El próximo día 25 se inaugurará oficialmente la reforma de la calle Serrano, obras que han llenado cientos de páginas en los periódicos. Recuérdese las quejas por las molestias y retrasos, o la aparición de unos de los túneles de los Viajes del Agua y un trozo de la cerca de Felipe IV.
De un tiempo a esta parte se viene notando un creciente aumento del interés por las antiguas vías tranviarias sepultadas en las calles de Madrid.
Unos por la nostalgia de recordar sus tiempos de juventud y otros por la curiosidad de tener algo que no han conocido, el caso es que hay afán por fotografiar esos restos que aparecen cada vez que se abre el suelo madrileño en las obras, ya sean de reducido tamaño como las zanjas, o a gran escala para urbanización integral o construcción de grandes infraestructuras como pasos a distinto nivel, aparcamientos, etc.; tanto es así que incluso la prensa, especialmente la gratuita, se ha hecho eco de esos restos cuando por deterioro del pavimento quedan al descubierto en los nuevos baches, tan frecuentes últimamente.
Entre las obras que han hecho saltar a la luz los raíles tranviarios, hay dos que han destacado por su importancia como son las de la calle de Alcalá, ya finalizadas, en el tramo inicial junto a la Puerta del Sol, y las de la calle Serrano, actualmente a punto de ser inauguradas oficialmente.
Al clausurarse un tramo tranviario no hubo una regla fija de actuación, pues en algunos casos se procedió inmediatamente a levantarlo para reformar la zona (Puerta del Sol), en otros se mantuvieron los raíles tal cual (calle de San Bernardo), en otros se asfaltó encima (calle de Bravo Murillo), en otros se levantaron posteriormente al efectuar remodelación (Plaza Mayor), y en otros desmantelados sin problema por tratarse de instalaciones en explanación propia (calle Arturo Soria) [1]. De estas diversas formas se podrían añadir mas ejemplos.
Es difícil, por tanto, saber cuales se mantienen enterradas y cuales han desaparecido. Desconocemos si alguien a nivel particular o a nivel oficial como el área de Urbanismo e Infraestructuras del Ayuntamiento de Madrid, o la Empresa Municipal de Transportes como empresa que explotó los tranvías, tienen conocimiento de ello. Mientras tanto solo queda esperar a que nuevas obras los hagan aparecer que seguro que las habrá pues el abrir y tapar el suelo madrileño es algo que se repite desde tiempo ha.
Fuente: Memoria de Madrid.
Con respecto a las obras de Alcalá y Serrano, los últimos días que vieron circular tranvías, fueron en Alcalá el 25 de Julio de 1.949, realmente la madrugada del 26, línea 52 Puerta del Sol-Narváez; y en Serrano, en el sentido Recoletos-Plaza de la Independencia, el 2 de Abril de 1.949, línea 3 San Jerónimo-República Argentina, y en el resto entre la Plaza de la Independencia y General Oraa el 15 de Abril de 1.949, línea 79 Puerta del Sol-López de Hoyos.
Comentaremos dos casos curiosos a los que ha dado lugar la eliminación de los tranvías:
La supresión del servicio tranviario entre Cuatro Caminos y Estrecho dejó inmovilizados en las cocheras de Cuatro Caminos a los tranvías que habían rendido viaje, pues a continuación, durante la madrugada, se llevó a cabo una operación asfalto y hubo que sacarlos por otros medios.
La avenida de la Ciudad de Barcelona entre Alfonso XII y Doctor Esquerdo se iba remodelando la pavimentación por tramos pero de manera muy pausada, estableciendo de adoquines la zona de vías, situadas en el eje de la calzada, y en el resto una nueva base de hormigón con asfalto en la parte superior. Durante las obras las vías permanecían desguarnecidas hasta que se terminaba la sección, y cuando llegaron a la confluencia con Sánchez Barcaíztegui se decidió la supresión del tranvía aunque se terminó el tramo igual que la parte inicial por estar a medio hacer, pero el siguiente hasta Doctor Esquerdo se hizo sin el adoquinado central levantando las vías.
De la amplia red tranviaria de Madrid únicamente solo son visibles los raíles de la línea de Paraninfo al pie del Faro de la Moncloa. Otros que subsistieron mucho tiempo a la supresión de los tranvías, desgraciadamente ya han desaparecido de la visión como fueron en la calle Radio, un pequeño trozo con cambio de agujas en la Glorieta de Quevedo, y en la calle de Humilladero donde se rodó la película “Las bicicletas son para el verano” con el tranvía que se encuentra en el vestíbulo de la estación de Pinar de Chamartín y con este nuevo emplazamiento también rindió su último viaje.
Volviendo a las obra, y como nunca llueve a gusto de todos, mencionar que se han puesto unos bordillos más altos de lo normal para evitar el “alunizaje” en los escaparates, pero estos ocasionan problemas a los peatones por su altura, sobre todo a las personas mayores.
El Ayuntamiento no ha tenido en cuenta habilitar ninguna parada para los taxis en toda la calle de Serrano, la verdad es que antes tampoco existían, pero cuando se hace una reforma como esta se debería de contemplar. Ahora, una vez acabadas las obras, dudamos que se pongan de nuevo a retranquear la calle para habilitar paradas de taxis, quizás las acomoden en las esquinas de las calles perpendiculares.
Otra tema problemático es el carril habilitado para las bicicletas, por la acera de los números pares. Con un metro de anchura y señalizado por dos bandas de goma, peligrosísimo para los peatones.
También ha causado cierto malestar haber asignado el carril taxi – motos por el lado izquierdo de la calzada, no permitiendo a los taxis circular por el del lado derecho que solamente es para el bus, cuando la gente está acostumbrada a coger los taxis en la acera de la derecha. Los vehículos particulares al no poder detenerse en el carril bus, se pararán en el destinado al taxi, por lo que se verán obligados a circular por fuera del carril. Quizás lo ideal sería poner las aletas de tiburón también en el carril taxi.
Esperemos que estas obras reporten mayor comodidad a los vecinos con los aparcamientos subterráneos (está prevista que entren en funcionamiento a finales de año), y que el nuevo túnel ferroviario Atocha-Chamartín para el AVE sea todo un éxito. Sí que es muy agradable la nueva anchura de las aceras y es particularmente cómodo el caminar por allí, parece que el granito que han empleado como pavimento amortigua mucho las pisadas. Confiamos en que el nuevo mobiliario perduré muchos años y sea bien aceptado por todos.
Fuente: Memoria de Madrid
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Nuestro agradecimiento a: Pedro Gómez por la información sobre la problemática con los taxis.
Autor: José Manuel Seseña Molina y Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito.
[1] Fueron desmantelados por chatarreros a los que el Ayuntamiento les dio permiso cuando se hizo la reforma de la calle Arturo Soria.