Esta segunda parte está dedicada a las medidas aplicadas para normalizar el servicio lo antes posible y las que paulatinamente se irán estableciendo para mejorar las comunicaciones con Carabanchel.
Desde el 28 de Mayo de 1952, fecha en la que ocurrió el accidente, hasta el 27 de Agosto de 1952, fecha del restablecimiento de la normalidad, tienen lugar una serie de acciones tendentes a paliar las consecuencias originadas en el transporte público de la zona que vamos a presentar cronológicamente:
28-05-1952 Fecha del accidente en la línea 31, afectando a las líneas:
-31 PLAZA MAYOR-CARABANCHEL BAJO
-32 PLAZA MAYOR-LEGAZPI
Ambas llegan a la Glorieta de Pirámides por la calle de Toledo.
-34 ATOCHA-CARABANCHEL ALTO (con su servicio corto a Carabanchel Bajo)
Llega a la Glorieta de Pirámides por el Paseo de las Acacias.
29-05-1952 Supresión de la circulación tranviaria por la calle de Toledo entre la Puerta de Toledo y la Glorieta de Pirámides que será definitiva. Modificaciones tranviarias:
a) recorte de la 31 hasta Pirámides desviándola por la Glorieta de Embajadores.
b) desvío de la 32 por la Glorieta de Atocha
c) creación de un servicio lanzadera de la 32 por Antonio López
d) paso de tranvías por el Puente de Toledo solo para la línea 34 y su auxiliar.
04-06-1952 Cierre al tráfico de la circulación tranviaria y automovilística a través del Puente de Toledo con el fin de proceder a la pavimentación y a la renovación de carriles. Este día se suprime la línea 32 con su servicio auxiliar, la 34 y su auxiliar se desvían por el Paseo de las Delicias-Antonio López, y se crea una línea de autobuses mientras duren las obras de pavimentación entre la Plaza Mayor y Carabanchel Bajo con tarifa de tranvías que tiene la denominación interna en la E.M.T. de línea “P” (provisional), efectuando paradas normales a lo largo de los trayectos Plaza Mayor-Puerta de Toledo y Mataderos-Carabanchel Bajo, y sin paradas en el tramo entre la Puerta de Toledo y Mataderos ni para tomar ni para dejar viajeros que es realizado a través del Puente de la Princesa y Antonio López.
06-06-1952 Comienzo de la obras de renovación de carriles en el Puente de Toledo. Se pretende además reducir la entrevía en el tablero del puente a la separación normal del acceso por el lado de la Glorieta del Marqués de Vadillo y resto de la línea, desplazando las vías hacia el centro en lugar de ir muy próximas a los pretiles para que de esta forma se puedan ensanchar ligeramente las aceras que vienen soportando un intenso tráfico peatonal (1).
13-06-1952 Comienzo de la instalación de los nuevos raíles.
11-07-1952 Se autoriza en esta fecha el trasbordo con un solo billete desde los tranvías de la línea 31 en Pirámides a los de la 34 en Marqués de Vadillo y viceversa, entrando la medida en vigor al día siguiente. Las líneas de tranvías se mantienen sin variación, tal como se indica en 04-06-1952.
09-08-1952 El Ayuntamiento de Madrid da cuenta de la marcha de las obras informando de que ya se han sustituido los carriles en el Puente de Toledo y que han sido enlazados con los procedentes de Antonio López y General Ricardos. Asimismo indica que en la Glorieta de Pirámides se ha establecido una raqueta que en este momento se halla en proceso de nivelación.
Mediados de Agosto de 1952 El Conde de Mayalde, nuevo alcalde Madrid, informa el día 9 que el martes 12 o el miércoles 13 será inaugurado el puente de los Defensores del Alcázar. Al parecer no hubo acto oficial puesto que el Conde de Vallellano, ministro de Obras Públicas, en esa semana estuvo recorriendo provincias del norte, por lo que lo se hizo la puesta en servicio dada la urgencia de mejorar las comunicaciones con Carabanchel.
La línea “P” de autobuses Plaza Mayor-Carabanchel Bajo, en ese momento modifica su recorrido a partir de la glorieta de Embajadores desviándose por la calle del mismo nombre hasta el paseo de Santa María de Cabeza, para continuar por él hasta el nuevo puente y girar a la salida por el tramo derecho de Antonio López donde recupera su itinerario, de forma que el trayecto sin paradas entre Puerta de Toledo y Mataderos queda acortado.
27-08-1952 Restablecimiento del tráfico tranviario por el Puente de Toledo utilizando las vías ya existentes entre la Puerta de Toledo y la Plaza de Francisco Morano a través del Paseo de los Pontones, con pendiente muy similar al tramo suprimido de la calle de Toledo pero con una longitud ligeramente superior a la mitad, y con la instalación de nuevas vías por el Paseo Imperial entre la Plaza Francisco Morano y la Glorieta de las Pirámides con pendiente bastante mas suave.
Las líneas de tranvías 31 y 34 son dotadas desde esta fecha de material cerrado, y por tanto mas moderno que el siniestrado, perteneciente a las series “unificados”, “ochocientos” y “novecientos” asignando quince tranvías a cada una.
Las líneas de tranvías 31 y 32 vuelven a la normalidad como antes del accidente con la salvedad de que son desviadas por el nuevo itinerario, y la 34 vuelve a circular por el Paseo de las Acacias pero finalizando en Carabanchel Bajo pues al ser dotada de material no reversible no puede seguir hasta Carabanchel Alto, creándose un servicio auxiliar de la 34 entre ambos Carabancheles.
Este día la línea “P” de autobuses desaparece y en su lugar se crea una nueva que tiene el número 16 con el itinerario Atocha-Carabanchel Bajo a través del paseo de Santa María de la Cabeza, Antonio López, glorieta del Marqués de Vadillo y General Ricardos, recorrido que está previsto que se modifique cuando se ponga en servicio el tramo del paseo de Santa María de la Cabeza de la margen derecha del río. A la nueva línea se la asignan dos vehículos menos que a la extinta “P” (2).
Las líneas de tranvías quedan así:
-31 PLAZA MAYOR-CARABANCHEL BAJO
-32 PLAZA MAYOR-LEGAZPI
Ambas líneas llegan a la Glorieta de Pirámides desde la Puerta de Toledo a través del Paseo de los Pontones por vías ya existentes y por el Paseo Imperial por las nuevas vías instaladas de la Plaza Francisco Morano.
-34 ATOCHA-CARABANCHEL BAJO
Llega a la Glorieta de Pirámides por el Paseo de las Acacias.
-34 aux. CARABANCHEL BAJO-CARABANCHEL ALTO
Tras la tragedia comienzan a llegar las mejoras en la línea de Carabanchel reanudándose el servicio con la retirada del material mas antiguo y la renovación de las instalaciones, tal como se ha indicado. Posteriormente vendrían otras entre las que podemos citar:
-Doble vía entre Santa Rita y la Plaza de la Emperatriz.
-Reapertura de las cocheras de Buenavista.
-Reinstauración de los servicios a Mataderos para servicio corto de la línea 34.
-Instalación de raqueta en Mataderos para servicios cortos de las líneas 31 y 34.
-Paulatina sustitución del material incorporado en las líneas 31 y 34 por “PCC’s”.
A pesar del desvío por el Paseo de los Pontones, la explotación de la línea 31 siguió dando problemas en la cuestión de frenos debido a la fuerte rampa desde el río Manzanares hasta la Fuentecilla. Varios accidentes por este motivo ocurrieron después del trágico del 28 de Mayo de 1952 pero solo recordaremos dos:
Uno fue el 14 de Mayo de 1954 en la Fuentecilla, cuando el conductor abrió las puertas para que bajaran los viajeros y al no responder el freno eléctrico empezó a retroceder aumentando cada vez mas la velocidad apoderándose el pánico de los viajeros, muy sensibilizados, pues todavía estaba muy reciente el accidente del Puente de Toledo. Algunos viajeros se tiraron en marcha muriendo uno de ellos y otros resultaron gravemente heridos. Finalmente el conductor consiguió cerrar las puertas cerca de la Puerta de Toledo y recuperar el contacto eléctrico. Los cincuenta viajeros que permanecieron en el interior del tranvía resultaron ilesos.
El otro fue el 7 de Noviembre de 1954 cuando un tranvía de la línea 50 que se dirigía a las cocheras de Bombilla, retirado del servicio por problemas de freno por lo que afortunadamente iba sin viajeros, empezó a bajar descontrolado por el Paseo de los Pontones descarrilando en la Plaza de Francisco Morano, yendo a estrellarse contra las tapias de la estación Imperial derribándola y cayendo cerca de las vías.
Años después el histórico Puente de Toledo se dejaría para uso exclusivo peatonal al construirse dos puentes para el tráfico automovilístico, el de aguas arriba para el sentido Pirámides-Marqués de Vadillo y el de aguas abajo para el sentido Marqués de Vadillo-Pirámides. Todo el entorno está profundamente modificado por el soterramiento de la M-30.
Epílogo
Una vez mas se repitió la historia de aplicar soluciones después de surgir el problema, sin haber tenido en cuenta aquello de que “Mas vale prevenir que curar”, acordándose además por el Ayuntamiento que el establecimiento de servicios especiales tranviarios y de autobuses al fútbol, toros y cualquier otro evento con gran movimiento de personas, estarían siempre supeditados a no ir en detrimento del servicio de las líneas regulares.
La mayor parte de este trabajo, dividido en dos entregas, está basado en el archivo de D. Carlos López Bustos (q.e.p.d.).
Autor: José Manuel Seseña.
Es este artículo ha colaborado Ricardo Márquez.
Notas:
(1) El Puente de Toledo es transitado por numerosas personas que no pueden pagarse el viaje en tranvía y por su estrechez da lugar para pocas modificaciones. La angostura de las aceras, antes de su pequeño ensanche, hacían difícil transitar por ellas a “contramano” ya que la obligada cesión de paso al peatón que va “por su mano” hace casi seguro tener que pisar la calzada lo que entraña un indudable peligro por el constante ir y venir de tráfico rodado: tranvías, vehículos, camiones y carros.
(2) En esta mengua hay que tener en cuenta el menor recorrido de la nueva línea de autobuses y el restablecimiento de la normalidad del servicio tranviario.
Me ha parecido una suerte encontrar estos artículos sobre el accidente del tranvía que se precipitó al cauce del Manzanares. Cuando ocurrió el accidente del tranvía a Carabanchel me encontraba interno en el Hogar (de cuyo nombre no quiero acordarme) que Auxilio Social tenía en el número 5 de la Calle Águeda Díez. Escribí hace tiempo lo siguiente sobre el suceso:
ResponderEliminar“No sé cuando ocurrió el brutal accidente del tranvía que desde la Plaza Mayor bajaba por la Calle de Toledo hasta el río Manzanares y luego subía por General Ricardos hasta Carabanchel Alto o solamente hasta Matadero. Por el comentario de Ernesto debió ser en agosto de 1952. Desde la Plaza Mayor hasta el puente era una bajada continua acentuada sobre todo en el tramo desde la Puerta de Toledo a la Glorieta de las Pirámides, justo donde empezaba el puente. Entre las vías de bajada y subida se encontraba una fila de postes metálicos que sostenían los cables que suministraban corriente. Cuentan los que salvaron la vida y viajaban en ese repleto tranvía, justo a la hora de salida del trabajo, que la velocidad a la que se precipitó hacía ver un solo poste. A esa hora de la tarde esos cacharros abiertos se llenaban hasta los topes,-nunca mejor dicho,- y parecía redondo lleno de gente colgada de las ventanillas.
Tampoco recuerdo si fue solamente uno o varios los compañeros que cayeron a la huerta tras romper el pretil del Puente de Toledo, si iban varios y solo cayó uno, lo cierto es que ese uno, creo que se llamaba Munuera, salió ileso pasando un tiempo en el hospital hasta su recuperación, física al menos. El tranvía descarriló justo unos metros antes de llegar al puente, algo cantado, pues los asiduos viajeros sufrían desde hacía tiempo el salto que daba al salvar la cuarta de raíl que faltaba en las vías en ese lugar. Debió salir volando”.
Hola Mercader:
ResponderEliminarMuchas gracfias por tu comentario en el que nos narras tu experiencia personal en la línea tranviaria de Carabanchel.
Tanto va el cántaro a la fuente que alguna vez se rompe y esto es lo que pasó con este accidente. Hubo en los años cuarenta muchos avisos de problemas de freno en las líneas con fuerte pendiente, calle de Segovia, Hermanos Bécquer, pero la que se llevaba la palma era la de la calle de Toledo en la que el triste protagonista era siempre un tranvía de la línea 31.
Después de tantos avisos de los que mencionarlos daría para mas de un tema, sucedió lo que tenía que suceder y luego vienen como siempre las lamentaciones y la búsqueda de soluciones. Años antes del suceso los munícipes estaban centrados en la "próxima inauguración del ferrocarril suburbano", ampliamente comentada su historia en entregas anteriores del blog, puesto en servicio tras muchas demoras nueve años después del suceso, y no se preocupaban del día a día que suponía la línea tranviaria.
Revisando las hemerotecas nos damos cuenta de las muchas declaraciones demagógicas que se hacen constantemente y en todo tiempo, pero centrándonos en lo que guarda relación con el accidente tranviario hemos leído lo siguiente "Carabanchel va a ser una zona privilegiada de comunicaciones cuando el año que viene (referido a 1949) entre en servicio el ferrocarril suburbano Chamartín-Carabanchel en el tramo Plaza de España-Carabanchel". La declaración no tiene desperdicio.
Un cordial saludo
José Manuel
Yo tenía 7 años cuando el accidente del trambía. Y dando un paseo desde Lavapies -donde vivíamos-, bajé con mis tíos dos o tres días despues hasta el lugar del suceso, quedándonos a unos metros de distancia. El trambía se hallaba con un frente clavado en uno de los huertos que por aquel entonces había en sus alrededores, y el otro frente en la parte de arriba. Recuerdo que no era abierto como se ha mencionado, si no cerrado, como se puede obserbar en una de las fotografias.
ResponderEliminarMuchísímas gracias Anónimo o Anónima por tu testimonio..
ResponderEliminarUn saludo.
José Manuel
Como me gustan estas historias , aunque claro todos preferimos que no hubieran sucedido , que pena!!. Justo cuando yo naci en julio del 63 tengo emtendido q los retiraron .
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