Investigación sobre barrios desaparecidos y actuales, de Madrid.
Viejos estudios cinematográficos de Madrid.
Historias con encanto del Madrid antiguo.
Viejos tranvías madrileños.
martes, 17 de febrero de 2009
Carnaval
DIARIO DE MADRID
Sábado 19 de Febrero de 1803.
BANDO
Manda el Rey nuestro Señor, y en su Real nombre la Sala de Alcaldes de su Casa y Corte: que desde hoy, y siguientes días de Carnaval, ninguna persona sea osada a tirar en las calles, plazas y paseos de ella, ni otro sitio, huevos con agua, harina, lodo, ni cosa con que se pueda incomodar a las gentes, y manchar los vestidos y ropas, y echar agua clara ni sucia de los balcones y ventanas con jarros, vexigas, ni otras cosas. Que no se pongan masas a persona alguna, a los perros ni demás animales; pena a qualquiera que contraviniere a lo referido en todo o en parte de ello de veinte ducados, y quince días de prisión en la Cárcel Real de esta Corte.
Este es un breve extracto del Bando que apareció en 1803. Pero vayamos en el tiempo a buscar los origines del Carnaval:
Era una fiesta de origen romano, totalmente pagana. Como con tantas otras fiestas (San Juan, Navidad,...) fue tomada por la religión cristina, pasando a ser los días anteriores que preceden a la Cuaresma (cuarenta días antes de la Pascua) y finaliza el martes con el Entierro de la Sardina previo al Miércoles de Ceniza.
La riña entre Carnaval y Cuaresma – Autor: Pieter Brueghel - El Viejo (1525-1569)
Hay tres teorías sobre el origen de la palabra carnaval. Una es que provenga del latín vulgar carne-levare, que significa 'abandonar la carne', otra venga del genovés carnavalare, que significaba “quitar la carne” y otra que venga de la palabra italiana carnevale, que significaba la época durante la que se podía comer. En cualquiera de los tres casos es debido a que en la Europa medieval la Iglesia prohibía comer carne durante toda la Cuaresma.
Carnaval en un pueblo – Autor: José Gutiérrez Solana (1886-1945)
Hernán Cortes instauró de inmediato el carnaval en México, y desde allí se extendió por toda América. Hoy en día se celebra en todos los continentes, excepto en Asía.
Disparate de Carnaval – Autor Goya
Es un tiempo considerado por muchos como de algarabía, mofa y desahogo, por otros como de vicio y caos. Así en Madrid durante las dos primeras décadas del siglo XX se celebraba el carnaval en el paseo de la Castellana, con concursos de carrozas y una gran participación, pero a finales de los años veinte fue trasladado al paseo del Pintor Rosales lo que ocasionó una considerable perdida de afluencia de público, volviendo durante la República de nuevo a la Castellana.
Durante la dictadura del General Franco, fueron prohibidos en toda España. En 1948 fueron autorizados los carnavales de Cádiz, pero no estaba permitido taparse la cara ni hacer sátiras o burlas a las autoridades. En otras muchas poblaciones se hicieron fiestas pero utilizando nombres de tipo cultura, para enmascarar el carnaval, curioso el juego de palabras, sirva de ejemplo de todas ellas la de Navalmoral de la Mata en la provincia de Cáceres que los llamó Juegos de Invierno. Con la democracia volvieron los carnavales a toda España.
Carnaval en el paseo de la Castellana – Finales de los años veinte del siglo XX. Carnaval en el paseo del Pintor Rosales – Año 1931. Cabalgata de carrozas en el Paseo de la Castellana – Madrid – Año 1935. Fuente: Memoria Visual de España.
El carnaval ha sido fuente de inspiración para los artistas, pintores como Goya, Picasso, Solana.... En el cine madrileño hay que destacar la película Domingo de Carnaval (1945) de Edgar Neville, donde nos introduce en un Madrid costumbrista. Mediante una estructura de sainete crea una trama policíaca en la que investigan un asesinato. En un doble juego muestra la tradición más popular de los carnavales y pasa de soslayo la censura filmando los carnavales que estaban totalmente prohibidos por el régimen.
En la película contó con su actriz favorita: Conchita Montes, y los actores Guillermo Marín y Fernando Fernán Gómez. Se cuenta que Neville estaba empeñado en que Fernando Fernán Gómez participara en el film, pero estaba en otro rodaje. Para suplirle cuando no podía estar en ambas producciones se utilizaba la mascara ya que el guión lo permitía y no desvirtuaba la historia.
Neville llega a recrear con una asombrosa precisión los cuadros de Goya y Solana sobre el carnaval en su film.
Seguidamente ponemos los cuadros sobre los que se basó Neville y la escena que corresponde con el mismo.
Goya “El entierro de la Sardina”
Cuadro de Solana
Autor: Ricardo.
En este blog también colaboran: Angel y José Manuel Seseña.
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