas que tenían olvidadas sus raíces.

Raudo como el tranvía por la cuesta del Sagrado Corazón nos vamos de la Ciudad Lineal.

En todo trabajo por muy bien que nos parezca lo hecho, algunas veces hay algo que oscurece la labor, en este caso tenemos que recordar a nuestro amigo y colaborador Jesús Sastre, que desgraciadamente nos dijo adiós el verano pasado. Sirvan estas líneas como homenaje por su dedicación y aportación.
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Autores: Pedro Gómez y Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Ángel Caldito y José Manuel Seseña

Paradas anteriores:
Parada 11
Parada 10
Parada 9
Parada 8
Parada 7

Fuentes utilizadas:
Hemeroteca ABC.
Biblioteca Nacional de España.
Exposición tranvías de Madrid.