martes, 6 de marzo de 2012

El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (VI)

Saliendo de Camorritos. Foto  José Luis Cortijo Martín 2005

Salimos de Camorritos, y la carretera, convertida ahora en camino de forestal, se aparta brevemente de nuestro lado izquierdo para inmediatamente cruzar y seguir entre el pinar por el lado derecho pero dejando de ir a nuestra vera. Desde aquí es todavía mas conveniente respetar la indicación que tienen todas las ventanillas del tren “Es peligroso asomarse al exterior” pues las ramas de los pinos pasan muy cerca e incluso las puntas de algunas chocan con la carrocería y se introducen en el resquicio abierto (1).

Cruzando el camino forestal, continuación de la carretera, a la salida de Camorritos. Foto José Luis Cortijo Martín 2005

Camino forestal a la salida de Camorritos desde el primer cruce de la vía

La vía continúa su ininterrumpido ascenso mientras vemos entre los pinos que el camino empieza a bajar ligeramente. En este punto, en el que está a punto de iniciarse la herradura del trazado por el circo de Siete de Picos, hay un claro en el pinar por el que podemos ver perfectamente el edificio de la estación de Siete Picos y la fuerte rampa que hay a su salida hasta coronar y pasar al otro valle, muy similar, no obstante, sobre la que estamos ahora. Es éste el lugar donde mejor se aprecia la fuerte rampa que tiene toda la línea al poderla comparar con otro punto del trazado.

A la salida de Camorritos después del primer cruce del camino forestal

Dos o tres cientos metros mas adelante, en plena ladera entre la vía y el camino forestal, está la fuente de la Charca, un buen lugar para que los senderistas hagan una breve parada y se refresquen.

Fuente de la charca. Foto Ezequiel Martín, www.cercedilla.net

Al lado derecho del camino hay un prado con una amplia edificación estilo tirolés que le da un aire muy alpino al entorno. Un poco mas allá está su acceso que tiene un cartel atemorizador con la leyenda “Cuidado con el perro”, hoy perfectamente informada la ciudadanía de la existencia de perros potencialmente peligrosos pero en la época tratada resultaba muy desconocida.

La diferencia de cota entre vía y camino se va haciendo cada vez mayor y además también se van alejando uno del otro hasta llegar a no ser visibles.

El camino, vuelve a recuperar altura al cruzar un arroyo y mediante una contracurva enfila una larga rampa en recta finalizando en una explanada, situada muy próxima a donde se empezó a construir el pantano de Camorritos sobre el río Pradillo, abandonado al poco de comenzar las primeras excavaciones cuando se decidió que el emplazamiento del abastecimiento a Cercedilla tenía que ser en Las Dehesas, cabecera del río Guadarrama.

El acceso al río, muy próximo, se hace a través de un pequeño sendero que baja hasta él. Luego es cuestión de encontrar alguna poza, todas de muy escasa profundidad, donde poder tomar un chapuzón o al menos mojarse los pies.

Camino forestal que conduce al último cruce de la vía y termina en el arrastradero de pinos

Algún tiempo después, no mucho, el camino forestal fue continuado, y describiendo una gran ese para ir ganando altura, alcanza la vía, la cruza y termina a unos doscientos metros de aquí, en una zona llana mas alta que la línea a la que se la despejó de pinar. La prolongación tuvo por objeto establecer un lugar de concentración al que bajaran todos los pinos desde el lugar de corte, arrastrados por bueyes, ocasionando con el paso por el mismo lugar repetidas veces que se hicieran surcos en el terreno.

Los pinos acumulados eran preparados aquí con las medidas adecuadas para poder cargarlos en enormes camiones que, según se dijo, iban destinados a los astilleros de Cádiz.

El camino forestal desde Camorritos, hubo que prepararlo adecuadamente para soportar el peso de estos grandes vehículos puesto que no todos los años se le arreglaban los surcos que generaban en la plataforma el deshielo y las aguas de lluvia en su libre curso.

Entrando en Siete Picos procedente de Cercedilla. Foto Justo Arenillas 1972

Llegamos a la estación de Siete Picos, enclavada en la parte baja de esta preciosa montaña, todavía en zona de pinar, pues algo mas arriba comienza la impresionante mole granítica. Es el primer tramo en horizontal desde que hemos salido de Cercedilla-estación que tiene la corta longitud de 80 metros.

Viaje inaugural en la estación de Siete Picos. Colección Javier Aranguren

La estación está dotada de dos vías con andén lateral y agujas talonables realizándose los cruces de trenes siempre por la izquierda según el sentido de la marcha. En la actualidad es el único punto del recorrido que mantiene las dos vías, aunque al estar enclavadas las agujas, es como si no existiera mas que la de circulación, pues la otra, antiguamente la descendente, muestra señales de abandono por la falta de uso (2).

Estación de Siete Picos. La vía de la derecha está fuera de uso y junto a ella el edificio de “La Casa Máquinas”. Foto Paco Zabala 1970

Esta estación es conocida por los ferroviarios, y también por los de Cercedilla antiguos, por “La Casa Máquinas” ya que junto a la vía descendente está el edificio para producir la electricidad que el ferrocarril necesita para su funcionamiento. Sobreelevada, junto a la vía ascendente, hay una casa en la que destaca sobre el dintel de la puerta el número “1”, algo chocante al ser la única edificación.

Se acaba de realizar un cruce en la estación de Siete Picos. Instantánea con teleobjetivo desde el pico Majalasna. Foto Antonio G. Portas 27-12-1982

Por segunda vez la línea eléctrica Tablada-Los Cotos pasa sobre el ferrocarril, haciéndolo por encima de las vías de la estación del lado Puerto de Navacerrada. La estación de Siete Picos no tiene acceso para vehículos y el número de viajeros que lo utilizan es nulo, excepto los ferroviarios que lo hacen por motivos de trabajo (3).

Subiendo desde la estación de Siete Picos en 1951. Colección Javier Aranguren

A la salida de la estación iniciamos una subida ziz-zagueante, con algunas trincheras abiertas en terreno pedregoso. La zona de pinar no es muy tupida lo que nos permite observar perfectamente el trazado inmediato de ascensión y también el recorrido que hemos realizado desde la salida de Camorritos; es una preciosa vista del valle y los pinos.

Subiendo desde la estación de Siete Picos, casi en el mismo punto que la anterior foto. Foto Ezequiel Martín,   www.cercedilla.net

Otra foto subiendo desde la estación de Siete Picos, mas arriba que las anteriores. Foto Ezequiel Martín, www.cercedilla.net

Terminamos la herradura por la que hemos transitado a través del circo de Siete Picos, accediendo seguidamente al valle del Puerto de Navacerrada a través de una curva a la izquierda, punto singular de la línea que merece un comentario mas detallado.

Si las circunstancias de disponibilidad de sitio en el tren lo permite, es aconsejable situarse en el lado derecho, pues hay una pequeña explanada que es un claro en el pinar, desde la que al pasar se pueden ver unas impresionantes vistas de gran parte de la sierra, divisando en días claros la zona de la antesierra. Por la noche el paso del “Eléctrico” nos sorprende con numerosos puntos de luz de poblaciones y urbanizaciones, ya abundantes en la época tratada, con lo que es fácil hacernos una idea de la situación actual en la que se “han puesto puertas al campo” por todos los sitios dejando que la Sierra de Guadarrama haya perdido su ambiente rural de antaño en la que su actividad principal era la ganadera de vacuno de leche y carne pastando en prados, y también la agrícola con sus huertos sembrados de patatas, tomates y judías verdes principalmente (4).

La inmejorable situación de esta explanada hizo que llegara a pensarse en la instalación de un edificio residencial de hostelería, pero al parecer se desistió por la cuestión del abastecimiento de agua, pues no había manantial adecuado y había que traerla desde lejos. Afortunadamente este problema fue suficiente para mantener intacto el lugar, en una época en la que no se tenía tanta concienciación de los temas medioambientales.

Detención del tren por falta de corriente en el paso de los Siete Picos al Puerto. Foto José Gascón 1947. Colección Javier Aranguren

Abajo el pantano de Navalmedio, embalsado por la aguas del río de su nombre procedente del Puerto de Navacerrada. Bajo él quedaron sumergidas “Las Retuertas”, zona como era conocido el río en la que abundaban pozas, algunas de cierta profundidad a la que acudían numerosos bañistas desde Cercedilla a pesar de la distancia y la frialdad del agua.

Su construcción, junto con los de Navacerrada y La Jarosa, fue realizada con posterioridad a  la época que estamos comentando, y tenía por objeto solucionar el angustioso problema del abastecimiento de agua a los pueblos serranos a consecuencia de la multitud de segundas viviendas que para disfrute de los madrileños se estaban construyendo por todos los lados.

Hacemos una parada virtual y nos quedamos contemplando las maravillosas vistas serranas de este excepcional enclave, de difícil acceso, hasta la próxima entrega.

Vista de conjunto de Siete Picos

Continuará nuestra evocación, y también reivindicación, del Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama.
-.-.-

Entregas anteriores:
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (I)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (II)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (III)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (IV)
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama (V)

Autor: José Manuel Seseña
En el blog Historias Matritenses también colabora Ricardo Márquez.

Agradecimientos:
A Javier Aranguren por la autorización para poder reproducir fotos de su colección, y también a Senén Fernández, José Luis Cortijo Martín, Ju5 (Lorena y Juan), Ezequiel Martín (www.Cercedilla.net), Gonzalo Fanjul hijo, Antonio Agulló, Carlos López Bustos, José Gascón, Jordi Ibáñez, Justo Arenillas, José Luis García Salazar, Antonio García Portas y Mercedes (Maquetrén), Jaime Fernández (Amical Ferroviaria), Mariano Orozco, Paco Zabala, César Mohedas y Manuel Cayola, cuyas fotos están intercaladas en las diversas entregas, grandes aficionados al ferrocarril y al Eléctrico en particular, algunos de los cuales ya no están entre nosotros. Asimismo también a todos aquellos que nos han dado su apoyo para realizar este trabajo.
También a las páginas web www.cercedilla.es, www.panoramio.com, www.newasport.com y www.drehscheibe-foren.de

Bibliografía
El Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama, de Javier Aranguren.
Automotores Españoles (1906-1991), de Javier Aranguren.

Notas:
(1) Esta expresión en la época tratada daba lugar a otro tipo de interpretaciones. Mas recientemente, con el cambio de régimen, un partido político muy conocido hizo campaña con la frase “Por el cambio”, y en alguna estación de Renfe, con poco volumen de venta de billetes, tenía desde antes de que esto sucediera la indicación en las taquillas “Renfe no facilita el cambio”, lo que también dio lugar a comentarios y cambio del texto.
(2) Situación en el verano de 2009. En la consigna de Adif del 22 de Julio de 2010 la segunda vía no figura en el esquema de la línea.
(3) En cierta ocasión experimenté en Siete Picos para ir a Puerto de Navacerrada lo de la “parada facultativa”, instaurada bastantes años después para evitar paradas innecesarias, con el consiguiente ahorro de tiempo y también de energía en los arrancadas y en las frenadas.
(4) Independientemente de su connotación política, en la que no entramos ni valoramos, había una vista nocturna singular cuando en determinados días se iluminaba la cruz del Valle de los Caídos.

martes, 28 de febrero de 2012

El barrio de Pozas y la iglesia del Buen Suceso – Argüelles


El barrio de Pozas es muy recordado en la historia reciente de Madrid por la gran polémica que se originó con su derribo entre los que creían que se trataba de un barrio impropio para la Capital, y los que le defendían como un ejemplo de la arquitectura Isabelina (1). Estaba situado en la parcela triangular enmarcada entre las calles Alberto Aguilera, Princesa y Serrano Jover.

Los antecedentes


Remontándonos al plano de Teixeira (1656), podemos observar el actual trazado de la calle Serrano Jover, encontrándose en aquel entonces la Puerta de San Joaquín (2) casi en el cruce con la actual calle Princesa –antiguamente: Camino de San Bernardino-. Curiosamente también se dibuja entre los caminos el triángulo de la parcela donde se asentó el barrio de Pozas fuera de la cerca de Madrid.



Añadimos este dibujo titulado: “La Villa y Corte de Madrid. Vista desde las alturas del camino de S. Bernardino junto la Cruz de la 5ª Estación” (SIC), obra de Domingo de Aguirre (año 1780). Aunque no exento de cierto carácter bucólico, común en casi todos las paisajistas de esta época, nos deja un panorama extraordinario de este lado de la Capital, y sobre todo destaca la puerta de San Bernardino (fuente: Biblioteca Nacional de España).


En este plano, más cercano a nuestros días, vemos el trazado de la cuesta de los Areneros, antecesora de la calle Marqués de Urquijo, un serpenteante paseo de Ronda ceñido a la cerca y un trazado sin glorietas entre las calles Alberto Aguilera y Sagasta, como preludio de la nueva expansión de Madrid. Llama la atención la montaña del Príncipe Pío con su palomar y la ausencia de la estación del Norte

Es en Julio de 1856 cuando salen a subasta las 16 manzanas que formarán el barrio de Argüelles, a edificar sobre los terrenos del polígono de Príncipe Pío, que formaban parte de la Intendencia General de la Real Casa y Patrimonio.


En el anteproyecto del Ensanche de Madrid elaborado por Carlos María de Castro en 1857, vemos el triángulo de la manzana del barrio metido como una cuña en el hipotético círculo de Madrid formado por los bulevares de Argüelles a Colón.

La construcción y desarrollo
El trazado y rasante de las calles comenzó a primeros de Abril de 1857, llamado a ser uno de los barrios más bellos de Madrid por sus vistas, pero sobre todo por las nuevas condiciones higiénicas y un planteamiento urbano infinitamente más desahogado que el habido hasta entonces.

En Marzo de 1864 la única manzana que está en construcción es la promovida por don Angel Pozas (de ahí el nombre del barrio), estando ya nueve edificios cubiertos. Por su parte todavía estaba en el aire la construcción de la iglesia del Buen Suceso, a pesar de tener el depósito constituido y estar los terrenos cedidos por el Patrimonio Real, se seguía sopesando construirla en otro lugar de la Villa. No sería hasta Junio de ese mismo año cuando se hizo el deslinde de la manzana número 17, donde se asentó la iglesia, proponiendo que la calle hacia el norte tomará su mismo nombre (3).

El día 3 de septiembre de 1864 fue derribado el portillo de San Bernardino, lo que simbolizó la apertura y expansión de la urbe por aquellos lares. La demolición no estuvo exenta de cierta polémica, ya que el portillo tenía una lápida conmemorativa en recuerdo de las fuerzas liberales de 1822, que apunto estuvo de ser hecha añicos.

El barrio contaba con mercado público (llamado Trasmiera), café, ultramarinos, carbonería, y diversos talleres de varios oficios como la fabricación de calzados. Así mismo contaba con un colegio para niños y niñas. Fueron colocados 50 faroles entre el palacio de Liria y el barrio para una correcta iluminación. La inauguración oficial del mercado y las viviendas tuvo lugar el día 17 de octubre de 1864, asistiendo representantes del ministerio de la Gobernación y del Ayuntamiento de Madrid. El almuerzo fue servido por la reputada fonda de El Cisne.


Este es el primer plano (4) en el que vemos ya las calles del barrio de Pozas y la iglesia del Buen Suceso. Destaca el proyecto de una cárcel en el otro lado de la calle Alberto Aguilera. Apenas se ha construido nada en la zona del Ensanche, a excepción del barrio de Pozas. La urbanización de la montaña de Príncipe Pío está ya trazada sobre el papel y aparece el grandioso Cuartel de la Montaña. El paseo de la Ronda pasó a llamarse la ronda del Conde Duque, antecesora en parte de la actual calle Serrano Jover.

Grabado de la calle de la Princesa del año 1867, con la iglesia del Buen Suceso al fondo todavía en construcción. Fuente: Museo Universal.

La iglesia del Buen Suceso fue inaugurada el día 25 de marzo de 1868 (5), con la asistencia de todo tipo de autoridades, desde el arzobispo de Cuba hasta la Familia Real en pleno. Fueron repartidas limosnas y 7.500 piezas de pan entre los pobres. Los editores Gaspar y Roig, que tenían su sede en el barrio, entregaron un precioso folleto con la historia de la iglesia y el proyecto del barrio de Argüelles (lamentablemente no hemos podido hallar este documento).

Grabado de la iglesia del Buen Suceso. Año 1868. Fuente: Museo Universal.

Interior de la iglesia del Buen Suceso, diseñada por Agustín Ortiz de Villajos. Fuente: La Ilustración Católica, año 1894.

Asombrosa foto de la Iglesia del Buen Suceso, posiblemente a punto de concluir las obras pues la verja todavía no está montada. Fuente: Memoria de Madrid.

A diferencia de la anterior, en esta foto vemos ya los faroles de la calle pero no así las vías del tranvía.

El barrio de Pozas y la iglesia del Buen Suceso. Año aproximado 1870.


La llegada del tranvía significó otro de los hitos para el barrio. En una clara apuesta la Compañía de Tranvías de Madrid optó por unir los dos nuevos barrios más opulentos de la capital, el barrio de Salamanca y el barrio de Pozas, pasando por el centro neurálgico, la Puerta del Sol. La inauguración tuvo lugar el día 10 de octubre de 1871, con algunas quejas debido a que el precio duplicaba el servicio que prestaba el ómnibus por el sistema de tarifas por tramos. 



En este detallado plano de Ibáñez Ibero destaca la ausencia casi total de edificaciones al otro lado  del paseo de Areneros, hoy, de la calle Alberto Aguilera. La línea del tranvía es apreciable, así como la  planta de la iglesia del Buen Suceso. La ronda del Conde Duque pasa a ser recta, tal y como hoy es la calle Serrano Jover, habiendo desaparecido el tramo curvo que iba junto a la cerca de Madrid.


El barrio de Pozas cogió mucha popularidad por la Romería de la Cara de Dios, que se celebraba el Viernes Santo. La afluencia de público era considerable como podemos observar en la foto anterior. Siempre estuvo envuelta en polémica por los puestos de ventas que se instalaban en su recorrido y el carácter un tanto irreverente según algunos.

Foto de Alfonso datada en 1923.

Tras la construcción de la Cárcel Modelo en la calle Princesa el valor de los pisos bajó ostensiblemente, revalorizándose de nuevo a los pocos años.

Esquina de la calle Serrano Jover con la calle Princesa. Año 1931
Hoy en día irreconocible, la calle Serrano Jover vista desde la calle Princesa. Año 1931.

Los nombres de las calles eran: calle de Solares, calle de Hermosa y Pasaje de Valdecillas (6)

Calle Hermosa. La plaza quedaba a la izquierda

Calle Hermosa.
Calle de Solares

Pasaje de Valdecilla con el Edificio España al fondo.


Como todo el barrio de Argüelles sufrió los terribles efectos de la Guerra Civil. El frente estaba muy cercano.


Obsérvese la “Salida Bulevar”

El barrio de Pozas se ve en la acera de la izquierda.

El 15 de Julio de 1941 es prolongada la línea tres del Metro de Madrid, y apenas tres años después, el 23 de marzo de 1944, se inauguró la línea cuatro de Metro, en aquel entonces Argüelles - Goya.

Año 1950. Calle Alberto Aguilera. El barrio de Pozas lo vemos a la izquierda.

El final
Pero el llamado progreso, cambiante según las modas, iba llegando. El 18 de abril de 1957 desaparecieron los tranvías de Alberto Aguilera; y a principios de 1960 las obras se llevaron por delante el alma, el corredor central, de los bulevares (desde Argüelles a Colón), cediendo el terreno a los automóviles.

La iglesia del Buen Suceso a la izquierda y la calle Serrano Jover a la derecha.
Calle Alberto Aguilar esquina a la calle Princesa. Año 1966.

Por su parte la Gran Vía extendía su influencia como un torrente desde que en el año 1943 comenzaran las obras en la Plaza de España, avanzando los rascacielos calle Princesa arriba: Edificio España (1953), Torre de Madrid (1960) y Hotel Melía Madrid (1967) -todas las fechas mencionadas se refieren al año de finalización-.

En 1960, con motivo de la remodelación del bulevar de la calle Alberto Aguilera, se empiezan a hacer eco en la prensa del mal estado del barrio y de lo que desentonaba este tipo de construcción en el nuevo Madrid.

La parada del autobús 21 en la calle Alberto Aguilera.

Es así como en Abril de 1968 sus mil quinientos vecinos se ven amenazados por el  desahucio promovido por la Inmobiliaria Pozas, debido al estado ruinoso de las trescientas viviendas. Además estaban afectos unos setenta locales comerciales con unos trescientos empleados, aproximadamente.

Proyecto alternativo que presentó el arquitecto Fernando Chueca Goitia, para conservar el barrio.

Comienza entonces un largo proceso pues muchos vecinos se resisten a admitir el dictamen de ruina y presentan otros estudios de arquitectos que lo niegan.

Estado del derribo. A la izquierda el edificio que hace esquina con las calles Buen Suceso y  Princesa.

El bloque donde vivía Lauro Olmo. Revista Triunfo.

Los primeros derribos empezaron a finales de Agosto de 1969, prolongándose hasta Noviembre de 1972 cuando se derriba el último edificio. Durante este periodo el barrio ofrecía una imagen fantasmagórica y toda la prensa matritense recogió la lucha de los vecinos, sobre todo el del último desalojo: la familia del escritor Lauro Olmo, en Febrero de 1972.

La familia Olmo en el momento del abandono de su vivienda. Revista Triunfo.
Y lo que son las casualidades, el día en que se publicaba en la prensa el desalojo de la familia Olmo, era noticia la venta de la manzana donde estaba la Iglesia del Buen Suceso.

En la manzana del barrio de Pozas se construyeron unos grandes almacenes (esos que nadie quiere nombrar) y un complejo hotelero de muchas estrellas.


Las dependencias hospitalarias de la iglesia del Buen Suceso fueron utilizadas por el Ejército del Aire desde los años cuarenta hasta la apertura del nuevo hospital en la calle Arturo Soria (1966),  quedando después en desuso. Como vemos en la portada anterior del diario ABC, el derribo de la iglesia del Buen Suceso comenzó en Enero de 1975, finalizando en Mayo de ese mismo año.


En su lugar se levantaron varios edificios revestidos de aluminio (o similar), para usos de oficinas y apartamentos. La nueva iglesia, de línea cúbica y también metálica, ocupa una de las esquinas de la manzana.

Vista aérea actual. Fuente: Bing Visor de Mapas.
-.-.-

Autor: Ricardo Márquez.
En este artículo han colaborado: Angel Caldito y José Manuel Seseña.

Fuentes:
Hemeroteca Biblioteca Nacional de España.
Hemeroteca ABC.
Biblioteca Universidad Complutense de Madrid.
Biblioteca Joaquín Leguina, Departamento Investigación.
Página Web Memoria de Madrid.
Revista Triunfo.
Urbanity, Juanjo.

Notas:
1- Fernando Chueca Goitia (Diario ABC, 31 enero 1967).
2- En el plano de Texeira es nombrada como S.Ioachim. Posteriormente fue conocida como puerta o portillo de San Bernardino .
3- En 1864 la calle Princesa se denominaba Duque de Liria.
4- Firmado por: D. Juan Merlo, D. Fernando Gutiérrez y D. Juan de Ribera
5- Para saber más sobre la historia de la iglesia del Buen Suceso pueden visitar el blog de nuestra amiga Mercedes Gómez.
6- Las fotos de las calles interiores fueron tomadas de la web Barriodeargulles alojada en Geocities, hoy en día desaparecida.